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BIBLIOTECA CASTRO
FUNDACZÔNJOSË ANTONIO DE CASTRO
POESÍA, III
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OBRASCOMPLETAS DE
LOPE DE VEGA
POESÍA
Edición yprólogo deAntonio Carreño
Vol. XXXVI Poesía 1: LaDragontea. Isidro.Fiestas deDenia.
Lahermosura deAngélica.
Vol. XXXVII PoesíaII:Rimas. Rimassacras. Rimas humanas
ydivinas dellicenciadoTomédeBurguillos.
Vol. XXXVIII Poesía III:Jerusalén conquistada.Epopeya trágica.
Vol. XXXIX Poesía IV: LaFilomena. La Circe.
Vol. XL Poesía V: Triunfos divinos. La Virgen de
laAlmudena. Isagoge alosRealesEstudios
dela Compañía dejesús. Corona trágica.
EllaureldeApolo.
Vol. XLI PoesíaVI: Huerto deshecho.Égloga a,Claudio.
La VegadelParnaso. Otrosversos.
LOPE DE VEGA
POESIA, III
Jerusalén conquistada.
Epopeya trágica.
BIBLIOTECACASTRO
FUNDACIÓNJOSÉANTONIO DECASTRO
BIBLIOTECA CASTRO
Edicionesdela
U N D A C I 6 N
JOSÉ ANTONIO DE CASTRO
Presidente
JUANMANUELURGOITI
Vicepresidente
TOMÁSMARÍATORRESCÁMARA
Vocal-Secretario
SANTIAGORODRÍGUEZBALLESTER
DirectorLiterario
DOMINGOYNDURÁIN
(delaRealAcademiaEspañola)
CopyrightFUNDACIÓNJOSÉANTONIO DECASTRO
Alcalá,109-Madrid-28009
ISBN:8489794545
DEP6SITOLEGAL:M-2215-2003
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INDICE
IN7RODUCCIÓN................................................................... ix
JERUSALÉN CONQUISTADA.
EPOPEYATRÁGICA
Textos Preliminares ........................................................ 3
Prólogo ........................................................................... 11
LibroPrimero................................................................. 25
LibroSegundo................................................................ 65
LibroTercero................................................................. 101
Libro Cuarto ................................................................... 135
LibroQuinto.................................................................. 175
LibroSexto..................................................................... 217
LibroSéptimo................................................................. 255
LibroOctavo................................................................... 295
LibroNono..................................................................... 341
LibroDécimo.................................................................. 381
LibroUndécimo ............................................................. 423
LibroDuodécimo ........................................................... 463
Libro Decimotercero ...................................................... 505
LibroDecimocuarto ....................................................... 549
LibroDecimoquinto ....................................................... 593
Libro Decimosexto......................................................... 637
LibroDecimoséptimo..................................................... 675
Libro Decimoctavo......................................................... 721
Libro Decimonono ......................................................... 767
Libro Vigésimo............................................................. 809
INTRODUCCIÓN
Ay bienréfléchir, ilmesemblequ'un
historien doitaussiet nécessairementêtre
poète, carseuls lespoètespeuvent
s'entendre dans cet artqui consisteà
racconter habilementlesfaits.
(Novfu.is)
En 1609 aparecía enMadrid laJerusalén conquistadade Lo-
pe de Vega. La licencia real está fechada en agosto de 1608.
Lope la subtitula Epopeya trágica. Toma el subtítulo, explica
en el Arte nuevo de hacer comedias, que incluye en las Rimas
de 1609,de la Iliada, «a cuya imitación llaméepopeya/ ami
Jerusalén, y añadí trágica» (vv. 91-92). Compuesta de veinte
libros (cantos), escritos enoctavasreales,se centra en laTer-
cera Cruzada introduciendo como partícipe, consciente de
la frágil certezahistórica, al reyAlfonsoVIII de Castilla. De
ahí queproponga, en el complejo y eruditoprólogo, ciertas
cuestiones teóricas sobrela historicidad delpoemaysobrela
unidad de la acción. En menos de unadécada (entre 1598 y
1609) Lope saca ala luz dos poemas heroicos de temahistó-
rico -La Dragontea y la Jerusalén conquistada-, uno hagio-
gráfico-elIsidro-, un poema amorosoycaballeresco -La
hermosura deAngélica-,ydosobras que se pueden clasificar,
siguiendola denominación deFranciscode Borja, de mixtas
o romanzi. Se tratade la Arcadiay de Elperegrino ensupatria;
la primeradentro del canonde la novela pastoril; la segun-
da del género de la novela bizantina. A la vista de las dos
grandesPartesdela obra deMateoAlemán (ElGuzmándeAl-
farache, 1599, 1604) y de la «Primera parte» de Don Quijote
(1605), la respuesta literaria de Lope fue tal vez de afirma-
INTRODUCCIÓN
ción, de desvío yde diferencia: el extenso poema de laJeru-
salén conquistada.
