Table Of ContentLA PASIÓN
Y LA EXCEPCIÓN
por
Beatriz Sarlo
Siglo
veintiuno
editores
argentina
Índice
Siglo veintiuno editores Argentina s.a.
LAVALLE 163411 A (C1048AAN), BUENOS AIRES, REPÚBLICA ARGENTINA
Siglo veintiuno editores, s.a. de c.v.
CERRO DEL AGUA 248, DELEGACIÓN COYOACÁN, 04310, MÉXICO, D. F.
Prólogo 9
BELLEZA .................................. . 15
Buscá un vestido, d~jo Eva (Copi, Eva Perón) 17
Pasión, muerte y belleza ...................... . 22
La excepción y el gasto ....................... . 29
Papeles secundarios ......................... . 39
A864 Sarlo, Beatriz
Nace la estrella ............................. . 60
SAR La pasión y la excepción-1ª. ed.- Buenos Aires:
Siglo XXI Editores Argentina, 2003. Vestir a la estrella 75
272 p.; 21x14 cm.- (Metamorfosis)
Los dos cuerpos de Eva ...................... . 89
ISBN 987-1105-39-8 Lo patético y lo sublime ...................... . 104
I. Título-l. Ensayo Argentino El simulacro (Borges, "El simulacro") ........... . 112
VENGANZA 115
Venganza y conocimiento (Borges, "Emma Zunz") 117
Ni olvido ni perdón (Mérirnée, Colornba) ........ . 130
El asesinato de Aramburu .................... . 134
Portada de Daniel Chaskielberg
Hablan los secuestradores 139
Los hechos consumados ...................... . 156
1 ª edición argentina: 4.500 ejemplares Cristo guerrillero ........................... . 166
Las virtudes pasionales ....................... . 177
© 2003, Beatriz Sarlo La era de la venganza (Borges, "El fin") ......... . 188
© 2003, Siglo XXI Editores Argentina S. A. Pasión de venganza y excepción ............... . 193
ISBN 987-1105-39-8
PASIONES 201
Impreso en Industria Gráfica Argentina El otro duelo ............................... . 203
Gral. Fructuoso Rivera 1066, Capital Federal, "Soy un hombre cobarde" 208
en el mes de julio de 2003. El suefio de un matrero ...................... . 217
Cifras ..................................... . 228
Hecho el depósito que marca la ley ll. 723
Impreso en la Argentina-Made in Argentina
Buscá un vestido, dijo Eva
Eva Perón, la obra de teatro de Copi, escrita en francés, se
estrenó en París en marzo de 1970. La acompañó el éxito y el
escándalo, como a su protagonista. A Copi se le prohibió el
ingreso en la Argentina hasta 1984. Dos fechas significativas:
en 1970, los Montoneros secuestraron a Aramburu buscando,
entre otros objetivos, que se devolviera el cuerpo de Eva Pe
rón; en 1984, la restauración democrática cerró el ciclo de vio
lencia política y asesinato masivo que había comenzado con
el de Aramburu. Ese primer año de una democracia confiada
y triunfante (que no imaginaba el futuro o lo imaginaba lla
namente) fue el de la crítica del terrorismo de estado y tam
bién el momento en que comenzó el debate sobre la violen
cia revolucionaria.
Leída hoy, la Eva Perón de Copi no forma parte del arco
ideológico que trazan esas fechas. Su materia es la "leyenda ne
gra" del evitismo, no su leyenda revolucionaria. Y es
interesante precisamente por eso: la obra de Copi Otra
trabaja sobre la leyenda negra, invirtiendo su discur- lectura3
so moral: la crueldad, el ensañamiento, la falta de
piedad atribuidos a Eva Perón por los antiperonistas anteriores
a 1955, caracterizan al personaje de Copi, pero la obra no los
~ Las palabras en negrita remiten a los hipotextos que están en el final del li
bro, un acompañamiento de citas, reflexiones y perspectivas teóricas que tam
bién pueden leerse de modo continuo.
