Table Of ContentLOS FILÓSOFOS
Y LA LIBERTAD
Juan Arana
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EDITORIAL
SINTESIS
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p r o y e c t o e d i t o r i a l
F I L O S O F í A
I K
♦
J ¡ r e c t o r e s
Manuel Maceiras Fafiá n
Juan Manuel Navarro Cordón
Ramón Rodríguez García
LOS FILÓSOFOS Y LA LIBERTAD
Necesidad natural
y autonom ía de la voluntad
Juan Arana
EDITORIAL
SINTESIS
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© Juan Arana
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sin la autorización previa por escrito de Editorial Síntesis, S. A-
índice
Advertencia preliminar.............................................. 9
Reconocimientos........................................................... 13
Introducción histórica................................................. 15
1 Querer la libertad: Descartes .............................. 21
2 Entender la libertad: Leibniz.............................. 51
3 Desterrar la libertad: Wolff................................. 75
4 Esconder la libertad: Kant................................... 105
5 Atacar la libertad: Schopenhauer....................... 131
6 Defender la libertad' Bergson ............................. 145
7 Impugnar la libertad: Skinner............................. 163
7
Los filósofos y la libertad
8 Reivindicar la libertad: Popper .......................... 193
9 Adulterar la libertad: Dennett............................ 211
Bibliografía.................................................................. 251
8
Advertencia preliminar
Acordé con la Editorial Síntesis publicar un libro con el
título: Naturaleza y libertad. Proyectaba dar al asunto un
tratamiento sistemático en diálogo con la física, la bio
logía molecular, la neurociencia, la psicología y la inteligencia
artificial. Me pareció, no obstante, que también sería útil exa
minar lo que algunos filósofos modernos dejaron escrito sobre
el particular. Había presupuestado dedicar a tal fin una tercera
parte del volumen, pero descubrí que el diálogo con los gran
des pensadores de los siglos XVII, XVIII y XIX era mucho más
fructífero de lo previsto y daba pie para exponer prácticamen
te todo lo que tenía que decir. Por esta razón decidí introducir,
en lugar de la elaboración temática programada para la segun
da parte, una discusión con tres autores contemporáneos cuya
reflexión se ha desarrollado al hilo de las ciencias que había pro
yectado tratar. Esto ha permitido dar homogeneidad al texto,
pero también ha obligado a cambiar el título para hacerlo más
acorde con el resultado final. Como es obvio, no trato todos los
filósofos que han tocado el tema de la relación entre naturale
za y libertad. El recorrido se inicia con Descartes porque es el
primero que contrapone la autonomía de la voluntad a la visión
del cosmos derivada de la nueva racionalidad científica. Los res
tantes capítulos exponen el desarrollo ulterior del contencioso.
Por eso quedaron fuera autores que, a pesar de tener mucha rele
9
Los filósofos y la libertad
vancia, trabajaron a espaldas de los desafíos y sugerencias de la
investigación más empírica.
En ningún momento he pretendido dar a mi exposición un
carácter historiográfíco. Esto no es una historia de la filosofía de
la libertad; ni siquiera de sus relaciones con el desarrollo de la cien
cia moderna. Tan sólo me propongo (en el tercer capítulo) sentar
una tesis histórica, a saber: que la contraposición entre naturaleza
y libertad no partió originariamente de la ciencia sino de la pro
pia filosofía. Se encontrará allí mayor cantidad de datos y refe
rencias, aunque también una fuerte componente interpretativa.
En las otras partes del libro ésta domina claramente. Intento ser
fiel al pensamiento de los hombres que estudio y trato de objeti
var lo más sustancioso de sus concepciones. Sin embargo, la prin
cipal prioridad ha sido proyectar aquellas ideas sobre el estado
actual de la cuestión. No quise fantasear con lo que personajes del
pasado pudieran haber dicho de vivir y escribir hoy, pero sí pro
curé extraer las enseñanzas que aportan, obviando limitaciones
que no son suyas, sino de la época que vivieron. En la medida de
lo posible he preferido que hablen con su propia voz, transcri
biendo numerosos textos con ayuda de las traducciones dispo
nibles (siempre que a mi juicio fueran solventes), para simplificar
la tarea de cotejar los contextos. Si discrepo con cierta frecuencia
de lo que sostienen grandes figuras de la historia del pensamien
to no es porque me crea más listo e informado que ninguna de
ellas. Amparo mi osadía en lo que decía Newton de los “enanos a
hombros de gigantes”. Además aquí, como en cualquier otro pro
blema filosófico, lo que hay que respetar en primer lugar no es la
autoridad ajena, sino lo que según el propio saber y entender más
se acerca a la siempre inalcanzable verdad.
Siguiendo una vieja costumbre, quise dar a los capítulos cier
ta autonomía, de manera que pudieran ser leídos por separado o
en un orden cualquiera, aunque fuera a costa de incurrir en algu
nas repeticiones. A lo largo de la redacción mis posiciones evo
lucionaron en algunos aspectos. He procurado que el resultado
final sea homogéneo; de todos modos, y por si a alguien intere
sa, dejo constancia de que los capítulos fueron compuestos en el
siguiente orden: 8-5-1-2-3-4-6-7-9, mediando unos tres años
entre el primero y el último.
to
Advertencia preliminar
Por último, deseo aclarar que estoy lejos de abrigar la pre
tensión de haber sido neutral, aunque sí he querido jugar limpio.
Afirmo la existencia de libertad en el hombre y defiendo que no
está en pugna con los principios externos o internos de determi
nación que inciden en él. El valor que pueda tener el libro depen
de de no haber omitido ninguna objeción significativa, ni ate
nuado su dificultad a sabiendas. Corresponde a los lectores decidir
hasta qué punto lo ha conseguido, aunque me daré por satisfe
cho si consigue aportarles alguna luz nueva para la consideración
de una cuestión tan debatida. Agradeceré cualquier comentario
o sugerencia que reciba.
Leipzig, Octubre 2004
[email protected]
ii
Reconocimientos
Debo a Ramón Rodríguez el apoyo que me animó a escri
bir este libro. Con Javier Hernández-Pacheco he discu
tido sobre la relación naturaleza-libertad. Aunque pude
convencerle tan poco como él a mí, estas conversaciones me sir
vieron para buscar y poner a punto argumentos más sólidos. Tam
bién ha sido de una gran ayuda la correspondencia mantenida
con Martín López Corredoira, ardiente enemigo del libre arbi
trio. Jaime Nubiola, Lourdes Flamarique, Ana Marta González y
Carmen Paredes me pidieron que hablara en sus universidades
sobre temas tratados en varios capítulos. He tenido oportunidad
de exponer mis ideas ante alumnos de doctorado de la Universi
dad Panamericana (México D.F.) y la Universidad de Sevilla. Me
ayudó a mejorar la redacción María Caballero. Francisco Rodrí
guez Valls efectuó una cuidadosa revisión del manuscrito y apor
tó numerosas sugerencias. Lourdes Flamarique y Ana Marta Gon
zález leyeron el texto referido a Kant y Pilar López de Santa María,
el que dedico a Schopenhauer. Con Antonio Ariza he conversa
do sobre algunos problemas de fondo. La Universidad de Sevilla
me otorgó generosos permisos para efectuar viajes de investiga
ción, y la Junta de Andalucía financió algunos de ellos a través de
sus ayudas para Grupos de Investigación.
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