Teníatoda la razón Francisco de Pacheco en el retrato bi-
bliográficoquevaalfrente de laJerusalén conquistada: «porque
las obras suyas (famosas entre las que se leen de su género)
ninguna remota parte las ignora, antes con debida admira-
ción las procura, porque en ellassejuntan las partes que ra-
rasveces en uno concurren». Realza la conjunción armónica
de una naturaleza inclinada alas letras conun «alto entendi-
miento», que logramodelarconarte la máxima expresión de
sus escritos. Aestas alturas, pasada ya la meridianacuarente-
na de Lope (1562-1635), alabaPacheco «lamucha imagina-
tiva», «el entendimientoyarte tanjuntos, tan perfectos», ala
parque la bien logradafacilidad. PorqueLope, continúa, «ha
reducido en España amétodo, orden ypolicíalascomedias y
puedoasegurar queen dosdías acababaalgunasveceslasque
admiraban después el mundo, yenriquecíanlos autores».Pa-
checo hablacon conocimiento'de causa: laJerusalén está ala
altura de lostres ocuatro poemas épicos quesalenala luzen
la Españadel Siglo de Oro. La destreza de su narrador viene
avalada, observaPacheco, portextosprevios:laArcadia (1598),
un excelentecompendiode«verdaderasfábulasagustodelas
partes»; la Dragontea, «elmásignorado de sus libros», ylas Ri-
mas,una «minariquísimadediamantesyricaspiedras, no en
bruto, no, sino labradas y engastadas con maravillosadisposi-
ción y artificio». No olvida Pacheco La hermosura deAngélica,
enla que alcanzó Lope las«másdiferentes ideas de hermosu-
ra que la mismanaturaleza», ymenos el Isidroque, escrito en
coplas castellanas (enquintillas), épicaalo divino, mostró la
competencia de tales versos «capaces de tratar toda heroica
materia».Lasobservaciones dePachecomarcan elprimer hito
de la recepción de la poesía narrativaylírica de Lope de Vega.
Es claro el fin encomiástico de laJerusalén conquistada. Tie-
nepormira directaa Felipe III al que, además de ostentar el
título de rey deJerusalén, lo supone Lope descendiente di-
recto de Ricardo de Inglaterra y de Alfonso VIII de Castilla
quienes, enlafábula épica, se proponen,acompañadosdelrey
FelipeAugustode Francia, laconquistade losSantos Lugares.
(cid:9)
INTRODUCCIÓN XI
Leonor, hija de Ricardoyesposa de AlfonsoVIII,fuela abue-
la de san Fernando, que toma la ciudad de Sevilla. Con doña
Leonor (Lope la presenta como hija de Ricardo Corazón
de León,pero la mujerconquien se casaAlfonsoVIII es Eleo-
nor, hija de Enrique II de Inglaterra) tuvo Alfonso VIII diez
hijos, si bien ninguno llegó aheredarel reino. De su hija pri-
mogénita, doñaBerenguela, casada en segundas nupcias con
Alfonso IX de León, nace el futuro Fernando 111. Su primer
hijo varón, Sancho, murió en tierna edad; en «etate tam tene-
ra», anota el cronista.AlfonsoVIII se enfrenta repetidasveces
a los almohades; llevaa cabo la unión con el reino de León;
extiende su poderaÁlava, GuipúzcoayGascuñay, si bien de-
rrotadoenla batallade Alarcos, arriesga,en 1212 la capitalde
su reino, Toledo,venciendo a los musulmanes en la decisiva
batallade las Navas de Tolosa. Logra así el paso hacia Anda-
lucía, fundamentalpara la posterior toma de Córdobay Gra-
nada amanosdeFernando III.
