Table Of Content- )EL ESPACIO
3ASTON BACHELARD
\ BREVIARIOS
Fondo de Cultura Económica
BREVIARIOS
del
Fondo de Cultura Económica
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LA POÉTICA DEL ESPACIO
LA POETICA
Traducción de:
ERNESTINA ttfc CHaMHOURCIN
DEL ESPACIO
por
GASTON BACHELARD
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
MÉXICO - ARGENTINA - BRASIL - COLOMBIA - CHILE
ESPAÑA • ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA - PERÚ • VENEZUELA
Primera edición en francés, 1957
Primera edición en español, 1965
Octava edición en francés, 1974
Segunda edición en español
INTRODUCCIÓN
de la octava en francés, 1975
Primera reimpresión en Chile, 1993
i
Un filósofo que ha formado todo su pensamiento
adhiriéndose a los temas fundamentales de la filo
sofía de las ciencias, que ha seguido tan claramen
te como ha podido el eje del racionalismo activo, el
eje del racionalismo creciente de la ciencia contem
poránea, debe olvidar su saber, romper con todos
sus hábitos de investigación filosófica si quiere
estudiar los problemas planteados por la imagina
ción poética. Aquí, el culto pasado no cuenta, el
largo esfuerzo de los enlaces y las construcciones
de pensamientos, el esfuerzo de meses y años re
sulta ineficaz. Hay que estar en el presente, en el
presente de la imagen, en el minuto de la imagen:
si hay .una filosofía de la poesía, esta filosofía debe
nacer ÿ renacer con el motivo de un verso dominan
te, en la adhesión total a una imagen aislada, y
precisamente en el éxtasis mismo de la novedad de
la Imagen. La imagen poética es un resaltar súbito
del psiquismo, relieve mal estudiado en causalida
des psicológicas subalternas. Nada general ni coor
Título original: dinado tampoco puede servir de base a una filoso
lui poétique de l'espace fía de la poesía. La noción de principio, la noción
© 1957, Presses Universitaires de France, Paris de “base”, sería aquí ruinosa. Bloquearía la actua
lidad esencial, la novedad psíquica esencial del poe
© 1965. Fondo de Cultura Económica, S.A. de C.V. ma. Mientras la reflexión filosófica que se ejercita
sobre un pensamiento científico largamente elabo
Av. Picacho Ajusco 227; Colonia Bosques del Pedregal; 14200
rado exige que la nueva idea, se integre en un cuer
México, D.F
po de ideas experimentadas, aunque ese cuerpo se
someta, a causa de la nueva idea, a una elabora
Fondo de Cultura Económica Chile S.A.
ción profunda, como sucede en el caso de todas las
Paseo Bulnes 152, Santiago, Chile.
revoluciones de la ciencia contemporánea, la filoso
fía de la p<jesía debe reconocer qué el acto poético no
1SBN 950-557-082-1 tiene pasado, que no tiene al menos un pasado pró
ximo, remontándose al cual se podría seguir su
Impreso en Chile preparación y su advenimiento.
7
8 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 9
Cuando más tarde nos refiramos a la relación sión— que el poeta ha debido padecer en el curso
entre una imagen poética nueva y un arquetipo de su vida, pero el acto poético, la imagen súbita,
dormido en el fondo del inconsciente, tendremos la llamarada del ser en la imaginación, escapan a
que comprender que dicha relación no es, hablando tales encuestas. Para iluminar filosóficamente el
con propiedad, causal. La imagen poética no está problema de la imagen poética es preciso llegar a
sometida a un impulso. No es el eco de un pasado. una fenomenología de la imaginación. Entendamos
Es más bien lo contrario: en el resplandor de una por esto un estudio del fenómeno de la imagen
imagen, resuenan los ecos del pasado lejano, sin poética cuando la imagen surge en la conciencia
que se vea hasta qué profundidad van a repercutir como un producto directo del corazón, del alma, del
y extinguirse. En su novedad, en su actividad, la ser del hombre captado en su actualidad.
imagen poética tiene un ser propio, un dinamismo
propio. Procede de una ontcdogía directa. Y nos ll
otros queremos trabajar en esta ontología.
