Table Of ContentMEMORIAS Y OTROS TEXTOS
ADOLFO C. WINTERNITZ
MEMORIAS
Y OTROS TEXTOS
Memorias y otros textos
Adolfo C. Winternitz
© Adolfo C. Winternitz, 2013
De esta edición:
© Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2013
Av. Universitaria 1801, Lima 32, Perú
Teléfono: (51 1) 626-2650
Fax: (51 1) 626-2913
[email protected]
www.pucp.edu.pe/publicaciones
Las fotografías de este libro son todas parte del archivo de la familia Winternitz,
excepto las fotografías de los vitrales y dibujos, que fueron realizadas por el
mismo artista.
Cuidado de la edición, diseño de cubierta y diagramación de interiores:
Fondo Editorial PUCP
Primera edición: julio de 2013
Tiraje: 600 ejemplares
Prohibida la reproducción de este libro por cualquier medio,
total o parcialmente, sin permiso expreso de los editores.
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2013-08633
ISBN: 978-612-4146-43-5
Registro del Proyecto Editorial: 31501361300458
Impreso en Litho & Arte SAC
Jirón Iquique 046, Lima 5, Perú
Índice
Presentación 9
Introducción 15
MEMORIAS 17
Parte I
El camino de mi existencia: ¿he soñado mi vida? 19
Parte II
Evolución de mi vocación artística 127
Parte III
Eros y Daimón 139
UNA VIDA EN IMÁGENES 143
Familia y amigos 145
Alumnos y la PUCP 164
Vitrales y dibujos 171
EN TORNO AL ARTE 187
Proceso de integración artística 189
Los vitrales en el presente y su importancia como
expresión pictórica 201
Escuelas de arte hoy 211
Educación artística 265
Arte, educación y sociedad 271
Entrevista a Adolfo C. Winternitz (extracto) 275
ANEXOS 295
El arte sacro 297
El apostolado del arte integral (homenaje) 299
Un recuerdo personal y algunas consideraciones 301
Arte, diseño e industria 303
Biografía 307
Cronología de la Facultad de Arte 319
PRESENTACIÓN1
Los antiguos egipcios atribuían al dios Thot la invención de la escritura.
A él se debía también la existencia del lenguaje y de todas las palabras.
Era además el escriba que registraba anotando en sus tablillas la vida de
todo hombre, con todos sus actos, todos sus pensamientos, todas sus
hazañas y todas sus flaquezas. Así, cuando un espíritu llegaba al mundo
de los muertos, Thot medía en una justa balanza las obras acometidas en
la vida que iba a ser juzgada por Osiris. Este dios también era el señor del
tiempo, pues era el creador de los calendarios.
No es extraño que la escritura, el lenguaje, el tiempo y la muerte se
hallen unidos en una sola figura. Porque la escritura está en la orilla opuesta
de la aventura. Implica detener por un momento la vida para contarla
y, gracias a este ejercicio, encontrarse con la iluminación del sentido que
así irrumpe. La escritura confiere forma al tiempo, le ofrece un orden a
sucesos que en principio parecen inconexos y permite, de tal suerte, que
los avatares de nuestra existencia empiecen a cobrar un valor que nosotros
mismos, quizás, no lográbamos entender.
Puesto que a fin de cuentas es un juicio sobre la propia vida, toda
memoria puede leerse también como un alegato, como una esforzada
defensa ante el juicio inapelable de la muerte vecina. No se debe confundir
1 Texto del ex rector de la PUCP, Salomón Lerner Febres.
Memorias y otros textos
entonces la memoria con la biografía. A diferencia de esta última, su
arquitectura se sostiene en la búsqueda de una revelación que brinde
significado y justifique la vida de su autor; se trata casi de un proceso
terapéutico aquel que se despliega a través del turbulento y no siempre
placentero ejercicio de narrar. Por ello, escribir sobre el tiempo vivido a
lo largo de los años es, a fin de cuentas, siempre un afán apremiante que
se halla destinado a develar, mediante el consciente ejercicio del recuerdo,
el porqué, el cómo, el para qué de nuestra propia existencia antes de que
se cumpla el inevitable final. Así, en la memoria se ve con deslumbrante
claridad ese combate eterno que se entabla entre la escritura y la muerte,
ese deseo tan humano de quebrar y así vencer al olvido y de preservar, en
busca de permanencia constante, la experiencia vivida cuidándola en la
imaginación del futuro.
Toda memoria es una versión personalísima del tiempo y por ello en
gran medida está definida por el arbitrio de su autor. Y de otro lado, sin
embargo, ninguna memoria es enteramente personal. En efecto, brota de
una raíz lírica del yo desde el cual se hace la narración pero va incorporando
a ella, de modo inaparente, las texturas corales de los personajes que
circundaron al autor a lo largo de su existencia. Por ello, como sostuvo
W.G. Sebald, uno de los autores contemporáneos que más ha explorado la
dimensión plural de la memoria, «recordamos y escribimos sobre nosotros
mismos a través del recuerdo y de la escritura de otros». Así, las memorias
de otros son de alguna manera también las nuestras o más precisamente
contribuyen a perfilar las nuestras. En ellas escuchamos las voces ajenas
pero también nutrimos nuestra propia voz, pues convertimos en propios
los recuerdos de quienes nos rodearon y así nuestra vida se prolonga en
paisajes y escenas distantes.
Todo lo anterior se aplica a las memorias del maestro Adolfo
Winternitz. La lectura de sus memorias logra el milagro de trasladarnos a
épocas diversas, a personas que con él vivieron, a tiempos vertiginosos,
a momentos de incertidumbre y de violencia en algunos casos y de gran
creatividad y enriquecimiento espiritual en otros.
10