Table Of ContentModULación afectiVa “does anYBodY KnoW WHat
attention is?”
de Los procesos de
aLerta
A pesar de que Williams James en 1890
daba por concluido el debate sobre qué es
Antonia-Pilar Pacheco Unguetti, la atención, según él, “Everyone knows what
Alberto Acosta y Juan Lupiáñez attention is”, las definiciones aportadas en
años sucesivos contradicen esta afirmación.
En un primer momento, se consideró un
Departamento de Psicología
mecanismo de selección de estímulos; con-
Experimental y Fisiología del cretamente, el proceso que facilitaba un
Comportamiento procesamiento posterior de alguna infor-
Universidad de Granada mación en detrimento de otra. Desde esta
idea se desarrollaron teorías sobre limita-
ciones de capacidad, filtros, procesamiento
La atención se considera un aspecto impor-
superficial vs. profundo, etc. (ver por ejem-
tante dentro de la ciencia cognitiva, de ahí
plo, Broadbent, 1958; Treisman, 1964).
que desde hace décadas su estudio haya sus-
Mas tarde se pasó de ver a la atención como
citado interés desde diversas aproximaciones.
un filtro a verla desde una perspectiva ener-
A pesar de ello y dada su gran complejidad
gética, como una cantidad de recursos a
conceptual, hoy día sigue generando discre-
repartir entre las distintas tareas a realizar
pancias en cuanto a definiciones, nomencla-
(Kahneman, 1973).
turas y formas de medida, entre otros aspec-
En años posteriores, se empezó a hablar
tos. Nosotros vamos a centrar este capítulo
de distintos componentes de la atención y
en un componente concreto de la atención,
a conceptualizarse ésta como un sistema, lo
la alerta, aspecto que a pesar de ser estudia-
que permitió apreciar sus posibles interac-
do desde perspectivas varias (psicofisiológica,
ciones y entender mejor su funcionamiento.
afectiva, patológica), posiblemente ha sido el
Van Zomeren y Brouwer (1994), por ejem-
que mayor controversia ha suscitado a lo largo
plo, postularon que la atención estaba divi-
de los años.
dida en dos subsistemas, uno de ellos impli-
Empezaremos conceptualizando la aten-
cado en aspectos de intensidad de la alerta y
ción e intentando distinguir el componente
atención mantenida y el otro encargado de
de alerta de otros con los que se ha relaciona-
procesos de selección y atención dividida.
do y/o identificado, al menos, en la literatura
Raz y Buhle (2006) por su parte, la definen
sobre procesamiento afectivo. Diferenciare-
por un lado como una forma de alerta y por
mos entre las distintas modalidades de estí-
otro como un índice de localización de re-
mulos que movilizan la alerta (visual y audi-
cursos. Lo cierto es que cualquiera de esas
tiva) y describiremos tres investigaciones en
definiciones puede servirnos como ejemplo
que han participado individuos con ansiedad,
de que, a pesar de los años y los avances en
en los que hemos manipulado dicho compo-
las técnicas de estudio, la confusión de con-
nente atencional con información afectiva de
ceptos permanece y algunos de ellos, como
diferente naturaleza. Finalmente, y a modo de
los de alerta, activación o arousal, han estado
conclusión, intentaremos relacionar nuestros
de una forma u otra siempre presentes al ha-
resultados con las líneas de trabajo de otros
blar de atención.
autores y teorías expuestas previamente.