18 Beatriz Sarlo Belleza 19
juzga como perversiones, sino que los presenta como las cuali dar sin respuesta. Un frenesí circense de violencias verbales y
dades inevitables de una especie dé' reina que es a la vez vícti físicas, un clima de extrema insensatez en el que se cruzan dis
ma y victimaria de su propio séquito. A la inversa, las cualida cursos calculadores y fríos (esa combinación que se conoce en
des que el mito peronista encontraba en Evita están ausentes el teatro de Jean Genet), insultos y ruegos. Como en la Eva del
de la obra de Copi y, más que ausentes, aparecen explícitamen mito peronista, la de Copi no ha olvidado su pasado. Pero el re
te refutadas: Eva, la defensora de las mujeres trabajadoras, ase cuerdo no es la base ele un sentimentalismo generoso, sino el
sina a su joven enfermera; Eva, madre de los humildes, provo de un saber desencantaclo y cínico de la vida. Evita "le da una
ca una escena fuertemente homosexual antes de darle muerte; bofetada a su madre" y le dice: ''Vamos vieja, si sabés bien que
Eva, la que recuerda su pasado de humillada para que nadie voy a acabar por darte el numero de la c:ua fuerte. Tené un po
más tenga que soportar humillaciones, en la obra de Copi so co de paciencia. En m1 mes vas a estar en Monte-Cado y te la
mete a su madre a la abyección de mendigar por su próxima van a dar los gigolós franceses".-!
herencia. Copi conserva en el centro del personaje a la actriz de pa
Al revés de lo que sucede con el texto hagiográfico de La sado dudoso que no se ha convertido en una reformadora so
razón de mi tJida, donde Eva recuerda el pasado para que nadie cial sino en una despótica Reina de Corazones de la baraja crio
en la Argentina vuelva a sufrirlo, en la obra de Copi, ese pasa lla. Su Eva es una conocedora de las estratagemas del odio y,
do la impulsa al desquite y a la inquina. Más cerca de la "dama por eso, premonitoriamente, sabe que sus joyas van a ser ex
del látigo" que de cualquiera de sus denominaciones santas, la puestas (lo que ocurrió en efecto con sus vestidos y sus zapatos
Eva de Copi tiene mucho de parecido con la de la ópera-rock después de la Revolución Libertadora, alimentando el voyeu
de Webber y Rice. Lejos de la Eva revolucionaria de los años se rismo de los antiperonistas escandalizados que visitaban esa es
senta y setenta, es una mtuer despótica y vengativa, a quien el pecie de feria política donde se alineaban las pertenencias de
pueblo sólo le interesa como friso para la escena final de su Perón y su esposa muerta). Es más, Eva dice que prefiere que
muerte y consagración en el templo obrero de la CGT. sus diamantes sean expuestos antes de que queden en poder
El único punto de contacto entre la Eva del mito evitista v de su madre: los niega para entregarlos, como póstuma mues
el personaje de Copi es la resolución, un extremismo pasional tra de poder, a sus enemigos y, también, a su pueblo.
que desemboca (muy en el estilo del teatro de Copi) en un fre La fuerza de esta Eva teatral tiene mucho de desafío con
nesí de acciones contradictorias y carnavalescas: el proyecto de vulsivo, sádico y masoquista, cuyo cinismo refuta la hipocresía
organizar un baile, las discusiones de grand-guignol con lama bienpensante. Es implacable y enfrenta a otros igualmente im
dre sobre los números de las cajas de los bancos suizos donde placables, que la "ven morir como una bestia en el matadero",
guarda su dinero (y no se trata como podría pensarse fácilmen al acecho de sus despojos. A ellos, Eva los acusa en un discurso
te de una metáfora de la discusión sobre la herencia del poder, donde el reparto de bienes a los pobres es presentado como un
sino del eco de la leyenda negra antiperonista sobre la avaricia dispendio soñado por un lumpen: "Me volví loca, loca, corno
con que Eva y Perón habrían amasado una fortuna), el someti
miento de su séquito que la obedece y la desobedece como a
una reina en decadencia sobre la que se pueden ensayar todos
~ Copi, Eva Perón, Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2000, traducción de Jorge
los engaños y, al mismo tiempo, cuyos caprichos no deben que- Monteleone, p. 43.