Se nos preguntará tal vez por qué, modificando
Es, pues, en la inversa de la causalidad, en la
nuestro punto de vista anterior, buscamos ahora
repercusión, en la resonancia, tan finamente estu
una determinación fenomenológica de las imágenes.
diada por Minkowsky,1 donde creemos encontrar
En nuestros trabajos anteriores sobre la imagina
las verdaderas medidas del ser de una imagen poé
ción, en efecto, estimamoe preferible situarnos lo
tica. En esa resonancia, la imagen poética tendrá
más objetivamente posible ante las imágenes de los
una sonoridad de ser. El poeta habla en el umbral
cuatro elementos de la materia, de los cuatro prin
del ser. Para determinar el ser de una imagen ten
cipios de las cosmogonías intuitivas. Fieles a nues
dremos que experimentar, como en la fenomenolo
tros hábitos de filósofo de las ciencias, habíamos
gía de Minkowsky, su resonancia.
tratado de considerar las imágenes fuera de toda
Decir que la imagen poética escapa a la causali
tentativa de interpretación personal. Poco a poco,
dad es, 3in duda, una declaración grave. Pero las
dicho método, que tiene a su favor la prudencia
causas aiegadas por el psicólogo y el psicoanalista
científica, me ha parecido insuficiente para fundar
no pueden nunca explicar bien el carácter verda
una metafísica de la imaginación. La actitud "pru
deramente inesperado de la imagen nueva, ni la
dente”, ¿no es acaso por sí sola la negación de
adhesión que suscita en un alma extraña al proce
obedecer a la dinámica inmediata de la imagen?
so de su creación. El poeta no me confiere el pasado
Por otra parte hemos comprobado cuán difícil re
de su imagen y, sin embargo, su imagen arraiga
sulta despegarse de esta "prudencia”. Decir que se
en seguida en mí. La comunicabilidad de una ima
abandonan los hábitos intelectuales es una declara
gen singular es un hecho de gran significado
ción fácil, ¿pero cómo cumplirla? Hay ahí, para
mitológico. Volveremos a esta comunión por actos
un racionalista, un pequeño drama cotidiano, una
breves, aislados, activos. Las imágenee arrastran
especie de desdoblamiento del pensamiento que, por
—después de Burgir—, 'pero no son los fenómenos
parcial que sea su objeto —una simple imagen—
de un arrastre. Claro está que en las investigacio
no deja de tener una gran resonancia psíquica.
nes psicológicas se puede prestar atención a los
Pero este pequeño drama de cultura, este drama
métodos psicoanalíticos para determinar la perso
al simple nivel de una imagen nueva, contiene la
nalidad de un poeta, se puede encontrar asi una
paradoja de una fenomenología de la imaginación:
medida de las presiones —sobre todo de la opre-
¿Cómo una imagen, a veces muy singular, puede
aparecer como una concentración de todo el psi-
Cf. Eugène Minkowsky. Vera une eoamoloffie, cap. IX.
INTRODUCCIÓN 11
10 INTRODUCCIÓN
va necesariamente hasta su constitución completa,
quismo? ¿Cómo, también, ese acontecimiento sin
el fenomenólogo encuentra un campo de innumera
gular y efímero que eB la aparición de una imagen
bles experiencias; aprovecha observaciones que pue
poética singular, puede ejercer acción —sin prepara
den ser precisas porque son simples, porque “no
ción alguna— sobre otras almas, en otros corazo
tienen consecuencias”, a la inversa de lo que sucede
nes, y eso, pese a todas las barreras del sentido
con los pensamientos científicos, que son siempre
común, a todos los prudentes pensamientos, com
pensamientos enlazados. La imagen, en su simpli
placidos en su inmovilidad?