44 | La atención (Vi): Un enfoque pluridisciplinar
La propuesta integradora de Michael Dentro de esta perspectiva de Posner y co-
Posner laboradores se han desarrollado estudios pro-
gresivamente más numerosos para caracterizar
estas redes en términos cognitivos, neuroana-
Una forma de armonizar los diferentes con-
tómicos, neuroquímicos y fisiológicos (ver re-
ceptos de atención es el modelo desarrollado
visión de Posner, Rueda y Kanske, 2007). A
por Michael Posner, que si bien ha sufrido
nivel comportamental, la evaluación empírica
alguna variación con el tiempo y ha recibido
de la eficiencia de cada red se ha realizado con
un importante apoyo empírico con técnicas
el Attentional Networks Test (ANT), desarro-
de neuroimagen (Fan, McCandliss, Fossella,
llado por Fan y cols. (2002) o, con variaciones
Flombaum y Posner, 2005), de análisis gené-
de esta prueba como el Attentional Networks
tico (Fossella y cols., 2002; Fosella, Posner,
Test-Interactions (ANT-I; Callejas, Lupiáñez
Fan, Swanson y Pfaff, 2002), farmacológicas
y Tudela, 2004). En nuestros trabajos hemos
(Beane y Marroco, 2004) y se ha aplicado a
modificado en algunos aspectos esta última
patologías diversas (Berger y Posner, 2000;
tarea, que proporciona información tanto de
Gooding, Braun y Studer, 2006). Desde este
los efectos de cada una de las redes atenciona-
modelo de redes atencionales se considera la
les como de las interacciones entre ellas.
atención un sistema complejo que abarca un
conjunto de redes de áreas cerebrales específi-
cas que, aunque son independientes, coope-
La aLerta atencionaL, coM-
ran y funcionan juntas.
Posner y Pertersen (1990) propusieron en ponente “confLictiVo” por
un primer momento tres redes atencionales eXceLencia
distintas a nivel anatómico y funcional -aler-
ta, capacidad y selección-, las cuales con el
Sturm y cols. (1999, 2006) conceptualizan la
tiempo han pasado a conocerse como red de
alerta como el aspecto más básico de la aten-
alerta, orientación y control ejecutivo, res-
ción, como un pre-requisito para dominios
pectivamente (Fan, McCandliss, Sommer,
atencionales más complejos. Concretamen-
Raz y Posner, 2002). Los componentes de
te a nivel conductual, representa el control
cada una de éstas realizan una serie de opera-
cognitivo interno de la vigilancia y el arousal,
ciones concretas que están bien especificadas
conceptos estos últimos con los que ha ten-
(Posner, Petersen, Fox y Raichle, 1988). De
dido a confundirse en muchas ocasiones. La
forma concisa, la red de orientación se encar-
vigilancia sería la atención mantenida en el
ga de seleccionar la información más relevan-
tiempo, en tareas en las que, por ejemplo, los
te de entre los múltiples estímulos posibles y
estímulos son muy infrecuentes o impredeci-
dirige la atención hacia ella. La red de control
bles. El arousal por su parte, se considera un
ejecutivo, por su parte, tiene un papel impor-
parámetro motivacional que “señala” el gra-
tante en la mediación del control voluntario
do en que está activado el sistema (Bradley
de la acción, ya que se ocupa del manejo y
y Lang, 2000). Generalmente y dada su re-
resolución de conflictos, de algunos aspectos
lación en forma de parábola con la dimen-
de la toma de decisiones y de generar respues-
sión de valencia, los estímulos que causan un
tas novedosas. La función de la red de alerta,
estado afectivo suelen llevar implícitos unos
como veremos posteriormente en detalle, es
niveles de arousal y valencia elevados, sea ésta
el mantenimiento de un estado de alta sen-
última positiva o negativa.
sibilidad para la percepción y procesamiento
Para otros autores como Thiel y Fink
posterior de estímulos.
