Table Of ContentLos Omeyas
J. Vallvé,M. J.Viguera, M. J. Rubiera y M.~ Villuendas
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Celebraciódneunaboda(m¡r¡¡atura deElHarin~ Biblioteca Nacional, París)
Indice
LOS OMEYAS
El esplendor omeya ... ... ... ... ...
Los Omeyas en Oriente
Por Joaquín Vallvé ... ... ... 6
Catedrático deArabe. "* ~t
Universidad Complutense de Madrid
La independencia de AI-Andalus
Por María J. Viguera ... ... ... ... ... ..'
Profesora deArabe.
Universidad deZaragoza
Arte y literatura
Por M.a Jesús Rubiera Mata... ... ... ...
ProfesoradeLiteraturaArábiga.
UniversidadComplutensedeMadrid
Paso de la ciencia del Mundo Antiguo
Por M. V. Villuendas ... ... ... ... ... ... ... 25
Del Instituto de Historia de laCiencia.
RealAcademia de Buenas Letras de Barcelona
Bibliografía... ... ... ... ... ... ... ... ... 31
LOSOMEYAS 3
El esplendoormeya
M ARCADOS desde un principio por sus la dinastía omeya altos grados de lo que ha
. posiciones heterodoxas con respecto sido denominado esplendor de AI-Andalus.
a los postulados básicos mantenidos por los Gran parte de la configuración particular
cuatro califas anteriores, los miembros de de la España musulmana vendría definido
la dinastía Omeya se verían en todo mo- por la imposición sobre ella del poderío
mento marcados por un cierto rasgo de fo- omeya; durante el cual habría de situarse
raneidad en los lugares en los que llegaron en planos de significada superioridad con
a alcanzar el poder. Tanto en los centros respecto a los reinos cristianos del norte.
básicos del Islam como en los que fueron El reinado de Abderramán III primero, y la
objeto de su expansión, sobre todo en AI- dictadura de Almanzor más tarde, no se-
Andalus, los omeyas se verían apoyados rían sin embargo capaces de estabilizar de
por grupos sociales no situados directamen- forma perdurable esta forma de organiza-
te en los ámbitos tradicionales del mando ción estatal. Tanto uno como otro, cada
político. uno desde un ámbito de
Apoyados desde un princi- actuación diferente, pero
pio por tribus y clanes de complementarios entre sí,
su lugar original de proce- habían sido capaces de mar-
dencia, Siria, los califas ome- car en sus respectivos ma-
yas alcanzarían unas dimen- mentas una superioridad que
siones de control territorial ya nunca más poseería el
especialmente destacadas, Islam en España sobre sus
desde el Indo, al este, hasta antagonistas.
la Península Ibérica, al oeste. Debido a ello, resulta ne-
En la parte oriental, se en- cesario establecer de forma
contraría el poderío omeya li- clara el hecho de que la
mitado por el Imperio Bizan- caída de la dinastía omeya
tino, mientras que en la occi- de AI-Andalus no vendría
dental, lo sería por el reino determinada por la acción
de los francos. La irrupción de aquéllos, sino por la pro-
de lasfacciones abbasíesaca- pia dinámica antes citadá del
baría con el poder omeya,. . islamismo en expansión. La
. '. Alí,pnmoy yernodeMahoma(pmtura ., , .
Y lo sustltulrla en el poder delSantuardioeQumI,rán) penetraclon almoravlde so-
estatal, siguiendo la permanente tónica GÍ- bre la Península, decidida a sustituir a un po-
clica que determinaría toda la evolución del der que ya manifestaba rasgos de descompo-
islamismo en sus períodos de mayor es- sición y decadencia, constituiría el elemento
plendor. que serviría para provocar el derrumbamiento
La España musulmana se convertiría en- de la dinastía califal hispana. Era, de hecho,
tonces, a través de la obra de los omeyas uno más dentro del conjunto de los sucesivos
que habían sobrevivido al exterminio de su relevos de poder que configuraron todo el
dinastía, en un califato independiente, y al- desarrollo del hecho histórico que supuso la
canzaría con ello uno de sus momentos cul- presencia musulmana sobre el mundo.
