Table Of Contento~:
(T> O
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L os s e c r e t os
Dos famosos psicólogos -I). Coleman
v I. Freedman- lian seleccionado, entre
/
los dalos más interesantes descubiertos
de la p s i c o l o g ía
1
tras una rigurosa investigación sobre
O
el cuerpo, la mente, los niños, la libido
O
\ el c omportamiento sexual, las doscientas
Daniel C o l e m an
cuarenta y cinco realidades más importantes
de las que quizá l.i mayoría de la gente
no es consciente. & l o n a t h an F r e e d m an
Algunos temas sorprenderán y otros dejarán
1
siu aliento: en definitiva, se trata de un original
viaje a través del sinfín de aspec tos que toma
el comportamiento humano: corrientes, menos
corrientes, c uriosos, fascinantes, alegres, tristes,
eróticos, idealistas, psicopáticos, exóticos,
gratilican les. i 111 l igan tes...
Daniel ('.oleinan es doctor en filosofía por
la Universidad de 1 larvarcl y editor
de la prestigiosa revista Psvcholo¡>\ loda\
Autor de varios libros, entre los que destac an:
¡jas (Hieren tes variedades de experiencias
de meditación. El estado de conciencia
y Psicoterapias esenciales.
jonathan Freedinan se licenció en psicología
B i b l i o t e ca
en la l Iniversidad de Yale. Hs director
del departamento de psicología de la l Iniversidad Científica
de lomillo. Futre sus libros destacan: (tente feliz
Salvat
v La muchedumbre \ el comportamiento.
Los secretos
de la psicología
B i b l i o t e ca
C i e n t í f i ca
Salvat
HX LIBKI5 Sean P'g't
Los s e c r e t os
de la psicología
D. Coleman / J. Freedman
| \-tc. Doctor
Libros, Revistas, Intereses:
http:/ / thedoctorwhol 967.blogspot.com.ar/
SALVAT
Versión española de la obra original norteamericana
Wliai Psychology Knows l'hai Everyone Should.
publicada
por The Lewis Publishing Company. Inc. de I.exington
Versión española: Francisco Caiva Pellicer
Diseño de cubierta: Ferran Caries / Montse Plass
ÍNDICE
I. C Ó MO VEMOS EL MUNDO
II. C Ó MO CAMBIAMOS: DEL NACIMIENTO A LA
VEJEZ
I I I. N U E S T R AS MÁQUINAS: CEREBRO Y CUERPO . .
I V. C Ó MO PENSAMOS Y APRENDEMOS
V. CONCIENCIA
V I. EL SEXO
V I I. SENTIMIENTOS Y NECESIDADES
VIII. Los
TESTS Y LA INTELIGENCIA
X I X. CONVIVIR CON LOS DEMÁS
X. PROBLEMAS MENTALES
© 1995 Salvat Editores. S.A. Barcelona
X I. S A L UD Y FELICIDAD
© 1984 Fondo Educativo lnteramericano. S.A.
© 1981 T he Lewis Publishing C o m p a ny de Lexington
ISBN: 84-345-8880-3 (Obra completa)
JSBN: 84-345-8957-5 (Volumen 77)
Depósito Legal: B-988-1995
Publicada por Salvat Editores. S.A.. Barcelona
Impresa por Printer. í.g.s.a. E n e ro 1995
Printed ¡n Spain
I. CÓMO VEMOS EL MUNDO
C o n o c e m os el m u n do que nos rodea a través de nuestros senti-
dos: vista, oído, olfato, gusto y tacto. Sin ellos quedaríamos ais-
lados. Los sentidos h u m a n os son extraordinariamente finos. A veces
p e n s a m os que otros animales tienen los sentidos más desarrollados
que nosotros, puesto que son capaces de ver en la oscuridad o de
oír la caída de una hoja a varios kilómetros de distancia. En realidad,
nuestros ojos y oídos, sobre todo, son increíblemente sensibles y
nos colocan a la par con la mayoría de los d e m ás animales.
Estamos tan habituados a nuestros sentidos que no nos d a m os
cuenta de lo sorprendentemente complejos que son. Los psicólogos
y otros científicos han estudiado hasta en sus más mínimos detalles
c ó mo funcionan nuestros ojos y nuestros oídos, y los psicólogos en
particular se han concentrado en los intentos de c o m p r e n d er c ó mo
recogemos la información captada por nuestros sentidos y la organi-
zamos de manera que el m u n do que nos rodea tenga cierta cohe-
rencia. que encaje en un todo en vez de ser una mescolanza de
imágenes y sonidos. Los psicólogos también han estudiado por qué
a veces nos engañan nuestros sentidos, por qué fallan o funcionan
de tal manera que recibimos información incorrecta.
