¿Qué es la vida? : el aspecto físico de la célula

61 Pages·1986·81.314 MB·Spanish

by  Erwin Schrödinger

ERWIN SCHRODINGER
t-
¿QUE ES LA VIDA?
EL ASPECTO FÍSICO DE LA CÉLUI-A VIVA
EDICIONES ORBIS, S.A.
Título original: lVhat is life? TIte plrysical aspect of tbe lioing cell PRESENTACION
Traducción y notas: Ricardo Guerrero, catedrático de Microbiología de la
Universidad Autónoma de Barcelona
Presentación: Jorge §Tagensberg
Asesor científico de la colección: Pedro Puigdoménech
Dirección de la colección; Virgilio Ortega
Erwin Schródínger (1887-1961), fisico austríaco, Pre
mío Nobel (con Paul Dirac) en 1933 por su fundamentalí-
sima aportación a la mecanica cuántica, declararía en una
ocasíón: <<El pensamíento de Boltzmann fue mi primer
amor en cíencía. Nadie me ha cautivado ní podra cautivar-
me como é1.» Muchos científtcos y pensadores actuales,
protagonistas de los avances mas trascendentes de la Físí-
ca y la Biología de esta segunda mitad de siglo, reconocen
un sentimiento simílar con respecto a Schródínger por las
ideas sembradas en este libríto, escríto en 19-lJ, que el lector
acaba de abrir. El tiempo no suele sentir piedad por los
ensayos científicos; en efecto, la vertiginosa aceleracíón de
la ínvestigacíón hace que la mera forma de tratar un con-
cepto denuncie algo vagamente rancio y que nos'soniamos
O Cambridge University Press 1944, 1945, 1948, 1951., 1.955, 1962 y 1967 de ciertas desafotunadas profecías. Pocas veces, como en
@ Tusquets Editores, S.A. este caso, la especulación cientíJíca sale airosa Las ideas
@ Por Ia presente edición, Ediciones Orbis, S.A., 1986 que se aprietan en este breve ensayo orientaron logros cien-
@ AFopatort apdoort addea C: Vorhreitonse y3 5L4a32n,e BlTahrcee lIomnaage Bank fficos posteríores y estímulan la imagfnación sobre cues-
tíones todavía pendíentes. Resulta extremadamente s¡ngu-
ISBN: 84-7634-305-1 lar que una obra que, en princípio, no estaba dirigida a la
D.L.: B. 38235-1986
comunidad científica erudíta, resulte ser, hoy, una de las
TrRcrR¡ EDrcróN obras más citadas en la literatura especíalizada del tema.
iQué es la vída? He aquí una pregilnta de una senci-
Impreso y encuadernado por llez ímpresionante que siempre ha alimentado intermína-
p08ri6ñ2t0e rs ainndt uvsictreianq g dráeflisc ah osárt sc .nb.a rIcI,e lcounaat ro1 9c8a6minos, s / n bles polémicas científicas. iViola la vida las leyes de la
fisíca? iLas respeta, en cambio, aunque no encuentre en
Printed in Spain ellas la explicación de su existencia y de su evolución?
i,Falta-n aún leyes de la fisicq precisamente las necesarias
poOrad rbeaLine ad nte, e isndrcmteer ionbndcuiriei ónlvanáo m vdyiied cs aoSi?m c apihellr eóudmdeéei n ncegtoseem ,rl o p¿ rtcqie aujoiédr" aarercdsr toltea¡,r o ívestildOt icaco?sanicmceip;i;it-;o;q ;d;;;e;; emecosl antoi ocrditcgoeiem ln qir euyene lto moSj ecrmcehanreónacdicáseimnnngi omed reod s eepc muoloémpss l peodar eos eíccmneu braeoorlqi r souvéi íeptdarte ilemdts iods. ceOcuteast iippmóínatiun isoliosoir btijeor_es,
culmina (con emoción para el láuár atunto) ,i sospecho, algo más que un precedente aZ U ¡amása teoríá
sexto. La penetrante intuición del autor ,rt," pt'rioíi¡i-ír'"iiáá -<<Las nubes y los relojes»t- que etJilósofo-poppe, elabi
sólo ha signí"ficado un gran avance para la" ic omprinsiOn ¿, ra para tratar el irresoluble problema del determinismo del
los sistemas vivos, siná que ha ntpiiao y o"'¡*iái- ioái mundo.
