Table Of ContentLejos de mí
Estudio sobre la identidad
I
Clément Rosset
Trad. Lucas Vermal
marbot ediciones
Tido original: Loitn h moi Éhde sw Pdmtité
Publicado en francéc, en 1999, por &iüons de hrLUruit, Park
Sumario
Traducción de Lucas Vermal
Cubiem de Juan Pai~vinZ ynch
-
A ~ h r & ~ i Ó....n... .....................................
i
Capítulo 1 ............................................. 9
Que* rigwmmmte pdibidas, SR in mzoracitín escrita be los titidares Capítulo II ........................................... 41
del mpyitght, bqo LAS? ~motteses tableCjdPs, la reprndw6n mrnI o pm&l
IiI ..........................,,........,,....
de estu p~blicación,i r; su trrl~m#~ot ifimdho, ni la trcmsrmsh de nifigas- Capitulo 79
na f o m o por cmlqwrt-r mdb,y a scfi elepró~imm~m sclÉnLo, pm fotocnph,
por repstm U otros rnddi~.
@ 1999 by ks Éditions de Minuit
63 de la tradu~ti6t1inL: ucas Vermai
Q 2007 de rodas las ediciones en España Marbot Ediciones
Ct Pintor Forhiny, 24,3" 2'
08003 Barcelona
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Esfe libro no trata del prob/ma de Ers id en^-
dad, amnto muy dismtido desd~Id Antigiiedad
(y 4~aeY O mismo be t e d o ocasi& de aborhr a
menudo), sino del problema del sentimiento de
Ea: idmiiddd, no wzmos discutido ciertwmmte+ en
especia! desde los céiebres adlisés de David
Hame.
La investigacibn sobr~e ste cma conduce a:
exzrdfúa~c o~sidemcion~y sp mddojkis. Tmbiin
llmd rb i~temogar-y éste es, corno sler~~pree E ~
aspe~toq z*e más me interesa-, &S allá de h
cegwra en q m se encuentra el e'mdiuzd~-tcoo rz
respe~toa si mismo, mt~raiezud e b irresisti-
ble e ivaxomble cepprd que io animd d vtwar.
Capítulo 1
El embrujo del yo
En la manana del 28 de enero de 1998 tuve el
siguiente sueño, que transcrib i apenas desp eaé:
Estoy expliundo a un ce'rmb de ccinocidoc
(p~recetr afarse de lo qae uno de mis dlnmnos
!lama inevuentemente "el gallrnero", esto es, el
reducido gnrpo de oyentes de cierta edad que
s e e n mis clases en la universidad de Nizaf que
mi identidad oficial es totalmente apócrifa, h
w m d e extrrla sucesibn de co%ncidewc&,
fim
confusiones, malentendidos y errores (algo pare-
10 LEJOS DE ~i CLEMENTR OSSET 1:
i
también contra el propio pensamiento). No ha?
cido a lo qr*e ocurre en los gdgs de F q d w ,
duda de que mi identidad puede ser apDd2.
Buster Kee ton o Jacgues Tati: t<nd e* humi ento
-con respeczo a h n a m - [leva a otro, que a su como ocurre en mi sueña; pero en tal caso lo que
ésta disimula es mi verdadera identidad social, no
vez h x a~ w n tercero, e$¿., todo lo mal temina
aquel su bstrato hipotético que Llamamos iden ti-
en sitwciopt abs~rdat,o dmenk mdret'ble y
dad personal. Más exactamente, siempre he con-
ale*& de toda realidad verosímil). De modo qrre
mi rrornbre izo es mi vmdadero nombre, mi mi siderado la identidad social como la única identi- -
dad real; y la otra, la presunta identidad personal.
edad e5 mi verdadera edud, e&. Se&b a mi adi-
como una >lusion total y a1 mismo tiempo pene-
tonb esta curzosa fYacttlm qzte nos convr'ede en
verante, puesto que la mayosía la considera como
dos seres: el ser oficial de los papeles y el ser real
pero nzistmioso qMe ningrin documento recoge y la única identidad real, siguiendo en este punto
más bien la impresión de Rousseau, que terminó
qsre de hecho ningrma oparimcia seEu.llo.
por perder la razón en la búsqueda apasionada de
esta idenridad fantasmagórica. Ya Platón anun-
Este sueño (como el. seatida c o h , por otra
ciaba la misma idea en el mito final del Go~gicq
parte) admite de entrada m o al go evidente una
diferencia m e la dentidad socid y la idenzidad que recomienda a los jueces encargados de deci-
-
personal (o identidad íntima del yo, o identidad dir el destino post morfm de los hombres en el
juicio final que les e ~ j a npr esentarse desnudos
psicológica, o identidad real); distinci6n que, por
mi parte, siempre he tendido a considerar sospe- ante el mbunal supremo, despojados de sus vesti-
chosa e incluso a recusar espontáneamente, mentas, asimiladas a los oropeles sociales que
disimulan la realidad de su yo. La misma idea rea-
siguiendo en este punto a pensadores como
parece en Francia con Napoleón I, acaso con un
Montaigne y David Hume (lo cual, dicho sea de
paso, sirve para ilustrar el hecho bien sabido de espíritu diferente, cuando se organiza la cereme
nia dd comeil de ~ k u i s i ~ ~ .
