Table Of ContentLA VERDAD Y LA MEMORIA:
Controversias en la imagen de
Hildebrando Pérez Huarancca
Mark R. Cox
www.pasacalle.pe
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I Edición: junio 2012
Tiraje: 500 ejemplares
© Mark R. Cox, 2012
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Mark R. Cox
La Verdad y la
Memoria:
Controversias
en la imagen
de Hildebrando
Pérez Huarancca
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The first casualty, when war comes, is truth.
La primera víctima, cuando llega
una guerra, es la verdad.
Hiram Johnson (1866-1945), gobernador
y senador de California, EEUU
Among the calamities of war may be justly
numbered the diminution of the love of truth,
by the falsehoods which interest dictates
and credulity encourages.
Entre las calamidades de la guerra pueden
justamente incluirse la disminución del amor
a la verdad, por las falsedades que el interés
dicta y la credulidad promueve.
Dr. Samuel Johnson (1709-1784)
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Introducción
Hildebrando Pérez Huarancca publicó poca obra
narrativa, pero ocupa un lugar distinguido en el ca-
non literario peruano. Igual que Manuel Scorza, su
obra tuvo una influencia fundamental en la narrati-
va peruana post-arguediana, a lo que hoy se llama
la narrativa andina. A pesar de su impacto e impor-
tancia literaria, para muchas personas es más cono-
cido por su vida fuera del ámbito literario. Sin em-
bargo, buena parte de este conocimiento se basa
en información errónea.
Al igual que muchas personas, me he pregun-
tado cómo el escritor y profesor universitario Hil-
debrando Pérez Huarancca pudo convertirse en el
cabecilla de la masacre de Lucanamarca. Sus ami-
gos y familiares me han insistido que ese día no se
encontraba en ese lugar y que no pudo ser capaz de
cometer tal atrocidad. Sin embargo, como muchas
personas, yo pensaba que las investigaciones ha-
bían probado su culpabilidad. Se cita con frecuen-
cia estos dos párrafos en la página 38 del tomo VII
del informe final de la Comisión de la Verdad y Re-
conciliación:
Con relación al responsable de ejecutar esta de-
cisión del PCP-SL, los testimonios obtenidos sindican
directamente a Hildebrando Pérez Huarancca como
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responsable del ataque del 3 de abril de 1983. Los
testigos entrevistados por la CVR identifican con
este nombre al líder senderista y lo describen de la
siguiente manera: “[...] estaba uniformado de militar,
llevaba dos pistolas, blanquiñoso, mestizo, de ojos vi-
vos, pelo lacio, de 1.70 m de estatura aproximada,
nariz aguileña, voz resonante como de mando mili-
tar, agarrado, no era gordo, era un profesor”.37
Asimismo, estas mismas fuentes afirman que Hil-
debrando Pérez Huarancca fue la persona que orga-
nizó la masacre de Lucanamarca en las localidades
de Totos y Espite,38 y que el día de la masacre fue
reconocido a pesar de llevar pasamontañas: “[...] el
que dirigía todo en general era Hildebrando Pérez
Huarancca [...] es de Vilcanchos, es profesor que
anda por aquí, la gente conoce, es alto, flaco, mesti-
zo, estaba con pasamontañas”.39
Muchas personas citan estos dos párrafos y lue-
go se preguntan cómo fue posible. Me di cuenta
de un problema grave cuando miré en detalle las
notas a pie 37 y 39. Hay una entrevista por la CVR y
una por la COMISEDH, pero es con el mismo testi-
go. En vez de varios testigos, la acusación de la CVR
se basa en el testimonio de una sola persona. La
descripción en el primer párrafo de Pérez Huaranc-
ca como uniformado de militar no se refiere al día
que ocurrió la masacre, sino meses antes. La cita
en el segundo párrafo es del mismo testigo, pero
en la entrevista él dice claramente que no estuvo
en Lucanamarca el día de la masacre. La cita es lo
que él había escuchado de otros. En un juicio con-
tra un maestro acusado de pertenecer a Sendero
Luminoso y de haber participado en la masacre, el
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único testimonio contra él es del mismo testigo y
los jueces lo descartan. Es increíble que la CVR y el
gobierno hayan acusado a Hildebrando Pérez Hua-
rancca de encabezar la masacre basados solo en el
testimonio de un hombre que ni se encontraba en
Lucanamarca ese día.