20 Beatriz Sarlo Belleza 21
aquella vez en que hice entregar un auto de carrera a cada pu resistencia a la muerte y la preparación del teatro público de
ta y ustedes me lo permitieron. Loca. ... Hasta mi muerte, has su cadáver, en una insistencia en el movimiento pasional don
ta la puesta en escena de mi muerte debí hacerla completa de los cuerpos se chocan, Eva ordena que le pinten las uñas;
mente sola. Sola. Cuando iba a las villas miseria y distribuía primero acepta el rojo, luego afirma que deseaba el color ne
fajos de billetes y dejaba todo, mis joyas y mi auto y hasta mi gro; finalmente su vestido queda manchado, como si fuera de
vestido, y me volvía como una loca, desnuda, en taxi mostran sangre; la enfermera culpable es relevada por la madre: "Pinta
do el culo por la ventanilla".5 Esta Eva-personaje de Fassbin me las uñas, mamá". Lejos de la miniatura sensiblera del Kitsch,
der tiene el resentimiento que le atribuía la oposición anti esta Eva combatiente contra la muerte, que mata para nomo
peronista y lo compensa no con la filantropía de la Eva rir, y que también prepara el espectáculo de su muerte, tiene
abanderada de los desposeídos, ni con el mordiente revolucio la grandiosidad accesible del melodrama y del camjJ. Como si
nario de la Evita montonera, sino con el desorden carnavales se preparara para volver desde la muerte y encontrar los perso
co de quien ni olvida ni perdona, pero tampoco cambia. Eva, najes de "Evita vive" de Néstor Perlongher.
una lumpen fascinante e inmortal que realiza la fantasía de to "Buscá un vestido", "Pintame las uñas". De eso se trata. Del
das las prostitutas, las ofendidas y las humilladas. vestido presidencial y de las uñas. Cuerpo visible y trajes de ce
Las primeras palabras de Eva, en la obra de Copi, son: remonia, que se llevan como atributo porque se sabe que son
"Mierda. ¿Dónde está mi vestido presidencial?". Nada hay de una dimensión fundamental del personaje (teatral y político).
La excepcionalidad de Eva Perón es el tema. Copi la muestra
más verdadero que la respuesta de su madre: todos sus vestidos
en el paroxismo de la pasión vital, como alguien que defiende
son "vestidos presidenciales". Eva revuelve baúles, dice que se
su cuerpo (aunque también se entregue a la muerte) sabiendo
volvió loca buscando el vestido; luego pide "el maletín de las jo
que ese esmalte de uñas granate o negro, que esos vestidos pre
yas"; la madre dice que Eva se ha levantado muy temprano "pa
sidenciales la han singularizado ante millones. Los mitos (dife
ra probarse todos sus vestidos". El "vestido presidencial" está
rentes) que se sostienen sobre Eva tienen que tomar a ese cuer
arrugado, tirado en el suelo, la madre ofrece planchado, la en
po como una dimensión fundamental: sus cualidades no
fennera que debería haberse encargado está superada por el
agotan ningún mito, pero los sostienen a todos. La pasión mue
desorden de Eva, que revuelve sus baúles todo el tiempo, como
ve el cuerpo cubierto por sus vestidos. Se trata, entonces, de se
una loca, como una obsesa, como alguien que se está despi
guir el camino que condujo a Eva hasta esos "vestidos presiden
diendo de esa ropa que la ha convertido en ella misma. Poco
ciales".
después, Eva ordena a la enfermera que le pinte las uüas (esas
uñas que en las fotos aparecen siempre perfectamente maní
curadas, nítidas y rojas).
En el ajetreo incesante de encontronazos fisicos y descargas
de cólera, de impetra,eiones e insultos, en la oscilación entre la
"lbid., p. 81.
Belleza 23
Pasión, muerte y belleza Eva fue única. Esto podría decirse casi con un tono de ali
vio. Pero quizá podría intentarse una explicación. Su excep
cionalidad no se mantiene sólo por la belleza, ni por la inte
ligencia, ni por las ideas, ni por la capacidad política, ni
siquiera por su origen ele clase, ni su historia de aldeana hu
millada que se toma revancha cuando ha llegado arriba. Hay
algo de todo esto: Eva sería entonces una suma donde cada
uno de los elementos son relativamente comunes, pero que
se convierten, todos juntos, en una combinación desconoci
da, perfectamente adecuada para construir un personaje pa
Nadie discute su excepcionalidad, la dureza de su tempe
ra un escenario también nuevo, como lo era la política de ma
ramento, la fortuna que la hizo caer en el centro de los acon
sas en la posguerra.