Los capítulos expuestos en el libro evitan, en lo posible, ocupar-
se de la gran complejidad de nuestro aparato sensorial. Apenas nos
h e m os detenido en estudiar su estructura ni en c ó mo funcionan las
neuronas y demás elementos. Más bien h e m os e n f o c a do los hechos
curiosos e interesantes que nos revelan algo que ignorábamos sobre
la percepción.
i
LOS S E C R E T OS DE LA PSICOLOGÍA
CÓMO VEMOS EL MUNDO
en la 3 el círculo central A casi invariablemente parece m e n or que el
¿PUEDE USTED VER (OÍR, GUSTAR. OLER, TOCAR
círculo central B. Sin embargo, las líneas en las figuras 1 y 2 son
O SENTIR) AQUELLO?
exactamente de la misma longitud y los círculos centrales A y B de la
figura 3 son del mismo tamaño. (Mídalos usted mismo: estos efectos
Cada sentido tiene su límite inferior de percepción que p u e de
son tan "evidentes" que a veces hace falta recurrir a una regla para
detectar el estímulo más débil. Estos límites son:
convencerse.)
Nadie sabe con seguridad por qué tenemos estas ilusiones ópti-
Vista. Una vela encendida a 50 kilómetros de distancia en una noche
cas. Existen muchas teorías, pero ninguna es del todo convincente.
despejada y muy oscura.
De m o m e n t o, s a b e m os que existen dichas ilusiones y que se investi-
Oído. Un reloj de "bolsillo en marcha a 6 metros de distancia en una
ga su origen.
habitación tranquila.
Gusto. Un gramo de sal diluido en 500 litros de agua potable.
Olfato. Una sola gota de perfume extendida por un apartamento de tres A
habitaciones.
1.
Tacto. El ala de una abeja que cae sobre una mejilla desde una altura
de 1 centímetro.
La línea vertical "A" parece más larga que la línea vertical "B".
Dentro de sus límites de percepción, nuestros sentidos están per-
pero son realmente idénticas.
fectamente ajustados para sus propósitos. Aun c u a n do el oído hu-
m a no registra frecuencias de sonido entre 20 y 2 0 . 0 00 ciclos por
\
A
segundo, su sensibilidad máxima se encuentra entre 1.000 y 4.000
ciclos, los límites en q ue se incluye el habla h u m a n a. El ojo p u e de
distinguir dos líneas a una distancia de 50 centímetros. La piel es
"A," y "B" son de la misma longitud
B
2.
muy eficaz para percibir, a u n q ue su sensibilidad sea mayor en unas
zonas del cuerpo que otras; la espalda, el brazo y el muslo p u e d en
percibir la diferencia entre dos puntos de contacto a 7 centímetros
de distancia, pero las y e m as de los dedos los distinguen a sólo 0.3
centímetros. Y la lengua p u e de diferenciar dos sabores que se alter-
nan a una velocidad de cinco veces por segundo.
o
° O °
ILUSIONES ÓPTICAS-USTED VE LO Q UE SE IMAGINA
(O C Ó MO ENGAÑAR A LOS O J O S) 3. c o
La mayoría de las ocasiones p o d e m os fiarnos de que nuestros
ojos nos revelan cuanto ocurre en el m u n d o, p e ro a veces nos enga-
A B
ñan — v e m os cosas muy diferentes de la realidad—. Observe las
ilustraciones de la página 3. En la figura 1 quizá vea la línea A Los círculos centrales en "A" y "B" son del mismo tamaño, aun
c o mo más larga que la línea B: lo mismo le ocurrirá en la figura 2: y que el "A" parezca mayor.