minantes en todos los ámbitos. Las vertien- Dentro de toda esta evolución, que había
tes cultural y religiosa habrían de servir para de marcar de manera definitiva la historia de
basar a partir de entonces un cierto espíritu los países ribereños del Mar Mediterráneo, el
de particularismo nacionalista, dentro de la período Omeya puede ser considerado con to-
relatividad que este concepto podía tener da justicia como uno de los más plenos en
en estas circunstancias históricas. Lo cierto todos los sentidos, tanto en el político como
eS que la España islamizada alcanzaría bajo en el económico y, sobre todo, en el cultural.
4 LOSOMEYAS
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UNO de los fenómenos más sorprendentes de la Historia es la rapidisima expansión del Islam,
que, en menos de un siglo, consiguió imponer su dominio y luego su religión en la extensa
zona comprendida desde el Indo hasta el Atlántico y desde el Sahara a los Pirineos, el Taurus y
el Asia Central. Después continuó su avance -aún hoy en dla hace nuevos prosélitos-, pero de
modo mucho más lento: a su influjo cultural se debe la incorporación de Malaya e Indonesia a la
religión predicada por Mahoma. Esta segunda fase de expansión obedeció a la gran capacidad in-
telectual de sus sabios, que en el breve transcurso de dos o tres siglos supieron apropiarse de todos
los conocimientos científicos de la Antigüedad y, partiendo de el/os, llegar a nuevos descubrimien-
tos que impresionaron favorablemente a los pueblos vecinos, tanto en el campo de las matemáticas
y flsica, como en el de la astronomla y medicina. Este es el contenido del presente Cuaderno que
ha coordinado el catedrático de Arabe de la Universidad Central de Barcelona, Juan Vernet.
Los Omeyasen Oriente
Por JoaquínVallvé
Catedrático deArabe. Universidad Complutense de Madrid
LA dinastía omeya empieza oficialmente en
el año 661 con la proclamación, en Je-
rusalén, de Muawiya, tras el asesinato de Ali,
yerno de Mahoma, aunque de hecho aquél ya
había sido reconocido como califa por sus par-
tidarios tres años antes. Cae la dinastía con la
derrota y muerte de Marwan II en Abusir de
Egipto enel 750. Le sucede la dinastía abbasí.
Con los omeyas cambia por completo el
rumbo político y religioso del Imperio islámico
surgido de las primeras conquistas. En primer
lugar, el califato se convierte en un régimen
monárquico y hereditario, suprimiendo de
hecho el órgano consultivo, que tanta impor-
tancia habíatenido en la elección de los cuatro
primeros califas. En segundo lugar, la capital
del Estado se desplaza a Damasco, y con ello
Arabia perderá toda su influencia política. Las
ciudades santas del Islam, La Meca y Medina,
seguirán siendo los centros de la peregrinación
y residencias de algunas ilustres familias em-
Callede parentadas con el Profeta, y que nodurarán en
Damasco declararse, a veces, en abierta rebeldía contra
losomeyas.
Por otra parte, la influencia de los árabes
establecidos en Siria será decisiva en los des-
tinos del Imperio y se impondrá a la influencia
de los árabes de Iraq. En realidad esta si-
tuación representa un claro enfrentamiento en-
tre Siria, de honda tradición bizantina, y el
Iraq, de tradición persa. Al mismo tiempo, las
ancestrales rivalidades de las tribus árabes
condicionarán decisivamente el nombramiento
de algunos califas omeyas y muchas veces las
luchas entre los árabes del norte y los árabes
del sur se trasladarán a provincias tan lejanas
como al-Andalus.