tecimientos, el final trágico y las revanchas innobles de sus
¿Qué hizo la excepcionalidad de Eva Perón? ¿Respecto de
enemigos. ¿Por qué Eva Perón fue excepcional? O, más bien,
qué fue excepcional? ¿De qué tipo de mujeres, de actrices, de
¿su excepcionalidad fue una emanación de cualidades que
políticas, ele esposas de presidente se diferenció? Aunque cues
ella ya tenía o una producción en la que las circunstancias pri
te creerlo, Eva pareció siempre tan excepcional (a sus enamo
vadas, la vida de artista, su marido, y la coyuntura también ex
rados y a sus detractores), que pocos se entretuvieron en un
cepcional de la Argentina se combinaron de un modo sor
prendente? Eva es única. Esto explica la fascinación, el odio, ~jercicio comparativo relativamente obvio. Eva fue una actriz
la devoción que la rodearon (hoy, todavía su retrato decora que compitió con otras actrices y, si no hubiera existido la in
las paredes de muchos despachos políticos, en algunos casos tervención de varios hombres (como los militares llegados al
insospechados de peronismo). Eva es única. Se puede repetir poder en junio de 194~), hubiera perdido esa competencia. Su
esto, de hecho se lo ha repetido durante décadas; las celebra carrera había llegado a un punto de donde difícilmente se sal
ciones editoriales y de la cultura pop, en los últimos afíos, die ta a ningún estrellato. Mucho de lo que después fue la base de
ron vueltas y vueltas a esa afirmación sencilla, como si fuera su magnetismo corporal, estuvo en el origen de su fracaso co
una novedad sorprendente. Por supuesto, en estas celebracio mo aspirante en el mundo bastante poblado de la industria cul
nes, la belleza de Eva fue una especie de tema, que tejía sus tural argentina. Su diferencia, que la favoreció en la escena po
notas con el tema político y con la prehistoria de muchacha lítica, no la había impulsado en la escena del radioteatro ni del
provinciana a la caza de Buenos Aires. Tanto como los llanu cine. Más tarde, como mujer del presidente, Eva marcó esa di
dos gorilas vivieron afiebrados por los lujos de la vestimenta ferencia hasta el escándalo: contra el b<Dorrelieve de matronas
oficial y expusieron, después de 1955, sus joyas, sus zapatos, presidenciales y de la elite local, Eva era, a veces, glamorosa,
sus pieles en un bazar chabacano debía sobre brillante como las stars del celuloide; otras veces, austera de un
los excesos de todo género de la tiranía depuesta, las celebra modo que tampoco tenía que ver con el estilo de la austeridad
ciones iconográficas francamente evitisras de los últimos ani patricia.
versarios aplicaron a Eva instrumentos variados para decir, Ninguna de estas cualidades podía sencillamente confun
una vez más, que ella era única y excepcional. dirse con la guaranguería que, para la oposición de la época
24 Beatriz Sarlo Belleza 25
peronista, daba la explicación más sencilla, precisamente por la pasión
que era una explicación de clase. La apariencia de Eva, que
no hubiera podido llevarla a ninguna parte en el mundo del De la pasión, Eva fue completamente consciente, aunque
espectáculo sin la intercesión de los militares nacionalistas de esto parezca una paradoja. Casi podría decirse que la actuó en
1943, era excepcional, en cambio, en la escena política. Por todos los escritos publicados con su firma, en todos sus discur
lo tanto: Eva no fue una actriz hecha política. Fue más bien sos y en la rabiosa desesperación que rodeó su enfermedad y
alguien que no podía ser actriz por algunas de las razones que su muerte. Eva se da en sacrificio, ofrece el don de su cuerpo a
la entronizaron en la cima del régimen peronista. Lo que era la extinción física. Heroína dispuesta a la muerte para que so
insuficiente o inadecuado en el mundo del espectáculo valió plen los vjentos en las velas de la nave donde va su marido, que
como una posesión rara y sorprendente en el mundo de lapo es su padre espiritual como lo es de todo el pueblo, Eva habla
lítica. de su disposición a morir mucho antes de que la muerte estu
El secreto de Eva es un desplazamiento. Su excepcionalidad vjera tan próxima. Esto podría leerse como un clisé. Pero tam
es un efecto del "fuera de lugar", que no quiere decir lo obvjo bién como una forma extrema de vivjr la relación con la Cau
(que llegaba de afuera de la clase, del sistema), sino que sus sa, una forma total que siempre exige el juramento de que se
cualidades, insuficientes en una escena (la artística), se volvían está dispuesto a perder la vjda y que eso, la vjda, sólo tiene el
sentido de su entrega a la Causa. Te quiero hasta la muerte, te
excepcionales en otra escena (la política).
sigo hasta la muerte, estoy pronta a morir: los juramentos de la
Naturalmente, para alcanzar el rendimiento multiplicado
pasión.