2 3
LOS S E C R E T OS DE LA PSICOLOGÍA CÓMO VEMOS EL MUNDO
UNA PUERTA ES ESO, UNA PUERTA
abre (como prueba observe una que esté cerca), c o m p r o b a rá que la
forma percibida no es un rectángulo, sino un trapezoide. El borde
C u a n do vemos a un h o m b re en la esquina que avanza hacia
que está más cerca es mayor q ue el alejado y la puerta en sí es más
nosotros, no nos parece diminuto ni t a m p o co que crece a medida
estrecha que c u a n do estaba cerrada. Es decir, estas son las imáge-
que se acerca. Más bien, lo vemos del mismo t a m a ño todo el tiem-
nes que hieren a su ojo: si tomara una fotografía de la puerta abierta
po. Sin embargo, la imagen de este hombre en nuestros ojos (o
y la delineara, obtendría un trapezoide, no un rectángulo. Aun así. a
mejor dicho, en nuestras retinas) es m u c ho más p e q u e ña c u a n do
pesar de la realidad, nosotros la v e m os c o mo un rectángulo. Esto es
está a una distancia considerable que cuando lo t e n e m os cerca. La
una ventaja, de lo contrario ¿cómo volveríamos a hacerla encajar en
tendencia a ver las cosas iguales, a pesar de circunstancias cambian- el marco?
tes. se denomina constancia perceptual. Este es un elemento deter-
minante del f e n ó m e no de nuestra percepción.
Imagínese lo "imposible" que resultaría el m u n do si los objetos
E S AS MANCHAS ANTE S US O J O S —Y ÁRBOLES DENTRO
conocidos parecieran cambiar constantemente de t a m a ño o de for-
ma: una persona diminuta que al instante se convierte en otra de
Incluso sobrio usted ha observado manchas o líneas onduladas
t a m a ño natural: un automóvil del tamaño de un insecto o de un
que flotan ante sus ojos. P u e de parecer que se deslizan perezosa-
juguete que de pronto adquiere sus verdaderas dimensiones. Esta-
mente hacia un lado c u a n do el ojo p e r m a n e ce inmóvil. Sin embar-
ríamos enteramente desconcertados. Por el contrarío, t o do nos re-
go, al moverse el ojo también se desplazan las manchas.
sultaría sereno y fácil si los objetos no cambiasen de t a m a ño o de
Algunas personas dan a estas manchas el nombre de "flotado-
forma. res". pero su nombre técnico es fosfenos. Se deben a impurezas que
Consideremos una puerta, objeto sencillo y de sobras conocido.
flotan en los líquidos oculares. A medida que flotan estas briznas de
Vemos una puerta cerrada y es evidentemente rectangular. En-
tejido proyectan sombras sobre ia retina. Si el ojo se fija en algo que
tonces la puerta se abre y p e r m a n e ce rectangular: aun al abrirse
constituya un f o n do a la vez brillante y uniforme — c o mo el cielo—,
todavía más conserva su forma conocida. Sin embargo, si se detiene los fosfenos parecen suspendidos en el espacio.
un m o m e n to a imaginar la apariencia de la puerta a medida que se
C u a n do el oculista le apunta una luz en el ojo durante un reco-
nocimiento. se produce un efecto similar. La luz brilla sobre la retina
y usted ve lo que parece un árbol translúcido con numerosas ramas.
Desde luego, no hay ningún árbol: son los vasos sanguíneos de la
propia retina. Normalmente estos vasos pasan inadvertidos, a u n q ue
siempre están presentes en la retina, p u es para ver cualquier cosa
miramos a través de ellos. C o mo siempre están allí, el área del cere-
bro q ue recibe los mensajes (estímulos visuales) de los ojos hace
caso omiso de ellos. Usted p e r m a n e ce ajeno a los vasos hasta que la
brillantez de la luz les imparte una apariencia espectacularmente
nueva y el cerebro reacciona de distinto m o do a estas estructuras.
¿Quiere usted ver un árbol en sus ojos? Vaya a un cuarto oscuro
y encienda una p e q u e ña lámpara de mano, apunte hacia sus ojos el
haz de luz desde un lado y sobre su cabeza. Si alguien le pregunta
qué se p r o p o n e, sugerimos que no diga que intenta ver árboles en
sus ojos...
La línea vertical tiene la misma longitud en a m b os dibujos.