La unidad religiosa también se rompe de-
finitivamente con la dinastía omeya por la con-
sagración de tres tendencias cada vez más
radicalizadas: la sunní u ortodoxa, patrocinada
y orientada por los omeyas, se impone en
Siria, Egipto y en las provincias más occiden-
tales del Imperio; la sií, o de los partidarios de tas poblaciones conversas. Por otra parte, los
Ali, predominaría en las provincias orientales, mawali persas participarán decisivamente en la
como Iraq y Persia, que serán siempre an- caída de la dinastía.
tiomeyas, y la de los jarichíes o disidentes,
protagonistas de violentas revueltas, tanto en Las guerras de expansión
el norte de Africa como en Oriente, ahogadas
siempre en sangre. Los ejércitos árabes asentados en las an-
La conversión en masa de las poblaciones tiguas provincias bizantinas de Siria, Palestina
autóctonas planteó graves problemas a la ad- y Egipto heredaron la organización y régimen
ministración omeya. Estosconversos reciben el militar del ejército bizantino. El territorio se
nombre genérico de maulas o mawali, clientes dividió en circunscripciones militares o caras, y
de los señores árabes. Constituyen una autén- en las zonas fronterizas se asentaron también
tica clase social con claro predominio en las poblaciones guerreras no islamizadas que es-
provincias del-antiguo Imperio persa. Incapaz taban exentas del pago de impuestos, lo mis-
la oligarquía árabe de cubrir todos los puestos mo que los soldados musulmanes. Se practicó
de la administración civil y religiosa, tiene que el antiguorégimende la hospitalitas,regulado
recurrir cada vez más a estos mawali. La por los emperadores Arcadio y Honorio en el
política fiscal de la dinastía omeya estará con- 398. Los sirios establecidos en la Península
dicionada por la presencia abrumadora de es- Ibérica recibirán en el 743 dos tercios de los
VistadeElCairo
con lamezquita
de Kagenprimer
plano
bienes de los habitantes del país, tanto en porádico, será debilitar el Imperio bizantino.
tierras como en bienes muebles a cambio del Para ello se desarrolla e incrementa la flota y
servicio militar. Al participar en una expedi- los barcos omeyas surcarán las aguas del
ción, estos militares de oficio recibirán además Mediterráneo facilitando la ocupación de todo
una doble soldada, al igual que ocurría en el el norte de Africa y de España, al mismo tiem-
ejército romanoo bizantino:unaen metálicoy po que peligrosas incursiones asolarán Sicilia,
otra en especie. Las oficinas del registro Cerdeña y otras islas. A pesar del enfrenta-
militar (diwan al-chays) seencargaban de regis- miento del califato omeya con Bizancio, los
trar el número de militares acreedores a estas largos períodos de tregua contribuyeron a un
soldadas y la cuantía de las mismas. La apor- entendimiento mutuo e incluso a una fructífera
tación puramente islámica se reduce al reparto colaboración entre las dos potencias en los
del botín. Será mucho después, en la época campos de la ciencia, de la industria y del
abbasí, cuando los juristas musulmanes tra- arte.
tarán de fijar y establecer unas normas de
derecho que regulen las soldadas de los com-
ChoqueconRizancio
batientes y las relaciones del Islam con los
pueblos sometidos, y muchas veces, como es
obvio, no se cumplen, porque la vida real, Con la dinastía omeya termina prácticamente
i
práctica, va por otros derroteros. la expansión árabe. Esta se dirige esencial-
La política exterior de la dinastía omeya se mente hacia el este y el oeste. Por el norte
orientará fundamentalmente a la cuenca choca con la resistencia bizantina. Ya el fun-
mediterránea, y su principal afán, aunque es- dador de la dinastía, Muawiya, organizó varios
ESLAVOS
IIt"l/(
Kufa.
Basor
.