de ese "fuera de lugar" fue necesaria una pasión, sentimiento
Eva tiene esa cualidad unilateral que es indispensable a la
de lo excepcional, que Eva experimentó primero por su mari
pasión, que la sirve y le permite dominar por completo a
do, mentor y cabeza de la sociedad política que ambos habían
quien la experimenta, organizando su relación con el mun
formado un poco por azar (tanto la sociedad como su carácter
do, y ofreciéndole un modo de conocimiento. La pasión la
político). A Perón la unió primero una relación sentimental
guía hacia un objeto y Eva, esa mujer débil e ignorante como
que, en pocos meses, se transformó en un amor político, que
ella se describió muchas veces, conoce por sus pasiones. El
Evjta transfirió del hombre al líder y del líder al pueblo.
mundo que antes de conocer a Perón parecía injusto pero
En la excepcionalidad de Eva hubo un "fuera de lugar",
inexplicable se organiza en oposiciones comprensibles.
un pasaje de cualidades que, precisamente en el pasaje, se po
La pasión da la fuerza necesaria para se-
tenciaron y se volvieron adecuadas, aunque adecuadas no es
guir experimentanto la pasión: esta tautolo- Pasión y
una palabra exacta, ya que no se adecuaron a nada que estu
gía del impulso y el afecto se despliega mag- conocimiento
viera antes, sino que crearon la situación para la cual serían
níficamente en los últimos meses de Eva en
adecuadas. Yhubo también un sentimiento hegemónico, que
los que maldice su muerte y, al mismo tiempo, no puede de
organizó, dominó, alimentó y destruyó todos los demás senti
tenerse para intentar un reposo, una curación, un fortaleci
mientos. Lo que se llama, independientemente de su objeto,
miento. La pasión es la dichosa hoguera. En la pasión está,
una pasión.
también, la excepcionalidad.
La pasión es tautológica porque se alimenta de su propio
26 Beatriz Sarlo Belleza 27
impulso: no es gasto, simplemente, como la prodigalidad. Es
Poco importa si Eva se pensaba excepcional. Sin duda, se
gasto y acumulación: Eva quiere cada día más a su pueblo, a Pe
pensaba muy poderosa, ya que las necesidades y privaciones de
rón, a su Causa. Una "débil m~jer", como se describe, es fuer su vida anterior le habían ensei1ado a distinguir los atributos
te, decidida, una roca, un ariete contra el enemigo, un escudo,
que posee el poder. Lo que importa (porque ello se prolonga
protección y defensa de aquel que la protege y defiende. Enco en su estela post mortem) es que estaba dirigida por una pa
mienda a Perón a su pueblo, cuando ella esté ausente, porque sión y que su aceptación de este impulso era voluntario y al
sabe que ella, la humilde discípula, es garantía del amado. Es mismo tiempo irrenunciable. Eva se somete a esa pasión y, en
intercesora y mensajera al mismo tiempo; va de un lado a otro consecuencia, nunca la considera excesiva. Por el contrario,
sin escapar del vector que la impulsa. El círculo en que la pa predica su pasión al pueblo. Dice: a Perón no es posible que
sión se gasta y se alimenta es perfecto. Y por eso, también, ex rerlo demasiado, todo amor, toda fidelidad, todo sacrificio son
cepcional. poco. Ante un objeto pasional gigantesco, no hay exceso en las
Eva sabe que nadie, sino el Pueblo, podrá tomar su lugar manifestaciones de la pasión.
cuando ella muera. En este saber está toda la conciencia de su Tampoco puede haber cálculo entre medios y fines, entre
excepcionalidad: nadie, excepto el Pueblo, querrá a Perón co los actos y sus consecuencias. Eva tiene la ética de la convicción,
mo ella, nadie le será tan perfectamente leal, nadie podrá sen enfrentada con la ética de la responsabilidad.6 Ella no es pru
tir lo que ella siente porque eso que siente es una excepción, un dente. Las creencias que la impulsan se fortalecen en el suelo
don, una gracia que ella recibió al encontrar a Perón. Sólo el original de la experiencia, que recibió una forma cuando Pe
Pueblo podrá ocupar un lugar que ella dejará vacío porque es rón convirtió esa experiencia en sentido. En ese momento, que
el Pueblo, otra forma de la tautología, un principio sufrido e in dó marcado un territorio donde el cálculo de las consecuen
corruptible, y, sobre todo, colectivo. Estas declaraciones, que se cias posibles de la acción quedaba confiado al líder. Eva se
leen en todos los escritos que aparecen con la firma de Eva y transforma cuando conoce a Perón y se reconoce en él.