una nueva discíplina en fisica: li termodinámica ¿e Todos tenemos lecturas que se acomodan en un incón
pcreopctoess ocso minoe veel rdseib l<e<so;r dyen a p oersfltuac dtuoacctiionnae sd>e>b,e om eosl dne i«iaruátotlo_s pcoivnislecgieínatdeo a gdrea dlae cmímeímenotroia yy sceucyrae toe vaofceacctoió, ns ennoss apcríoódnu cdee
organización espontánea». Er apartado titutado ,ao i,iin algo redondo, bello y potente. En la hlsrcría de las idea.i,
ria viva elude la degradación iacia et equilibrio»> ,*plJo esta pequeña maravilla ha conquistado muchos de estos
con el replanteamiento central: icuál ál rorgo rincones.
tíco de la vída? se prepara así la acu"ñ,a ción áe u"n" itoérímrotiitol
;la entro.qia negátna o iguiirrrpá,_ qu, habría de JoRGE WAGENSBERG
hacerse célebre como magntna que'representa el proceso Enero, 1983
poo4r ?e*l jc!u-fanl tuon gslisote ma se orgaiiza a- sí mísmo ír¡"ií,
sin violal ta severa segunda ley de la
Iermo cü ndmica. C íentífico s y fi ló sofos han -e levado ius crí_
ticas contra el flanco mas ¡ágit,'qr, ,r, claro, el qu; ;,
refiere a su naturaleza «caraóteríitica». La porcmiia ii
este sentido no ha hecho.sino demostrar, conil tiempo, la
fetilidad de la sugerencia de Schródinslr.
Su-noción y análisis del problemo ái h herencia en los
capítulos centrales coyq atsao comparable a un cristal ape_
riódico influyeron decisivamente iada irro, que en-desci_
@o, acaso et mayir ioero ai b tíñla
moderna.
-El últímo capítul2 y el epílogo se aventuran en la Jilo_
sofia. Se comprende la mutua l¿*¡ror¡¿, y Ao*niáiio
c9n la que se observgy científicos y prrq i"-t,
fitOsofos.
filosofia actual, también trop"ro*ii con constantes refe_
rencias (no todas confesada$ a estas breves paginas repl*
tas de invítaciones a ra reflexión. Er probreia áer ¿rti'rm¡-
nismo y -el azar frente a cuestionei como la liberu¡,'ia
responsabilidad o la creatividad y a temas de la teoría del
6
PREFACIO
El cientifico debe poseer un conocimiento completo y
profundo, de primera mano, de ciertas materias. En conse-
cuencia, por lo general, se espera que no escriba sobre
tema alguno en el cual no sea experto, siguiendo una con-
ducta de noblesse oblíge. Sin embargo, por esta vez, pido
poder renunciar a la «noblez¿» y quedar dispensado de las
consiguientes obligaciones. Mi excusa es ésta:
Hemos heredado de nuestros antepasados el anhelo
profundo de un conocimiento unificado y universal. El
mismo nombre, dado a las más altas insütuciones de ense-
fialnza, nos recuerda que, desde la Antigüedad y a través
delossiglos,elgpgglo__rltlilgt"c_g!.§n.lp*"c"rS_u*iatpgrgg."eJ
Ulgg_gus*foa-mff eeidg-_rgl_"qf93-r,_g "Lb§"al1m. Pe ro l a propa-
gación, tanto en profundidad como en amplitud, de Jas
múltiples ramas del conocimiento humano durante los últi-
mos cien años nos ha enfrentado con un singular dilema.
Por un lado, sentimos con claridad que sólo ahora estamos
empezando a adquirir material de confianza para lograr
soldar en un todo indiviso la suma de los conocimientos
actuales. Pero, por el otro, se ha hecho poco menos que
imposible para un solo cerebro dominar completamente
más que una pequeña parte especializada del mismo.
Yo no veo otra escapatoria frente a ese dilema (si que-
remos que nuestro verdadero objetivo no se pierda para
siempre) que la de proponer que algunos de nosotros se
aventuren a emprender una tarea sintetizadora de hechos y
teonas, aunque a veces tengan de ellos un conocimiento
ll
incompleto e indirecto, y aun a riesgo de engañarnos a
nosotros mismos.