que se puede soñar no sulo contra la lógica sino
12 LEJOS DE MI
Yo no soy otro, jdmás soy otro, eso es lo que
A esta identidad personal, considerada prime-
afirma la conciencia común, en contra de la foz-
ra y anterior con respecto a cualquier identidad
mulaci6n de Rimbaud en Unn temporada en e:
social, también se la podrh Llamar identidad
infierno (#Yo es otro))). En otras palabras: 'o
"pre-identita ria", si entendernos por identitario
lo que certifica la documentación de la que uno coy yo y siempw lo soy, desde el nacimiento
dispone, así corno el testimonio de quienes le hasta la muerte. Puedo naturalmente parecer
rodean. El yo "pre-identitsio" se presenta así otro; pero entonces es el yo social el que carnbiz?
como el verdadero y auténtico yo; y el yo "iden- por ejemplo, gracias a la doble identidad que n e
titario" (os ocial) como un yo convencional que procuran unos papeles falsos ci la pertenencia a
no es más que el paco que cubre y esconde a la alguna red de espionaje: es deciq cambia el yo
vez al primero y no tiene mls consistencia que la social pero no el yo "real", que nunca cambia.
del papel y el rumor. Me limitaré, en lo que queda El problema gira aquí en torno al sentimiento,
de texto y para mayar comodidad del lector, a verdadero o ilusorio, de la unidad del yo, ese yo
usar la expresión identidad personal, pero debo que, según se nos dice, es indudable y constituye
advertir que siempre implicará los rasgos que uno de los hechos capitales de la existenR2
acabo de senalar: verdad, realidad, anterioridad humana, aunque nadie sea capaz de jusnficdn
con respecto a todo reconocimiento social, carác- o simplemente de describirlo. Es sabido qiie
ter "natural" y no convencional, carácter único y David Hume fue el primero en sefiakar este are
no compuesto contrariamente a lo que surgiere lladero filosófico en un importante pasaje del
Montaigne en un fragmento de sus Enrayos: .No Tratado sobre la namruleza humana, que m k ~
estamos hechos más que de piezas añadidas.." tarde preocuparia mucho a Kant:
.En lo que a mí respecta, siempre que F e -
tro más intimamente en Io que glarno mi miLvn
* Ewyos (vol 41, trads. Almudena Muntojri y Dolore Picazo tropiezo en todo momento con una sr 0712
[Madrid: Cátedta, 1985). (N del T.).
14 LEJOS DE ~í CLÉMENT ROSSET 15
1
percepción particular, sea de calor o de frío, de pero yo se con certeza que en mi no existe tal
luz o de sombra, de amor o de odio, de dolor o principio.*"
de placer. Nunca puedo atraparme a mi mismo
en ningún caso sin una percepción, y nunca Hay que reconocer que Kant nunca IlegO a
puedo observar otra cosa que la percepción. responder a la cuestión y al desafío planteados
Cuando mis percepciones son suprimidas duran- por Hurne, como tampoco respondió a sus pre-
te algún tiempo, como sucede por ejemplo en un guntas sobre Dios y la cazisalidiid, a pesar de
sueíio profundo durante el cual no me doy cuen- dedicarIes la parte central de la Crítica de Ia
ta de mí mismo, puede decirse que verdadera- razblz pwa, por no decir todo el libro.
mente no existo. Y si todas mis percepciones Distinguir entre fenomeno y noúmeno para
fueran suprimidas por la mente y ya no pudiera decir que el sujeto (oe 1 yo} es una idea de
pensar, sentir, ve5 amar u odiar tras la descom- la razón pero no un concepto del entendimiera-
posición de mi cuerpo, mi yo resultaría comple- to ICTyo= x"), remite a m mismo punto ciego,
tamente aniquilado, de modo que no puedo con- sobre el que es imposible tener una mínima
cebir qué más haga falta para convertirme en nocibn, aparte de que resulta moralmente impc-
una perfecta nada. Si tras una reflexión seria y rativo poseer su idea (como también Ias ideas de
libre de prejuicios hay alguien que piense que él Dios y de causalidad]: argumento frágil e itrisa
tiene una nociiin diferente de si mismo, tengo rio, carente de toda consistencia demostrativa
que confesar que ya no puedo seguirle en sus mis alla de la afirrnacihn de un deseo de creer
razonamientos. Todo lo que puedo concederle es al que Kant se resiste a renunciar y que sigue
que 61 puede estar tan en lo cierto como yo, y haciendo fortuna entre un amplio público
que ambos somos esencialmente diferentes en
este particular Es posible que él pueda percibir
1. Libro 1 , C patre, sacciiia VI. ITta;tbdo be la! izdtrctrlleza humm,
algo simple y continuo a lo que llama su yo,
mad. Félix Duque (Barcelona: Brbis, 1984)J.