cidad, no necesita un saber. Es propiedad de una
Nos ha parecido entonces que esta transubjetivi-
conciencia ingenua. En su expresión es lenguaje
dad de la imagen no podía ser comprendida, en su
joven. El poeta, en la novedad de sus imágenes es
esencia, únicamente por los hábitos de las refe
siempre origen del lenguaje. Para especificar bien
rencias objetivas. Sólo la fenomenología —es decir
lo que puede ser una fenomenología de la imagen,
la consideración del surgir de la imagen en una
para aclarar que la imagen es antes que el pensa
conciencia individual— puede ayudarnos a resti
miento, habría que decir que la poesía es, más que
tuir la subjetividad de las imágenes y a medir la
una fenomenología del espíritu, una fenomenología
amplitud, la fuerza, el sentido de la transubjeti-
del alma. Se deberían entonces acumular documen
vidad de ia imagen. Todas esas subjetividades y
tos sobre la conciencia soñadora.
transubjetividadea no pueden determinarse de una
La filosofía en lengua francesa contemporánea, y
vez por todas. En efecto, la imagen poética es
' a fortiori la psicología, no se sirven apenas de la
esencialmente variable. No es, como el concepto,
dualidad de las palabras alma y espíritu. Son por
constitutiva. Sin duda, la tarea de desprender la
este hecho, una y otra, un poco sordas respecto a
acción mutadora de la imagen poética en el deta
los temas tan numerosos en la filosofía alemana,
lle de las variaciones de las imágenes es dura, aun
en que la distinción entre el espíritu y el alma
que monótona. Para un lector de poemas, ¡a refe
(der Geist y die Seele) es tan clara. Pero puesto
rencia a una doctrina que lleva el nombre tan a
que una filosofía de la poesía debe recibir todos
menudo mal entendido de fenomenología, corre el
los poderes del vocabulario, no debe simplificar
riesgo de permanecer oscura. Sin embargo, fuera nada ni endurecer nada. Para dicha filosofía, es
de toda doctrina, esa referencia es clara. Se pide
píritu y alma no son sinónimos. Tomándolos en
al lector de poemas que no tome una imagen como
sinonimia, se nos impide traducir textos preciosos,
un objeto, menos aún como un sustituto de objeto,
se deforman los documentos entregados por la ar
sino que capte su realidad específica. Para eso
queología de las imágenes. La palabra alma es una
hay que asociar sistemáticamente el acto de la
palabra inmortal. En ciertos poemas es imborrable.
conciencia donadora con el producto más fugaz de
Es una palabra del aliento.2 La importancia vocal
’a conciencia: la imagen poética, Al nivel de la
de una palabra debe retener por sí sola la aten
imagen poética, la dualidad del sujeto y del ob
ción de un fenomenólogo de la poesía. La palabra
jeto ea irisada, espejeante, continuamente activa en
alma puede ser dicha con tal convicción que com
sus inversiones. En ese dominio de la creación de
prometa todo un poema. El tono poético que corres-
la imagen poética por el poeta, la fenomenología
es, si así puede decirse, una fenomenología mi
croscópica. Por esta razón, dicha fenomenología 3 Charlen Nodier, Dictionnaire raisonné dea onomatopées fran
tiene probabilidades de ser estrictamente elemen çaises, Paris, 1*28, p. 46. "Loo diferentes nombres de] aima, en
r'asi todos loe pueblos, son ' otras tantas modificaciones del alien
ta!. En esta unión, por la imagen, de una subjeti
to y onomntopeyas de la respiración.’*
vidad pura pero efímera y de ifha realidad que no
12 Introducción INTRODUCCIÓN 13
ponde al alma debe, pues, quedar abierto a nues poemas se manifiestan fuerzas que no pasan por
tras encuestas fenomenológicas. los circuitos de un saber. Las dialécticas de la ins