Medina
EXPANSION DEL ISLAM EN TIEMPOS DE LOS OMEYAS (661-750)
Ataques de la flota yejércitos
Dominio de los Omeyas en661 ~--+ mu~ulmanes al Imperio Bizantino
Conquistas omeyas Itinerario deTariq ibn Ziyad (711-714) NUBlA
Imperio Bizantino ~ Itinerario de Musa ibn Nusayr (712-714)
C--
C-=:J
Reino de los francos Incursión enel reino franco
Incursiones.enlascostasdeSicilia
-.. Avancemusulmánhaciaeleste ~ yCerdeña
I
Avance musulmán hacia el oeste . Batallas
F
~
Calda de Si/acusa, Slcllla, en poder de los árabes Ide Crónica
bizantina, deSkvlitzés, sigloXIV, Biblioteca Nacional, Madnd!
ataques, por mar y por tierra, contra Constan-
tinopla. La primera expedición, dirigida por el
príncipe heredero al-Yazid, tuvo lugar en el
año 669, y aunque los árabes consiguieron
poner sitio a la capital bizantina, pronto tu-
vieron que levantarlo. La segunda expedición
se llevó a cabo durante los años 673 a 677,
pero finalmente los musulmanes fueron diez-
mados y buena parte de sus barcos destruidos
cuando los bizantinos emplearon por primera
vez el llamado fuego griego. Por tierra, los
ejércitos omeyas no pudieron atravesar, salvo
en contadas ocasiones, la barrera natural de
los montes Tauro y Anti-Tauro. Una serie de
fortificaciones jalonaban toda la frontera y ésta
no varió sustancial mente a lo largo de toda la
dinastía omeya. Uno de los factores que deter-
minaron el fracaso de los omeyas en sus in-
tentos de penetración en Anatolia o Asia Menor
fue la actividad de los cristianos mardaítas,
asentados en territorio sirio, pero aliados de
los bizantinos. Muawiya se vio obligado a
pagar un fuerte tributo anual al emperador
bizantino Constante 11(642-668), para que no
ayudase a estos rebeldes cristianos e incluso
RABIA consintió en pagar a éstos mismos un elevado
impuesto para comprar una tregua.
Con el califa Abd al-Malik (685-705) se
reanuda la guerra con Bizancio, al rehusar el
emperador de Constantinopla la nueva moneda
de oro acuñada por el califa de Damasco. Con
la ayuda de los cristianos mardaítas, los bizan-
tinos reconquistaron Antioquía. Poco después,
'" y a causa de la grave situación interna, Ab al-
c:
~ '" Malik se vio obligado a solicitar una tegua
.9 mediante el pago de unas elevadas parias.
.....
e;
LOSOMEYAS 9
La ofensiva musulmana del año 717 contra tía, todavía los musulmanes conservan la
Bizancio tampoco dio resultado y la victoria ciudad de Narbona, en el sur de Francia.
naval bizantina aseguró durante casi un siglo el Hacia el año 740, los árabes no han con-
predominio cristiano sobre el Mediterráneo solidado aún en el norte de Africa el poder
oriental islámico y tienen que hacer frente a la insu-
Por el Oriente, los ejércitos musulmanes, al misión constante de los autóctonos hasta que,
mando de Outayba y Muhammad ibn Oasim, finalmente, estalla la revuelta general, que
conquistaron a principios del siglo VIII Bojara, determina la práctica expulsión de los árabes
Samarcanda, Kabul y toda la cuenca inferior de todo el Magrib, desde Libia hasta el Atlán-
del Indo. tico. Los cronistas justifican esta rebelión por
Por tierrasdeOccidente la política financiera de los emires que concul-
caron las normas de los impuestos y diezmos
legales y quisieron fijar y repartir el quinto de
Por Occidente, la expansión árabe chocó todos los bienes y personas de los beréberes,
:11
con la tenaz resistencia beréber En la lucha pretendiendo que constituían el botín de los
de Uqba, fundador de al-Oayrawan, y de otros conquistadores musulmanes. Para sofocar esta
jefes árabes contra Kusayla y la famosa Kahina sublevación general, el califa de Damasco
o maga, héroes de la resistencia beréber, la Hisam (724-743) envió un ejército con sus
Historia y la leyenda se mezclan continuamen- mejores tropas de Siria, Palestina y Egipto, al
te. Fue, sin duda, Musa ibn Nusayr, con la mando de Kultum. En un encuentro decisivo
conquista definitiva de Cartago, hacia el 698, que tal vez tuvo lugar a orillas del río Sebú, en
el que dio un impulso decisivo y glorioso a la la región de Fez, el general sirio fue derrotado
expansión islámica por tierras de Occidente. y muerto.