Sea ésta mi justificación.
Las dificultades de lenguaje son importantes. El habla
nativa de cada uno es como un traje hecho a medida; nadie
se siente cómodo cuando no puede emplearlo y tiene que
sustituirlo por otro. Debo dar las gracias al doctor Inkster
(Trinity College, Dub[n), al doctor Padraig Browne (St.
Patrick's College, Maynooth) y, por último, aunque no el
menos importante, al señor S. C. Roberts. Todos ellos
tuvieron grandes problemas para ajustarme el nuevo traje
y, especialmente, para vencer mi ocasiolial resistencia a PERSPECTIVA DESDE
renunciar a alguno de mis <<originales»r modismos. Si, a LA FÍSICA CLÁSICA
pesar de todo, alguno de éstos ha sobrevivido a las tenden-
cias atenuantes de mis amigos, soy yo, y no ellos, el úni- Cogíto, ergo sum
co culpable. Descartes
En un principio, los titulos de las numerosas secciones
estaban destinados a servir de resúmenes marginales; el
texto de cada capítulo deberia leerse sin intemrpciones.
ERwrN ScuRóoncen
Dublin, septiembre de 1944
Homo liber nulla de re minus quam de morte cogi-
tat; et ejus sapientia non mortis sed vitae meditatio est.
SprNoze. Etica, P.IV, prop. 67.
(En nada piensa menos el hombre libre que en la
muerte; su sabiduria consiste en reflexionar, no sobre
la muerte, sino sobre la vida.)
.l
iCómo pueden la Físíca y la Químíca dar cuenta de
los fenómenos espacio-temporales que tienen lugar dentro
de los límites espaciales de un organismo vivo?
La respuesta preliminar que este librito intentará expo
ner y asentar puede resumirse así:
La evídente incapacídad de la Física y la Química
actuales para tratar tales fenómenos no sign{fica en abso'
luto que ello sea.imposible.
Caracteristicas generales y propósito
de la investigación
Física estadística. La diferencia fundamental
Este pequeño libro es el resultado de una serie de con- en estructura
ferencias pronunciadas por un fisico teórico ante un aud!
torio de unas cuatrocientas personas, número que no mer- Esta observación seria muy trivial si lo único que pre-
mó apreciablemente a pesar de haber sido advertido desde tendiera fuese alimentar la esperanza de lograr en el futuro
un principio de que el tema resultaría dificil y de que las lo que no se ha conseguido en el pasado. Pero su sentido
conferencias no serían precisamente populares, incluso re- es mucho más positivo, porque esta incapacidad, hasta el
nunciando a utilizar el arma más temida del fisico, la de- presente, está ampliamente justificada.
ducción matemática. No es que el tema fuera lo bastante Hoy en día, gracias al ingenioso trabajo realizado du-
sencillo como para explicarlo sin recurrir a las matemáti- rante los últimos treinta o cuarenta años por los biólogos,
cas; más bien al contrario, resultaba excesivamente- -com- especialmente por los genetistas, se conoce lo suficiente
-póláefjfott épña§ratió see;'rq pülée n"a¿iml "eiiinétneó sa'c pcreés§itbálebá á "ü'náás-l d"ip.;nie.in"c. iaO td.ue laocse rocrag adneis lma oess tpruacratu aralt rmmaater rgiaulo y, yd evle fru enxcaiocntaammeiennteto p doer
popularidad al asunto, fue la intención del conferenciante qué, la Física y la Qümica actuales no pueden explicar lo
de exponer claramente al fisico y at biólogo la idea funda- que sucede en el espacio y en el tiempo dentro de un orga-
mental, que oscila entre la Biología y la Fisica. nismo vivo.
