Tratado de esgrima de sable y floret

52 Pages·1886·1.043 MB·Spanish

by  D.Antonio Alvarez Garria

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TRATADO DE ESGRIMA
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JEREZ-.—Imp. de EL CRONISTA, Consistorio, %
(Puerta - Real.)
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JLVRQÜÉS DE ESTELLA,
TKIÍIENTB OüNEHAL DE LOS EJBKCITOS NACIONALES
y IlIRECTOR GENERAL TÍV. INFANTERÍA.
Excnió. Sr.:
A nadie mejor que á V. E., que ha tenido la elevada idea
de ordenar se establezcan salas de armas y academias de es
grima en todos los cuerpos del arma, puedo tener la alta
honra de dedicar las páginas consagradas á tm arte tan in
dispensable y de adorno, iMra los que pertenecen á la honrosa
profesión militar.
Grande sería mi satisfacción si este pequeño é insignifi
cante trabajo, pudiese ser útil á algunos de mis compañeros
y que V. E. se dignase aceptarlo, como prueba de respetuosa
^consideración de su subordinado y S. S.
Q. B. S. M.

:P^OI>-OO-O.
Siendo indiscutible que en la actualidad es la esgii-
ína del sable la que tiene mas aplicación en todos los ca
sos en que se ve obligado á defenderse un oficial del Ejér
cito, pues ninguna de las armas blancas que en la anti
güedad se usaban tienen hoy el mérito que tenian; y ni aun
el florete, que solamente se usa como adorno para tirar
asaltos en las salas de armas de los centros de enseñanza
y de sociedades, para con sus elegantes posiciones lucir su
figura, siendo dicha arma teixible para esgrimirla con otra
de su clase, pero casi impotente cuando se tiene que de -
fender de otra que ténganlo y punta, corao por ejemplo del
fiable y do la espada, por cuyos motivos nos ocuparemos
en esto tratado del sable y florete, de darlo la preferencia
á la esgrima del sable, empezando por ella, y tratando lo
más breve posible su enseñaHza teórica, para enseguida
pasar á la práctica, ó sea á los asaltos, que es donde se
aprende con perfección, pues además de corregirse en el
acto los defectos que se cometan, se adquiere la suficiente
destreza y agilidad que tanto se necesita para esgrimir
esta arma.
El que no se encuentre con valor yserenidaid suficientes
para ponerse al frente de un adversario, debe evitar á to
da costa un lance que lo ponga en ese caso, pues saldrá
irremisiblemente herido, por más que sepa las reglas para
esgrimir.
¿
El discípulo que tenga serenidad, sepa guardar las dis»-
tanoias y le tenga afición á la esgrima del sable, conse
guirá con la práctica hacerse temible cuando lo tenga en
la mano.
La posición de un esgrimidor debe sor tal que ella de
por sí sola imponga respeto al adversario.
Tendrá el cuerpo derecho y perfilado, la cabeza levan^p
tada, la vista fija y en general en postura elegante.
El discípulo que desee obtener adelanto, debe fijarse
mucho en las primeras lecciones en imitar á su profesor,
y después á aquellos discípulos inás constantes, aprove
chados y entusiastas.
Nunca procurará pasar de una lección á otra sin estar
muy enterado de ella, porque no basta saber los distintos
movimientos, sino que hay necesidad de practicar hasta
los más violentos con rapidez, energía y perfección