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LOS S E C R E T OS DE LA PSICOLOGÍA CÓMO VEMOS EL MUNDO
También p u e de usted tener una posimagen "negativa", llamada
SU PUNTO CIEGO
así p o r q ue el color que p e r m a n e ce es el opuesto al original; si éste
T o d os t e n e m os un "punto ciego" y casi nunca nos percatamos era rojo, la posimagen será verde azuloso. La posimagen negativa
de ello. El ojo tiene un p u n to d o n de no registra nada; está situado ocurre p o r q ue aquellas células oculares que registraron el color ori-
en el f o n do del globo ocular d o n de el nervio óptico, que se dirige al ginal están muy activas c u a n do mira fijamente el color y se fatigan
cerebro, se une a la retina. Aunque el resto de la retina tiene células en p o co tiempo; por lo tanto, responden cada vez con m e n or fuer-
especiales para registrar la luz que penetra a través del cristalino, za. C u a n do después mira el f o n do neutro, el ojo q u e da expuesto a
nuestro "punto ciego" carece de esas células. la luz de muchas frecuencias y colores. Si las células fatigadas esta-
Ordinariamente no nos percatamos de estos puntos ciegos por- ban respondiendo previamente al rojo, ahora lo hacen de forma
que vemos con a m b os ojos y cada u no registra una zona algo dife- m e n os vigorosa que las células que registran el color opuesto (en
rente de lo que miramos. El traslapo de cada ojo suple el punto este caso verde azuloso) que aparece c o mo posimagen en esa parte
del c a m po visual d o n de se encuentran las células cansadas.
ciego del otro.
Usted no nos cree. Bueno, si quiere descubrir sus puntos ciegos,
haga lo siguiente;
ES UN AVION
Cierre el ojo derecho, sostenga este libro con el brazo extendido y
enfoque la mirada del otro ojo en la X. Uno de los graves problemas con los que se encontraron los
Acerqúese el libro lentamente. C u a n do llegue al punto ciego, el círculo aviadores durante la S e g u n da Guerra Mundial fue la existencia de lo
desaparecerá. que los psicólogos c o n o c en c o mo "efecto autocinético".
Si usted fija la mirada en una luz p e q u e ña que brilla en una
Para encontrar el otro p u n to ciego, haga lo siguiente;
habitación totalmente oscura, tendrá la sensación que se m u e ve de
forma errática. Esta ilusión creó una condición peligrosa para las
Cierre el ojo izquierdo, sostenga este libro con el brazo extendido y
naves aéreas, porque los pilotos que volaban en formación de no-
enfoque la mirada del otro ojo en el círculo.
che tenían instrucciones de m a n t e n er su posición fijándose en la luz
Observe que la X desaparece cuando se aproxima muy lentamente el
trasera del avión que llevaban delante. Aquella luz. desde luego, se
libro.
movía alocadamente a causa del efecto autocinético y los pilotos
se desorientaban. La solución era sencilla; hacer que esas luces fue-
ran intermitentes. Así pues, desde entonces, tal decisión forma parte
de las reglas de la aviación.
El efecto autocinético no es ocasionado por p e q u e ñ os movi-
mientos oculares ni por ningún desplazamiento de la cabeza: la ex-
plicación más aceptada lo vincula con la fatiga muscular. C u a n do el
ojo mantiene la mirada en una luz fija, los músculos que determinan
ESTRELLAS EN S US O J OS
la posición ocular se fatigan. Para contrarrestar el cansancio, el cere-
Tío Enrique no logra tomar esa endiablada foto. Jorgito no deja bro trasmite a dichos músculos una descarga adicional de señales
de escarbarse la nariz, tía Sara dice q ue cerró los ojos otra vez y para m a n t e n er la mirada —señales que por lo regular se emplean
c o mo auxiliar del ojo para seguir un objeto en movimiento.
usted ve un punto rojo en m e d io de cuanto mira, c o mo consecuen-
cia del destello del último foco. El punto persiste incluso c u a n do Generalmente, c u a n do el cerebro ordena a los ojos que se mue-
cierra los ojos. La luz q ue p e r m a n e ce es una posimagen y las células van, éste de forma automática aporta una percepción de ese movi-
nerviosas siguen registrando la luz brillante hasta después de haber- miento. Por lo tanto, la señal adicional que el cerebro trasmite para
contrarrestar la fatiga producida por el hecho de mantener la vista
se apagado.
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LOS S E C R E T OS DE LA PSICOLOGÍA CÓMO VEMOS EL MUNDO
lo. Esta ilusión, llamada " f e n ó m e no de p h f. es la forma m ás simple
en una luz estacionaria engaña, automáticamente, al cerebro ha-
del efecto que crea el movimiento en las películas cinematográficas
ciéndole percibir movimientos d o n de no hay ninguno.
y en la pantalla de televisión.
