Table Of ContentReflexión Política
ISSN: 0124-0781
[email protected]
Universidad Autónoma de Bucaramanga
Colombia
Nieto, Judith
El deber de la memoria, la imposibilidad del olvido. Alcances ético-políticos
Reflexión Política, vol. 8, núm. 15, junio, 2006, pp. 80-92
Universidad Autónoma de Bucaramanga
Bucaramanga, Colombia
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=11001507
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El deber de la memoria, la imposibilidad
del olvido. Alcances ético-políticos
Sumario
En procura de una necesaria meditación, la memoria, el recuerdo, el pasado,
Memoria y recuerdo: Breves precisiones desde la filosofía, el tiempo entre
la memoria y el olvido, Asistir al derrumbe del cerco del olvido, los abusos
de la memoria para intentar la reconciliación, Para concluir: No al olvido
impuesto en aras de la reconciliación.
Resumen
Sin duda alguna, implicarse en el ejercicio de pensar acerca de la memoria
es pensar la historia, es remitirse a un pasado del cual aún están vivas
sus huellas, las cuales a diario nos recuerdan que algo ha sucedido, en
una historia, en la nuestra, que no merece olvidarse, que hay que mantener
vigente, bien por efecto de la palabra, bien porque si se maneja el axioma
de que cada vez que se recuerda es como si se despertara, entonces, no
habrá otra salida que la necesidad de resolver los recuerdos a través de la
mejor vía: la de saber vivir el pasado sin retaliaciones; es ésta una salida
sana que promete la reconciliación e imposibilita el olvido.
Palabras clave: Memoria, olvido, conflicto, historia, perdón, política.
Abstract
Undoubtedly to exercise our thinking about our memory is to think about
our history. It is to go back to a past whose prints are still fresh, reminding
us that something happened in our history that should not be forgotten,
that should be kept alive either by the use of our words or by following the
idea that once we remember we are awake. Then, there will be no other
way to solve our memories but through learning to live our past without
retaliation. This is a promising step that will foresee reconciliation and will
hinder oblivion.
Key words: Memory, oblivion, conflict, history, forgiveness, political.
Articulo: Recibido, febrero 13 de 2006; aceptado, marzo 28 de 2006.
Judith Nieto López: Maestría en Filosofía (Investigación Estética),
Universidad de Antioquia, doctor en Ciencias Humanas, Mención: Literatura
y Lingüística, Universidad Austral de Chile. Docente de la Escuela de
Filosofía, Universidad Industrial de Santander.
Correo electrónico: [email protected]
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El deber de la memoria, la imposibilidad del olvido.
Alcances ético-políticos1
Judith Nieto López
La memoria no se opone al
Olvido.(Todorov 1999: 18).
1. En procura de una meditación necesaria
A la memoria vigilante del tiempo y a su aparente contraparte, el olvido,
guardián esquivo de aquella, o al pasado que merece conservarse en
el recuerdo y a la desmemoria que aunque lo pretenda es incapaz de
la destrucción total de las huellas sobre las que avanza. A los fines
“diferentes” del destino de una y otro, en síntesis a la lucha con lo remoto
y elusivo que también es el tiempo, conduce el propósito de la presente
reflexión.
La cita es entonces con el tiempo desde donde hay que expresar que
recordar, hacer memoria, olvidar, son palabras de constante evocación
en nuestro habitual ejercicio de pensamiento, lenguaje y contacto con los
demás, también con lo demás. No obstante, y pese a que casi de manera
ininterrumpida estamos en nuestro hacer recordando para no llegar a
olvidar, oscilantes entre la memoria y el olvido, no siempre reflexionamos
acerca de una y otra de estas constantes, las cuales y al parecer por
cotidianas, se tornan rutinarias y llegan a perder valor como objeto de
meditación, sólo cuando la amenaza viene desde fuera, sólo de esta forma
volvemos a lo nuestro, para sentirlo propio, para defenderlo ante los
imperativos que intentan arrebatar, bien el recuerdo, bien el pasado de
un olvido que también nos pertenece.
De ahí que puede expresarse desde este inicio que meditar acerca
de un tema del talante de la memoria y el olvido, en un escenario que
para nada y en ningún momento ha estado exento del conflicto y de sus
efectos, ha sido el motivo orientador de esta intervención. Aunque no
puede excluirse del mismo, la mirada de perplejidad a la que nos han
abocado algunas situaciones propias del panorama político nacional, en
tanto nos torna asistentes a una realidad extraña, pues aquí y ahora,
desde la instancia oficial se sugiere y dispone una demanda de olvido
al pasado y a los terribles hechos que han herido el espíritu y la piel
de ciudadanos inocentes y ajenos al conflicto. Tal llamado, intensificado
en los días no parece impactar a los destinatarios del mismo, a los
colombianos, a quienes a diario y en medio de otro intento de acuerdo de
paz, se les pide y se les llama al olvido, en tanto las reacciones frente a
tal invocación son pocas, como si no implicara nada el hecho de “solicitar
el olvido” de hacer vigente la omisión, y desterrar así un pasado que
1 Texto preparado por Judith Nieto López. Profesor Asociado. Escuela de Filosofía. Uni-
versidad Industrial de Santander.