que ella reconoció como propios no importa quién los hubiera Se puede leer toda La razón de mi vida (libro tan incómodo
confeccionado, son banales si se las juzga como piezas de pen para el feminismo, por supuesto) con esta clave: Eva sentía afec
samiento político (ya que en efecto fueron utilizadas de ese mo tos difusos, aunque intensos, antes de encontrar a Perón; su
do y no hay forma de convertirlas en documentos privados). sentimiento de injusticia permanecía inexplicable e inerte; su
Sin embargo, la redundancia temática y la reiteración for indignación no tenía fuerza para traducirse en acciones; su vi
mal son significativas. A diferencia de Perón, quien incluso en da carecía de objeto. Perón articula en una trama nítida todos
sus intervenciones más sencillas es fuertemente doctrinario, estos impulsos vagos. Les da una razón (que no se opone a la
Eva no construye en estas piezas ningún argumento político pasión sino que actúa como su vector).
más complejo que el de la oposición ricos y pobres, movida por La relación entre propaganda política y expresión pasional
el principio de justicia y, en ocasiones, claramente traducido en en los escritos de Eva es interesante, pero no explica todo. Los
revancha. Pero la repetición de las reiteraciones pasionales ex
plican mucho más que lo que estos escritos dicen sobre el pen
samiento político de su autora. Son mono temáticos y expresan
6 Max Weber, "'La política como vocación", en El científico y el jJolítico, Madlid,
así la verdadera forma obsesiva y unilateral de la pasión.
Alianza, 1967.
28 Beatriz Sarlo
actos del régimen peronista estaban claramente marcados por la excepción y el gasto
la estrategia de la propaganda política; la iconografia, las noti
cias de los periódicos, las manifestaciones y mitínes formaban
parte de un ininterrumpido discurso publicitario, independien
temente de su contenido de justicia o su sentimiento de bene
volencia hacia los humildes. Los textos de Eva no podían esca
par a esta función omnipotente. Pero podrían haber sido otro.s
textos, con otros temas y otros clisés los que hubieran cumpli
do idéntica función. Fueron, sin embargo, estas efusiones pa
sionales. La adulación dio el tono del tratamiento oficial a Eva. Lo
Las otras efusiones de Eva fueron las del odio o, más bien,
normal fue la hipérbole. Ninguna virtud, ninguna compara
esa forma plebeya del odio que es el resentimiento; las de la có
ción pareció inadecuada en un culto de la personalidad que el
lera y las de la venganza sostenida por una noción revanchista
peronismo convirtió en pivote de su política de masas. En las
de la justicia y una convicción de que, detrás de la obsecuencia
intervenciones parlamentarias que acompañaron el proyecto
cortesana, acecha la traición que arma sus tramoyas tanto co
de ley pro monumento a Eva en vida, se destaca una: "Eva Pe
mo las conspiraciones de la "antipatria".
rón resume lo mejor de Catalina de Rusia, Isabel de Inglaterra,
La pasión de Eva fortalece el sentido de diferencia radica
Juana de Arco e Isabel la Católica, pero multiplicando sus vir
lizada que da el estilo a su figura pública. La pasión es en ella
tudes y Ilevándolas a la enésima potencia, hasta el infinito". Es
la forma afectiva de la excepción; y la excepción es la cualidad
ta serie comparativa le pareció insuficiente a otra parlamenta
del sujeto apasionado. En este cruce se tratará de leer, una vez
ría que agregó una corrección: "Eva Perón es el honor de los
más, las razones por las que se ha dicho, y posiblemente se si
honores. No acepto que se la compare con ninguna otra mu
ga diciendo, que Eva fue única. jer, ni con ninguna heroína de ninguna época". 7 Eva era esta
armazón de cualidades, aunque nadie podría decir de qué mo
do penetraba en ella el ditirambo espeso con que se manifes
taban en el discurso oficialista.
La abyección aduladora del régimen ha sido un tema del
antiperonismo; las lecturas que simpatizan con el peronismo
pasan por alto el rasgo altamente antirrepublicano del lengua
je que emplean diputados, senadores, ministros, periodistas.
