Table Of ContentLas declaracio
nes norteamerica
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.Aí'IO 3 - N~ 34 mas allá
MARZO 1956
DE LA CIENCIA Y DE LA FANTASJA
,& EVISTA MENSUAL novelas cortas:
. DE AVENTURAS
'APASIONANTES EN LEJOS DEL CALTDO SOL, por R. D. N1cHOLSON
EL MUNDO DE U. Bajo el cie'lo ya casi negro, en un mundo don-
MAGIA CIENTIFICA de la esperanza no era desconocida, allí ve-
rían crecer a sus hijos . . . . . . • • . • • . . • • . 4
LA SUERTE DE IGNATZ, por LEsTER DEL RBY
Quizá fuera por superstici6n, pero Ignatz sabía
que era él la causa de todo . . . . . . . . . . . . 69
¿QUIEN?, por THEODORB STURGEON
En el largo Viaje, el hombre iba solo; pero al-
guien lo acompañaba . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
cuentos:
PUNTO CIEGO, por BAscoM JoNBS
Ahora sabía d6nde había estado su punto cie-
NU.ESTRA go. Por eso se alej6 . . . . . . . • • . . . . . • • • • 24
PO ITA DA
ALGO POR NADA, por RoBBRT SHEcKLBY
por ALVARÁ Ser inmortal era su deseo, pero no eterno . . • 41
cDouhreetzea: cmaelotárl iacrar asdae l su VIDA POR LAMIA, por FRBDBRICK PoHL
dor del chorro: vi Era su verdadero amigo. . . y lo mat6 a san-
brac:16n supersónica
de la atmósfera: la gre fría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . 52
nueva técnica anula
las dJatanctu. aventuras de la mente:
EL REGRESO, por WERNER VoN BRAUN
La conclusión de LA CoNQUISTA DE LA LUNA,
ilustrado por CHBSLBY BoNBSTELL • • • • • • • • 30
novedades cósmicas:
JUSTICIA PARA LOS SATELITES,
por WrLLY LEY •••••.••••••••••••••• 57
SEMILLAS ESTERILES (editorial) ........... . 4
RedJcción y Admtnist.:
Ediroriol Abril S. R. ESPACIO TEST 66
L., Av. Alem 884
e, A~ .• Rcp. Argentin~ CORRESPON~EN~l.A: Proyectiles dirigidos y res
puestas cientificas . . . . • • . • . . • . • . • • . . . . 126
ANTE la rutilante fantasía cie~ mirada hacia el futuro, con un acier
tífica que invade con su bri to que tiene pocos paralelos en la
llantez multicolor los rincones más historia del mundo.
oscuros de lo desconocido, como un
fuego artificial que relampaguea Y ADAMS, en 1862, se encontraba
alumbra el cielo nocturno, algunos en Londres cuando llegó la no
ticia. del resultado de un encuentro
i,ectores se preguntan de dónde sa
naval en el cual quedó demostradfl.
ca:r.z, sus ideas estos escritores.
la superioridad de los buques de
La f. c. es, en su síntesis, profecía,
construcción metálica sobre los bu
y los profetas son hombres que sa
ques de madera. En una carta que
ben pensar y saben ver más allá de
dirigió en ese entonces a su herma
la realidad que los rodea. Cuando
no, oficial del ejército de la Unión,
uno lee los escritos de personas que Adams escribió: "Hace sólo 15 días
vivieron hace algunos o muchos
" que los ingleses han descubierto
años inevitablemente encuentra
" que su entera armada de madera
proÚcías. Todas ellas son semillas
" ya es inútil. . . La gente comienza
de f. c. que nunca echaron su brote. " a hablar vagamente del fin de las
A veces, lo destartalado y absurdo " guerras y de la paz eterna, como
de las ideas resulta decididament€ " si la naturaleza humana se hubie
humorístico; a veces, su adherencia " ra modificado por el hecho de que
a la realidad de los años futuros es "el poderío marítimo de Gran Bre
sorprendente. " taña ha recibido un golpe en la
Recientemente, he tropezado con "cabeza. Por mi parte, yo creo ver
una de las más impresionantes de "una o dos cosas. . . Para Inglaterra
estas profecías ocasionales y espon " todavía puede haber grandeza y
táneas, nacida de u.na reflexión pro "seguridad, si rodeada por sus co
funda y audaz sobre la realidad que "lonias, trasformara su Imperio he
rodea al pensador. Es aquella conte "gemónico en una confederación de
nida en una carta escrita en 1862 "naciones británicas.
por Henry Adams a su hermano.
