Table Of ContentPor los caminos
de la milpa
CARLOS MARTIN BERISTAIN '
Carlos Martín Berístaín
Viaje a la
memoria
Por los caminos
de la milpa
V%S
Título:
ViajealaMemoria.
Por loscaminosdelamilpa
Ilustración decubierta.-
“El Árbol de quuic”
Zipacná de León
Tratamientofotográfico:
Javi Psicho
Fotocomposicz‘ón:
juantxo Estebaranz
Primera Edición: Marzo de 1997
© Carlos Martín Beristain
© de la presente edición:
Lallevir
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ÍNDICE
La lucha enEl Salvador, 1989 ........................................... 9
El aguacatedeChichicastenango,
Guatemala, 1990-91 ..................................................... 17
El Salvadordespuésdel eclipse, 1990 ............................. 51
Las urgencias en la sombra,CPR, 1993............................ 57
Caminos del refugio, Guatemala en México, 1992 ......... 49
El mundochiquito,CPR, 1995.......................................... 61
Los pasos delvolver,
Comunidad Victoria, 20de enero, 1993 .......................... 71
Las búsquedas de ElSalvador, 1993 ................................. 81
La selva enlo claro,CPR, 1994 ........................................ 89
Nacimientos y rupturas,Guatemala, 1993-94 ................ 99
Elcorazón de lamontaña,
CPRde la Sierra, 1994-95 ............................................... 109
La fuerza delas mujeres, ElSalvador, 1995 ..................... 129
Viaje a la memoria, Guatemala, 1995-96 ......................... 145
Del dolora la aurora,Xamán, 1995-96 ............................ 165
El vientonunca se pierde,
Guatemalay El Salvador 1996 ....................................... 181
Este Viaje a la memoria nacede unencuentroy unaprendiza-
je. El encuentro conel dolor y la esperanza, através de expe-
rienciasde acompañamientoy trabajo ensalud mental, con la
gente queha tenidoque enfrentarlas consecuenciasdelague-
rray la represiónpolítica enCentroamérica. El aprendizaje de
compartirla vida,cotidiana de grupos dederechos humanos,
organizacionespopularesy comunidades indígenas, que han
afrontado la persecución, el miedoyla muerte, afirmando la
vidayreconstruyendolos lazos, losafectosylasluchas.
Los caminosde lamilpa
Desde los años de la guerra, a laexperiencia delrefugio,
de la resistenciaenlas montañas ala fuerzadelas mujeres, de
los intentos de salirdel silencio yreconstruir la memoria ala
solidaridadde las comunidadesmásgolpeadas, estos caminos
están tejidos de voces que nos invitan a escucharlas expe-
riencias de genteque luchaporsu dignidad.
Cada familia tiene su historia dehorrorysus ganas devi-
vir. Los ricos procesosorganizativos,la cultura, la alegría pese
a todo, la lucha por rehacerse, forman parte de la vida que
palpita en cada encuentro. Estos caminos de la milpa han
acompañado a la gente en su proceso. Acompañar, para
afrontar las consecuenciasde dolory miedo, y apoyarsuses-
fuerzos de luchac'ontra lascausas deese sufrimiento.Poresos
caminosandan estas palabras, ésas son lasdos piernas deeste
rumboque quiere invitara caminar.
La lucha
en El Salvador
1989
La lucha de El Salvadoracumulaba fuerzasyrostros. Las razo-
nes las teníadesde hace años. El Salvador estaba cruzadopor
laguerra. El FrenteFarabundoMartí parala Liberación Nacio-
nal(FMLN) tratabade darlevuelta al orden, mientrasel ejér-
cito cultivaba su fama desangriento. Los escuadrones de la
muertese inventaronaquí, parasecuestrar ytorturarcon noc-
turnidad. La alevosía campaba a cualquier hora por calles y
veredas.
Los partidariosdel orden aplicabanasílasenseñanzas dela
Escuela de las Américas, donde el ejército estadounidense
daba clasesde sufrimiento. Lo llamaban guerradebaja inten-
sidad, aunque enrealidad era una guerra debaja tecnología,
porque el campo de batallaera la vida de la gente. Los senti-
mientos, las relaciones familiares, las creencias, el trabajo, las
organizaciones sociales, las carreteras, la escuela, todoesoera
el campo de batalla. Así, se convirtióen enemigo interno a
todo aquel que seopusiera al proyecto de quienes querían el
control de la gente,la tierra y la naturaleza.
Durante los últimos años, la gente había tejido muchos
grupos, organizaciones, comunidades, quetrataban de afirmar
su espacio en esta lucha. La guerraabierta les había llevadoa
ponersea unlado delconflicto, del mismolado donde vivía la
miseria. Demasiada gente en el punto de mira.
repaso mis posiblesdestinos, sihubiera nacido aquí: muerto
de diarrea a lossiete meses, de una bala a los dieciocho
años, reclutado a la fuerza, superviviente de una de tantas
emboscadas, refugiado. Tal vez sóloy nada menos queuno
de ellos. Todos los días detienen o desaparecena alguien.
Hoy es gente conocida, cercana, y esto te deja la desespe-
ranza en casa cuando nadiela invitó. Asíque, sinsalir de la ca-
pital, conozco la guerradeEl Salvador por lostestimonios, las
calles, la televisióny mi propio miedo.
Amaneceren laguerra
Con los cantos de algún que otro pájaro ogallo, un altavoz
militar nosdespierta con su discursodepropaganda,haciendo
repaso a los tópicos derigor enel tonoderigor, sobre las ‘or-
ganizaciones fachada’del FMLN.
Pero el primer día está lleno deotros estrenos. De calles,
degentes, deemociones. Vamosal sitiodondetrabajaremos a
conocer a la gentede la IglesiaEpiscopal, atomarnos el pulso
y las ganas. El Salvador esun país enelque sesabe todopero
parece como sinada. Por esoes mejor no preguntar nipedir.
Descubro la importancia de dejarse llevar por la confianza,
para caminar por los entresijos deesta vida.