Table Of ContentPaz, democracia y educación
Reflexiones en tiempos de crisis
Francisco Cortés Rodas
Paz, democracia y educación
Reflexiones en tiempos de crisis
Filosofía
Editorial Universidad de Antioquia
Colee c *óu hdosofta
O FnntiscoCortés Ríalas
C Editorial Universidad de Antioquia*
ISBN: 978-958-714-766-7
ISBNe: 978-958-714-765-0
Primera edición: octubre de 2017
Impresión y terminación: Imprenta Universidad de Antioquia
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Cortés Rodas, Francisco
Paz, democracia y educación. Reflexiones en tiempos
de crisis / Francisco Cortés Rodas. — Medellín: Editorial
Universidad de Antioquia; 2017.
xviii, 122 páginas. — (Colección Filosofía)
ISBN: 978-958-714-766-7
ISBN: 978-958-714-765-0 (versión electrónica)
1. Neoliberalismo y educación. 2. Universidades públicas
- Colombia. 3. Colombia - Política educativa. 4. Proceso de
paz - Colombia. 5. Violencia política - Colombia. 6. Democracia
y educación. 7. Democracia y política. 8. Colombia - Aspectos
económicos. I. Título. II. Serie
LC JL2831
320.986 l-dc23
Catalogación en publicación de la Biblioteca Carlos Gaviria Díaz
Contenido
Presentación................................................. ix
Primera parte. Paz y justicia transicional
Impunidad............................................... 3
Más allá del castigo “retributivo”:
la justicia restaurativa............................... 6
¿Responsabilidad de todos?..................... 9
Amnistía................................................... 12
El perdón y la responsabilidad................ 15
Justicia..................................................... 18
Paz justa e injusta .................................... 21
Hay que pedir perdón, Timochenko........ 24
El olvido de las víctimas........................... 27
El arte de la paz....................................... 30
El arte de la paz (II)................................. 33
¿Y cuándo inicia el posconflicto?............. 36
La paz por medio del derecho................. 39
Los límites del castigo retributivo............ 42
\ m
< firnm > castigo.....................................
IVret ho, guerra y paz.............................................
1 a idea «le* la pa/.............................................. - j
K11 ii if m ».11 (onstitmcnte....................................... ~ q
1-í menina en la política.................................................... 5g
No. ¡así no es. I riln*!.......................................................... 5c)
Segunda parte. Educación
1.a controversia entre las ciencias
y las humanidades............................................................... 65
1.a Kegionalización en la I deA y la Paz............................ 68
El neoliheralismo y las políticas de educación................... 71
I -as universidades públicas: co se reducen
o se acaban?......................................................................... 74
Patologías de la universidad pública.................................. 77
Una educación para la ilustración y las emociones........... 80
Tercera parte. Democracia y política
Nos queda Montesquieu..................................................... 85
Impuestos............................................................................. 88
I.a reforma tributaria: ¿en función de la economía
o de la igualdad?.................................................................. 91
Haberinas, Locke y la resistencia civil................................ 94
El retorno de lo público...................................................... 97
Educación para la democracia............................................ 100
Educación para la democracia (II)...................................... 103
El populismo es simple, la democracia es compleja.......... 106
Representación, populismo y multitud............................... 109
Tierra y guerra...................................................................... 112
1.a fragilidad del bien........................................................... H®
Tolerancia y humanismo ....................................................
Presentación
ace más de dos años El Colombiano me propuso es
cribir en sus páginas. Es una invitación de la que
me he sentido muy honrado y espero explicar por qué
en estas páginas introductorias. Antes de iniciar con mis
columnas del martes, había desarrollado una corta expe
riencia como columnista en AlmaMater, Debates, Razón Pú
blica y en otras revistas universitarias, con artículos sobre
las múltiples situaciones políticas del país y del mundo.
Pero escribir una columna semanal sobre distintos as
pectos del acontecer político ha sido realmente algo di
ferente, un reto. Procedo de un trabajo largo en filosofía
política, en el que he publicado libros como verdad en
el infierno. Diálogo filosófico en voces de
Maquiavelo; Justicia y exclusióna
Soberanía, ciudadanía, derechos humanos y justicia económica
global; Pasado y presente de la filosofa política. Ensayos sobre
democracia y justicia; La rula social de razón, y un buen
número de artículos en revistas especializadas.
X
I I paso de una forma de escribir sobre asuntos de
la filosofía política \ de presentarlos en un lenguaje es-
pe» iali/ado, dirigido a un público de expertos, a otra
forma más concreta, sencilla v breve, como exige la co
lumna periodística, es, ciertamente, complicado. Pero es
una disciplina, un arte, una vocación, y si hay placer y
amor por la palabra e interés por los asuntos de la polis,
uno va encontrando el punto medio, el equilibrio, para
expresar en una columna una idea, un concepto, para
sentar una posición.