Porque, en efecto, a pesar de la variedad de temas La disposición de los átomos en las partes más esen-
implicados, toda la empresa pretende transmitir una sola ciales de un organismo, y su mutua interacción, difieren de
idea: hacer un breve comentario a un problema amplio e modo fundamental de todos aquellos casos que hasta aho-
importante. ra han ocupado, teórica o experimentalmente, a fisicos y
Con el objeto de no desviarnos de nuestro carnino, quimicos. Ahora bien, la diferencia que yo acabo de deno-
puede ser útil presentar de antemano un breve esbozo del minar fundamental tiene tal naturaleza que fácilmente po'
plan que vamos a seguir. dría parecer insignificante a todo aquel que no sea fisico, y
El problema vasto, importante y muy discutido, es éste: que no esté, por tanto, profundamente compenetrado con
el conocimiento de que las leyes fisicas y qümicas son
t4 l5
esencialmente estadísticas.r Es en relación con el punto de Cuando hablo del cristal periódico como uno de los
vista estadistico donde la estructura de las partes esencia- objetos de invesügación más complejos, me refiero a la
les de los organismos vivos se diferencia de un modo abso. Fisica propiamente dicha. La Química orgánica, en efecto,
luto de cualquier otra porción de materia que nosotros, al tratar moléculas cada vez más complicadas, se ha acer-
fisicos y qümicos, hayamos manejado fisicamente en nues- cado mucho más al ugltg!_qperirdigo»» que, en mi opi-
tro laboratorio o mentalmente frente a nuestro escritorio. .n.i,ó|n, es el portador lqateggl-dgl¿JidA. Por esta razón, no
Resulta casi inimaginable que las leyes y regularidades asi es sorprendeñte que el químico orgánico haya contribuido
descubiertas puedan aplicarse inmediatamente al compor- ya de modo amplio e importante al problema de la vida,
tamiento de sistemas que no presentan la estructura en la mientras que el fisico apenas haya aportado nada.
que están basadas esas leyes y regularidades.2
No puede esperarse que alguien ajeno a la fisica capte
el sentido -y mucho menos aprecie el alcance- de esta La perspectiva del físico ingenuo
diferencia en la <<estructura estadística»» si se expresa, como
yo lo he hecho, en unos términos tan abstractos. Con el fin Una vez esbozada brevemente la idea general de nues-
de dar vida y color a la afirmación, permitaseme anticipar tra investigación -o más exactamente su objetivo últi-
Io que será explicado posteriormente con mucho más deta- Do-, procedamos a describir la línea de ataque.
lle, concretamente, que la parte más esencial de una célula Propongo desarrollar en primer lugar lo que podríamos
viva -la fibra cromosómica- puede muy bien ser deno, llamar «las ideas del fisico ingenuo sobre los organismos>»,
minada tn cristal aperiódico. En Física, sólo hemos trata- es decir, las ideas que podrían surgir en la mente del fisico
do hasta ahora con cristales períódícos. Para la mente de que, después de haber aprendido su fisica y, más especial-
un humilde fiísico, estos últimos son objetos muy complica- mente, la fundamentación estadística de su ciencia, empie-
dcs e interesantes; constituyen una de las más complejas y za a pensar en los organismos y en cómo funcionan y se
Íascinantes estructuras materiales que confunden su com- comportan, llegando a preguntarse conscientemente si é1,
prensión de la naturaleza, pero, comparados con el cristal basándose en lo que ha aprendido, puede hacer alguna
aperiódico, resultan bastante sencillos y aburridos. La dife- contribución relevante al problema desde el punto de vista
rencia entre ambas estructuras viene a ser como la existente de su ciencia, tan simple, clara y modesta en comparación.
entre un papel pintado de pared, en el que el mismo dibujo Resultará que si puede hacerlo. El caso siguiente debe-
se repite una y otÍa vez en períodos regulares, y una obra rá ser comparar sus anücipaciones teóricas con los hechos
maestra del bordado, por ejemplo, un tapiz de Rafael, que biológicos. Pero, entonces, resultará que sus ideas -a pe-
no presenta una repetición tediosa, sino un diseño elaborado, sar de parecer bastante razonables en conjunto- necesitan
coherente y lleno de sentido, trazado por el gran maestro. ser reestructuradas sustancialmente. De esa manera, ire-
mos acercándonos al punto de vista correcto o, para decir-
l.
