Table Of ContentDario Ergas Benmayor
La unidad en la acción
DARIO ERGAS BENMAYOR
La unidad en la acción / Dario Ergas Benmayor
Santiago de Chile, Catalonia, 2013
160 p., 14 x 21 cm
ISBN 978-956-324-240-9
DESARROLLO EMOCIONAL
152.4
Diseño de portada: Rafael Edwards
Diseño de interior: Mario Mora
Impresión: Salesianos Impresores S.A., Santiago de Chile
Edición de textos: Emiliano Fekete
Primera edición: octubre 2013
ISBN 978-956-324-240-9
Registro de propiedad intelectual N° 234.675
© Dario Ergas, 2013
© Catalonia Ltda., 2013
Santa Isabel 1235, Providencia
Santiago de Chile
www.catalonia.cl - Twitter: @catalonialibros
ÍNDICE
Prólogo 11
La unidad en la acción 13
Introducción 15
Historia de una pregunta 15
A quién van estas palabras 16
Forma y contenido 16
Silo 18
Agradecimientos 19
Primera Parte: La ilusión 21
Capítulo I: El sinsentido 23
Confusión del sentido con el deseo 23
La mecánica del ensueño 25
El cambio mental 27
La oportunidad de la época 29
Capítulo II: El fracaso 31
Un momento de libertad 31
El resentimiento 34
La reconciliación 38
El fracaso de la época 41
Capítulo III: La acción 43
La imagen moviliza al cuerpo 43
El origen de la acción 46
La reflexión de la conciencia 51
La dirección hacia el ser humano - 53
La dirección hacia la trascendencia 58
Capítulo IV: La mirada interna 61
El yo es una representación de la conciencia 61
La mirada interna y su distancia respecto del yo 62
Un nuevo nivel de conciencia 65
El despertar de la mirada interna 67
Segunda Parte: La unidad interna 69
Capítulo I: La muerte 71
La mirada de la muerte 71
El deseo de inmortalidad 73
La raíz del sufrimiento 75
Capítulo II: El cambio 77
Las experiencias de cambio 77
Buscándome a “mí mismo” 79
La dirección del cambio 81
Un leve desplazamiento de las creencias 83
Capítulo III: La conciencia de la unidad 87
La fuerza de la necesidad 87
El reconocimiento de la unidad 88
La unidad es el sentido 89
Capítulo IV: La unidad en los otros 91
La acción es la llave de la comunicación 91
El crecimiento de la unidad interna 92
Lo humano es un proceso de liberación 96
Tercera Parte: El proyecto humano 99
Capítulo I: La acción revolucionaria 101
La caída de las civilizaciones 101
Lo humano como expresión de la libertad 103
La intervención intencional en la historia 107
La acción revolucionaria es simultánea 109
Capítulo II: La primera civilización planetaria 115
El encuentro de las culturas 115
Un nuevo descubrimiento: El ser humano 117
La revolución del vacío 119
La nación humana universal 122
Capítulo III: La revelación del ser 127
Una renovación espiritual 127
La externalización de la experiencia 131
Una interpretación evolutiva 134
El sentimiento religioso 136
Capítulo IV: La ampliación de la conciencia y
la sociedad libertaria 145
La acción conjunta 145
El problema común 148
Todo fin es un comienzo 151
La construcción de la historia 152
Epílogo: El despertar de la humanidad 159
Prólogo
Empecé a leer las páginas de este escrito tratando de seguir el
hilo conductor que el autor indica en el prólogo, pero ensegui
da olvidé mi propósito: incitada por el texto, me sumergí en la
inevitable comparación entre las propuestas que presenta y mis
experiencias de vida.
Darío Ergas nos toma de la mano y nos acompaña por los
senderos del mundo interno, iluminando esa realidad que nues
tra mirada, capturada por el reclamo del mundo externo, ignora
o desvaloriza. Así, como en un largo paseo por una ciudad des
conocida, donde la mirada se posa en los distintos elementos
descubriendo arquitecturas, pasajes oscuros, escaleras empina
das, calles arboladas, monumentos del pasado, risueños jardines
iluminados por el sol, el mundo interno se abre y nos muestra
una insospechada riqueza de detalles.
Es imposible no reconocerse en gran parte de las agudas
descripciones de las situaciones de vida. Las ilusiones acicatea
das por el deseo, la mecánica de los ensueños, los fracasos, los
temores, los resentimientos con su carga de culpa y venganza,
la reconciliación, la libertad, la acción humana y el futuro que la
moviliza, la búsqueda de la felicidad, la irrupción de experien
cias que trascienden la temporalidad y la espacialidad cotidia
nas, todo está descrito en modo directo y preciso.