Desde Cartago, la escuadra musulmana cruza Los supervivientes, unos diez mil sirios, se
sin cesar el Mediterráneo occidental depredan- refugiaron en Ceuta y más tarde pasaron a Es-
do las costas de Sicilia, Cerdeña, Baleares y la paña. Participaron en las luchas civiles hasta
misma Península Ibérica. Contando con la que, en el año 743, el gobernador árabe de
colaboración del conde don Julián, príncipe Córdoba, asesorado por el conde Artobás, hijo
visigodo y gobernador de Cádiz, las tropas de Witiza, los asentó en las provincias me-
árabes y beréberes, 'al mando de Tariq, de- ridionales de la Península con el conocido es-
sembarcaron en el verano del 711 en la bahía tatuto de la hospitalitas. Esta organización
de Algeciras, y en un encuentro decisivo per- militar de los sirios se mantendrá en al-Andalus
dió la vida don Rodrigo, el último rey godo. En hasta finales del siglo X.
los años siguientes, los ejércitos árabes
atraviesan los Pirineos y ocupan importantes Situación política interior
ciudades de la cuenca del Ródano, a pesar del
revés de Poitiers (732) Cuando cae la dinas- El fundador de la dinastía omeya, Muawiya,
supo pacificar el Imperio gracias a su habilidad
Edículodelpailo delamezqUItadeDamasco política. Con una tenacidad extraordinaria fue
arrebatando a los partidarios de Ali importantes
provincias como Egipto. Consiguió que al-
Hasan, nieto del Profeta, renunciara a sus
derechos al califato a cambio de una pensión
extraordinaria que ascendía a cinco millones
de dirhemes del Tesoro de Kufa, además de
las rentas de un distrito de Persia. El hijo de
Ali vivió retirado en Medina, donde murió, tal
vez envenenado. Los siíes acusarían a
Muawiya de su muerte e hicieron de al-Hasan
un mártir. Su hermano al-Husayn no intervino
en política hasta la muerte de Muawiya ni tam-
poco otro aspirante al califato, Abd Allah ibn
al-Zubayr, sobrino de Aisa, viuda del Profeta.
Las fuentes árabes subrayan como virtud prin-
cipal dél primer califa omeya el hilm, o tacto
político en el que no falta la astucia, la di-
plomacia, el don de palabra y el empleo de la
fuerza sólo cuando sea absolutamente ne-
cesaria. Se cuenta que dijo una vez: No em-
pleo mi espada donde basta mi látigo, ni mi
látigo donde basta mi lengua; y si estuviese
unido a mi puebla por un cabello, no lo rom-
pería; si ellos estiran, yo aflojo, y si ellos
aflojan, yo estiro.
Contó con la colaboración de prestigiosos Iraq. Enun encuentro con las tropas leales del
gobernadores que contribuyeron eficazmente a gobernador de Kufafue derrotado y muerto en
la pacificación del Imperio, como Amr ibn al- Karbala y su cabeza enviada al califa de
As, gobernador de Egipto; al-Mugira, gober- Damasco. Latragedia de Karbala tuvo, y sigue
nador de Kufa, y, sobre todo, su hermano teniendo, una gran trascendencia en el Islam.
adoptivo Ziyad ibn Abi-hi, gobernador de Más grave aún fue la revuelta de AbdAllahibn
Basora. Hijo de padre desconocido, lo re- al-Zubayr en La Meca. Los ejércitos omeyas
conoció el califa como hermano legítimo y no vacilaron en sitiar la ciudad santa del Islam.