De tan ilustre prosapia es Felipe 111 un vástago insigne. El
discurso genealógico, mítico, se alterna en la Jerusalén con-
quistada, como veremos, con el nacionalista yétnico.El deseo
de servir a la patria, el de sacar del olvido los hechos de sus
héroes,el de contraponerlaversióncalladadeloshistoriadores
extranjeros quienes, a la hora de describir los hechos heroi-
cos de los cruzados, silencian la presencia castellana, mueve
también los rasgos de la pluma de este abigarrado narrador.
Ypese a contravenirLope la narración histórica con la fabu-
lada,ymezclarindistintamente ambascomo posibles,justifica
de la mano dela PoéticadeAristóteleslavalidezde alternar el
factum-narracióndeunhecho-conlapoesis-laverdad uni-
versal que trasciende el hecho particular-. Se adelanta, de
estemodo,alaposiblereacción críticaqueveríaconmalastin-
tasel hecho de contravenirel discurso histórico con el fabu-
lado; es decir, lainventadapresenciadelreyespañolen la con-
quista deJerusalénylashazañasllevadas acabo porel pueblo
castellano en su intentoderescatar losSantos Lugares. Porque,
sibien el reycastellano estuvo ocupadoenla guerra contralos
moros, no pudiendo acudir a la conquista deJerusalén, no
poresodejaronde tomarpartemuchos españoles.Entreellos,
(cid:9)
XII INTRODUCCIÓN
el condedonRodrigoGirón, el reyTeobaldo deNavarra, don
Juan Jiménez de Lara, advirtiendo Lope que no se debe po-
ner en duda el que Alfonso VIII, ausente cuatro años de Cas-
tilla, estuviese enzarzado en la conquista de la ciudad santay
delSantoSepulcro. Congenerosa erudiciónel historiadorilus-
trado Martín Fernández de Navarrete (Disertación histórica so-
bre lapartequetuvieronlos españolesenlasguerras deultramarode
las cruzadas, Madrid, 1832) dejó asentada la presenciaenTie-
rraSantadeinsignes navarros, castellanosycatalanes. Realza
el entusiasmo que se apoderó «de los españoles de todas cla-
ses» para ir a la conquista de la Tierra Santa.
FueJuan PabloMártirRizo el másaceradocríticodelaJeru-
salén.Alzó subanderaseñalandoalgunasdesusfallas:la mezcla
híbrida de relatos diversos, la falta de caracterización, la au-
senciade unhéroe (individualocolectivo) y,sobretodo,lasex-
tensas digresiones, aveceseruditas,,fastidiosas. Es explícitoen
suPoética deAristóteles traducidadelatín(1623). Define congran
precisión el género heroico o epopeya, clasificando y descri-
biendo cadauno de sus elementos.Es imitacióndeunaacción
maravillosayde suficiente grandeza;tratadepersonas ilustres;
tieneunaconclusión felizyestá escrito con «palabras sonoras
ygraves». MártirRizo es másprecisoenel capítulo ri (sobre la
«fábulaheroicayde su propiedad»), haciendo unadirectare-
ferencia alajerusalén conquistada. Le achacala faltade unidad
ycoherencia,yla extensadigresión enquese pierdenlosúlti-
moscantos.Varios episodios son ajenos ala acción central: la
salida del reyAlfonso deJerusalén, la llegada aSicilia, su en-
trada en Toledo, sus amores adúlteros con la hermosajudía,
Raquel; la muerte deésta porsusvasallosy «otras cosas», con-
cluye. Observa «que desde que salió Ricardo deJudea no im-
portan, no convienen, ni son necesarias» tales adiciones. Le
achacadelmismomodo el quesean tres loshéroes de lafábula:
el reyAlfonso, RicardoCorazónde LeónyelreyFelipe de Fran-
cia, proponiendoejemplos tomados de la Riada, OdiseayEnei-
da. Incluso pone en tela dejuicio el que se contraríe el ele-
mento maravilloso. Tal crítica, que secunda el maestro Pedro
de Torres Rámila, colegial teólogo deAlcalá, en su Espongia,
cundió entreloslectores delsigloxvii.Larecoge enpartedon
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