Durante el desarrollo aparece en transparencia la enseñan
za de Silo, una enseñanza que ha inspirado la trayectoria de
Ergas, que lo ha sostenido en su viaje vivencial, en sus descubri
mientos, en un camino que no conoce metas definitivas, que se
orienta a superar todo límite, a realizar las potencialidades del
ser humano, su intrínseca capacidad evolutiva, un camino que
se reconoce en la secuencia de sus libros. Es el camino del hom
bre nuevo que, dejando atrás los grandes fracasos, las guerras y
las violencias del siglo breve, busca otras vías y, no obstante las
dificultades, una nueva espiritualidad ha comenzado a instalar
se en su corazón, una espiritualidad que lo empuja —a través
de la ferocidad y las contradicciones del mundo actual— hacia
nuevas metas de libertad y de evolución.
El eje central de esta nueva reflexión de Dario Ergas es la
acción con su capacidad de ampliar la coherencia interna, sus
consecuencias para con el otro, la retroalimentación que recibe
quien actúa, en síntesis, el crecimiento que deriva de las accio
nes puestas en marcha. Y es precisamente la acción, potencial
portadora de ese registro de “unidad”, la llave para acceder al
sentido, para descubrir la esencia del otro en la realización del
sentido, para emprender un proceso de liberación que supera al
individuo, que se vuelve proyecto humano, que aspira a la reno
vación espiritual y, en definitiva, a la construcción de la nación
humana universal.
No sabría definir el género literario de este libro. No es, por
cierto, un libro que deja tranquilo al lector en pantuflas y sen
tado cómodamente en un sillón. Es un “libro-estímulo”: abre
nuevas perspectivas, presenta muchos interrogantes, evoca as
piraciones recónditas de la profundidad de todo ser humano.
Estoy segura de que muchos serán los lectores dispuestos a res
ponder a estos estímulos, a reflexionar sobre la propia existen
cia, a levantarse del sillón para unirse con mayor conciencia al
gran proyecto humano.
Loredana Cici1
1 Abogada y ensayista en temas de democracia directa y responsabilidad
política. Presidió durante varios años la Internacional Humanista, fundada en
1989 en Florencia. Participa actualmente en el Parque de Estudios y Reflexión
Attigliano en Italia, desde donde profundiza y difunde el mensaje de Silo.
Hace ya más de dos años que murió mi padre. Alcancé a contarle a
Silo sobre su muerte y cómo a los pocos días de su partida mi corazón
se llenó de un agradecimiento tan grande que no lo podía explicar.
Me respondió que era seguro que continuaba su proceso y en la mejor
dirección.
Pocos meses después, también murió Silo. No he contado a nadie
cuántas veces en la vida se me ha llenado el corazón con ese agrade
cimiento, y cómo después de su muerte cada pieza de su enseñanza
decanta en mi comprensión.
A ti lector te transmito este sentimiento.
H istoria de una pregunta
Inicio aquí el tercer estudio sobre el sentido de la vida. Han pa
sado casi veinte años desde mi ensayo llamado Los estados oscuros
de la conciencia, que luego se editara como el libro Sentido del sin-
sentidoy y seis años desde que se publicara La mirada del sentido.
El primer estudio tenía el claro objetivo de ayudar a superar
el resentimiento. Conocer los momentos más dolorosos y poder
encontrar el modo de despegarnos de ellos hacia la esperanza
y la reconciliación. Quizás una de las cosas más rescatables fue
haber considerado al sufrimiento como indicador de un error
psicológico: si sufro es porque en algo estoy equivocado; y a
partir de allí buscar el camino de reconciliación.
El segundo estudio relata el encuentro con una experiencia
trascendente, estableciendo un diálogo para que el lector reco
nozca en él ese tipo de vivencias. Se revisan los temas esenciales
de la vida y los tópicos más conflictivos, iluminándolos con la
óptica del Sentido.
Recién terminado el tercer ensayo, y aprontándome a los úl
timos retoques, me pregunto de qué trata. Intento mostrar que
si bien la experiencia de comunicación con la profundidad de
la conciencia es la respuesta a la pregunta por el sentido, no es
suficiente, pues esa experiencia con mucha facilidad se pierde en
el olvido. Las experiencias reveladoras del ser trascendente han
de traducirse en una construcción cuya consecuencia sea el cre
cimiento de esa experiencia en uno y su reconocimiento en los
otros. La vivencia del contacto con la totalidad se la experimenta
como “unidad”. En este trabajo se expone que el sentido de la vida
es hacer crecer la unidad interna, junto a otros, y esa dirección es
la base para una transformación personal, social y humana.