Ziyad ibn Abi-hi, a partir de entonces, mos- Durante el asedio, un incendiodestruyó el san-
traría una absoluta lealtad al califa y gober- tuario de la Kaba, siendo éste un motivo más
naría el Iraq con mano firme sin permitir nin- que alentó el movimiento antiomeya.
guna veleidad de los siíes. También contó Lamuerte de Yazid1,en el año 683, yde su
Muawiya con el apoyo y colaboración de ilus- hijo Muawiya 11, cuarenta días después,
tres familias cristianas que habían ocupado provocó una grave crisis dinástica y política
cargos importantes en la administración bizan- que alcanzó incluso a Siria, donde parte de las
tina y que siguieron disfrutando de la misma tribus árabes (los qaysíes) reconocieron a Ibn
situación con los omeyas. Entre estos cris- al-Zubayr y lucharon contra los kalbíes, par-
tianos destacan San Juan Damasceno, el poeta tidarios de los omeyas. En la batalla decisiva
al-Ajtal, que mostraba ostensiblemente una de March Rahit (684), cerca de Damasco, se
cruz colgada al cuello, y Maysun, la favorita decidió la continuidad de la dinastía en favor
del califa y madre del príncipe heredero y del califa Marwan.
sucesor, Yazid. Su hijoAbdal-Malik(685-705) fue, sin duda,
el mejor administrador y político de la dinastía
omeya. Tuvoque hacer frente a la rebelión de
La crisis del 680
Ibn al-Zubayr, que había extendido su influen-
cia por toda Arabia y parte del Iraq y, sobre
La situación política del Islam cambia ra- todo, a la revueltajarichí, dirigidapor al-Mujtar
dicalmente con la muerte del primer califa en nombre de Muhammad ibn al-Hanafiyya,
omeya en el año 680, Un año antes de su hijo de Ali, pero no de Fátima. Por su acen-
muerte, Muawiya consiguió que las tribus tuado mesianismo y su igualitarismo social, el
árabes prestasen juramento de fidelidada favor movimiento jarichí de al-Mujtar se atrajo a las
de su hijo Yazid. De esta manera se introdujo masas de mawalis y puso en jaque a los ejér-
en el Islam el principio hereditario y de hecho citos de al-Zubayr y del califa de Damasco.
se convirtióen una Monarquía. Pero niHusayn, Finalmente, este movimiento revolucionario,
hijo de Alí, ni Abd Allah ibn al-Zubayr le cuyo lema era la eficacia y la venganza, fue
reconocieron. Llamado por sus partidarios, el aplastado por el gobernador zubayrí de Basora
nieto del Profeta, se dirige desde La Meca al en el año 687.
Fue entonces cuando el califa Abd al-Malik
se decidió a acabar con los zubayríes. Para
Ruinas delamezquita deSibi-Janyn. enSamarcanda
ello contó con el enérgico general al-Hayyay,
quien en poco tiempo pacificó toda la penín-
sula arábiga. Poco después fue encargado del
Gobierno del Iraq, donde llevó a cabo una
serie de reformas pOlíticasyconsiguió también
dominar cualquier intento de rebeldía hacién-
dose famoso por sus métodos dictatoriales.
Fin de la dinastía
Con la mu.ertedel califa Hisam (724-743), se
inicia la'última crisis que terminaría siete años
más tarde con la dinastía. Sus tres sucesores,
disolutos y degenerados, rompieron el difícil
equilibrio que existía entre las distintas tribus
árabes y la anarquía se extendió por doquier.
Precariamente el gobernador de Armenia, el
sexagenario Marwan, sobrino del califa Abdal-
Malik, se hizo con el poder proclamándose
califa en Damasco en el año 744, pero ya era
demasiado tarde. Un vasto movimiento de
rebeldía se extiende por todas las provincias
orientales del Imperio islámico acogiendo a
todos los grupos antiomeyas: los siíes, los