(2007), la alerta es un componente de la
La atención (Vi): Un enfoque pluridisciplinar | 45
atención no selectivo, de manera que “prepa- cia de la alerta con las otras redes, pero éstos
ra” al sistema para un mejor procesamiento han sido bastante contradictorios. Desde la
o respuesta a un estímulo, sin necesidad de propuesta original de Posner se aboga por su
haberlo seleccionado específicamente en mo- independencia anatómica y funcional, aun-
mentos previos. Desde la aproximación com- que cabe la posibilidad de interacción funcio-
putacional, también se entiende como un re- nal dada la interconexión entre ellas (Posner
curso que beneficia la ejecución en una tarea, y Raichle, 1994). La red de alerta, en con-
por la preparación que supone para un evento creto, se ha relacionado de forma inhibitoria
posterior (Wang, Fan y Johnson, 2004). con la red de control ejecutivo (Cohen y cols.,
En todas las definiciones anteriores, los 1988), con una función inhibidora del tren
aspectos comunes a tener en cuenta son la de pensamiento interior para potenciar la re-
función de preparación y mejora del rendi- acción rápida a estímulos externos, ejemplifi-
miento que se le atribuye y el hecho de ser cado en el fenómeno conocido como “vacia-
un componente inespecífico. Además, como do de conciencia”, que ocurre en situaciones
puede deducirse, el tipo de tarea es un factor de alta alerta. Con la red de orientación, por
clave para que surjan sus beneficios y, a su vez, el contrario, la relación no está tan claramen-
fuente de discrepancias entre autores porque te establecida. Fernández-Duque y Posner
con frecuencia determina el tipo de alerta que (1990) no encontraron modulación de la red
se esté midiendo. de orientación por parte de la de alerta, pero
Si nos centramos de nuevo en la propuesta estudios neuroanatómicos (Marroco y David-
de Posner, la alerta se entiende como la habi- son, 1998), neuropsicológicos en pacientes
lidad para incrementar y mantener respuestas con neglect (Robertson, Mattingley, Rorden
de preparación para un estímulo inminen- y Driver, 1998) o aquellos en los que se tiene
te. Según él, podemos diferenciar dos tipos: en cuenta el curso temporal (véase Callejas,
alerta tónica o vigilancia que, como se señaló Lupiáñez y Tudela, 2005), han puesto de ma-
previamente, supone una activación durante nifiesto la relación existente entre dichas redes
un largo período de tiempo; y la alerta fásica, (véase también Fuentes y Campoy, 2008).
activación y preparación del sistema tras una Como veremos en los siguientes aparta-
señal de aviso y de menor duración. Posner dos, la naturaleza de los estímulos con que se
(1978) considera que no hay una separación manipula la red (visuales y auditivos), junto
real entre los componentes fásicos y tónicos con el diseño de la tarea (validez o predictibi-
de la alerta sino que se interrelacionan. lidad de las señales, tiempo entre estímulos,
Las áreas corticales asociadas con esta fun- etc.), son determinantes en el tipo de relacio-
ción están lateralizadas en el hemisferio dere- nes que se establecen entre las redes.
cho, en los lóbulos frontales (región superior
del área 6 de Brodmann) y parietales, que
reciben proyecciones del Locus Coeruleus y ModaLidades de aLerta
cuyo funcionamiento está modulado por el
atencionaL
neurotransmisor norepinefrina, de ahí que
drogas como la clonidina y guanfacina blo-
La capacidad que tenemos los seres humanos
queantes de éste reduzcan o eliminen el efec-
de generar y codificar sonidos emocionales,
to normal de las señales de alerta (Marroco y
además de información visual afectiva, pue-
Davidson, 1998).
de verse como una excelente herramienta al
Se han realizado estudios dirigidos a cono-
servicio de la supervivencia (Panksepp y Ber-
cer el grado de dependencia vs. independen-
natzky, 2002). Aunque no todos los sonidos
46 | La atención (Vi): Un enfoque pluridisciplinar
tienen un significado implícito en la evolu- dahl y Nordby (1994), las señales auditivas son
ción (la música puede ser un ejemplo), sí son más débiles que las visuales y, por consiguien-
en su mayoría importantes para nuestro bien- te, menos efectivas quizá para manipular la
estar físico y mental (Blood y Zatorre, 2001), alerta. Otros sin embargo, apuestan por el uso
de ahí que activen circuitos cerebrales involu- de información auditiva, bien por considerar
crados en los sistemas de placer/recompensa. que activa la alerta de forma más automática
En el ambiente en que nos movemos es im- y potente (Callejas, Lupiáñez y Tudela, 2004,
portante la rápida evaluación de los estímulos 2005; Fuentes y Campoy, 2008) o, por ser más
en general, pero más aún si éstos tienen un va- “persistente” (Bradley y Lang, 2000).