Sin duda, las imprecaciones y homenajes que acompañaron la
7 Quienes pronunciaron esas palabras fueron las senadoras Hilda Castiñeira
y Juana Larrauri, citadas por Alicia Dttiovne Ortiz, Eva Perón; la biografía, Bue
nos Aires, Aguilar, 1995, p. 287.
30 Beatriz Sarlo Belleza 31
agonía de Eva estuvieron a la altura de las glorias póstumas, que Además, Eva nunca fue joven a la manera en que, en esos
fueron de una magnitud sólo comparable con el entierro de años, se era joven (nunca fue una "actriz joven", por ejemplo).
un monarca o la pomposa escenografía fúnebre de los líderes Era joven (llegó al poder como consorte a los 26 aúos), pero
totalitarios. no tuvo estilo juvenil que, en la década dt>l cuarenta, era el es
Hasta el infinito y repetidamente, la hipérbole y la redun tilo ingenuo, el de la virgen que se prepara para el r;natrimo
dancia, el clisé y las imágenes de stock fueron la lengua de la nio. Era joven, pero sus días estaban contados.
propaganda peronista. No importa. Algo se repite sin embar Desde el comienzo, Eva tuvo esa convicción: "Me dicen
go en esta lengua formulaica que habla de una percepción no que me estoy gastando, pienso que me estoy gastando dema
distorsionada por los adornos que alimentaban el rito cotidia siado poco para un pueblo tan extraordinario como este".10
no de la cortesanía en la prensa y en las instituciones: Eva era Repite frast>s por el estilo como el ritornello obsesivo de una
la garantía trascendente del régimen, el honor de los honores, premonición no sólo en las páginas testamentarias de La ra
como la madre de Cristo. Con propiedad, ella dice: ''Yo no soy zón de mi 11ida. No hay tiempo que perder es una consigna que
más -y trato de serlo siempre- que el corazón de Perón".8 justifica el funcionamiento atropellado de la Fundación Eva
El encanto de Eva se alimentaba de su juventud, por supues Perón, donde se trabajaba sin método y sin horario como lo
to. No se alimentaba, en cambio, de ninguna cualidad frágil ni relatan los testigos más favorables a ese estilo de caridad esta
blanda. La determinación, la voluntad de hierro, la tozudez son tal plebeyo, paternal, desordenado, sensible a la empiria del
virtudes masculinas: "la dama del látigo", la llamó una oposito sufrimiento y atado a los detalles como si todo plan fuera un
ra furiosa, también podría llamarse una dama de hierro. La ju insulto a las necesidades de sus beneficiarios. Pero atenido
ventud ponía una temporalidad de corta duración en este en también a un principio de abundancia estética, que otorgaba
samblaje de virtudes duras. Como en el tópico romántico, la a los pobres lo que pedían y lo que no se atrevían a pedir, no
idea de juventud está unida a la de muerte: una extinción que simplemente lo que necesitaban. Por este exceso, la Funda
consume ese fuego, que ha consumido a quien lo llevaba como ción se separaba de las sociedades de beneficencia tradicio
don. Los héroes, los valientes, los excepcionales mueren jóve nales de la elite, que desconfiaban de los pobres y considera
nes. Emblema de la revolución peronista, Eva era una antor ban sus reclamos como impertinentes en la medida en que no
cha: "Estoy dispuesta a quemar mi vida si sabiendo que que coincidieran con la idea de necesidad que la beneficencia te
mándola puedo llevar felicidad a algún hogar de mi patria". 9 nía acerca de ellos. La Fundación ofrecía el plus de Eva como
La dama de hierro se quemaba (quedan a cargo del lector to dadora: el don venía acompañado de su imagen real o de su
das las derivaciones, que fascinan por lo común a los semiólo iconografía.
gos, de esta materialidad simbólica contradictoria). Rodéenlo a Perón, repetía Eva no sólo en sus discursos fi
nales. La exhortación remite al universo de las traiciones polí
ticas, habitualmente superpoblado de candidatos sospechosos,
8 Eva Perón, 1\1.ensajes y discursos, Buenos Aires, Fundación pro Universidad
de la Producción y del Trabajo, 1999, p. 246, discurso pronunciado ell6 de
mayo de 1950. 10 Eva Perón, ibid., p. 45, discurso del6 de mayo de 1949, pronunciado mu
Y Eva Perón, ibid., p. 54, discurso pronunciado el 19 de mayo de 1949. cho antes de que se detectara algún síntoma de su enfermedad.