Esta ahrmación puede parecer excesivamente general. La discu- lo con más modestia, al que yo propongo como correcto.
sión al respecto debe ser aplazada hasta el final de este libro. Aun en el caso de tener razón en este sentido, no sé si
2. Este punto de vista ha sido destacado en dos articulos sumamen_ mi manera de plantearlo es la mejor y la más sencilla.
te sugeridores de F. G. Donnan en Scientia, XXIV, n." 7g (l9lg), p. l0
(.<La science physico.chimique décrit elle d,une fagon adéquate les-phé_ Pero, en resumen, es la mía. El «físico ingenuo>> soy yo
noménes biologiques?») y en Smithsonian Reponfor 1929, p.309 (<ühe mismo. Y no sabría encontrar otro camino hacia esa meta
mystery ofl life»). mejor o más claro que el tortuoso que yo he encontrado.
l6
l1
,
l.i Pues bien, i,por qué son tan pequeños los átomos?
Es evidente que la pregunta es una evasiva porque no
iPor qué son tan pequeños los átomos?
se trata, de hecho, del tamaño de los átomos, sino que
Un buen método para desarrollar «las ideas del fisico se refiere al tamaño de los organismos, particularmente a
ingenuo» consiste en partir de una pregunta curiosa, casi nuestro ser corporal. Por supuesto que el átomo es peque-
ridícula: [por qué sgn tan pequeños los átomos? De entra- ño, si nos referimos a nuestra unidad cívica de medida, sea
da, diremos que efectivamente son muy pequeños. Cual- la yarda o el metro. En Física atómica, se acostumbra a
usar el Angstróm (abreviado A) que es la diez mil milloné-
quier trozo de materia que manejamos en Ia vida cotidiana
sima (1/10'0) parte de un metro, o en notación decimal
contiene un enoñne número de ellos. Se han imaginado
0,000 000 00001 metros. I"os diámetros atómicos oscilan
muchos ejemplos para familianzar al público con esta idea, entre I y 2 R. Esas unidades civicas (en relación con las
pero ninguno es más impresionante que el empleado por
pord Kelvin: supongamos que pudiéramos marcar las molé cuales los átomos son tan pequeños) están estrechamente
relacionadas con el tamaño de nuestros cueryos. Existe
( culas de un vaso de agua; vertamos entonces el contenid
una leyenda que remonta el origen de la yarda al capricho
\del vaso en el océano y agitemos de forma que las molécu de un rey inglés al que sus consejeros preguntaron acerca
as marcadas se distribuyan uniformemente por los siet
ares; si después llenamos un vaso de agua en cualquie¡ de la unidad de medida que convenía adoptar; el rey, en-
tonceso abrió los brazos diciendo: «Tomad la distancia
arte del océano, encontraremos en él alrededor de un cen-
desde el centro de mi pecho hasta la punta de mis dedos; y
tenar de moléculas marcadas.3
El tamaño real de los átomosa está entre l/5000 y ésa será la medida que necesitáis.» Verdadero o falso, este
relato tiene significado para nuestro propósito. El rey indi-
l/2000 de la longitud de onda de Ia luz amarilla. La com-
paración es significativa, ya que la longitud de onda indica, caria, naturalmente, una longitud comparable con la de su
propio cuelpo, sabiendo que otra cosa no sería práctica.
aproximadamente, las dimensiones del grano más pequeño
Con toda su predilección por el Angstróm, el fisico prefie-
observable con el microscopio. De esta manera, se com-
re que le digan que, para su nuevo traje, necesita seis yar-
mpriulleobnae sq udee uánto gmraons.o de este tipo contiene todavia miles de das y media en lugar de sesenta y cinco mil millones de
Angstróms de tela.