lor intrínseco de alarma, como ocurre cuando En nuestros trabajos hemos utilizado estí-
escuchamos un grito o vemos la cara de alguien mulos de ambos tipos para manipular la aler-
que está muy enfadado. Esta ventaja evolutiva ta, con el fin de conocer si realmente algunos
ha resultado ser perturbadora para la pobla- tienen un efecto superior a otros o si ejercen
ción con ansiedad, caracterizada por activar una influencia distintiva sobre el funciona-
sus mecanismos de detección y respuesta ante miento y/o patrón de interacciones de cada
la amenaza cuando se les presentan estímulos una de las redes. Además, como creemos fun-
que, aunque negativos, para el resto no supon- damental mantener la distinción rasgo vs. es-
drían un peligro inminente (ver, por ejemplo, tado si queremos conocer los mecanismos de
McNally, 1995; Öhman, 1992). atención propios de la ansiedad, nuestra línea
Aunque en general los trabajos en los que de trabajo se ha desarrollado hasta la fecha de
se manipula información auditiva han sido forma paralela sobre ambas condiciones afec-
menos numerosos, hoy día disponemos de tivas (Pacheco-Unguetti, Lupiáñez y Acosta,
materiales estandarizados, tanto visuales como 2008). Como veremos a continuación, tan-
auditivos, para llevar a cabo este tipo de estu- to la modalidad de la señal de alerta utilizada
dios. Lang y sus colaboradores desarrollaron como el tipo de ansiedad presente en los par-
una base de datos con material visual afectivo, ticipantes han sido determinantes en nuestros
el International Affective Picture System (IAPS; resultados.
Lang, Bradley y Cuthbert, 1999) y otra con
sonidos, el International Affective Digitized Alerta auditiva
Sounds (IADS; Bradley y Lang, 1999). Am-
bas contienen estímulos evaluados basándo-
En la población general existe una ilusión
se en sus dimensiones de valencia, arousal y
perceptiva que lleva a sobrestimar los sonidos
dominancia, y su validez ha sido demostrada
que aumentan en intensidad en detrimento
en estudios psicofisiológicos (Bradley y Lang,
de los que decaen (Bach y cols., 2008). Es-
2000) y en algunas poblaciones específicas
tos autores sugieren que un estímulo auditivo
(ver por ejemplo, Verona, Patrick, Curtin,
prepara al sistema para la acción y aumenta
Bradley y Lang, 2004).
la activación de procesos preatencionales. Se
Como en el resto de aspectos vistos hasta
sabe que un cambio en la intensidad del soni-
el momento, también la naturaleza de los es-
do es suficiente para activar la amígdala y re-
tímulos de alerta ha sido origen de discrepan-
localizar recursos de procesamiento gracias a
cias. Autores como Posner (1980) o Roberts,
un incremento en la alerta fásica, y es que al-
Summerfield y Hall (2006), consideran que
gunas regiones cerebrales que median el pro-
la alerta es un mecanismo que no depende de
cesamiento afectivo auditivo interactúan con
la modalidad, así que éste no sería un factor
aquellas involucradas en el sobresalto acústico
relevante a tener en consideración. Para Hug-
(Morris, Scott y Dolan, 1999).
La atención (Vi): Un enfoque pluridisciplinar | 47
Sokolov (1963) propuso que un sonido in- va. Otros como Williams, Watts, MacLeod
tenso y repentino elicita una acción motora, y Mathews (1988), aunque comparten esta
concretamente de sobresalto, mientras uno idea, especifican que dicha tendencia es de-
menos intenso genera respuestas adaptativas bida a la ansiedad rasgo, la cual necesita in-
como la orientación. Los reflejos psicofisio- teractuar con un estado de ansiedad para que
lógicos de defensa, orientación y sobresalto, se “potencie” la significación de amenaza del
han tenido un papel relevante en el estudio estímulo. En dos de nuestros experimentos en
de los procesos atencionales y emocionales los que no incluimos estímulos afectivos (Pa-
(Ruiz-Padial, Sánchez, Thayer y Vila, 2002). checo-Unguetti, Acosta y Lupiáñez, en pren-
En un primer momento el reflejo de sobre- sa), obtuvimos una disociación entre ambos
salto llegaba incluso a ser considerado a ni- tipos de ansiedad respecto a la forma con que
vel metodológico una medida directa de las modulan los mecanismos de las redes aten-
emociones, tanto normales como patológi- cionales. Concretamente, hallamos un mayor
cas, por autores como Lang, Bradley y Cu- efecto de interferencia (menor eficiencia de la
thbert (1997). La literatura sobre este tipo red de control ejecutivo) en los participantes
de reflejos puede ofrecernos alguna pista para con ansiedad rasgo, y unos índices superiores
entender mejor lo que ocurre ante estímulos de alerta y orientación en aquellos con ansie-
de alerta en poblaciones como la ansiosa, a la dad estado.