En el terreno de la pintura misma, donde la reali piración y del talento se iluminan si se consideran
zación parece traer decisiones que proceden dei sus dos polos: el alma y el espíritu. A nuestro
espíritu, que encuentran obligaciones del mundo juicio, alma y espíritu son indispensables para es
de la percepción, la fenomenología del alma puede tudiar los fenómenos de la imagen poética en sus
revelar el primer compromiso de una obra. René diversos matices, para seguir sobre todo la evolu
Huyghe, en el bello prefacio que ha escrito para la ción de las imágenes poéticas desde el ensuefio
exposición de las obras de Georges Rouault en Albi, hasta la ejecución. En particular, estudiaremos en
dice: “Si hubiera que buscar por dónde hace ex otra obra el ensuefio poético como fenomenología
plotar Rouault las definiciones.... tal vez tuvié del alma. El ensuefio es por si solo una instancia
ramos que evocar una palabra un poco caída en psíquica que se confunde demasiado frecuentemen
desuso, a saber, alma.” Y René Huyghe muestra te con el suefio. Pero cuando se trata de un en
que para comprender, para sentir y amar la obra suefio poético, de un ensuefio que goza no sólo de
de Rouault “hay que lanzarse al centro, al corazón, sí mismo, sino que prepara para otras almas goces
a la encrucijada donde todo toma su origen y su poéticos, se sabe muy bien que no estamos en la
sentido: y encontramos de nuevo la palabra olvi pendiente de las somnolencias. El espíritu puede
dada o reprobada, el alma”. Y el alma —la pin
conocer un relajamiento, pero en el ensuefio poé
tura de Rouault lo demuestra— posee una luz in tico el alma vela, sin tensión, descansada y activa.
terior, la que una “visión interior” conoce y tra
Para hacer un poema completo, bien estructurado,
duce en el mundo de los colores resplandecientes,
será preciso que el espíritu lo prefigure en proyec
en el mundo de la luz del Sol. Así, se exige una
to. Pero para una simple imagen poética, no hay
verdadera inversión de las perspectivas psicológi
proyecto, no hace falta más que un movimiento del
cas al que quiere comprender, amando, la pintura
alma. En una imagen poética el alma dice su pre
de Rouault. Tiene que participar en una luz in
sencia.
terior que no es el reflejo de una luz del mundo
Y asi un poeta plantea el problema fenómeno-
exterior; sin duda las expresiones de visión inte
lógico del alma con toda claridad. Fierre-Jean Jou
rior, de luz interior se reivindican con demasiada
ve escribe :3 “La poesía es un alma inaugurando
facilidad. Pero el que habla aquí es un pintor, un
una forma.” El alma inaugura. Es aquí potencia
productor de luces. Sabe de qué foco parte la ilu
rimera. Es dignidad humana. Incluso si la forma
minación. Vive el sentido íntimo de la pasión de ?
uera conocida, percibida, tallada en los “lugares
lo rojo. En el principio de tal pintura hay un alma
comunes", era, antes de la luz poética interior, un
que lucha. Semejante pintura es, pues, un fenó
simple objeto para el estudio. Pero el alma viene
meno del alma. La obra debe redimir a un alma
apasionada. a inaugurar la forma, a habitarla, a complacerse
Las páginas de René Huyghe nos confirman en en ella. La frase de Pier. ¿-Jean Jouve puede to
la idea de que el hablar de una fenomenología del marse como una clara máxima de una fenomenolo
alma no carece de sentido. En muchas circunstan gía del alma.
cias, debe reconocerse que la poesía es un compro
miso del alma. La conciencia asociada al alma e3
más reposada, menos intencionada que la concien
• Pierre-Jean Jouve, En Miroir, Mercure de France. »■ 11
cia asociada a los fenómenos del espíritu. En los
INTOCDUOGSÓN 15
14 INTRODUCCIÓN
imagen poética nos sitúa en el origen del ser ha
blante.
