Table Of ContentLos animales
La Sociedad Mundial para la Protección
Animal (WSPA) busca crear un mundo donde de nuestro mundo
el bienestar animal importe y la crueldad
hacia los animales haya terminado. Para
Cuentos y relatos cortos para sensibilizar
lograrlo, tenemos actividad en más de 50
países, trabajando directamente con los
animales, y con personas y organizaciones
que puedan asegurar que sean tratados con
compasión y respeto.
Realizamos campañas efectivas para combatir
las problemáticas de bienestar animal más
graves del mundo y somos líderes globales en
la atención y la reducción de riesgos para
animales en desastres.
Localmente, mejoramos la vida de los
animales trabajando directamente con dueños
y comunidades. Tenemos estatus consultivo
en el Consejo Europeo y colaboramos con
gobiernos nacionales y las Naciones Unidas
para incluir el bienestar animal en los debates
más perentorios a nivel global.
Los animales
de nuestro mundo
Cuentos y relatos cortos para sensibilizar
Los animales de nuestro mundo
Cuentos y relatos cortos para sensibilizar.
Reservados todos los derechos
© Sociedad Mundial para la Protección Animal (WSPA)
© Hipertexto Ltda. – www.lalibreriadelaU.com
Compilación de cuentos ganadores del concurso Los animales de nuestro
mundo. Cuentos y relatos cortos para sensibilizar.
Fecha de edición: septiembre de 2011
ISBN: 978-958-99776-1-3
Diseño de portada: Laura Perilla y Johatan Hernández
Ilustraciones: © René Gamboa
Dirección editorial: Ricardo Jiménez
Coordinación editorial: Andrea del Pilar Sierra Gómez
Diego A. Martínez Cárdenas.
Edición, diseño, armada electrónica,
diagramación e impresión:
HIPERTEXTO LTDA. (www.lalibreriadelaU.com)
SOCIEDAD MUNDIAL PARA
LA PROTECCIÓN ANIMAL (WSPA)
Oficina Regional Suramérica
Cra. 13 n°. 29 - 41 Oficina 232
Manzana 1, Parque Central Bavaria
Bogotá, Colombia
Tel.: (57–1) 285 5472
[email protected]
www.wspa-latinoamerica.org
LALIBRERIADELAU.COM
P.B.X.: (57-1) 4 81 0505
Calle 24 A n°. 43 - 22.
Bogotá, Colombia
www.lalibreriadelaU.com
pág Índice
5 Presentación
7 Prólogo
13 Los pájaros negros
21 Cambia una vida
29 Sagta, la joven flamenco
39 Mi príncipe del limonero
49 ¿Quién tiene el control?
55 Un león
59 Amiga de mi corazón
69 La peste
79 Cosaco y Nieve
91 Depredador por naturaleza
107 Las aventuras de Kike
115 Bosco
125 El último Millo
129 Un regalo a mi corazón
137 A manera de conclusión
Esta es una compilación de cuentos de un concurso realizado
por WSPA. Los conceptos expresados en los cuentos publica-
dos son responsabilidad expresa de los autores y las autoras y
no representan la posición y opinión de la WSPA.
Presentación
La Sociedad Mundial para la Protección Animal, WSPA,
se enorgullece en presentar esta obra que recopila los mejores
cuentos participantes y ganadores del concurso Los anima-
les de nuestro mundo. Cuentos y relatos cortos para
sensibilizar.
La iniciativa fue una acción conjunta de la WSPA y www.
lalibreriadelaU.com, quienes agradecen la masiva participación
de personas de diversas nacionalidades, unidas por un común
denominador: contribuir al bienestar animal a través de un texto
que presentara una reflexión acerca de las interacciones de los
humanos con los animales de nuestro mundo. La WSPA hace
parte de una red creciente, con más de 1.000 organizaciones
afiliadas (sociedades miembro) en 150 países, cuya visión
es un mundo donde el bienestar animal importe y la
crueldad hacia los animales haya terminado.
En la actualidad, la crueldad hacia los animales es una si-
tuación común, que incluye abandono, negligencia, tenencia
irresponsable, comportamientos expresamente violentos y bru-
tales y espectáculos abusivos con animales.
El concurso Los animales de nuestro mundo y esta reco-
pilación de cuentos son sólo algunas de las actividades que
realiza la WSPA, en su afán de “construir un movimiento global
por el bienestar animal”. El libro busca sensibilizar e incentivar
a las personas para que comprendan que “los animales son
seres vivos, capaces de sentir, sufrir y percibir su entorno y, por
consiguiente, merecen una especial consideración y respeto”.
Luis Carlos Sarmiento
Director Suramérica
WSPA
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Prólogo
Yo he visto los ángeles, los he visto todos los días de mi vida.
Cuando salgo a la calle los veo en los andenes, mirando a la
gente con ojos suplicantes, tristes, asustados.
Los he visto confundidos de su suerte, sin entender una palabra
de lo que nosotros hablamos; y la gente, sin entender los men-
sajes divinos que nos traen de caridad, de amor, de compasión
los ignoran, los miran con desprecio, se sienten incómodos por-
que existan, les dan una patada si se ponen en su camino. Y
los ángeles, insistentes, a veces los siguen. Quieren cumplir su
misión, quieren llevar su mensaje, pero hablan y nadie entiende
sus lenguajes incomprensibles. Ningún humano ha sido nunca
capaz de entender lo que un ángel dice.
Un día, yo me topé con uno en la puerta de mi casa. Estaba
muy herido. Sus alas se habían destruido por completo. En su
nacimiento tenía llagas rojas y humeantes. Estaba tan flaco que
la piel se había pegado a los huesos, o mejor, los huesos habían
absorbido la piel. Era muy pequeñito. Tenía un ojo saltado y tem-
blaba todo su cuerpecito.
El ángel no hablaba, no se movía. Las hormigas y las moscas
ya casi celebraban el festín. Por su único ojo me miraba, y no
necesitaba ser conocedora del lenguaje divino para entender su
mensaje: estaba aterrado, solo y se estaba muriendo.
¿Qué podía hacer yo por este ángel malherido? ¿Podría arreba-
társelo de las garras a la muerte y traerlo de nuevo a la vida?,
¿quién querría ayudarme a cuidarlo si seguramente muchas per-
sonas habrían pasado ya por allí y habrían fingido no verlo?
A pesar de que nadie veía sus alas, ni siquiera yo misma, sabía
lo que él era y tenía el firme propósito de rescatarlo.
Su recuperación se iba dando muy lentamente. Yo misma casi
no notaba los progresos. Pero cuando alguien venía, movido
por curiosidades mórbidas, solía decir: ya no se muere, y esto
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inundaba de alegría mi corazón y la mano que lo apretaba aflo-
jaba un poco.
Justo cuando mejor estaba, cuando mejor parecía sentirse, el
ángel partió de este mundo. No pude verlo emprender el vuelo
con sus alas blancas. No pude decirle adiós. No pude demos-
trarle a nadie que, en efecto, era un ángel. Nadie vio nunca las
alas que crecían en su corazón, ni las bendiciones que había
traído al mío. Pero yo sí, yo las vi y por eso hoy sigo viendo el
mundo lleno de ángeles. Y mientras la gente los busca en las
iglesias o en el cielo, los están botando a las calles.
Yo sólo les digo: los ángeles existen. Si tienen dudas, cuando
los vean en algún andén, mírenlos a los ojos. Tal vez logren
descifrar sus mensajes divinos o alcancen a ver las alas que
crecen en sus corazones cuando alguien les tiende la mano.
Alexandra Avellaneda
Colombia
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