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e
COLECCION
DE LOS
M E J O R ES A U T O R ES
ANTIGUOS y MODERNOS,
«ACIONES * EXTRANJEROS.
TOMO XI.
MMM NRNRNM M ALEJANDRO MMM.
ARRAS POR FUERO
LA DAMA DEL PIÉ DE
i TRADUCIDAS
por
RICARDO BLASCO
MADRID.
DIRECCION y A D M l K i r - ^W
•Madrid, 1874.—«p., est. t calv. de aruao r c.\
•SUCESORES DE BIVADEPiüTRA , San Mateo, nóm.íl, «ttfftffi- ijít**"
callo, del Dnqau do Osuna, nùmero 3.
1874.
ALEJANDRO HERCULANO.
fortuné ut Ule,
venido i la memoria este verso de Virgi
ha
^o Hereulano vive hoy cual otro Cincinato
retirado del mundo y hasta de las ocop^o-
^eHerculano, le colocan fuera desupa-
tria, fuera de su época; de aquí su extraño
voluntario ratraimiento. Su -tro severo
y
ontorneado por líneas rectas en azadas
=
ligeras curvas, üene la -postad de -as
nobles fisonomías de la estatuaria antigua, y
se asemeja á los bastos de Canovay á los re- baios en este sentido, anteriores á él, no tie-
lieves de Üflaxman. Su carácter en armonía nen más importancia que el de los cronico-
con el rostro tiene algo de altivez pagana y nes de Fernán López, Ruy Pina, García Re-
de entereza estóica; hay en él mucho de la sendeó Fañado Sousa. Los adelantos mo-
áspera rudeza de Catón, y de la resignación dernos de la crítica histórica hacían intole-
filosófica de Séneca. Su historia, en conso- rables las antiguas relaciones, llenas de ab-
nancia oon su carácter y su fisonomía, es una surdas creencias y de tradicionales errores.
lucha desesperada, una continuada protesta Alejandro Herculano comenzó la obra monu-
de una alma indomable en su grandeza, que mental. Ponderar los titánicos trabajos que
no puede transigir con las miserias repug- su colosal ingenio hubo de emplear en a
nantes de la realidad, representadas en esta acumulación de materiales dispersos , en la
época por el agio político, la hipocresía re- elección defuentes autorizadas y autenticas,
ligiosa, la vanidad ignorante, la envidia y Y en la aplicación de las leyes de la crítica
la maledicencia. imparcial y severa, y de los conocimientos y
Alejandro Herculano de Carvalho, nació en auxiliares modernamente tan múltiples y va-
Lisboa el 28 de Marzo de 1810, dándose á riados para el estudio y esclarecimiento de
conocer desde ántes de los veinte y seis afios la historia, obra sería de imposible desem-
como poeta filosófico y moral. En 1836 pu-
blicó en el Ferrol A voz do propala, y dos ^El fanatismo religioso y la intransigencia
años despues en Lisboa A harpa do create, de ciertas clases sociales levantaron furiosa
. adfB¡rable libro por la virilidad de los con- tormenta contra los primeros tomos publica- ,
ceptos , la elevación de los pensamientos y la dos, por no dar cabida en ellos á pueriles
galana rotundez de la versificación. creencias milagrosas y vanas tradiciones ca-
Como historiador, puede vanagloriarse de ballerescas. Triunfó por esta vez la desver-
ser el primero y el único de sn país ; los tra- gonzada crítica de la inepcia, del fanatismo
y de la envidia, y de la Historia de Porta-
gal no aparecieron más que cuatro tomos
»legando el último hasta Alfonso nr Ale-
jandro Herculano injuriado, perseguido, mal-
tratado, tomó de sus detractores la más cruel
6 l3S ven£anzas, rompió su pluma para
siempre, y se retiró á las inmediaciones de
oantarem. it—ro s dias»,lia dicho uno ue
Como novelista tiene Herculano igual
fama y reputación que como historiador y
como poeta. El Eurico, El Monje del Cister
y El Momsticon son tres novelas históricas
de inapreciable valor, tres admirables cua-
dros de época en que el colorido local, la
realidad de los caracteres, l naturalidad de
a
leyenda, que tanto por su m
ia acción siempre interesante y variada y la de
virilidad sostenida del estilo, hacen palide-
cer algunas de las más reputadas obras de
Walter Scott. tr — °m t Zj Y
Aparte de estas novelas más importantes
" p0r su ^nsion, con el título de Leyendas y raya-muda conspiraba en la taberna
narrativas, publicó Herculano en 1851 una
coleccion de preciosas tradiciones, históricas,
populares y caballerescas, repartidas en dos' sobre Hercúleo.
tomos; en el primero: El alcaide de Santa•
Taca intimidando al rey en su palacio de San
Martm y PQ el pórtico de Santo Domingo
decidido i traducir, W» P» ^
imponiéndose á la nobleza; los variados^
sostenidos caracteres del débil monarca, de
la rencorosa adúltera, del traidor Fr. R'
0
del revolucionario Fernán Vázquez y l L
a Bicabdo Blanco Abismo.
cesión animada del estilo, ya e„ L.
fáciles e interesantes, ya en descripciones
Poéticas y eruditas, todo esto dentro d
tono general de localidad y de época hacen
de esta narración un exactísimo cuadro his^
«neo, al parq„ ^
0 una acabflda
despezones de los tortuosos barrios de la
antigua Lisboa, morada de aquella p,ebe
desencadenada y turbulenta, altiva hara-
y
posa, recuerdan aquellas escenas de mi se-
na y desenfreno, aquellos bacanales de la
mendicidad y del vicio, que describió Víctor
Hugo en la Córte nlos milagros.
Otra de sus leyéldas, La dama del pié de
cabra, interesante á nuestra literatura por
^tar fundada en una tradición de Vizcaya
es por la sencillez primitiva de su estilo y
lo sobrenatural y fantástico do su acción,
una tierna y poética balada,
Description:»legando el último hasta Alfonso nr Ale- jandro Herculano injuriado, perseguido, mal- tratado, tomó de sus detractores la más cruel. 6 l3S ven £ a n z