III Por esa repercusión, yendo e* seguida más allá
Puesto que pretende ir tan lejos, descender a tanta de toda psicología o psicoanálisis, sentimos un
profundidad, una encuesta fenomenológica sobre poder poético que se eleva candorosamente en nos
la poesía debe rebasar, por obligación de métodos, otros mismos. Después de la repercusión podremos
las resonancias sentimentales con las que recibimos experimentar ecos, resonancias sentimentales, re
más o menos ricamente —según que esta riqueza cuerdos de nuestro pasado. Pero la imagen ha toca
esté en nosotros o en el poema— la obra de arte. do las profundidades antes de conmover las super
Aquí debe sensibilizarse la duplicación fenomeno ficies. Y esto es verdad en uns simple experiencia
lógica de las resonancias y de la repercusión. Las del lector. Esta imagen que la lectura del poema
resonancias se dispersan sobre los diferentes pla nos ofrece, se hace verdaderamente nuestra. Echa
nos de nuestra vida en el mundo, la repercusión nos raicee en nosotros mismos. La hemos recibido, pero
llama a una profundización de nuestra propia exis tenemos la impresión de que hubiéramos podido
tencia. En la resonancia oímos el poema, en la crearla, que hubiéramos debido crearla. Se con
repercusión lo hablamos, es nuestro. La repercu vierte en un ser nuevo en nuestra lengua, nos ex
sión opera un cambio del ser. Parece que el ser del presa convirtiéndonos en lo que expresa, o dicho
poeta sea nuestro ser. La multiplicidad de las de otro modo, es a la vea un devenir de expre
resonancias sale entonces de la unidad de ser de ia sión y un devenir de nuestro ser. Aquí, la expresión
crea ser
repercusión. Mis simplemente dicho, tocamos aquí
una impresión bien conocida de todo lector apa Esta última observación define el nivel de la
ontología en la que trabajamos. En tesis general,
sionado de poemas: el poema nos capta enteros.
pensamos que todo lo que es específicamente hu
Esta captación del ser por la poesía tiene un signo
mano en el hombre «s Logos. No alcanzamos a medi
fenomenológico que no engalla. La exuberancia y
tar en una región que existiría antes que e! lenguaje.
la profundidad de un poema son siempre fenóme
Incluso si esta tesis parece rechazar una profun
nos de la duplicación resonancia-repercusión. Pare
didad ontológica, nos debe ser concedida, por lo
ce que por su exuberancia el poeta reanima en
menos, como hipótesis de trabajo bien adecuada al
nosotros unas profundidades. Para dar cuenta de
tipo de investigaciones que perseguimos sobre la
la acción psicológica de un poema habré, pues, que
imagen poética.
seguir dos ejes de análisis fenomenológicos, hacia
Asi, la imagen poética, acontecimiento del logos,
las exuberancias del espíritu y hacia la profundi
nos es personalmente innovadora. Ya no la toma
dad del alma.
mos como un “objeto”. Sentimos que la actitud “ob
Claro que —¿será preciso decirlo?— la reper
jetiva” del crítico ahoga la “repercusión”, rechaza,
cusión, pese a su nombre derivado, tiene un carác
por principio, esta profundidad da donde debe par
ter fenomenológico simple en los dominos de la
tir el fenómeno poético primitivo. En cuanto al
imaginación poética donde queremos estudiarla. Se
psicólogo, está ensordecido por las resonancias, y
trata, en efecto, de determinar, por la repercusión
quiere describir sus dentimienfoe. Y en cuanto al
de una sola imagen poética, un verdadero desper
psicoanalista, pierde la repercusión, ocupado en de
tar de la creación poética hasta en el alma del lec senredar la madeja de sus interpretaciones. Por
tor. Por su novedad, una imagen poética pone una fatalidad del método, el psicoanalista intelec-
en movimiento toda la actividad lingüistica. La tualisa la imagen. Comprende la imagen más pro
16 INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN 17
fundamento que el paleólogo. Pero, p red «ámente,
la “comprende”. Para el psicoanalista la imagen ser sistemáticamente modesto. Por lo tanto, nos
poética tiene siempre un contexto. Interpretando la parece que la simple referencia a poderes fenome-
imagen, la traduce en otro lenguaje que el del iogot nológicos de lectura, que convierten al lector en
poético. Por lo tanto, nunca se puede dedr, con más un poeta al nivel de la imagen leída, supone ya un
rasón: “traduttore, tr adi tore”. matiz de orgullo. Sería para nosotros inmodesto
Recibiendo una imagen poética nueva, experi asumir personalmente una facultad de lectura que
mentamos su valor de intersubjetividad. Sabemos volvería a encontrar y resucitaría el poder de crea
que la repetiremos para comunicarnos nuestro entu ción organizada y completa que integra el conjunto
siasmo. Considerada en la trasmisión de un alma de un poema. Y menos aún podemos esperar llegar
a otra, se ve que una imagen poética elude las a una fenomenología sintética que domine, como
investigadones de causalidad. Las doctrinas tími creen lograr ciertos psicoanalistas, el conjunto de
damente causales como la psicología, o fuertemente una obra. Es, pues, al nivel de las imágenes aisla
causales como el psicoanálisis, no pueden determi das donde podemos “repercutir” fenomenológica-
nar la ontologia de lo poético: nada prepara una mente.