que durante años se les ha atribuido un sesgo Para conocer si esta modulación distinti-
de “hipervigilancia”. va de la ansiedad se mantenía al introducir
Autores como Eysenck (1997) postulan estímulos de valencia emocional, realizamos
que los individuos con alta ansiedad se carac- un estudio (Pacheco-Unguetti, Lupiáñez y
terizan por una predisposición que les con- Acosta, 2009) en el que adaptamos la tarea
duce a atender en mayor medida a eventos ANTI de Callejas, Lupiañez y Tudela. (2004)
amenazantes, y a interpretar los estímulos de incorporando sonidos de valencia agradable,
naturaleza ambigua de manera más negati- desagradable y neutra como señal de alerta (la
Figura 1. Ejemplo de procedimiento y estímulos utilizados en los experimentos 1 a 3
48 | La atención (Vi): Un enfoque pluridisciplinar
risa de un bebé, el grito de una mujer y un un grupo de estímulos que los seres humanos
bostezo, respectivamente), en lugar del tono procesan preferentemente (Folk, Remington
usado originalmente (ver Figura 1A). y Johnston, 1992), como la dirección de la
Pensamos que, dado que los individuos con mirada (Friesen y Kingstone, 2003) o los ros-
ansiedad se caracterizan por una mayor hiper- tros (Yantis, 1996), a los que se podrían unir
vigilancia hacia los estímulos negativos, éstos otros estímulos como los que nosotros selec-
podrían mostrar un mayor índice de alerta en cionamos.
las condiciones de sonidos con valencia nega- No obstante, si nos paramos a pensar en los
tiva. Adicionalmente y si existe una relación aspectos revisados en apartados anteriores, no
de mejora sobre la red de orientación, podría- podemos descartar aún la posibilidad de que
mos obtener también algún tipo de diferen- realmente no existan diferencias en cuanto a
ciación en su índice. Finalmente, en lo que la activación de la alerta entre sujetos de alta y
respecta a la red de control el resultado espe- baja ansiedad rasgo, al mostrar ambos grupos
rado era un mayor efecto de interferencia en de participantes una respuesta máxima. Dan-
los participantes del grupo de alta ansiedad, do un paso más, incluso podríamos pensar
tal y como hemos informado que encontra- que la movilización de la alerta conlleva de
mos en un estudio previo sin manipulación por sí un componente afectivo, de forma que
afectiva alguna (Pacheco-Unguetti, Acosta y no se vea modulada por el valor afectivo de
Lupiañez, en prensa). los estímulos que la movilizan. Recordemos
Nuestros resultados confirmaron lo espe- que el arousal de los estímulos que desencade-
rado en cuanto a la red de control pero no nan la alerta debe ser de cierto nivel y que éste
ocurrió lo mismo en relación a la red de aler- es difícil que se presente acompañado de una
ta. Los grupos de alta y baja ansiedad no pre- valencia neutra (aquello que nos activa, para
sentaron diferencias en la eficiencia de dichas bien o para mal, no nos deja emocionalmente
redes. En un primer momento, pensamos que indiferentes).
podría deberse a dos factores relacionados Un trabajo reciente de Herwig, Kaffen-
con el material utilizado. Por un lado, cabía la berger, Baumgartner y Jäncke (2007) puede
posibilidad de una pérdida de la connotación aportarnos alguna información al respecto.