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Judith Nieto López / El deber de la memoria, la imposibilidad del olvido. Alcances ético - políticos
aunque siniestro también es constitutivo de lo memoria requiere del cuerpo, en tanto éste se
que hoy somos y de lo que hemos dejado de vuelve centro de la acción emotiva que concibe,
ser. Es extraño llamar al olvido, más extraño según se explica desde la filosofía, como podrá
aún es desconocer que lo que se pide es no verse más adelante.
sentir el tiempo y seguir como si en realidad Es menester acudir desde ya a Paul Ricoeur,
esto fuera posible. uno de los autores centrales para el alcance
El propósito aquí procurado entonces, de estas páginas. En “Un alegato en favor de
no es ir en pos de una demostración con la memoria”, desarrollo que adelanta en su
particulares alcances teóricos. Se aspira sí, extensa y recién publicada obra La memoria,
promover, a partir de una reflexión académica, la historia, el olvido (2004) deja claro cómo el
una meditación en torno a los alcances y la deber de la memoria constituye a la vez la cima
conveniencia de la memoria para mantener del buen uso y del abuso en el ejercicio de la
vigente la historia propia, así como a los misma (Cfr. Íbid. p. 118). Lo que sucede ante el
peligros acarreados por un olvido declarado a hecho de acordarse, expresa el pensador citado,
la misma, más aún, cuando éste sucede por es la satisfacción del recuerdo y “en efecto, es
obediencia a un mandato, no por un deseo, a este tesoro de olvido donde recurro cuando
por una libre decisión. me viene el placer de acordarme de lo que una
vez vi o sentí, aprendí o conseguí” (Íbid. 535).
2. La memoria, el recuerdo del pasado De esta manera, y sin olvidar a Tucídides, la
perseverancia de la memoria adquiere forma
Para nadie es desconocido que pensar la de despertar y convida a la reelaboración como
memoria es pensar la historia, es remitirse cuando se reconstruye la historia. Esto es
a un pasado del cual aún están vivas sus acordarse, según Ricoeur, mantener vigente el
huellas, las cuales, próximas como la piel, a objeto, el motivo que se recuerda y por lo que
diario nos recuerdan que algo ha sucedido, se recuerda; es ver como propio el proyecto de
en una historia, en la nuestra, que no merece “una experiencia para siempre”.
olvidarse, que hay que mantener vigente, “¿De qué hay recuerdo?, ¿de quién es la
bien por efecto de la palabra, bien porque si memoria?” Es el inicio del primer capítulo de
se maneja el axioma de que cada vez que se la obra del autor a quien se acaba de hacer
recuerda es como si se despertara, entonces, no referencia. Y son tres categorías diferentes,
habrá otra salida que la necesidad de resolver e inseparables, las que corresponden a la
los recuerdos a través de la mejor vía: la de evocación del pasado: La memoria, la historia,
saber vivir el pasado sin retaliaciones; es ésta el olvido, las cuales convergen en procura de
una salida sana que promete la reconciliación uno de los deberes legítimos a todo sujeto, el
e imposibilita el olvido. de sentir el tiempo, hecho que a su vez libera de
Lo anterior indica que hoy más que nunca la ignorancia, salva de la inocencia, y advierte
es inaplazable una reflexión en torno a la acerca de la posibilidad de condena padecida
memoria, la que alberga experiencias gratas por quien es despojado de la memoria. Allí y así
o no y que sin tregua se han fijado, casi se introducen las páginas cuyo objeto es realizar
incorporado en forma de recuerdo, de imposible una fenomenología de la memoria, entendida
olvido en un sector de la existencia. Se trata como el lugar donde reposa lo que ha acontecido
pues -y aunque éste no es el propósito de las y lo que en consecuencia debe ser conservado,
presentes páginas, pensadas en la perspectiva protegido ante el peligro de desvanecerse con
ético-política-, de procurar una fenomenología el paso implacable del tiempo. Y el pensador
de la memoria, posible siempre y cuando se francés tiene, sin duda alguna, razón al
cuenten como esenciales emociones que emprender una búsqueda de tal magnitud,
pueden simbolizarse como el amor, el odio, el pues al leerlo se constata que hay recuerdo en
miedo, la vulnerabilidad, la desprotección y el la medida en que exista alguien que sepa dar
rechazo, sobresalientes entre muchas otras. cuenta de la memoria, alguien que se ponga al
La aspiración es pues la reivindicación de pie de la fértil reflexión en torno al deber que
una memoria que al ejercitarse en términos se tiene con toda experiencia que demande la
individuales y colectivos, lleva a conocer necesidad de lo que, en sus palabras, equivale
y comprender el sentido de algo que se ha al “placer de acordarse”. Es la confirmación de
interiorizado y que ha pasado también por que olvidar o buscar la amnesia por obligación
experiencias que van más allá de lo emocional, trae un sabor indeseado, como el que deja una
es decir, que se han vuelto corporales, sí, la pérdida, el desvanecimiento de una presencia
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grata, sabor que persiste, así la obstinación pero con preocupaciones afines, sirven de
por borrarlo de la memoria se acreciente. soporte filosófico y teórico a la disertación
Aunque las preguntas introducidas por que se aspira desarrollar. Asimismo se han
Ricoeur son esenciales para toda revisión de tenido en cuenta algunas puntualizaciones
lo que hace parte del pretérito y por tanto de acerca de las categorías indicadas y que han
lo que ya es materia de recuerdo, la aspiración obtenido desarrollos desde disciplinas como la
vital aquí es atraer para la meditación algunos literatura y la historia, una y otra de completa
de los sentidos apropiados para las categorías pertinencia para la preocupación a la que se
de la memoria y el olvido, ejercicio que puede consagran los intereses ya expuestos.