imagen poética, sobre todo no la cultura en el modo Pero precisamente esta punto de orgullo, este
literario, ni la percepción en el modo psicológico. orgullo menor, este orgullo de simple lectura que se
Por lo tanto, llegamos siempre a la misma conclu nutre con la soledad de la lectura, lleva en sí un
sión: la novedad esencial de la imagen poética plan signo fenomenológtco innegable, si se conserva su
tea el problema de la creatividad del ser que habla. simplicidad. El fenomenólogo no tiene aquí nada
Por esta creatividad, la conciencia imaginante re que ver con el crítico literario que, como se ha obser
sulta ser, muy simplemente, pero muy puramente, vado con frecuencia, juzga una obra que no podría
un origen. Al desprender este valor de origen de crear, e incluso según testimonio de las censuras
diversas imágenes poéticas debe abordarse, en un fáciles, una obra que no querría hacer. El crítico
estudio de la imaginación, la fenomenología de la literario es un lector necesariamente severo. Volvien
imaginación poética. do del revés como un guante un complejo que el uso
excesivo ha desvalorizado hasta el punto de pe
rv netrar en el vocabulario de los estadistas, podría de
cirse que el crítico literario, que el profesor de retó
Limitando de esta manera nuestra encuesta a le rica, que saben siempre y juzgan siempre, tienen un
imagen poética en su origen, a partir de la imagi simplejo de superioridad. En cuanto a nosotros,
nación pura, dejamos dv lado el problema de la aficionados a la lectura feliz, no leemos ni releemos
composición del poema, como agrupación de imáge más que lo que nos gusta, con un pequeño orgullo
nes múltiples. En esta composición del poema inter de lector mezclado con mucho entusiasmo. Mientras
vienen elementos psicológicamente complejos, que el orgullo suele desarrollarse por lo general en
asocian la cultura más o menos lejana y el ideal un sentimiento avasallador que pesa sobre todo el
literario de un tiempo, y otros componentes que psiquismo, la punta de orgullo que nace de la adhe
una fenomenología completa debería tener en cuen sión a una dicha de imagen, es siempre discreta,
ta. Pero un programa tan vasto podría empañar secreta. Está en nosotros, simples lectores, para
la pureza de las observaciones fenomenológicas, nosotros, únicamente para nosotros. Es un orgullo
resueltamente elementales, que queremos presentar. de cámara. Nadie sabe que revivimos, leyendo, nues
El verdadero fenomenólogo tiene la obligación de tras tentaciones de ser poetas. Todo lector un poco
apasionado por la lectura, alienta y reprime, leyen
18 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 19
•
do, un deseo de ser escritor. Cuando la página cia saludable de la emergencia. Es sin duda una
leída es demasiado bella la modestia reprime ese emergencia de poco alcance. Pero esas emergencias
deseo. Pero el deseo renace. De todas maneras, todo se renuevan; la poesía pone al lenguaje en estado
lector que relee una obra que ama, sabe que las pági de emergencia. La vida se designa en ellas por
nas amadas le conciernen. Jean-Pierre Richard, en su su vivacidad. Esos impulsos lingüísticos que salen
hermoso libro Poesía y ¡.rotundidad, escribe entre de la línea ordinaria del lenguaje pragmático, son
otros estudios sobre Baudelaire y otro sobre miniaturas del impulso vital. Un microbergsonismo
uro
Verlaine. Baudelaire es puesto en relieve, precisa que abandonara la tesis del lenguaje-instrumento,
mente porque, como dice el autor, su obra “nos para adoptar la tesis del lenguaje-realidad, encon
concierne”. De un estudio a otro, la diferencia de traría en la poesía muchos documentos sobre la
tono es grande. Verlaine no recibe como Baudelaire vida completamente actual del lenguaje.