Henry Adams, literato e historiador,
era nieto y bisnieto de dos presiden
tes de los Estados Unidos de Amé semillas
rica. Sus libros más importantes son
Mont-Saint-Michel y Chartres Y La
educación de Henry Adams. El pri
mero es una reconstrucción de la
mentalidad de la Edad Media, un
himno a la unidad del espíritu mP.
dieval y al poderío que sobre este es " Tú podrás pensar que todas és
píritu tenía la virgen María; el se " tas son tonterías, pero te aseguro
gundo, una pintura del ambiente ar " que los nuestros son grandes tiem
tístico y social en el que Adams " pos. El hombre se ha adueñado de
vivió. u la ciencia y ha comenzado a co
Adams no era hombre de ciencia " rrer con ella. Y creo firmemente
ni tenía pretensiones de profeta; pe "que, antes de muchos sigl.os, la
ro los acontecimientos a los cuales " ciencia se habrá adueñado del
pudo asistir le dieron una oportuni " hombre. El hombre habrá inven
dad ae proyectar la agudeza de su " tado máquinas cuyo poder le re-
MAS ALLA
"sultará imposible de controlar. Al EN el carácter de Henry Adams
" gún día la ciencia tendrá en sus . hay una singularidad interesan
'' manos la existencia de ta hu.maní te: mientras que, alrededor suyo, se
" dad, y la raza humana podrá co hacían los pronósticos más variados
" meter suicidio haciendo explotar troerca del progreso acelerado del
"todo el mundo. No solamente sere hombr€ -pronósticos que, en la ma
" mos capaces de navegar en el es yoría de los casos, eran puerilmente
" pacio, si.no que yo no veo razón optimistas o exageradamente fan
"para .que alguna generación futura tásticos- Henry Adams se mante
" '!to pueff.a intentar dar al mun nía dentro de los límites de lo po
" do un movimiento de rotación di sible. Sus previsiones están impreg
" ferente, de manera que cualquier nadas de Tealismo y de iTonía. Es
~zona de la Tierra pueda recibir él que dijo: "Después de nosotros el
diluvio -o quizás antes-,,. Es él
"por turno su debida cantidad de
"calor y de luz". que identificó la fe del nuevo siglo
XX con los grandes dtnamos presen
tados en la Exposici6n Internacional
Es cierto que Gran Bretaña ha
de París de 1900: "Este es el nuevo
podido sobrevivir sólo gracias a una
siglo y la electrieidad es su Dios ...
modificación de su política, muy de ¡Y cómo corre! Se romperá el cuello.
acuerdo con la previsión de Adams;
Y o me quedo horas mirando a es
es cierto que el hombre, en su fre tos enc.rmes dínamos preguntán
nética carrera tecnológica, ha llega doles (con coTtesía infinita) hacia
do muy cerca de desintegrar todo dónde diablos nos conducirán".
el mundo en una explosión atómica; De haber existido la f. c. en 1862,
11 es cierto también que se está acer a Henry Adams, refinado estudioso
cando al momento en que el hombre
de la Edad Media y crítico de su pro
podrá variar a su gusto el clima de
pia sociedad, le hubiera encantado, y
todos los rincones de la. Tierra.
no le hubieran faltado ideas.
estériles
editorial
por R. D. NICHOLSON
LEJOS DEL CALIDO
SOL
Lejos de los turbulentos
planetas interiores, en el
celestial refugio de las
heladas colonias saturnales,
allí culminó la fogosa
aventura.
DURANTE las últimas quinientas -Creo que podremos aterrizar sin
horas de retardación los anillos matamos; pero será mejor que nos
eran claramente perceptibles a simple pongamos los trajes espaciales y nos
vista. Cuando miramos por las venta ajustemos los cinturones de seguridad.
nillas v vimos a Saturno, suspendido -Usted no podrá controlar la na
en su· fase de tres cuartos contra la ve si está completamente atado -ob
oscuridad, tuvimos por primera vez la jeté.
clara sensación de que nos -aproximába l\ le sonrió y di jo:
mos a la residencia más apartada del -Puedo atarme el cuerpo y la cabe
hombre: su conquista más cercana al za y dejar los braws y las piernas li
borde del vacío interestelar. bres. Gm eso me b:lstará.
Grenville estaba de excelente hu Y así lo hicimos. Dagmar, por su
mor ante la perspectiva de finalizar el puesto, se quejó indignada de todo lo
largo e incómodo viaje y, aun antes que ocurría, pero tenía demasiado in
<le que Titán apareciera ante nuestros terés en evitar que su hermoso y deli
ojos como un pequeño disco, flotaba cado cuerpo resultara herido, como
por la cabina, cantando alegremente. para descuidar alguna de las precau
Digamar se mostraba tan arisca y des ciones ...
sgradable como al principio del viaje. Pensé que sería una pena haber lle
Sin embargo, los arranques de bullicio gado tan lejos para estrellarnos contr:i
so buen humor, que desde el comien la superficie de Titán. Pero si alguien
zo habían interrumpido de tarde en podía salvamos, ése era Grenville.