resultar valioso en un contexto como el
colombiano, donde el prolongado conflicto, 3. Memoria y recuerdo: breves precisiones
con sus visibles efectos, se aspira a borrar del desde la Filosofía
recuerdo individual y colectivo, a fin de atraer
una ilusión más engañosa que real: definida Conviene entonces y una vez anunciado el
en un aquí y ahora donde no ha sucedido motivo de estas páginas, una evocación a los
nada, no ha quedado nada, todo se ha vuelto griegos para, desde éstos, atender así a las
un pasado adueñado de la no recordación1. nociones que aquí interesan: la memoria y el
Pues como bien se ha visto, en particular en olvido. Pues bien, con mneme y anamnesis, los
los dos últimos años, dedicados a la polémica griegos designaban, de una parte, el recuerdo,
instauración de la ley de “Justicia y paz” referido a algo que aparece, expresa Ricoeur,
recientemente sancionada, se trata de una “algo pasivo, en definitiva, hasta el punto de
manera ingenua de limpiar un territorio de las caracterizar como afección -pathos- su llegada
huellas de la guerra y del conflicto. Pretensión a la mente, y de otra parte, el recuerdo como
difícil cuando la sucesión de hechos es tan objeto de una búsqueda llamada, de ordinario,
incontrolable que el más inmediato de todos, rememoración, recolección” (Íbid. 20). Hallar
hace opacar los previos, así la magnitud del el recuerdo en medio de una encrucijada
horror haya sido igual o similar. El deber ético es un ejercicio que más que atender a las
es, entonces, atender a la reflexión suscitada demandas semánticas, impone la necesidad
por unos eventos y por largas décadas de lucha de la pragmática, la cual implica acordarse, o
que parece no acabar y en donde la salida, hacer un esfuerzo tácito donde más que volver
estamos convencidos, tampoco está del lado al pasado para atraer al presente lo ausente,
de una declaratoria a la desmemoria. se busque algo en éste. En un contexto de la
Además de Ricoeur (1997- 2004), han pragmática, acordarse es hacer algo dentro del
sido soporte de los planteamientos aquí mundo de la memoria, lo cual conlleva verificar
consignados autores2, como Aristóteles (1967), el pasado y sus hechos. Es en tal ámbito donde
Todorov (1995- 1999), Luhmann (1976), Nora se habla de una memoria aprehendida que
(1984), Platón (1966), por nombrar sólo unos, puede conducir a usos y abusos, y donde sólo
quienes desde aportes próximos o lejanos, el mundo práctico puede salvar los alcances
1 Cursivas de la autora, destacadas luego de apreciar el documental titulado La sierra, dirigido por la comunicadora
Margarita Martínez y en el cual, en simultáneo, se vive obstinado en el horror de la guerra entre grupos al margen de
la ley y la “aspiración” de no seguir, de salirse del conflicto, de pensar en otras posibilidades, pese a que los actores
del mismo ven tal deseo como imposible, pues a su decir “están demasiado calientes” para abandonar lo ya empren-
dido. En el eco de sus palabras resuena “yo he vivido una guerra y otra guerra, y otra guerra......”, forma patética para
expresar que se ha crecido en medio de la “inolvidable” guerra y bajo la que quizá y como también se aprecia, todos
quedarán. El documental fue televisado por segunda vez por Caracol Televisión el sábado 9 de octubre de 2005 en el
horario de las veintidós horas.