afectiva de los estímulos, ya que como pudi- En su estudio con neuroimagen, obtienen
mos comprobar tras el experimento, la valo- evidencias a favor de un sesgo de “cautela” o
ración en dimensiones de valencia y arousal pesimista ante estímulos de valencia inespe-
de los sonidos distaba bastante de los valores rada, similar al llamado “sesgo de negativi-
normativos en base a los que los selecciona- dad” (Cacioppo y Gardner, 1999). Cuando
mos y, además, no difería entre grupos. Otra los participantes desconocen si el estímulo
posible explicación se deriva directamente del próximo será de valencia negativa o neutra,
tipo de estímulos. En los tres casos, son soni- activan más intensamente áreas involucradas
dos de fuerte naturaleza filogenética, lo que en procesos de preparación y adaptación in-
hace posible que sean tan significativos a nivel terna, algo útil desde el punto de vista de
biológico y social que no generen la potencia- una respuesta más rápida y eficaz. Domín-
ción esperada sobre la red de alerta de forma guez-Borrás, García-García y Escera (2008)
específica en ansiosos. Trabajos como el de también explican su trabajo sobre el efecto
Seifritz y cols. (2003) refuerzan esta suposi- del contexto afectivo negativo en la distrac-
ción al registrar una activación y habituación ción, refiriéndose a una expectativa negativa
similar para el llanto y la risa, además de estar que desarrollan los participantes ante la alea-
bien asentada en la literatura la existencia de toriedad en la valencia de los estímulos, de
La atención (Vi): Un enfoque pluridisciplinar | 49
manera que se encuentran constantemente Centrándonos ya en trabajos que abor-
“preparados” para recibir estímulos negati- dan el estudio de las redes atencionales con
vos. En nuestro caso, el hecho de que cada material visual afectivo, tenemos como an-
uno de los tres sonidos aparezca aleatoria- tecedente el trabajo de Dennis, Chen y Mc-
mente en un 25% de los ensayos (en el 25% Candliss (2007), quienes incluyeron rostros
restante no hay sonido), puede haber influi- de valencia amenazante o neutra y estímulos
do en la misma dirección, y que los parti- no emocionales, antes de cada ensayo de la
cipantes en ambos grupos desarrollaran una tarea ANT. Su objetivo era ver en qué medida
“expectativa” hacia la aparición del sonido esa información afectiva influía en las redes
de valencia negativa (grito de la mujer), el atencionales y si variaba bajo un estado de an-
que esperábamos que fuera más idóneo para siedad, según ellos inducido, en los bloques
potenciar la alerta y el sesgo en ansiedad. De en que se presentaban rostros de amenaza
esta manera, se habrían “anulado” las posibi- solos o mezclados aleatoriamente con otros
lidades de que este estímulo active más in- de valencia neutra. Su resultado principal fue
tensamente la red de alerta en un grupo que un mayor conflicto tras rostros de amenaza
en otro. El hecho de no haber encontrado en participantes con bajo estado de ansiedad.
mayor interferencia en los ensayos en que No obtuvieron interacciones significativas
presentamos un sonido negativo en compa- entre el estado de ansiedad y la alerta como
ración con el positivo, puede ser otro aspec- esperaban, ni los rostros negativos produjeron
to comprensible desde esta perspectiva. mayor alerta (aunque había una tendencia).