3. Nafuralmente no €ncontrariamos exactamente cien (aun cuando (Jna vez visto que nuestro problema se refiere real-
éste fuera el resultado exacto del cálculo). podriamos encontrar gg o 95 mente a la relación de dos longitudes -la de nuestro cuer-
o 107 o l12, pero muy dificilmente tan pocas como 50 o tantas como po y la del átomo- con una incontestable prioridad de
150. Se debe esperar una «desviación» o «fluctuación» del orden de la existencia independiente por parte del átomo, la pregunta
qarauhieoz r eacn,u cpaoednrroatr daloam codistea r11e00m00 o,+s e ms1 0ád.s eE casidrtee 1l ac0no.t meE, elp neotasrqrtaiuode i psoutifecrodee c eedx uepnjrae ressjeae mea psutloon ddlaeicd iloea n pldeooyr ¡\cduee rhpeocsh coo emsp: airpaodro sq yc-oÉn h e?l !á dtoe mseor t?a n gl4r-rde§ _ngestros)\
estadística de la y'n. i imagirió que m᧠de ün.éniusiasta estudiante de Física
4. De acuerdo con los puntos de vista actuales, un átomo no posee o Química habrá lamentado el hecho de que cada uno de
limites exactos, de modo que su «tamaño)) no es una concepción bien de- nuestros órganos sensoriales, que forman una parte más o
finida. Pero podemos identiflrcar ese concepto (o bien sustituirlo) por la dis- menos importante de nuestro cuerpo y, en consecuencia,
tancia que separa los centros de los átomos en un sólido o en un líquido
-pero no, por supuesto, en un gas, donde la distancia, en condiciones nor_ están compuestos a su vez por innumerables átomos (en
males de presión y temperatura, es aproximadamente diez veces mayor_. vista de Ia magnitud de la mencionada relación), resultan
l8 l9
demasiado toscos para ser afectados por el impacto de un subjetivos, incluso aunque desconozcamos la verdadera
solo átomo. No podemos ver, sentir u oír un átomo. Nues- naturaleza de este estrecho paralelismo. En realidad, me
tra hipótesis sobre ellos difieren ampliamente de los datos parece que está situado fuera del ámbito de la ciencia
obtenidos con nuestros burdos órganos sensoriales y no natural y, muy probablemente, incluso fuera del alcance
pueden someterse a pruebas de inspección directa. del entendimiento humano.
iDebe ser esto así? áExiste alguna razón intrinseca Nos enfrentamos, por tanto, con la siguiente pregunta:
para ello? ¿Podemos remontar este estado de cosas a algún cpor qué un órgano como nuestro cerebro, con su sistema
tipo de principio, cdn el fin de cerciorarnos y comprender sensorial asociado debe necesariamente estar constituido
por qué ninguna otra cosa es compatible con las leyes de por un enorne número de átomos para que pueda existir
la Naturaleza? una correspondencia íntima entre su variable estado físico
Por una vez, éste es un problema que el fisico puede y un pensa@ol_l4dd iPor qué motivo
aclara¡ completamente. La respuesta a todas estas interro- es incompatible la función de dicho órgano un
-como
gaciones es afirmativa. todo o como alguna de sus partes periféricas con las cuales
interrelaciona directamente el ambiente- con la posibili-
dad de ser un mecanismo suficientemente refinado y sensi-
El funcionamiento de un organismo requiere ble como para registrar el impacto de un átomo individual
leyes físicas exactas del exterior?
Larazón es que lo que llamamos pensamiento l) es en
! De no ser así, si fuéramos organismos tan sensible sí algo ordenado y 2) sólo puede aplicarse a un tipo de
:t que un solo átomo, o incluso unos pocos, pudieran produ-l material, como son percepciones o experiencias, que ten-
cir una impresión perceptible .en nuestros sentidos, icielos, gan cierto grado de re€slgdad. Esto tiene dos consecuen-
rll cómo seria la vida! Por ejemplo: un organismo de este tipo cias. En primer lugar, una organización fisica, para estar
#l
con toda seguridad no sería capaz de desarrollar el tipo de en estrecha correspondencia con el pensamiento (como mi
pe_n-s:a-m_ie_n-to: -q--rd enado que, después de pasar por una larga cerebro lo está con mi pensamiento), debe ser una organi-
iI, serie de estados previos, f_lrnalmente desemboca en la for- zación muy ordenada, y esto significa que loS aconteci-
\l mación, entre otras muchas, de la idea de átomo. mientos que suceden en su interior deben obedecer leyes
¡ Al margen de que seleccionemos este punto en concre- físicas estrictas, al menos hasta un grado de exactitud muy
to, las consideraciones que siguen podrían aplicarse tam- elevado. En segundo lugar, las impresiones fisicas que re-
bién al funcionamiento de otros órganos además del cere- cibe este sistema fisicamente bien organizado de otros cuer-
bro y del sistema sensorial. Claro está que la única cosa pos del exterior se deben evidentemente a la percepción y
realmente importante respecto a nosotros mismos es que experiencia del pensamiento correspondiente, constituyen-
sentimos, pensamos y percibimos. Con respecto al proceso do lo que he denominado su material. En consecuencia,
fisiológico responsable de los sentidos y del pensamiento, las interacciones físicas entre otros sistemas y el nuestro
los demás entes desempeñan un papel auxiliar, por lo me- deben poseer, por regla general, cierto grado de ordenación
nos desde el punto de vista humano, aunque no desde el de física, es decir, que también ellos deben someterse con
la Biologia estrictamente objetiva. Además, nos facilitará cierta exactitud a leyes físicas rigurosas.