2 También fueron revisadas entre las referencias obligadas para la temática del olvido las que trae Heidegger, autor
que a partir de un momento particular de su trabajo filosófico insistió, y lo hizo hasta el final de su vida, en la necesidad
de pensar el olvido a partir de los griegos, a pensarlo como léthe. Dados los alcances de esta intervención (de orden
ético-político), no fue tomado como autor central de la misma, sin desconocer que la reflexión de Heidegger en esta
materia es vital por una razón: saca el estudio del olvido del subjetivismo moderno y de la interpretación corriente del
olvido como omisión simplemente humana mostrando que en el olvido se pone en juego algo que es quizás más “ori-
ginal”, a saber, la relación del hombre con lo existente. De este modo, el olvido deja de ser un acontecimiento cotidiano
y pasa a constituir un modo eminente de relación existencial con el mundo, aspecto en el cual hay una cercanía del
autor con la mirada que aquí se da al problema del olvido y el vínculo que a partir de éste establecen los hombres con
la vida, con el mundo.
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posibles del recuerdo y poner a buen resguardo 450b), de ahí que el recuerdo se asocia con
la facultad de recordar de los sujetos, también algo sobre lo que se tiene la impresión, en tal
su desmemoria, dado que todo pretérito sentido, la memoria es el resultado de una
corre el riesgo de ser representado por una sensación, como bien expresa Aristóteles,
imagen que no corresponde a la realidad ya ocurrida en la parte del cuerpo que contiene
protagonizada. el alma; se trata entonces de reconocerla como
Luego de las líneas anteriores, no está de una afección, recordar remite necesariamente
más aclarar que el subtítulo que las precede a un pathos cuyo último estadio, también en
es tomado directamente de Aristóteles y de términos del filósofo, denominamos memoria
su breve tratado llegado hasta nosotros bajo (Cfr Íbid. 449-450b).
el título de La memoria y el recuerdo. En Todo ejercicio de la memoria entonces,
éste, el filósofo parte de plantear una primera remite al objeto, a la “cosa”, por tanto es ya
situación referida a la “cosa” que demanda conveniente diferenciar con la presencia del
recuerdo, es así como el pensador nos ubica lenguaje “entre la memoria como objetivo y el
en el territorio del tiempo como un requisito recuerdo como cosa pretendida” (Ricoeur Op
necesario cuando de hablar de la memoria se cit: 41). Pues bien, hablar de la memoria, es
trata, declarando para ello qué clase de cosas referir al pasado y es aquí donde se está ante
son objeto de memoria y en qué momento una fenomenología del recuerdo, la cual llama
es que ésta puede ocurrir: “La memoria es a hacer vigentes las cosas del pasado. Pero hay
del pasado” (Aristóteles 1967: 449b). No hay algo que debe tenerse presente, y es que no todo
entonces memoria de la espera encarnada por es objeto de recuerdo, entonces ¿qué? ¿cómo
el futuro, tampoco la hay del presente que se recuerda? y ¿quién recuerda? En el interés
como bien se sabe está vinculado directamente por precisar acerca de lo fenomenológico que
con la percepción. De lo que se trata es de subyace a la memoria, debe indicarse que lo
contrastar con el tiempo y de enfatizar que sólo recordado viene de un privilegio concedido a
es posible la memoria de lo ya ocurrido; en la uno o unos acontecimientos sobresalientes
misma dirección, el filósofo insiste que sólo entre todos los que a diario suceden. Hay,
hay memoria “cuando transcurre el tiempo” en consecuencia, recuerdos que se tornan
(Íbid) y de ello da cuenta el hecho de que el singulares y que por siniestros o dichosos pasan
recuerdo puede llegar sin que esté presente el a ocupar un lugar importante, inolvidable, en
objeto. Se comprende así que hay un terreno medio de todos los demás, lo que indica que el
compartido entre los humanos y los animales, recuerdo está circunscrito al “acontecimiento”,
como es y según indica Paul Ricoeur en la y es lo que lo hace objeto, “cosa” meritoria de
lectura que adelanta de Aristóteles: el de “la memoria. Señala Ricoeur, para citarlo una vez
simple memoria”, aunque, se entiende que no más, “el recuerdo-acontecimiento tiene algo
en todos se posee la sensación (aisthesis) del de paradigmático en la medida en que es el
tiempo. Sensación que lleva en los hombres equivalente fenomenal del suceso psíquico”
a diferenciar el antes y el después, distinción (Íbid: 42). Y el evento en cuanto tal, ha tenido
que sólo es posible, como también lo indica el lugar, ha ocurrido; en efecto, sobrevive porque
Estagirita en Física IV, gracias a “la percepción sobreviene a la memoria, se le hace consistente
del tiempo en movimiento” (Aristóteles 1967: y presente por un efecto: el del recuerdo. Es
218b), y que además les permite, con la así como en el terreno fenomenológico, sólo
ayuda del lenguaje, nombrar lo anterior y las experiencias particulares permiten hablar
posterior del tiempo. En tal sentido y como o volver sobre lo que hicimos, sentimos o
ya se ha indicado en las primeras líneas de aprendimos.
