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Autores
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José María Fernández Batanero
Aránzazu Cejudo Cortés
Celia Corchuelo Fernández
Eloy López Meneses
978-84-1324-473-0
RECURSOS DIGITALES
PARA LA DIVERSIDAD FUNCIONAL
José María Fernández Batanero
Aránzazu Cejudo Cortés
Celia Corchuelo Fernández
Eloy López Meneses
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Este libro es parte del resultado de un proyecto de Investigación cofinanciado
con fondos FEDER y el Ministerio de Economía y Competitividad Español, en
el marco del Plan Estatal de Fomento de la Investigación Científica y Técnica
de Excelencia 2013-2016 (proyecto DIFOTICYD) (EDU2016 75232-P).
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Los Autores
Madrid, 2019
Editorial DYKINSON, S.L. Meléndez Valdés, 61 - 28015 Madrid
Teléfono (+34) 91 544 28 46 - (+34) 91 544 28 69
e-mail: [email protected]
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http://www.dykinson.com
Consejo Editorial véase www.dykinson.com/quienessomos
ISBN: 978-84-1324-473-0
(cid:2)
(cid:2)
Introducción 3
1 Diversidad funcional en contextos formativos 5
2 Las Tecnologías de la Información y la Comunicación y 9
la diversidad funcional
3 Espacios virtuales especializados en atender a la 24
diversidad funcional
4 Aplicaciones web para atender a la diversidad funcional 87
5 A modo de conclusión 137
Referencias bibliográficas 141
Sobre los autores 146
Este libro es parte del resultado de un Proyecto de Investigación cofinanciado con
fondos FEDER y el Ministerio de Economía y Competitividad Español, en el marco del
Plan Estatal de Fomento de la Investigación Científica y Técnica de Excelencia 2013-
2016 (proyecto DIFOTICYD) (EDU2016 75232-P).
INTRODUCCIÓN
Nunca a lo largo de su historia, la humanidad ha tenido a su disposición tantas
tecnologías de la información y la comunicación (TIC, en adelante) como en la
actualidad, tecnologías que se duplican a gran velocidad gracias a la digitalización,
haciendo que lo transmedia, es decir la observación de los contenidos mediáticos en
diferentes dispositivos, multiplique las formas en las cuales se pueden interaccionar las
personas con la información (Cabero y Ruiz-Palmero, 2018). Asimismo, esta
proliferación tecnológica también se extiende a los escenarios formativos como lo
expresan los diversos informes Horizon (García et al., 2010; Durall et al. 2012; Johnson
et al.,2013 y 2016) y los informes EduTrend (Tecnológico de Monterrey, 2015).
Las TIC ayudan y facilitan los procesos de enseñanza y aprendizaje, tanto para la
apropiación de contenidos en el desarrollo de competencias clave, como en la creación
de espacios atractivos e intercambio de información (Albion, 2008; Livingstone, 2012;
Castañeda, Román y Barlam, 2015). De igual manera, en el ámbito internacional son
abundantes los estudios que resaltan la importancia de la integración de la tecnología
para la calidad de los procesos formativos de “todo” el alumnado (Ghaleb, 2014; Alper
y Goggin, 2017).
En este sentido, la utilización de las TIC (Fernández-Batanero y Rodríguez-Martín;
2017; Batanero, Román y Homrani, 2017), pueden ayudar al profesorado a la
consecución de procesos de enseñanza y aprendizaje inclusivos de mayor calidad,
favorecer la participación y la realización de tareas ajustadas a las necesidades e
intereses del alumnado y contribuir al desarrollo de ambientes de aprendizaje
funcionales que tengan en cuenta la diversidad de los educandos.
A su vez, ellas pueden ofrecer numerosas posibilidades al alumnado con diversidad
funcional, como indican diversos autores (Cabero, Córdoba y Fernández, 2007; Ortega
y Gómez, 2007; Prendes, 2008; Cabero y Fernández-Batanero, 2014):
(cid:2) Propician una formación individualizada en el que el alumnado pueda avanzar
según su propio ritmo.
(cid:2) Favorecen la autonomía del alumno, pudiéndose adaptar a sus necesidades y
demandas de forma personalizada.
(cid:2) Respaldan un modelo de comunicación y formación multisensorial.
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(cid:2) Los ejercicios que los alumnos realizan pueden ser ejecutados y repetidos las
veces necesarias yfavorecen la motivación por los procesos formativos.
• Pueden ser excelentes simuladores de la realidad.
