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LEIDOS ANTE
LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
EN LA R E C E P C I ON P U B L I CA
SR. D. FRANCISCO A. COMMELERAN Y GOMEZ
EL DIA 25 DE MAVO DE I
MADRID
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DISCURSOS
LRIOOS ANTE
LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
EN I-A RECEPCION P U B L I CA
SR, D. FRANCISCO A. COMMELERAN Y GOMEZ
El. DIA 2t DE MAYO DE 1
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SEÑORES ACADÉMICOS:
É.\ME permitido que, abandonando las prác-
ticas generalmente seguidas en ocasiones
como la presente, y sin rodeos ni preámbu-
los retóricos que se avienen muy mal con mi carác-
ter, dé comienzo á esta, que, si meló consentís, lla-
maré disertación, declarando pública y solemne-
mente la inmensa gratitud que os debo porque habéis
querido ilustrar mi obscuro nombre, ó más bien
premiar mis modestísimos estudios con el inestima-
ble galardón que simbolizan ¡as palmas académicas.
No me han abierto las puertas de vuestro docto
Instituto ni los laureles con que Apolo corona las
sienes desús hijos predilectos; ni la gloria que se
conquista con la elocuencia, que avasalla los enten-
dimientos, y rinde y encadena las voluntades con el
vigor de la palabra; ni el aura popular, que sólo goza
quien con las obras de su ingenio sabe hacerse in-
térprete oportuno y fehz de las ideas, aspiraciones
y sentimientos de la sociedad en que vive; ni la fama
y el renombre que se alcanza juzgando con impar-
cialidad, rectitud, prudencia y sano criterio las
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obras que produce la labor ajena. Ninguno de estos
méritos, que han enaltecido á, tantos otros que ocu-
paron los codiciados asientos de este ilustre senado
de las letras españolas, podía yo alegar para pedir
la honra insigne que me otorgasteis; y si llevé mi
atrevimiento al punto de solicitarla, sírvanme de dis-
culpa ante vosotros aquellas palabras que en oca-
sión muy solemne y grata para este alto cuerpo
literario pronunció en este mismo sitio uno de nues-
tros más ilustres escritores contemporáneos, cuando
decía «que la Academia no tiene cerradas sus puer-
»tas pai-a nadie que sepa, y es mucho saber (agre-
»gaba), Analogía, Sintaxis, Prosodia y Ortografía».
No es esta, por fortuna, la vez primera que aso-
ciáis á vuestros útiles y fecundísimos trabajos un
aficionado al cultivo de aquella hermosa lengua en
que Virgilio cantó la gigantesca empresa de fundar
el pueblo rey; en que Horacio imitó los dulcísimos
acentos de la lira griega y dió forma culta y elegante
á la sátira toda romana ; aquella lengua en que Cice-
rón emuló la gloria de Demóstenes tronando contra
la demagogia que acaudillaba Catiiina ; en que Roma
formuló el derecho que impuso á las naciones some-
tidas á su poder ; lengua de prodigiosa fecundidad,
que, en sus evoluciones diversas y dominando el
pensamiento de otros pueblos como Roma había do-
minado su independencia, ha producido como ramas
frondosas de su robusto tronco otros idiomas, que,
cual el castellano, portugués, itahano, francés, pro-
venzal y rumano, han sido intérpretes de civiüzacio-
nes distintas, y medio en su mayor parte nobilísimo
para la expresión de las más grandes creaciones del
pensamiento humano ; lengua que es hoy y hasta ia
consumación de los siglos será, á la vez que verbo
perfectísimo en que la Iglesia catóhca declara el
DE D. FRx\NCISCO A. COMMELERÁN. 3
dogma de su doctrina infalible y consigna las cere-
monias de su simbólica liturgia , el medio más ade-
cuado y universal en qu-e la ciencia-en todas sus
ramas ha de divulgar un día sus más recónditos mis-
terios, sus principios más ciertos y sus aplicaciones
más útiles.
Los nombres venerandos de Fr. Juan J.nterián de
Ayala, D. Juan de Iriarte, D. Manuel de Balbuena,
D.Javier de Burgos, D. Eugenio de Ochoa, D.Pedro
Felipe Monlau y tantos otros, son testimonio bien
elocuente de la predilección y estima en que vuestra
Academia, desde su fundación, ha tenido á los cul-
tivadores de la lengua y literatura latinas. Entre
ellos obtuvo hom'oso lugar mi antecesor ilustre,
digno descendiente por las altas prendas que enno-
blecieron su carácter, y más atln por sus muchas
letras, de aquellos insignespatricios aragoneses favo-
recedores de los Argensolas, que fueron ornamento
y gloria de la literatura aragonesa. Fué D. Marce-
lino de Aragón y Azlor, prócer tan egregio como
sabio y modesto cultivador de las letras latinas, que
con singular acierto trasladó del latín al habla cas-
tellana el poema más humano del más humano de los
poetas, las Getír^/cas,monumento imperecedero en
que la inspiración dulcísima del vate de Mantua legó
á las futuras edades el reflejo inimitable y fidelísimo
trasunto dé aquella misteriosa poesía con que el
Hacedor Supremo revistió á la madre Naturaleza al
salir de sus omnipotentes manos. Castizo, correcto y
elegante escritor, como á sus estudios y aficiones con-
venía, bien pudo gloriarse de haber merecido los fa-
vores de las musas quien, como el último duque de
Villahermosa, emuló en sonoros versos endecasílabos
la cadenciosa majestad del exámetro latino, quien
acertó como él á vestir el inspirado pensamiento del
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cantor de Eneas con los nobles atavíos con que enri-
quecieron nuestra lengua sus más clásicos poetas, y
quien supo como él conservar intacta y pura en la
interpretación castellana la encantadora naturalidad
que sólo se admira en las Geórgicas.
A tan preclaro varón me habéis llamado á suce-
der entre vosotros, y unido su recuerdo al de los
ilustres académicos cuyos nombres acabo de citar
como honra y gloria de vuestro docto Instituto,
comprenderéis el temor que siento de no correspon
der dignamente al honor insigne que me acabáis de
otorgar, y á las gloriosas tradiciones de vuestra Aca-
demia, honradas y enaltecidas por vosotros digna-
mente en el sazonado fruto de vuestras laboriosas
y difíciles tareas; que laboriosa y difícil es la tarea
á vosotros encomendada, sobre todo en la parte re-
ferente á la composición del Diccionario de nuestra
lengua. Sólo quien no conozca la magnitud de em-
presa semejante, el penoso, vario y no interrumpido
trabajo que de suyo exige, y las dificultades de todo
género con que tropieza quien en ella emplea, como
vosotros, su actividad intelectual, sólo ese puede
desconocer el mérito grandísimo que con las letras
contrae quien consagra sus vigilias á ese pacientí-
simo trabajo que con tanta fidelidad describió Esca-
ligero en aquellos dísticos:
« Si quem dura mmiet senlciiíLt judiéis olim ,
Díimnaium xi umnh suppliciisque capul ;
Hurte ñeque fabrili tasseni erga strila massa ,
Nec rígidas vexenf fossa metalla mamis,
Léxica coníexat : nam cetera , quid morar ? Omnes
Pcemrwn facies hic labor urna habet. »
Y, en efecto: no todas las apariencias, sino toda
la triste realidad de todos los tormentos, el compen-
Description:ceo de siliceu{¡n; pero con la i precedida de c ó qu, se destruye mediante la diptongación , como en especie de specie[ììì, cinericio de cinericiu{ni, ob-.