esta intervención, una reflexión en torno a la En igual terreno, también se ubican como
memoria conduce a entender el encuentro que sucesos únicos y movidos a la evocación lo
tiene que haber entre tiempo y memoria; uno y que Ricoeur denomina “apariciones discretas”
otra se superponen como también lo indica el dentro de las que se destacan: una puesta de
pensador griego. sol, el rostro singular de un ser querido, una
En caso de procurar un esbozo que permita palabra que evoque una situación particular,
claridad sobre la fenomenología de la memoria, un encuentro más o menos memorable que
puede volverse a la consideración aristotélica incite al recuerdo, bien por su imposibilidad de
acerca de lo que se recuerda: “uno se acuerda repetición en la vivencia, bien por sus rasgos
de algo que no está presente” (De la memoria... únicos, típicos, que conducen a la constante
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evocación; es el caso de esos acontecimientos (Tucídides citado por Ricoeur Op.cit: 43) y en
narrativos a los que siempre se vuelve por obra cuanto tales, por haber tenido un lugar y un
de un ejercicio de recordación. “Una mañana tiempo, los acontecimientos dentro del régimen
despertó Gregorio Samsa...” por atender a las del conocimiento histórico, reitera Ricoeur, se
líneas que asisten al comienzo de la novela aproximarán a los “estados de cosas” y éstas,
de Kafka La metamorfosis, o las de obligada como se anunció con la palabra autorizada de
recurrencia en todo trabajo que busque pensar Aristóteles, son las que pueden recordarse. La
acerca del problema que aquí nos ha ocupado, historia y sus hechos, por suceder en el tiempo,
la memoria y su faceta propia, el olvido. son objeto de memoria, ésta los actualiza, los
También es apropiado traer como parte de inmuniza del olvido.
la fenomenología de la memoria, lo relacionado
con los aprendizajes. Los adquiridos mediante 4. El tiempo entre la memoria y el olvido
un trabajo de conocimiento conservan un
lugar privilegiado en el recuerdo; la escritura El recorrido acabado de realizar, necesario
de una palabra en la lengua propia o ajena, para la continuación de esta disertación, es el
una conjugación verbal en un idioma antiguo, mismo que convoca de nuevo al tiempo y a lo
una operación matemática y hoy, la búsqueda que subyace a las “cosas” que en este suceden
de una información en un medio virtual. y que por tanto se recuerdan o se olvidan. Es
Recordarlas es repetirlas sin tener que volver el momento para hacer converger estas dos
a aprenderlas. Se trata de algunos ejemplos caras, en apariencia opuestas, pero quién lo
que constatan una teoría central en la apuesta creyera, de necesaria simultaneidad en el
por el conocimiento en la tradición platónica tiempo. Se entiende entonces que un ejercicio
en lo que el mismo filósofo denominara investigativo sobre épocas ya transcurridas,
reminiscencia. Bien es sabido que si en la va mucho más allá de la actualización de
mencionada tradición hay una obra que los recuerdos; se trata, como es sabido, de
represente de manera oficial lo acabado de una labor difícil pues a los hallazgos hay que
plantear es Menón de Platón, diálogo donde imprimirles una explicación con respecto al
se hace gala de lo valioso e interesante que ¿por qué? y ¿para qué? de cierta búsqueda,
resulta el ejercicio de la recordación, el que no así como de su pertinencia para el momento de
exonera ni a libres, ni a esclavos. Recordar y una determinada pesquisa.
saber se superponen. Hay sin lugar a dudas Responder al por qué hacemos
la memoria porque está la “cosa” por recordar, memoria, obedece a una indagación
hay el recuerdo porque la reminiscencia es encaminada a comprender la razón por la
capaz de hacer presente lo aprendido. cual nuestras historias se han obstinado
¿Cómo entonces, negar o negarse a en mantener un prolongado y hasta hoy
la memoria? ¿Cómo, si hasta las épocas, cerrado silencio, que inhabilita para
pensadores y experiencias más antiguos reconstituir los olvidos donde han quedado
dan testimonios de su importancia, belleza marginados los recuerdos colectivos,
y necesidad? El somero recorrido acabado capaces de provocar el descubrimiento
de hacer da cuenta de que, inevitablemente, de la novedad, de juzgar el presente bajo
estamos inscritos en acontecimientos la luz del pasado, procedimiento que trae
procedentes de la memoria, porque se han indudables y comunes beneficios, dado
sentido y también aprendido. que “Los recuerdos colectivos innovadores
La fenomenología de la memoria y las generan un nuevo pasado, nuevas áreas de
cosas objeto del recuerdo no excluyen los consenso y nuevas áreas de reconciliación
acontecimientos históricos; todos, del orden complejas, pero también nuevas formas
y la época que provengan, sin excepción, son de conflicto dentro de una cultura y como
objeto de un análisis como el emprendido. resultado de todo ello un recuerdo colectivo
Se hace presente el hecho histórico porque de nuevo transformado” (Strub 1993: 120.