• Ayudan a superar las limitaciones (cognitivas, sensoriales, motrices…).
• Favorecen la comunicación sincrónica y asincrónica de estos alumnos con el
resto de compañeros y docentes.
• Favorecen el diagnóstico y la evaluación del alumnado.
• Pueden facilitar la inserción socio laboral del alumnado con dificultades
específicas.
• Propician el acercamiento de los alumnos con necesidades educativas al mundo
científico y cultural.
En concordancia, con Arenas (2016) se puede inferir que desde una visión inclusiva las
TIC pueden ser un valioso medio de información que favorece el acceso al
conocimiento y a la construcción de nuevos escenarios formativos de diversidad cultural
colaborativas, ya sea para el estudiante o para el docente. De igual manera, como
indican diversos autores (García-García y López-Azuaga, 2012; Troncoso, Martínez, y
Raposo, 2013; Marín, 2013; Pegalajar y Colmenero, 2014), ellas pueden suponer un
puente en la promoción del aprendizaje del alumnado con diversidad funcional, ya que
propician nuevas metodologías, estrategias didácticas, facilitan la comunicación e
interacción entre las personas, independientemente de su limitación, ofrecen un alto
nivel igualador de oportunidades a las personas y pueden andamiar el desarrollo de una
educación para todos y todas. En consecuencia, restringir la posibilidad de utilización de
las TIC a la comunidad educativa, independientemente de sus necesidades específicas
puede implicar un empobrecimiento delaformación en la ciudadanía inclusivaglobal.
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1. DIVERSIDAD FUNCIONAL EN CONTEXTOS FORMATIVOS
Nuestro objeto de reflexión son personas, como indican (Rodríguez-Díaz y Ferreira,
2010), personas que en virtud de ciertas peculiaridades biológicas encuentran
dificultades para su desenvolvimiento social y cotidiano en comparación con las
personas que no poseen esas características, sin embargo, por el hecho de esa
singularidad han sido catalogadas de determinada manera y objeto de ciertas prácticas
que han transformado su singularidad en una diferencia de carácter negativo.
El término “diversidad funcional” se propone como una alternativa como apunta
Fernández-López (2013), a los tradicionales términos de deficiencia o discapacidad,
basándose en que ninguno de los términos actualmente empleados es positivo, ni neutro.
Siguiendo al mismo autor, ésta no tiene nada que ver con la enfermedad, la deficiencia,
la parálisis, el retraso, etc. Toda esta terminología tiene su procedencia de un modelo
vinculado con la medicina tradicional en la que se estima a la persona diferente como
una persona biológicamente imperfecta que hay que rehabilitar para restaurar una cierta
“normalidad”. En este sentido, la diversidad funcional (Romañach y Lobato, 2005;
Palacios y Romañach, 2007; Romañach y Palacios, 2008) ha surgido dentro del propio
colectivo de personas con discapacidad como el argumento conceptual con el que
esgrimen su derecho a decidir quiénes son por sí mismos/as. A decidir, en primer lugar,
no ser lo que el calificativo que se les atribuye pretende denotar: dis-capacitados,
personas sin capacidad o capacidades.
Asimismo, ésta, como apuntan (Rodríguez-Díaz y Ferreira, 2010; Conde-Melguizo,
2014), es una propuesta de contenido ideológico: el concepto pretende ser la síntesis de
un conjunto de ideas sistemáticamente organizado para la comprensión de una realidad
social comúnmente denominada “discapacidad”; y lo realiza con clara pretensión
emancipadora, pues tras esa transición conceptual, lo que hay en juego es la experiencia
de unas personas condenadas a la marginación ya la exclusión social; en este sentido, el
concepto pretende suprimir las nomenclaturas negativas que se han aplicado
tradicionalmente a las personas con discapacidad (siendo “discapacidad” un ejemplo de
lasmismas).
De igual manera, esta acepción puede ser expresada de esta manera: «las mujeres y
hombres con diversidad funcional somos diferentes, desde el punto de vista médico o
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físico, de la mayor partede la población. Al tener características diferentes, y dadas las
condiciones de entorno generadas por la sociedad, nos vemos obligados a realizar las
mismas tareas o funciones de una manera diferente, a veces a través de terceras
personas […] misma función, manera diversa […].Estetérmino considera ladiferencia
del individuo yla falta derespeto delas mayorías» (Romañach yLobato, 2005:3).