mucho el trabajo elegir para la investigación el proceso
que va estrechamente acompañado por acontecimientos
20 2t
Las leyes fisicas se basan en Ia estadística atómica páginas que siguen le aporten una comprensión completa
y, por lo tanto, son sólo aproximadas de este tem4 que va unido a los nombres ilustres de Lud-
wig Boltzmann y Willard Gibbs y es tratado en los libros
[Por qué no pueden cumplirse todas estas condiciones de texto bajo la denominación de «termodinámica esta-
en el caso de un organismo compuesto únicamente por un dística».
número discreto de átomos y sensible ya al impacto de uno Si llenamos un tubo oblongo de cuarzo con oxígeno, y
/ o algunos pocos átomos? lo sometemos a un campo magnético, el gas queda magne-
(
El motivo radica en que, como sabemos, todos los áto. tizado.s La magneüzació¡ se debe a que las moléculas de
.
mos siguen continuamente un movimiento térmico comple- oxígeno son pequeños imanes que tienden a orientarse pa-
tamente ordenado y hace imposible que los acontecimien- ralelamente al campo magnético, como una brujula. Pero
tos que tienen lugar entre un reducido número de átomos
,
puedan ser unificados en unas leyes comprensibles. Sólo a ya que, si duplicamos la intensidad del campo, obtendre-
partir de la cooperación de un número enonne de átomos mos una magnetización doble en el mismo cuerpo de oxí-
y
las leyes estadísticas empiezan a ser aplicables, controlan- geno, esa proporcionalidad continúa hasta valores de
do el comportamiento de estos «conjuntosr) con una preci- campo muy altos, aumentando la magnetización en pro-
sión que aumenta en la medida que aumenta la cantidad de porción a la intensidad del campo aplicado.
átomos que intervienen en el proceso. De esta manera, los Este es un ejemplo especialmente claro de una lgy
qcontecimientos toman un aspecto realmente ordenado. puramente estadistica. La orientación que el campo mag-
Todas las leyes físicas y químicas que desempeñan un Iffi-lñtffiiá- provoear es contrarrestada de continuo por
papel importante en la vida de los organismos son de tipo el movimiento térmico, que trata de imponer una orienta-
,estadístico: cualquier otro tipo de ordenación que pueda ción al azar. El efecto de esta tensión sólo es, de hecho,
imaginarse está perpetuamente perturbado y hecho inope- una ligera preferencia por los ángulos agudos sobre los
rante por el movimiento térmico incesante de los átomos.
Dirección del campo magnético.
El gran número de átomos que interviene es la base
de su prgebpn. Primer ejemplo (paramagnetismf
Intentaré ilustrar esto mediante algunos ejemplos, es-
cogidos más o menos al azar entre varios miles. Probable-
mente no sean los más apropiados para atraer al lector que
esté aprendiendo esta propiedad de las cosas por primera
vez propiedad que, para la Física y la
-una Química
modernas, es tan fundamental como, por ejemplo, para la
Fig. 1. Paramagnetismo.
Biología el hecho de que los organismos estén compuestos
dinec lucésolu,l alas, soe rcieo mdeo lloas leeyn tedreo sN, el,w t2o,n 3 eo n4 A, s5t,r.o..n poamríaa laos, liquid5o.: Seel hheac heos cdoeg idqou eu, ne ng aess pteo rcqauseo , elsa mmáasg nsiemtipzalec iqóune suena seóxltirdeom oad uan-
Matemáticas. Un profano no debe esperar que las pocas mente débil no afecta las consideraciones teóricas.
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