éste, independiente de cómo haya ocurrido, Citado en Vázquez 2001: 155).
también ha quedado, ha sido adquirido por Lo indicado por Strub es una de las
una tradición, es la forma de obtener los demás mayores justificaciones para interesarse por
hechos venidos de este orden; en tal sentido una reflexión en la que subyace el problema
y como lo declarara Tucídides, “han sido de la memoria y la necesidad de su protección
elevados al rango de la ‘posesión para siempre’” frente a los alcances nefastos del olvido.
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Desde allí, además, se explica el riesgo de y el contenido social que la hace posible; pues
mantener un silencio forzado sobre el pasado bien se sabe que la vida no acontece en un
de los colectivos, lo que impide comprender vacío, se da dentro del tiempo y su interés,
el proceso de conformación de las sociedades en una reflexión sobre la memoria histórica,
cuyas raíces, comúnmente no son fáciles de permanece abierto a una relación dialéctica de
evocar; sobre esto ya ha indicado Ricoeur: “No pasado y futuro, desde la cual ayuda a explicar
podemos acordarnos de todo ni contarlo todo, el presente y a comprender los diversos y
pues el mero hecho de elaborar una trama complejos cambios experimentados día a día
con distintos acontecimientos del pasado por las sociedades.
precisa una gran selección en función de lo Quizá uno de los aprendizajes otorgado por
que se considera importante, significativo o un discurso como el filosófico o literario es su
susceptible de hacer inteligible la progresión apertura a lo que puede entenderse como la
de la historia” (Ricoeur 1997: 111). pluralidad de tiempos conectados en simultáneo
Lo anterior supone una formulación de por una narración. Se explica así que una
hechos a la luz del tiempo, en el que son historia ocupada de actualizar el pasado, al
concebidos y desde lo cual pueden ser igual que la sociedad que lo constituyó, son
comprendidos. No hay duda entonces que inconcebibles en un lapso único, su movilidad
en todo acontecimiento de memoria queda explica el dinamismo reflejado en los grupos
inscrita la dimensión temporal, por ella y en inminentemente unidos a su transcurrir.
ella toma sentido; en ella está la importancia De ahí que hacer memoria, ejercicio
de ser recordado, e incluso olvidado. próximo del recuerdo y del olvido, tiene varias
Ahora bien, de manera habitual se concibe implicaciones: al contrario de lo que suele
el olvido como algo opuesto a la memoria. Pero pensarse como un traslado de hechos pasados
no es así, cuando se hace una referencia al al presente, es una manera de conceder y
primero se está pensando en términos de la actualizar el sentido de los sucesos sobre los
segunda, uno y otro, haz y envés de la hoja cuales ya ha transcurrido un tiempo, es el
del tiempo son componentes fundamentales deseo de deshacerse del olvido; volver a mirar
del mismo proceso, por tanto tienen un común atrás, es, si se prefiere, conceder y también
objeto: el recuerdo que al revivir conduce a reelaborar los significados de acontecimientos
la reconstrucción del pasado; es lo que hace y sociedades, recordados como de otras épocas.
indispensable esa dialéctica de memoria-olvido Y también conduce a formular interrogantes,
para reconstruir lo de antes cuyo valor cultural pues se trata, de “construir el significado de
está pleno de sentido. por qué hacemos memoria y producir el sentido
Además, se constata, lo considerado por de por qué y para qué hacemos memoria para el
Pierre Nora (1984), para quien los grupos hoy y el por qué y el para qué hacemos memoria
viven por la fuerza del recuerdo; es entonces la para el mañana” (Vázquez 2001: 137).
vida obra de la memoria; en ésta, no obstante Se recuerda, se vuelve al pasado porque allí
la conciencia de su permanente cambio, la está el comienzo de nuestra identidad, como se
existencia afianza su porvenir. La evocación es puede parafrasear de las primeras líneas de La
la razón de ser de toda comunidad, a ella se memoria del mal, reflexión escrita por Todorov
debe así no se percate de su dialéctica oscilación (1999), quien en su planteamiento central
marcada por el recuerdo y el olvido, por los invoca la necesidad de inscribir en la memoria
constantes letargos y súbitas reapariciones. colectiva la superación del sufrimiento como
Toda reflexión sobre la memoria tiene una una forma de pensar el futuro; no se trata de
obligación, la del paso por el tiempo, categoría instalarse en el malestar que puede terminar
dueña de tantas meditaciones y de profundas en retaliación, sino de conceder a la memoria
consideraciones antiguas, continuadas en una salida que aligere la carga de pesar venida
el presente y tal vez imposibles de agotarse. de siniestros acontecimientos pasados. Una
Acerca de la pregunta sobre el tiempo, San razón hay para tal llamado: el problema de la
Agustín ha dejado una valiosa meditación: memoria va más allá de recordar o no, repercute
pensar la imposibilidad de su respuesta. en las sociedades y ante todo en sus modos de
Pero independientemente de contestar a tan asimilar o elaborar los duelos padecidos.