Puesto que en la interpretación de nues- Ellos explican sus resultados aludiendo a una
tros resultados caben varias posibilidades, dificultad en el desenganche de estímulos de
creímos necesario realizar otros estudios en amenaza por parte de quienes presentan an-
esta línea de trabajo a fin de precisar aún más siedad estado pero, de ser así, quizá deberían
la relación entre el componente de alerta y la haber encontrado diferencias en orientación
ansiedad. En esta ocasión, decidimos hacerlo o ser estos participantes quienes debían ver
manipulando la valencia de señales de alerta comprometido su control y mostrar más pro-
visuales y, adicionalmente, sobre poblaciones blemas de interferencia.
con ansiedad rasgo vs. estado. Nosotros pensamos que cabe otra posibi-
lidad y es que, lo que ellos consideran ma-
nipulación o “inducción” de ansiedad estado
Alerta visual
puede ser quizá lo que nosotros entendemos
como alerta, o lo que otros como Domín-
Al igual que con algunos sonidos, hay es- guez-Borrás, García-García y Escera (2008),
tímulos visuales para los que tenemos cierta entienden por contexto afectivo. Si fuera así,
predisposición a atender en términos evo- se trataría de resultados parecidos a los ob-
lutivos, entre los que se pueden destacar los tenidos en nuestro trabajo con sonidos: no
rostros. Éstos han sido ampliamente estudia- se encuentran diferencias en el modo en que
dos en el campo de la atención en general, afecta la valencia de los estímulos a la alerta.
aunque es cierto que en su mayoría ha sido Podemos pensar de nuevo en la posibilidad
en trabajos relacionados con la orientación de que la movilización de la alerta conlleve
de la atención, concretamente, dentro del implícito un componente afectivo.
debate de los mecanismos de captura vs. Con objeto de profundizar en este aspecto,
desenganche (ver, por ejemplo, Adolphs, en dos experimentos sucesivos Pacheco-Un-
2002; Fox, Russo, Bowles, y Dutton, 2001; guetti, Lupiáñez y Acosta (en preparación)
Öhman, Lundqvist y Esteves, 2001).
50 | La atención (Vi): Un enfoque pluridisciplinar
Figura 2. Efecto de congruencia por condición de valencia y grupos
modificamos de nuevo la tarea ANTI intro- gruencia es exactamente el mismo en los grupos
duciendo rostros de valencia negativa y neu- de alta y baja ansiedad rasgo (96ms) cuando el
tra como alerta (el procedimiento y estímulos rostro es negativo y, en ambos grupos, la mayor
puede verse en la Figura 1B). Utilizamos dos interferencia se presenta tras un rostro neutro.
rostros extraídos de la base de datos de Ek- Sólo en la condición de no alerta observamos
man, Friesen y Hager (2002) y presentamos un mayor efecto de congruencia en el grupo de
la tarea a cuatro grupos: dos seleccionados alta ansiedad rasgo, replicando nuestros resul-
por sus puntuaciones en ansiedad rasgo (alta tados previos. Esto parece apuntar de nuevo a
vs. baja), y dos que tenían valores medios de que todos los participantes (especialmente los
ansiedad rasgo en los que se manipuló el ni- de alta ansiedad) podrían haberse preparado de
vel de ansiedad estado (alta vs. baja). Para la forma implícita para la alerta de valencia emo-
inducción de estado utilizamos el mismo ma- cional negativa, sólo mostrando un efecto redu-
terial y procedimiento seguido en otros traba- cido de congruencia el grupo de baja ansiedad y
jos en que se hemos comprobado su eficacia en ausencia de señal de alerta. En los grupos de
aplicándolo tanto individualmente (Pache- ansiedad estado sí parece haber una tendencia
co-Unguetti, Acosta y Lupiañez, remitido), hacia un mayor efecto de interferencia tras con-
como en grupo (Pacheco-Unguetti, Acosta diciones de alerta negativa, pero de nuevo esto
y Lupiáñez, en preparación) y tanto en me- se observa en ambos grupos (las diferencias no
didas de autoinforme como psicofisiológicas llegan a ser significativas).