la adhesión fenomenológica total. Y así sucede siem Asi, junto a consideraciones sobre la vida de las
pre; en ciertas lecturas que nos simpatizan a fondo, palabras, tai y como aparece en la evolución de una
somos “parte interesada” en la expresión misma. lengua a través de los siglos, la imagen poética
En su Titán, Jean-Paul Richter dice de su héroe: nos presenta, al estilo del matemático, una especie
“leía loe elogios de los grandes hombres con tanto de diferencial de esta evolución. Un gran verso
placer como si él hubiera sido el objeto de esos puede tener una gran influencia sobre el alma de
panegíricos”.4 5De todas maneras la simpatía en la una lengua. Despierta imágenes borradas. Y al
lectura es inseparable de la admiración. Se puede mismo tiempo sanciona lo imprevisible de la pala
admirar más o menos, pero siempre es necesario bra. ¿Hacer imprevisible la palabra no es un apren
un impulso sincero, un pequeño impulso de admira dizaje de la libertad? ¡Qué hechizo tiene para la
ción para recibir el provecho fenomenológico de una imaginación poética el evadirse de las censuras!
imagen poética. La menor reflexión critica detiene Antaño, las artes poéticas codificaban las licencias.
este impulso, situando al espíritu en posición secun Pero la poesía contemporánea ha puesto la libertad
daria, lo cual destruye la primitividad de la Ima en el cuerpo mismo del lenguaje. La poesía aparece
ginación. En esta admiración que rebasa la pasivi entonces como un fenómeno de la libertad.
dad de las actitudes contemplativas, parece que el
goce de leer sea reflejo del goce de escribir como v
si el lector fuera el fantasma del escritor. Por lo
Así, incluso al nivel de una imagen poética aislada,
menos el lector participa en este júbilo de creación
en ese único devenir de expresión que es el verso,
que Bergson da como signo de la creación misma.4
la repercusión fenomenológica puede aparecer, y en
Aquí la creación se prodlice sobre el hilo tenue de
su extrema simplicidad nos da el dominio de nues
la frase, en la vida efímera de una expresión. Pero
tra lengua. Estamos aquí ante un fenómeno mi
esta expresión poética, aun no teniendo una necesi
núsculo de la conciencia refleja. La imagen poética
dad vital, es de todas maneras una tonificación de
es sin duda el acontecimiento psíquico de menos
la vida. El bien decir es un elemento del bien vivir.
responsabilidad. Buscarle una justificación en el
La imagen poética es una emergencia del lenguaje,
orden de la realidad sensible, así como determinar
está siempre un poco por encima del lenguaje sig
su lugar y su papel en la composición del poema,
nificante. Viviendo los poemas se tiene la experien-
son dos tareas que sólo deben plantearse en segun
do lugar. En la primera encuesta fenomenológica
4 Jc*n-P«u) RichUr, El Titán, Berlin. 1800*1803. sobre la imaginación poética, la imagen aislada.
5 Berfaon» L'éncrffi* gpiritwVe. p. 28.