fugaz categoría, la vida debe asumirse, sea Ya se ha expresado: pensar acerca de la
individual o colectiva, como unida al tiempo, memoria implica adelantar una reflexión sobre
dado que procura la reflexión sobre la realidad el tiempo, pues lo sobresaliente en ella es,
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como se lee en la meditación de San Agustín,3 que a su alrededor hay toda una atmósfera
una relación desde el presente con el pasado y de mitos y ruinas que dejan ver el paso del
el futuro, pese a las resistencias que provoca tiempo, también su carácter destructor, hecho
por el temor y, por qué no, por la desesperanza que explica, en parte, el temor a recordar,
instaurados en una historia pasada, particular cada vez que el olvido hace sus demandas.
o común. Esa especie de miedoso fantasma del recuerdo
La empresa de recordar no es simple, hay no es un síntoma de la modernidad en la
que tener presente una dimensión del tiempo que “todo pasa”, siempre ha estado el deseo
como la anunciada, y debe atender según de no volver a lo vivido materializado en un
insistencia de Ricoeur (1997) a tres enigmas: llamado a la rememoración cumplida como
el del tiempo, el del pasado y el del olvido. El un deber, o en una amenaza en alguna forma
primero, fundamental para todo encuentro de amnesia. Los testimonios en este sentido
con la memoria, conduce necesariamente aparecen en el Antiguo Testamento, donde el
a un desplazamiento al pasado, desde el Deuteronomio invoca el deber de recordar así
pensamiento no libre de desgarramientos, como el alejamiento de todo peligro de olvido.
dado que pensar el tiempo es, además de pasar Es lo que se lee en algunos pasajes bíblicos
por el recuerdo, plantear una preocupación enunciados por Yahveh al dirigirse al pueblo
sobre el presente y el futuro. Una reflexión hebreo: “Guárdate bien de olvidar a Yahveh, tu
de tal carácter debe adelantarse desde una Dios, dejando de observar sus mandamientos,
interpretación de la realidad en constante decretos y leyes, que hoy te prescribo; no sea
movimiento, lo que equivale a decir que “(...) que cuando hayas comido y estés ya harto (...),
la vida cotidiana proporciona la experiencia y se aumente tu plata y tu oro, y se acrecienten
del cambio y contiene en sí misma el punto todos tus bienes, se engría tu corazón y
de partida para su propia ‘temporalización’ olvides a Yahveh, tu Dios, que te sacó de la
(timing)” (Luhmann 1976: 166). El interés sobre tierra de Egipto, de la casa de la esclavitud”
lo temporal está vinculado a las modificaciones (Deuteronomio 8: 11-14). El peligro de la
experimentadas por las sociedades dentro de desmemoria en tiempos bíblicos es anunciado
su propio movimiento, y por ende conduce a en tono de temible amenaza, acrecentada
pensar en la complejidad de tiempos presente desde el mandato del poder sagrado.
en todo acontecimiento social. En el mismo libro, se anuncia el castigo
El segundo enigma, “la propia noción del implacable, si además de ceder al olvido hay
pasado” trata de “lo que ha tenido lugar” la preferencia por otras divinidades; no es un
(Ricoeur 19997: 107), hecho que imprime una ruego, es una obligación impuesta al deber de
marca de tiempo a la memoria, no necesaria a la memoria que así se lee:
la imaginación. La explicación de la diferencia Debes, pues, acordarte de Yahveh, tu
entre memoria e imaginación es comprensible Dios, porque él es quien te da fuerza para
en tanto se tenga claridad sobre el modo como adquirir prosperidad, a fin de cumplir
el ser histórico se inscribe, se debe, en esencia, la alianza de tus padres, según ahora
a razones dictadas por un momento pretérito. aparece.
El “enigma del pasado” permite advertir que Más acaecerá que si por ventura
no es inocente una actitud abierta al recuerdo; olvidases a Yahveh, tu Dios, y anduvieras
al contrario, cuando se trata de buscar en un tras dioses ajenos y les dieres culto y
tiempo ya transcurrido las explicaciones del adorares, os declaro formalmente hoy
actual o las proyecciones en el porvenir, se que pereceréis por completo (8: 18-20).
asume una responsabilidad con la memoria, Se trata del olvido prohibido por imposición
debido a que la búsqueda procurada tiene del poder divino y bajo amenaza de muerte, y
relación con el olvido, cuya asunción llama a un no está lejano de mandatos recientes hechos
deber, pues en su interior están los portadores a “pueblos no elegidos” con la voz del poder
de la historia de un pueblo, de una mentalidad político.
y por ende de una cultura. También se ha implorado la desmemoria,
Ahora bien, sobre el tercer enigma, el ya en siglos lejanos, como forma de exorcizar
olvido, sabemos desde la antigüedad griega el temor. Tal es el caso de la invocación que
3 Es conocida la meditación de San Agustín acerca del tiempo: “Si nadie me lo pregunta, lo sé; si trato de explicárselo
a alguien que me lo pregunta no lo sé” (San Agustín 1987: 583). Palabras que corroboran la imposibilidad de responder
a la pregunta ¿qué es el tiempo?