(Pérez-Dueñas, Pacheco-Unguetti, Lupiáñez, Siguiendo la estrategia de análisis de datos
Vila y Acosta, en preparación). de otros autores (Dennis, Chen y McCandliss,
Los resultados que obtuvimos fueron, ade- 2007), realizamos comparaciones adicionales
más de los efectos principales e interacciones en- atendiendo a la valencia del ensayo anterior.
contradas en experimentos previos, una relación De esta forma, resultó significativa la interac-
marginalmente significativa entre la alerta, con- ción entre el grupo, la congruencia, la alerta
gruencia y el grupo de ansiedad rasgo. Como se previa y la del ensayo actual, en los dos experi-
puede apreciar en la figura 2, el efecto de con- mentos (rasgo y estado). Siempre el efecto de
La atención (Vi): Un enfoque pluridisciplinar | 51
congruencia es inferior cuando en el ensayo ac- te afectivo, es decir, que de forma implícita, al
tual no se presenta rostro como señal de alerta, movilizarse lo haga ya con una valencia positiva
pero cuando ésta es de valencia negativa, tanto o negativa, de ahí que no se encuentren efectos
en el ensayo actual como en el previo los par- diferenciales entre grupos en función de la valen-
ticipantes de alta ansiedad tienen más interfe- cia afectiva del estímulo elicitador de la alerta. Es
rencia. Además, son más lentos cuando en el posible que la biología y la facilitación genética
ensayo actual no hay alerta pero sí en el previo, de la supervivencia tengan un papel importante
siendo esta diferencia mucho mayor en el gru- en este hecho. Los resultados obtenidos al mani-
po de ansiedad estado elevada. pular la ansiedad estado pueden sugerir que para
En general podemos decir que, al igual observar la modulación de la alerta se necesiten
que con la manipulación de la alerta auditiva, estrategias de análisis que contemplen periodos
la valencia de los estímulos no actúa de ma- de tiempo o secuencias de eventos más amplias
nera diferente potenciando o disminuyendo que las contempladas en ensayos únicos.
la alerta en individuos con ansiedad rasgo. En las investigaciones futuras parece nece-
Más bien parece que, bajo un contexto de sario manipular simultáneamente la ansiedad-
presentación aleatorio, todos los participan- rasgo y la ansiedad-estado así como estudiar es-
tes, independientemente de su ansiedad alta pecíficamente las modalidades de lanzamiento
o baja, están igual de “preparados” para los de la alerta o, quizá, manipular la alerta inte-
estímulos negativos. En el caso de la ansiedad grando información visual y auditiva (Johns-
estado ocurre algo parecido, aunque aquí sí se tone, van Reekum, Oakes y Davidson, 2006;
observa una tendencia hacia una mayor alerta Morris, Scout y Dolan, 1999), han realizado
tras un estímulo de valencia negativa. ya algunos estudios con rostros y voces de dife-
rente valencia), para obtener una información
más precisa acerca de las complejas relaciones
concLUsiones entre la alerta y ansiedad.
A lo largo del capítulo hemos visto cómo,
referencias
desde sus inicios, el estudio de la atención ha
sido bastante heterogéneo por la cantidad de
aspectos con los que ha sido relacionada. La Adolphs, R. (2002). Recognizing emotion from
integración derivada de la propuesta de M. facial expressions: Psychological and neuro-
Posner supone un gran adelanto hacia la uni- logical mechanisms. Behavioral and Cogni-
ficación de conceptos y formas de medida, lo tive Neuroscience Reviews, 1(1), 21-61.
que facilita el conocimiento más amplio y
Bach, D. R., Schächinger, H., Neuhoff, J. G.,
preciso de los componentes de la atención.
Esposito, F., Di Salle, F., Lehmann, C.,
Hemos señalado la alerta atencional como el
Herdener, M., Scheffler, K., y Seifritz, E.
más confuso de los mecanismos atencionales
(2008). Rising sound intensity: An intrin-
y hemos descrito algunos trabajos en que han
sic warning cue activating the amygdala.
participado personas con ansiedad y se ma-
Cerebral Cortex, 18(1), 145-150.
nipula la alerta con estímulos de naturaleza
afectiva tanto auditivos como visuales, entre Beane, M., y Marroco, R. T. (2004). Nore-
ellos, tres de nuestros estudios. pinephrine and acetylcholine mediation of
Como hemos discutido al describir cada tra- the components of reflexive attention: im-
bajo, consideramos factible el hecho de que la plications for attention deficit disorders.
alerta ya incluya en su activación un componen- Progress in Neurobiology, 74, 167–181.
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