En consecuencia, el modelo de la diversidad funcional gira alrededor de una cuestión
básica: las personas no tienen deficiencia, sino diversidad, de lo cual se deduce que lo
que sufren no es discapacidad, sino marginación e injusticia debido a su diversidad
(Canimas, 2015) y, además, dicho modelo centra su significado conceptual en la
persona dejando en un segundo plano la deficiencia o discapacidad que pueda presentar
(Vela y Moya, 2016).
Asimismo, es relevante la aportación de Echeíta (2004) al expresar que la
“discapacidad” no es una cuestión individual, sino social, resultado de la interacción de
la persona con el entorno en el que se desenvuelve y se “diluye” cuando el ambiente
social se vuelve accesible y respetuoso con la diferencia. Por lo tanto, no consiste en un
simple cambio de nombre, sino un proceso de resemantización activista, de crítica,
denuncia y deconstrucción de lo que crean las actuales palabras, sustituyéndolas por
otras que digan nuevas cosas porque parten y generan nuevas visiones y relaciones
(Palacios y Romañach, 2006; Pié, 2012, 2014; Canimas, 2015).
También, es indiscutible que la situación educativa y social de las personas con
diversidad funcional ha evolucionado favorablemente a lo largo de las últimas décadas
(Negri-Cortés y Leiva, 2016). También, Alcaraz et al. (2019) indican una visión
optimista de ella, al expresar que la presencia de la diversidad funcional en Europa y en
España es cada vez más visible y normalizada gracias a todas las políticas y medidas,
tanto institucionales como no institucionales, que favorecen la inclusión de la población
con estas características en la vida social de los respectivos países. Pero, debemos ser
conscientes, en concordancia con Abbott & McConkey (2006), que la voz de la
población con diversidad funcional, especialmente de tipo intelectual, ha estado a
menudo ausente en los debates sociales para una adecuada inclusión de esta población.
Y como apuntan Vilà, Pallisera y Fullana (2010) en que, a pesar del avance de la
filosofía y las prácticas inclusivas durante la etapa escolar en nuestro país, la inclusión
laboral de las personas con diversidad funcional constituye aún un reto. En este sentido,
si nuestro deseo es aspirar a una sociedad diversa e inclusiva en la que toda persona
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tenga la posibilidad de participar en ella y contribuir a su desarrollo, entrañará un gran
esfuerzo (Belmonte y García, 2013).
Referente a las temáticas las cuales se orientan los últimos estudios vinculados con las
TIC yladiversidad funcional semuestran enlaFigura1.
COGNITIVA
VISUAL
Patrones de uso tecnología,
Accesibilidad, lectura y escritura,
organización del tiempo, brecha
atención temprana, programas
digital, aprendizaje y adquisición de
estimulación visual, formación del
habilidades, envejecimiento y
profesorado
discapacidad individual
DIVERSIDAD FUNCIONAL
AUDITIVA
MOTÓRICA
Recursos tecnológicos, como
instrumentos de socialización, de Accesibilidad, análisis de la mirada,
apropiación de la lectoescritura, papel de las familias
lenguaje de signos, accesibilidad
Figura1Tópicos tratados en los últimos estudios(Fernández-Batanero et al.2018).
Las personas desde la óptica de la diversidad funcional superan el modelo médico-
rehabilitador para trascender a un modelo social activo y participativo para el desarrollo
sostenible de una ciudadanía integral y global orientado hacia la igualdad de
condiciones, el énfasis y el reconocimiento de los derechos humanos para un dinamismo
activo en la sociedad actual. Además, debe orientarse como indica Aparicio (2015) en el
trato justo en el seno de la comunidad inclusiva, fundado en el reconocimiento de la
dignidad personal para favorecer la potenciación de la autonomía de las personas y
hacia un mundo de respeto, derecho, y a la igualdad, a la vez que a la diferencia
(Belmonte y García, 2013).
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En última instancia, hablar de personas con diversidad funcional supone como indican
Cárdena y Lucas (2009), una opción que está a favor de la convivencia de todos los
ciudadanos en igualdad de derechos y deberes y con una equiparación real de
oportunidades, a partir de un modelo social accesible, inclusivo y respetuoso con la
diversidad. Desde esta perspectiva, la situación de las personas debe observarse desde
una visión integral. Así, características como la automotivación, la autoestima, la
autovaloración, la percepción de autoeficacia, la proactividad, la resiliencia, etc. deben
ser tenidas en cuenta además de las disfunciones orgánicas.
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