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Judith Nieto López / El deber de la memoria, la imposibilidad del olvido. Alcances ético - políticos
hace el coro de la Antígona de Sófocles ante los de la historia y de las grandes catástrofes
cadáveres de los hermanos muertos en mutuo históricas (...). Pero existen otras formas
ataque: “De los combates que acaban de tener más civilizadas de olvido que, en buena
lugar, que se haga el olvido” (Sófocles, v.150). medida, son justificables. Se trata del uso
Frente a lo terrible de la existencia algo similar que hacemos del olvido para poder contar
ocurre a héroes de la tragedia y hombres algo o para escribir un relato (Ricoeur
no partícipes del drama, quienes acuden al 1997: 111).
olvido como una forma de condenar el pasado, La represión, el uso selectivo de los olvidos,
en el cual y de manera irrenunciable, ha son las variantes que puede tener la memoria,
determinado la vida, la suerte de la dicha y el en la cual se aprecia una especie de promesa,
sino del sufrimiento. protección, huida o conveniencia, que actúan
No se niega que hay en el olvido un telón como su contenido sustancial de donde y
con fondo de horror, es la forma de borrar se colige, de una parte, que la capacidad de
las huellas del tiempo sobre las cuales hay la recuerdo suele ser superior al olvido, palabras
impresión, quizá la esperanza de que un día, que pueden confirmarse con Freud, quien
irremediablemente serán suprimidas para “defendía asimismo la idea de que olvidamos
siempre. Pero las ruinas suelen sobrevivir al mucho menos de lo que creemos” (citado
largo paso del tiempo, su persistencia puede en Ricoeur 1997: 110), y de otra parte,
leerse como un llamado a la reconstitución del está la nombrada por Ricoeur como figura
olvido y a reconstruir el pasado, pues el tiempo, “civilizada del olvido”, como la que resulta
como indicaba Aristóteles, deja a su paso su a la postre conveniente a un uso como la
carácter destructor. escritura de una novela; en este caso se trata
de una reconstitución del olvido con doble
5. Asistir al derrumbe del cerco del olvido finalidad: la artística y la de volver a pensar
una época; la primera materializada a partir
Detenerse en una reflexión sobre la memoria de una selección de hechos que luego serán
consiste en conservar los vestigios del pasado, llevados a una narración literaria y la segunda
labor que demanda el establecimiento de un desde la reflexión sobre un tiempo al que nos
vínculo con el olvido como única forma de debemos.
desvelar lo que perteneciéndonos, parece Pueden hacerse entonces buenos usos del
escondido, conservado de manera casi perfecta olvido, están los concebidos para la producción
en una proximidad de la cual nos creemos en el terreno artístico y para la cura, como
ajenos, aunque seamos sus únicos dueños. sucede en la clínica psicoanalítica, pero así
La relación con el olvido impone el como son posibles selecciones convenientes,
derrumbe del cerco que nos separa de lo en ciertas ocasiones no ocurre lo mismo con
que nos corresponde y constituye nuestro la memoria sobre la que se han cometido
patrimonio personal y social, así nos cueste históricos abusos: es el caso de procesos
reconocerlo, e incluso nos genere miedo. Lo de manipulación cultural, en especial de la
que permite un símil con el psicoanálisis, dado memoria colectiva, conducidos por una perversa
que el fundamento de esta práctica terapéutica intención de extraviar e incluso desaparecer
descansa sobre el cometido de tener que acontecimientos del pasado que comprometen
recordar, lo que un “voluntario” olvido conserva a sus responsables en el presente.
oculto. Si se maneja el axioma de Todorov para
La razón para aludir al psicoanálisis en quien el recuerdo es necesario “porque el
unas páginas dedicadas a una reflexión sobre pasado constituye realmente el fondo de
la memoria y el olvido obedece a que dicha nuestra identidad individual o colectiva, y
práctica puede explicar una de las formas de porque sin un sentimiento de identidad, sin la
amnesia planteadas por Ricoeur como es confirmación que ésta da a nuestra existencia,
el olvido generado por la represión, nos sentimos amenazados y paralizados”
uno de los presupuestos del psicoanálisis. (Todorov 1999: 18), no hay duda de que se está
Pero existen otros tipos de olvido, como frente a una legítima búsqueda garante de la
el evasivo. En ocasiones, eludimos el existencia de cada miembro de la sociedad.
sufrimiento que puede acusar la memoria Se trata de la identidad, que opera siempre y
tratando de no recordar la que puede cuando el derecho a la vida esté pensado en
herirnos. El olvido, en este caso, resulta los términos colectivos que le son propios, la
activo. Tiene lugar sobre todo en el plano cual se constituye con la memoria pasada,
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Description:de la memoria para intentar la reconciliación, Para concluir: No al olvido impuesto en aras de la . que olvidar o buscar la amnesia por obligación.