Table Of Contentcaminar
ELOGIO De LOS caminos
y ne La LellTITUD
DaVID Le BfeTon
TraDUCCIÓll De
VÍCTOf GOLDSTem
1 O 1 1 O R 1 1
Le BretoDna,v id
Camin:a Erlogdieol ocsa minyod se l al enti.t u1-dae d.-C iudad AutdóenB oumean oAisr es
,W aldhutEedri tor2e0s1.4 .
192p .2,o x1c3m .- (Actualis)
TraducpiodroV: i ctGoorl dstein
ISBN9 78-987-27540-7-5
1.S ociolol.g Gioal.d stVeiicnt,ot rr,a d.
CDD301
fechdaec alaloga0c4i/ó0n8,/ 2014
Tituloor igiMnaarclh,er . Étoge des chemins et de La lenteur
ISBNd el ae dicioórni gi9n7a8l-,2 -86424-859-0
© ÉditioMnést ailPiaér,í2 s0,1 2
Dee stead ición,
D.R©. W aldhuEtdeirt or2e0s1,4
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TraduccViíócnt.Go orl dstein
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ImpreesnoA rgentina
Hecheol d epósqiuteop revielnale e 1y1 .723
Para Hnina, porque el camino continúa.
Procres1ón
ESTaruTo ne La camina Ta..........................................
16
Ponerse en marcHa.................. ....................
.............. 23
caminos......................................................................
37
LenTITUD
. ... .. ... .. . . ... ... ... .. ... .. ... ... .. . ... .. . . ... .. .. ... .. .... .. ... .. . 46
sensor1aunan
. ... .. .. .... ..... .. .. .... ...... .... .... . .. .. . .. .. . .. .. . . .... 50
comer..........................................................................
54
norm1r
........................................................................ 56
MUJeres caminanT es .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... . ... .. . .. .. .. ... . . 63
ZOOLOGÍa ... . ... . .. ... .. ... ... . .. .. .. .. .... ..... .. .. .. .. ... .. ... .. .. .. .. . ... . .. 65
HaBtar ne La cam1naTa
.......................... ........... .... ..... 69
Pa1sa1e ......................................................................... 73
Men1Terráneo............................................................. 83
11um1nac1ones...........................................................
88
MaGneTISmo
.. ............... ... .. .. .. .. . . ... .. . .. . . .. .. .. .. . .. . . . .. ... . .. . 99
HCrIDaS........................................................................
106
PreocuPac1ones..........................................................
116
Paseo............................................................................
119
caminar en La cmnan
................................................ 128
tarGas cam1naTas.......................................................
142
ESPirITUaLIDaD
........................................................... 163
cam1naTa como renac1m1enTo
La ........................... 168
compa eros ne ruTa..................................................
ñ 177
¿Qué puede conocerse del mundo? De nuestro nacimien
to a nuestra muerte, ¿qué cantidad de espacio nuestra
mirada puede tener la esperanza de abarcar?¿ Cuántos
centímetros cuadrados del planeta Tierra habrán tocado
nuestras suelas?
Perec, Especies de espacios1
Los años pasan, y sigo siendo un viajero.
Basho, De camino a Oku y otros diarios de viaje.
Diez años después de Elogio del caminar, y no habiendo jamás
dejado de andar, quise retomar el camino de la escritura para
dar testimonio de otras experiencias, de otros encuentros, de
otras lecturas. Espero no repetirme más que el caminante que
1 Sólo a título indicativo, el hecho de citar un libro en castellano significa que
tiene traducción en nuestra lengua. Únicamente se darán sus referencias com
pletas (editorial, año. etc.) en Ja última parte: Compañeros de ruta. [N. del T.]
cammar. ELOGIO ne LOS cammos Y oe La tenTITUD l 11
años más tarde vuelve sobre un recorrido que tanto le gustó.
No es ya totalmente la misma persona, incluso ve en él otra
cosa. Y además el mismo paisaje ha cambiado. La progre
sión será sin duda diferente, aunque el espíritu de Elogio del
caminar permanece. He querido retomar senderos antaño
recorridos, volver a leer obras que había amado, siendo y no
siendo ya totalmente el mismo hombre. Estos diez últimos
años, pasados como en un soplo, la caminata no ha dejado de
adquirir amplitud, de tocar una población creciente. En ade
lante, por los senderos, es usual cruzarse con otros senderistas
que habían partido por el día o por un paseo de algunas horas.
Se volvía imperioso el deseo de retomar contacto con el cami -
no de la escritura para volver a hablar del júbilo de caminar.
El espíritu de divagación siempre es igual de soberano, y la
página en blanco prolonga agradablemente el sendero bajo
los pasos.
En Elogio del caminar evoqué esa humanidad sentada e inmóvil
que hoy nos caracteriza, el hecho, para cantidad de nuestros
contemporáneos, de pasar de su cama a su auto y a su oficina
antes de volver a sentarse ante la televisión llegada la noche.
Cuerpo superfluo, supernumerario, molesto (Le Breton, zou),
pero que es llamado al orden por el sentimiento de malestar de
ser puesto entre paréntesis de esa manera. Puesto que la con
dición humana es una condición corporal, un ejercicio regular
de compensación se impone corriendo o caminando incan
sablemente sobre las cintas de jogging escuchando la misma
música que en su auto o en sus desplazamientos urbanos, o
mirando la televisión juiciosamente ubicada. Semejante ac
tividad es un exorcismo de la caminata y una manera utilitaria
·� 1 oavw Le Bre-ron
de gastar energía sin tener que enfrenterse con el riesgo del
encuentro o de descubrir paisajes de belleza total. En el salón
del gimnasio o en su casa, a resguardo de toda sorpresa, el indi
viduo satisface entonces una higiene teniendo la garantía de
que sus costumbres sedentarias serán mantenidas. Al girar en
su pecera, se libera del miedo al río. "Por lo que a mí respecta
-dice Stevenson-, viajo no para ir a alguna parte sino para ca
minar. Viajo por el placer de viajar. Lo importante es moverse,
experimentar más de cerca las necesidades y las molestias de
la vida, abandonar la cama mullida de la civilización, sentir
bajo mis pies el granito terrestre y los sílex dispersos con sus
cortantes" (1978, 76).
La caminata es el lugar de una ética elemental a la altura del
hombre. Hombres y mujeres se cruzan y están de entrada en
un reconocimiento esencial unos de otros, se saludan, inter
cambian una sonrisa, una observación, informaciones sobre
el sendero o su destino, responden a los informes requeridos
por aquellos que se extraviaron. La caminata es un universo de
la reciprocidad. El albergue, el café prolongan en ocasiones el
encuentro bosquejado algunas horas antes. Tomar los atajos
equivale a dejar a sus espaldas un mundo de competencia, de
desprecio, de falta de compromiso, de velocidad, de comuni
cación en provecho de un mundo de la amistad, del habla, de
la solidaridad. Retorno a las fuentes de una humanidad común
donde el otro no es ya un adversario sino un hombre o una
mujer de quien uno se siente solidario.
Método tranquilo de volver a sentir el encanto de la duración
y del espacio de la existencia, la caminata exige salir de su ca
sa, de los caminos trillados donde a veces se disipa el gusto de
cammar. ELOGIO De LOS cammos y DC La LCilTITUD l 13