Sentar una posición es lo que debe diferenciar a quie
nes ejercemos el periodismo con autonomía de quienes
han convertido la comunicación pública en un medio de
la cultura del entretenimiento, al servicio del brillo y la
gloria de grandes estrellas del cine, el deporte, la moda,
la belleza, y por supuesto la política del espectáculo.
He intentado en mis columnas establecer las bases
para proponer discusiones públicas sobre cuestiones de
política nacional e internacional, sobre la crisis de la edu
cación que es potencialmente devastadora para el futuro
de la democracia en el país y en el mundo, sobre las con
secuencias negativas de la globalización para el desarrollo
y crecimiento de nuestro país, sobre el proceso de nego
ciación y sus avatares y sobre el significado político del
avance del populismo de derecha a nivel global.
Vivimos en un mundo habitado por expertos, espe
cializados en una variedad de saberes, y por personas sin
educación, ignorantes, sin cultura, sin mundo. Los prime
ros se han distanciado de lo público y de los problemas
políticos de sus sociedades y han delegado estos asuntos
a expertos en política, administración o gobernanza. Los
segundos, carentes de educación, son incapaces de distin
guir lo auténtico y noble de la cultura, de las oleadas de
XI
basura efímera, superstición, irracionalismo y explotación
comercial que les ofrece el capitalismo.
Este es el mundo globalizado, construido por la ideo
logía neoliberal, en el cual los medios de comunicación
están atrapados en una profunda contradicción. De un
lado, tienen un compromiso histórico con el proyecto
ilustrado, con la idea de que la prensa debe servir para la
formación de los hombres como seres autónomos, libres,
críticos. En este proyecto, la libertad política es la libertad
para hablar y hacer uso público de la razón.
Por otro lado, los medios de comunicación están in
mersos en las nuevas realidades del mundo globalizado y
neoliberal. Si bien, en los últimos años, el uso del término
“neoliberal” se ha vuelto el recurso de moda cuando se
trata de encontrar chivos expiatorios, cuando aquí hablo
de sociedad neoliberal hago referencia al proyecto polí
tico y económico, basado en la individualidad neoliberal,
en el cual fuerzas sociales específicas han implementado
una transformación profunda en las relaciones entre las
corporaciones multinacionales y los Estados nacionales y
entre la naturaleza y el hombre.
El neoliberalismo es entonces la construcción mental
e ideológica que articula con toda claridad la subjetividad
humana a esta comprensión de nuestra época y que pre
tende que el dispositivo capitalista sea considerado como
algo natural y que no se puede cambiar; ofrece una teoría
del capitalismo que contiene una estrategia de capacita
ción laboral y perfeccionamiento físico o corporal de la
población, no centrada en la educación, como en el mo
delo ilustrado, sino en la construcción de un sujeto que
solamente trabaja y consume. Así, el neoliberalismo redu
ce la libertad política a la libertad económica y sustituye al
ciudadano por el sujeto trabajador y consumidor.
XI)
Km este momento de la historia de la sociedad capi
talista, los medios masivos de opinión, como va dije, han
abandonado el programa de la ilustración. Grandes pe
riódicos y revistas han sido cerrados o reorientados, la
televisión dejó de ser un vehículo para la formación y
la promoción de la cultura, y los medios son manejados
por grandes corporaciones en función solamente de ha
cer negocios. Las telenovelas, el humor vulgar y los reality
shows, orientados por la nueva de los
medios masivos de opinión, son el entretenimiento para
las masas de la sociedad del espectáculo, para el trabaja
dor consumidor.
El neoliberalismo ha creado así una situación espiri
tual en la cual el individuo autónomo, que piensa por sí
mismo, ha sido lentamente sustituido por un sujeto for
mado en el disfrute desenfrenado del consumo y enalteci
do como un “yo” libre por la sociedad del espectáculo. El
individuo de la sociedad neoliberal, el trabajador y consu
midor, que solamente se preocupa por sus intereses pri
vados, que carece de formación, de educación, de costum
bres, se distancia totalmente de lo público. El peligro de
la libertad moderna, había advertido Benjamín Constant,
“puede consistir en que, absorbiéndonos demasiado en
el goce de nuestra independencia privada y en procurar
nuestros intereses particulares, podamos renunciar muy
fácilmente al derecho de tomar parte en el gobierno polí
tico” (Constant, 1988, p. 90).
La política se delega entonces al experto en política,
llámese estadista, gobernante, líder carismático. Ence
rrarse en el territorio del individuo, advirtió Tocqueville,
y no hacer uso de los derechos políticos puede conducir
a que los gobernantes que quieran abusar de su poder lo
hagan sin ninguna resistencia y terminen destruyendo la
autonomía individual.