Al hacer la investigación para este estudio, he
encontrado errores, omisiones o pura especulación
por parte de la CVR, los gobiernos, organizaciones
de derechos humanos, militares, la prensa, críticos
literarios, y en los documentos de Sendero Lumino-
so para el Megaproceso solo lo mencionan como
uno de los acusados. Este estudio es un esfuerzo
por analizar las acusaciones y rumores acerca de
Hildebrando Pérez Huarancca. Sin duda, hay per-
sonas que conocen mayores detalles de su vida y
su muerte, y espero que este libro sirva para con-
vencerlos de dar sus testimonios. No niego su afi-
liación al PCP-SL, pero sí creo que no hay pruebas
contundentes de su participación en la masacre de
Lucanamarca. Al publicar este libro espero 1) que el
gobierno vuelva a investigar el caso y decida si hay
evidencia o no, 2) que se proporcione la informa-
ción a su familia de dónde está enterrado, 3) que
los estudios sobre Hildebrando Pérez Huarancca
dejen de difundir información errónea, 4) que los
estudios acerca de ese período tan doloroso no se
pierdan en rumores y falta de información, y 5) que
se resuelvan los casos de los acusados tan pronto
como sea posible.1
1 Por ejemplo, el general EP (r) Juan Rivero Lazo no ha sido sentenciado
aunque se encuentra preso hace más de once años.
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Un resultado de la guerra interna que azotó
al Perú en los años ochenta y noventa ha sido la
creación de varias imágenes exageradas acerca
de personas involucradas en la subversión. En el
libro “Gonzalo”: el mito (1990), Julio Roldán ana-
liza muchos de los mitos y rumores propagados
por la prensa y el público sobre Abimael Guzmán
Reinoso, el Presidente Gonzalo y el líder indiscutido
del Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso
(PCP-SL). Roldán señala que la prensa había anun-
ciado su captura o que estaba herido por lo menos
unas veinte veces. Y unas cincuenta veces que ha-
bía muerto. Pero también hay historias que narran
cómo Guzmán se había convertido en pájaro, ser-
piente o piedra para escapar de las fuerzas del or-
den. E incluso hubo testimonios que creían que era
la realización del mito del Inkarrí (pp 112-13). La
distribución del video “Zorba el griego” (apelativo
popular del conocido video sobre una celebración
de la cúpula maoísta donde Guzmán y otros danzan
el célebre sirtaki) y su captura le quitaron mucho
del misterio sobre Abimael Guzmán.
Edith Lagos es otro ejemplo de esta mitificación.
Cuando miles de ayacuchanos asistieron a su fune-
ral en 1982, surgió la idea de que era una de las
principales líderes del PCP-SL, pero hoy ya es cono-
cido que ella no tenía un rango muy alto.
Hildebrando Pérez Huarancca consiguió fama al
publicar su libro de cuentos Los ilegítimos (1980) y
recibir una recepción crítica favorable. Al ser arres-
tado en enero de 1982 bajo la acusación de perte-
necer al PCP-SL, llegó a tener más notoriedad aun,
la cual aumentó cuando fue uno de los prisioneros
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que escapó del CRAS2 el 2 de marzo de 1982. Ade-
más, terminó siendo acusado de encabezar la ma-
tanza en el distrito de Santiago de Lucanamarca el
3 de abril de 1983. Según la fuente, allí murieron
de 67 a más de 100 personas.3 Ahora, se le conoce
como escritor y líder de la masacre de Lucanamar-
ca. Sin embargo, en el llamado Megaproceso solo
los autores intelectuales fueron enjuiciados y en-
contrados culpables. Sin embargo, de las personas
acusadas de participación directa en la matanza, un
hombre fue absuelto, se retiró a una mujer de la
lista de los acusados por confirmarse su muerte y
ninguno de los otros acusados ha tenido un juicio.
Se afirma que la primera víctima en una guerra
es la verdad. Al analizar diversos estudios, artículos
e informes acerca de la guerra interna, es obvio que
el caos de la guerra ha impedido que se llegue a la
verdad completa y que haya muchos rumores sin
fundamento. Propongo que no hay ninguna prueba
de la participación de Hildebrando Pérez Huaranc-
ca en la masacre de Lucanamarca y que su papel en
la guerra interna fue mínimo. Él escribió todos los
cuentos para Los ilegítimos antes de 1975, el año
en que ganó el concurso “José María Arguedas”.
Sin embargo, algunos lectores interpretan dichos
cuentos como si fueran un comentario directo y
anticipado sobre una guerra que apenas comenza-
ría varios años después. En este estudio analizaré
2 CRAS significa Centro de Reclusión y Adaptación Social.
3 Varían los números. La Comisión de la Verdad y Reconciliación pone
el número a 69, pero con frecuencia aparece el número 67 también,
mientras que Abimael Guzmán lo pone cerca de 80 y el General José
Rolando Valdivia Dueñas estima 105.
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la vida de Hildebrando Pérez Huarancca y su aporte
a la literatura peruana antes de enfocarme en las
acusaciones y rumores acerca de su participación
en el PCP-SL.
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