tarde su agresivo silencio, se hicieron Era un magnífico piloto espacial. Por
más frecuentes. cierto que muy pocos habrían podido
Es claro que ella anhelaba, con más librarse de los dos cruceros que nos
intensidad que Grenville o yo, salir de atacaron al salir de la órbita de Marte.
la incómoda y diminuta espacionave. Las dos semanas siguientes de esp()rá
Durante todo el camino se había que dicas aceleraciones e inevitables des
jado de la incomodidad de vivir tan víos, consumieron casi toda nuestn
to tiempo en la pequeña cabina. El carga de combustible, pero nos permi
único medio de asegurarle un mínimo tieron Hegar a] cinturón de asteroides,
de intimidad era una manta colgada donde los instrumentos de los cruce
a través de la cabina. Las instalaciones ros ya no podían indicar nuestro para
sanitarias en una nave tan pequeña dero. Ahora, sin embargo, sin bastan
son necesariamente bastante primiti te combustibl~ para aterrizar, habfa
vas, lo cual la disgustaba aun más. llegado el mmnenta de ajustar cuentas.
¡Las mujeres son tan insoportable Golpeamos el borde exterior de b
mente prácticas ... , hasta cuando su atmósfera de metano de Titán, a más
propia vida está en juego! de quince kilómetros por segundo.
Nuestra pobre nave se calentó como
NOS encontrábamos ya dentro de un reactor. Afortunadamente, la tem·
la órbita de Titán cuando Gren pcratura exterior era más o menos a.~
ville me informó que íbamos a tener cien grados bajo cero, y el calor dis·
dificultades para aterrizar. minuy6 rápidamente hasta que la su·
-tasi no tenemos combustible, perficie de nuestra nave adquirió un
Clemmenceton. Nos vamos a dar un color rojo oscuro. .
buen golpe. - Las bombas refrigerantes estaban
-Bueno, haga lo que pueda -res sobrecargadas de trabajo, tratando de
pondí. mantener la temperatura interior tan
MAS ALLÁ
ha ja como fuera posible; pero ya te resultados. Dagmar no nos prestaba
níamos los trajes puestos y no nos pre la menor atención; temblaba violenta·
ocupamos demasiado. mente; luego, dejó caer la cabeza cu·
Grenville tuvo buen cuidado de bierta por el casco en sus manos en·
consumir la cantidad mínima de com guantadas y comenzó a llorar. Los
bustible, dejando que la succión at labios de Grenville se entreabrieron.
mosférica hiciera toao el trabajo. Fué Volví a llamarlo. Esta vez, abrió los
un magnífico despliegue de habilidad, ojos. Inmediatamente el dolor le hizo
pero no bastó para evitar el choque. t stremecerse.
Grenville nos había atado de talma - ¡Oh, Dios, mi pierna! -gimió.
nera a nuestros asientos, que ni Dag Estaba tendido a través del banco
mar ni yo podíamos mover un dedo. inferior de niveladores, con la pierna
Luego, se había a_justado las bandas izquierda retorcida entre uno de los
del pecho, de la cintura y de las ca montantes y el panel de instrumentos.
deras había colocado la cabeza en un El traje espacial no estaba roto; pero
dispositivo especial que se encargaría la posición de la pierna indicaba que
de mantenerla firme. tenía una fractura por encima de la
A unos trescientos metros de la su rodilla.
perficie, las agujas indicaron que los -Me está sangrando la pierna -
tanques estaban vacíos; pero descendi murmuró, con los dientes apretados-.
mos hasta unos treinta metros, antes Toda ella está caliente y pegajosa.
que las corrientes que frenaban -Dagmar, fíjate si la compu~rta
nuestro descenso desaparecieran. Lue funciona -grité.
go, nos precipitarnos a toda velocidad No hubo respuesta. Dagmar seguía
y nos estrellamos con tremendo estré llorando.
pito. Dejé a Grenville y trepé sobre el
El impacto me dejó momentánea montón de metales retorcidos que ya·
mente mareado, pero ileso. Dagmar cía sobre el piso. La compuerta había
parecía haber perdido el conocimiento, recibido un fuerte golpe, pero se man·
aunque no estaba herida. Distinguí a tenía hermética.