16 LEJOS DE MI
doscientos anos después de la publicación de La Y si se me ama por mi juicio, por mi memo-
critia dg La pura, unicamente porque ria, ¿se me ama a me? No, porque puedo perder
T ~ Z &
resulta tranquilizador, reduce a un coste míni- esas cualidades sin perderme a mi mismo.
mo los daños ocasionadas por la crítica de <DSnde est6, pues, este yo si no está ni en el
Hume y contribuye a perpetuar la fantasía muy cuerpo ni en el alma! ?Y cómo amar al cuerpo o
Z
al alma si no es por sus cualidades, que no son
extendida de una moralidad universal,
A- El sentido del argumento de Hume es que no lo que hace al yo, puesto que son perecederas;
Porque ise amaría Ia sustancia del alma abstratc-
hay percepción del yo -así como puede haber
tarnente, cualesquiera fueran las cualidades que
una per~epci6" de una silla o de una mesa- sino
únicamente percepciones de cualidades o de esta- -- tuviera,?-- E-s to-no-pudeser.~=ser"F ai _n ju. s--t-o- .r \lo s- e
ama pues nunca a nadie sino iinicamente a Iac
dos psicológicos o somátícos que podemos expe-
..-.,,. - -.. .
cualidades.
rimentar en un momento dado; hicarnente, agre- -.- 1' - - / d
Qúe iiadii se vuelva a burlar, pues, de quie-
gaba Pascal en un pasaje de sus Pensantimtos
nes se hacen honrar por cargos u oficios, pues-
dedicado al yo que anticipa (sin llegar a comple-
to que no se ama a nadie sino por cualidades
tatb) el milisis de Hume, Ias ciraLidades que me
n2
representan a los ojos del mundo:
<<<Quees e[ yo?
Esta ultima reflexiOn --Que nadie vuelva a
Un hombre que se asoma a la ventana para
burlarse, etc. n- explica m hecho curioso, aun-
ver pasar a los transeúntes; si yo pasa por ahí,
que en mi opinión indudable, sobre el que ten-
(puedo decir que se asomó para verme? No;
dré ocasión de volver más adelante pero que no
porque no piensa particularmente en Pero
quien ama a alguien por su belleza, 210 ama?
No, porque la viruela que matará a la belleza sin
2. Fragmento 323 (edición Bruncchvicgl. [Fensamimtos,t rad. Eugeni
matar a la persona hará que deje de amarla. d'Ors (Barcelona: Orbis, 198311.
CLÉMENT ROSSET 19
rapor por alguna llanura centroeuropea. &tos
quisiera dejar de mencionar y empezar a anali-
ocho personajes, que por 10 demas parecen de
zar: cada vez que se produce una crisis de iden-
riacionalidades diferentes, no se conocen o al
tidad, la identidad social es lo primero que se
\ resquebraja, amenazando el frágil edificio de lo menos no parecen conocerse en la mayoria de
los casos. Una joven inglesa conoce y traba
que creemos experimentar corno el yo; es siem-
amistad con la pasajera que le ha tocado en d
pre una deficiencia de la identidad social lo que
asiento de enfrente, otra inglesa de edad mucho
viene a perturbar la identidad personal y no al
mAs avanzada (se trata de la famosa Igdy que
revés, como se tiende a pensar generalmente.
dapues desaparece) que la invita a tomas una
Esta verdad de apariencia paradójica se recono-
taza de tk en el restaurante del tren, escena
ce fácilmente por el hecho de que empiezo a
durante la cual tendrá ocasi~nd e inscribir su
inquietarme "por mí mismo", o por el yo, no
nombre en la ventana empañada situada sobre
cuando dejo de reconocerme (<quiénp odría, por
!a mesa a la que se han sentado. A su regreso al
otro lado, reconocerse?) sino al contrario cuan-
compartimento, la joven dormita unos instmtes,
do son los otros quienes han dejado de recono-
Cuando abre los ojos constata que su nueva
cerme, al levantar acta, por ejemplo, de una
zmíga ya no se encuentra sentada frente a eIla.
experiencia que dicen estar viendo con sus pro-
Suponiindola en el baño, vuelve a adormecerse
pios ojos y que yo soy incapaz de observar (o al
)
,
.m rato, pero empieza a preocuparse cuando
revés, como en el ejemplo que citaré a continua-
fespierta y comprueba que el asiento de enfreti-
cibn a título de iiustraci6n).
re sigue vacío. Es entonces cuando se interesa
Una secuencia muy impresionante de la pelí-
y r l o que pueda haberle ocurrido a la anciana
cula de Hitchkock Alarma en el exeleso (Lady
iama y pregunta a sus cornpafieros de viaje
vanishes, 1938), pone en escena a ocho persona-
:odos los viajeros se encogen de hombros y
jes sentados en las ocho butacas de un compar-
milaran que nunca ha habido más de siete per-
timento, a bordo de un tren que avanza a todo