Para q ue el " f e n ó m e no de phi" e n g a ñe al ojo. la distancia entre
ios destellos d e be ser p e q u e ña y. aún más importante, los intervalos
¿EN LA OSCURIDAD? PRUEBE EL RABILLO DEL O JO
de tiempo entre éstos deben ser m e n o r es de tres cuartos de un se-
gundo. Mientras más rápidos sean los destellos, mejor resulta la ilu-
Si entra en un cine d e s p u és de haberse a p a g a do las luces, corre
sión óptica. C u a n do los intervalos son de m e n os de tres décimas de
el riesgo de sentarse en las piernas de alguien, puesto q ue viene de
segundo, percibimos movimientos naturales. C u a n do son mayores,
la luz brillante de la calle. De hecho, está transitoriamente ciego
los movimientos resultan vacilantes. Al ser aquéllos d e m a s i a do lar-
mientras sus ojos se acostumbran a la oscuridad. Las investigaciones
gos. v e m os una serie de imágenes fijas. Los movimientos "a brin-
demuestran q ue los ojos necesitan más de veinte minutos para
cos' de los actores en las películas antiguas se d e b en al reducido
adaptarse plenamente a la oscuridad, a u n q ue la principal adapta-
n ú m e ro de cuadros por minuto que las cámaras de aquellos tiempos
ción ocurre en los primeros tres o cuatro minutos. Para adaptarse,
permitían. Las cámaras m o d e r n as actuales captan veinte imágenes
los ojos dejan de d e p e n d er de un elemento visual llamado cono.
fijas por segundo, de manera que nuestros ojos perciben de forma
para hacerlo de otro, d e n o m i n a do bastoncillo. Los conos propor-
fluida los movimientos filmados.
cionan visión cromática. Por el contrario, los bastoncillos, si bien no
La rápida sucesión de imágenes brillantes q ue se produce en la
perciben los colores, están mejor capacitados para ver en la luz de
pantalla de televisión o de cine, igual que ocurría con las luces cen-
baja intensidad. Se está temporalmente "ciego" durante el tiempo
telleantes en el letrero de gas n e ó n, imita lo q ue sucede en el siste-
q ue se p r o d u ce el cambio de d e p e n d e n c ia de los c o n os — q ue pro-
ma visual c u a n do un objeto en realidad se mueve. En el m o m e n to
porcionan la mayor parte de la vista c u a n do t odo está bien ilumina-
en q ue el ojo percibe un movimiento, resultan estimuladas en rápi-
d o— a los bastoncillos.
da sucesión diferentes zonas de la retina. El cerebro junta las imáge-
La diferencia entre los bastoncillos y los conos explica p o r q ué
nes similares para originar el "movimiento e s t r o b o s c o p i o ", q ue
por la n o c he ve m e j or c u a n do mira por el rabillo del ojo en vez de
consiste en la percepción de movimiento fluido creada por una serie
hacerlo de frente. Los conos, de los q ue d e p e n d e m os para la visión
de imágenes fijas.
diurna, están centrados en la fóuea. la parte del ojo en q ue centra-
m os una imagen para verla con claridad. Los bastoncillos están di-
seminados alrededor de los bordes de la fóvea. C u a n do éstos se
PR Q UD PDE LR EST
encargan de la visión en la oscuridad, los conos p e r m a n e c en en su
mayor parte ciegos, p or lo q ue al centrar un objeto en la fóvea
Un estudiante medio p u e de leer a p r o x i m a d a m e n te trescientas
queda borroso. Sin embargo, al mirarlo ligeramente de lado el obje-
palabras por minuto. Aunque parezca fácil, al analizar lo que esta
to se delínea con los bastoncillos a d a p t a d os a la oscuridad. El resul-
labor requiere, resulta q ue se convierte en una proeza bastante res-
tado es una imagen m ás clara. Pruebe esto al contemplar las estre-
petable.
llas durante una n o c he oscura.
Si se calculan por cada palabra cinco letras, tendremos que:
trescientas palabras por minuto equivalen a veinticinco letras por
s e g u n d o. Es preciso distinguir cada una de estas letras entre las
PHI PARA S US O J OS
veintiocho q ue forman el alfabeto español. El ojo realiza este esfuer-
zo b u s c a n do características c o mo la redondez, la linealidad y la irre-
Probablemente todos h e m os visto algún letrero de gas n e ón en
gularidad. ya que sólo el principiante o un lector muy lento se toma
el cual una serie de luces intermitentes parecen formar una flecha
la molestia de reconocer cada letra: en vez de ello captamos las
lanzada al aire. Las luces p a r p a d e an una tras otra en rápida suce-
palabras completas. Los lectores expertos p u e d en leer todo un ren-
sión: a u n q ue s a b e m os q ue las luces no se m u e v e n, parecen hacer-
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