Grenville, cuyas ataduras habían cedi Volví junto a Grenville; lo cargué
e
do, caído sobre los controles. Esperé sobre mis hombros difícil tarea para
unos instantes para recobrarme del to· quien ha pasado los cincuenta, aun
do y apreté un botón debajo del asien con la débil fuerza de gravedad de
to. Mis ligaduras se aflojaron automá Titán), y abrí la pequeña válvula de
ticamente y me acerqué a Grenville. prueba de mi casco, para probar el ai·
Cuando logré llegar a su lado, oí un re. Estaba frío y olía levemente a me
suave quejido de Dagmar. Me di vuel tano. Debía de haber una rendija en
ta y vi que abría los ojos. Emitió bre alguna parte, posiblemente cerca de la
ves pero expresivas opiniones sobre la puerta exterior, pero no podía ser muy
habilidad de sus acompañantes y se grande.
libró de los cinturones. Deduje enton - Tendremos tiempo de echarle un
ces que no estaba herida y dediqué mi vistazo a tu pierna, antes de que el
atención a Grenville. rure se contamine -dije a Grenvi
lle-. Te ayudaré a quitarte el traje.
TENIA blanco el rostro. No se ha· Sentado sobre el piso de metal, con
bía colocado la radio corrcspon· las piernas estiradas, rodó primero ha
diente a su traje. Traté de despertarlo cia un lado y luego hacia el otro, para
llamándolo a gritos por su nombre, sin que yo pudiera quitarle el traje. Lue
LEJOS DEL CALIDO SOL 7
go, rasgué la tela de su uniforme, y la ca para poder ver algo más allá de un
pierna quedó al descubierto. par de kilómetros. Tendremos que es
Palidecí al ver la herida: una seria perar a que vengan a buscarnos. No
fractura doble. Ya había perdido mu hav ninguna probabilidad de encon
cha sangre. No podíamos dejar pasar trar los domos.
más tiempo sin colocar un torniquete. Ya Dagmar había logrado abrir la
Tuvo que hacerlo él mismo, atando puerta exterior. Todas las puertas de
las desgarradas ropas por encima de la una naye espacial se abren siempre
herida, porque los guantes de mi tra hacia adentro para facilitar Ja escapada
je entorpecían todos mis movimientos. en situaciones de peligro, así como pa
Ajustó el último nudo, y el chorro de ra utilizar la presión del aire para
sangre arterial se convirtió en una su mantenerlas herméticamente cerradas
cesión de pequeñas gotas. durante el vuelo. En nuestro caso, nos
Un espasmo de tos lo sacudió. Co salvó la vida.
menzó a restregarse los ojos. La superficie de Titán consiste, casi
-Terminaremos justo a tiempo -di completamente, en hielo, con grandes
jo, con los ojos llenos de lágrimas-. cantidades de carbonato de amonio y
El metano ya es bastante insoportable; amoníaco incorporados en el hielo.
pero ahora tengo los pulmones llenos Nuestra nave, que estaba casi al rojo,
de amonio. Y me arde b herida. Dame se había estrellado, con el resultado
una mano. que era de esperar. Calculé que nos
Se colocó el casco, y le ayudé a habíamos hundido unos tres metros en
ponerse el traje. el hielo, de modo que, si la puerta se
abriera hacia afuera, no habría podido
UN violento golpe contra la puerta escurrirme a través de ella y abrir una
interior nos indicó que Dagmar se especie de boquete hacia la superficie.
había repuesto de úno de sus ataques Icé a Grenville y lo deposité sobre
y estaba lista para el siguiente. Las el hielo. Volví a descender para ayu
radios de los cascos eran inútiles a tra dar a Dagmar. La joven me tom6 la
vés de la puerta; pero cuando comen mano, se adelantó a mí con un ágil
cé a abrirla, su voz airada perforó mis salto y me sonri6 aliviada. Nos dedi
oídos. camos anhelosamente a descubrir al
-¡Completamente sola!... ¡Juro gún signo de vida.
por Dios, Wolseley, que me vengaré Trepé sobre el casco de la nave, pe
de ti f.ºr haberme arrastrado en esta ro todo lo que pude ver fueron las
imbéci ... dentadas montañas de hielo que bri
-¡Cálmate, mujer! Estamos fuera de ilaban en la fría y blanca luz del le
pe1igro. He tenido que ayudar a Gren jano Sol. Me deslicé hacia el suelo y
ville -respondí tan suavemente corno me reuní con los demás.
pude-. Ven, vamos a salir y tratar de Me pareció que Dagmar estaba a
localizar los domos. punto de hacer uno de sus sarcásticos
Volví a cargar a Grenville sobre los comentarios sobre mi decisión de ir a
hombros, a pesar de sus protestas y sus Saturno, o sobre la pericia de Gren
afirmaciones de que una pierna le bas \·ille, cuando nuestras radios comenza
taba para moverse debido a la débil ron a funcionar.
gravedad. -¡Hola, espacionave! ¿Me oye? ¿Es
-De cualquier manera -agregó-, tán bien?
no poc.lrá usted hacer nada cuando sal Indiqué a mis dos compañeros que
gamos. El horizonte está demasiado cer- guarclaran silencio y respondí:
8 MAS ALLA