Table Of ContentMIGUEL ANGEL GONZALEZ DIESTRO
RAFAEL TOMAS CALDERA
N
Antología
ASESORAMIENTO y SERVICIOS EDUCATIVOS, A. C.
Universidad de Navarra
Servicio de Bibliotecas
Demos tiempo al tiempo:
para que el vaso rebose
hay que llenarlo primero.
ANTONIO MACHADO
copyright 1971 por ASESORAMIENTO y SERVICIOS EDUCATIVOS.
Asociación Civil. Caracas. Apartado Postal 68.036.
Todos los derechos reservados para los paises de lengua
castellana.
NOTA EDITORIAL
Esta antología sobre La formación intelectual ha
sido preparada por Miguel Angel González Diestro
y Rafael Tomás Caldera, quienes han sido también
los traductores de los ensayos de Newman, Gilson,
Toynbee, Maritain y Strauss aquí recogidos.
Queremos dejar constancia de nuestro agradeci
miento a las siguientes entidades y personas por
la autorización que han tenido a bien concedernos
para hacer uso de los respectivos derechos edito
riales: Harvard Bulletin Inc., Oxford University
Press, Jimena Menéndez-Pidal de Catalán, The
University of Chicago Press, Ediciones Rialp y
Ediciones Arie!.
La colecci6n SENDEROS, que se inicia con la
puhlicaci6n del presente libro, quiere dirigirse en
especial a la juventud venezolana y del continente,
de cuya sed de verdad, de cuya amplitud de ideales
y de cuyo esfuerzo diario depende el futuro de
América Latina.
Asesoramiento y Servicios Educativos
Asociación Civil
Caracas, Enero de 1971.
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PROLOGO
Manos jóvenes han preparado amorosamente
este volumen con la noble intención de que
sea útil y beneficioso a la juventud en trance
de estudio. La selección de los diez escritos
que componen el presente libro ha sido hecha
entre la vasta obra realizada por sus respecti
vos autores, con criterio riguroso y exigente
para que sea representativa de las ideas más
orientadoras acerca de la formación intelec
tual. Su conjunto constituye un cousejo para
las nuevas generaciones, o, mejor, un mensaje
entrañable que merece la pena de ser oído y
meditado en nuestro tiempo, cuando predo
mina en las tareas del espíritu la falsa moder
nidad de dos ídolos: la rapidez y la novedad
forzada.
N os advierte el riesgo de la novedad a ultranza
don Ramón Menéndez Pidal en su ensayo
Novedad y alcibiadismo (1953), al decirnos
que si bien "la novedad es perpetua condición
de todo adelanto humano", el peligro está
"cuando ese forzoso anhelo de renovación de
genera en prurito enfermizo, ansia de nove
dad a toda costa, aunque sea novedad nega-
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tiva, que deteriora y deturpa la realidad de barse siempre sobre el previo dominio de
las cosas, novedad no verdad, juego de pala valores probados. Al iniciarse en una ense
bras con que los españoles misoneístas de 'an ñanza el requerimiento esencial estriba en la
taño hacían sinónimos ambos conceptos". voluntad de estudio, pero cuando se llega a la
hora de las graves decisiones personales lo
Define luego Don Ramón el concepto de
importante no es querer estudiar, sino haber
novedad, con su habitual maestría:
estudiado.
En la investigación, la novedad más fir
Estas páginas que se te ofrecen, lector amigo,
me es la que surge espontáneamente en
son casi un cuerpo de confesiones autobiográ
el estudio, del largo trabajo y meditación;
ficas escritas por hombres que han sobresalido
es la que halla, sin preocuparse de ha
por su excelencia en alguna de las creaciones
llarla, el que se ha sentido atraído por un
en diversas actividades humanas. Acaso la
tema, el que ha hecho suyo propio el
suprema valía de los ensayos aquí recogidos
laboreo de una cantera, a la cual arranca
no estribe en las indicaciones de métodos y
los bloques, los talla y con ellos alza una
sistemas para lograr el perfeccionamiento, sino
construcción. Esa construcción podrá ser
en el activo y saludable ejemplo ante el nece
alta o pequeña; no importa, siempre será
sario estudio que se desprende de las expe
austera y robustamente original, sin la
riencias de maestros extraordinarios.
menor sombra de novelería.
* * *
Cada persona es sencillamente el resultado del
esfuerzo propio aplicado con perseverancia En la actual crisis de los estudios superiores
hacia la comprensión y el dominio de una generalizada en el mundo entero, late el vicio
ciencia, de un arte o de una técnica. No hay de la prisa y la celeridad en el logro de las
otro camino posible para el recto aprendizaje metas propuestas, cuando no es simplemente
que el del adiestramiento constante de la el afán de esquivar los pasos estorbosos del
capacidad individual, del mismo modo como estudio y la meditación, o el de dislocar las
nadie se hace atleta sin el ejercicio discipli bases de la formación intelectual en nombre
nado de los músculos en las prácticas metódi de supuestas teorías revolucionarias, carentes
cas y continuas, para alcanzar flexibilidad y de todo sustentamiento. Tal conducta es sin
fortaleza. Ouien desee alcanzar alguna pree duda signo de la mayor gravedad, pero tam
minencia ~ cualquier campo de aplicación bién lo es la aceleración precipitada en ciertas
humana ha de someterse a la ley del conoci manifestaciones de cultura, como en el ensayo
miento progresivo, fruto de sn dedicación. El por ejemplo, donde la aparente brillantez de
vuelo de la imaginación creadora ha de tra- la exposición quiere ocultar la ausencia de la
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reposada reflexión; o la amenaza de que el goces y para nuestros progresos". Palabras es
predominio tecnológico en nuestros dias, pro critas a los 4 8 de edad, al esbozar las bases
duzca el resignado y pasivo automatismo, que del programa de trabajo para los nuevos Es
puede confundir y anular los más delicados tados hispanoamericanos, a su regreso al Con
valores individuales de la personalidad hu tinente, en 1829, después del largo aprendi
mana. Ha de volverse a la sobria meditación zaje de Caracas y de Londres. Preconizaba
ante el libro; a las observaciones del labora Bello el proceder analftico para la perfecta
torio o ante la naturaleza; o al ensimisma asimilación de los conocimientos, o sea, la
miento de la vida recoleta, que parece haber reflexión sobre los valores del saber humano,
desaparecido de nuestras sociedades, victimas con lo cual podrian construir la propia cultura
de las livianisimas vanidades públicas. La her las nuevas sociedades americanas.
mosa "beateria de la cultura", preconizada por
En el caso de Venezuela, a cuya juventud se
Ortega y Gasset, provoca como minimo las
destina principalmente este libro, es urgente
sonrisas de las gentes.
que los principios generales de la formación
intelectual sirvan de cañamazo para vitalizar
* * *
la empresa de la educación en el pais, que
Es deber de toda cultura en un momento tantos altibajos ha sufrido por falta de escue
histórico el recoger y hacerse digno de la he las continuadoras de la obra de sus hombres
rencia de conocimientos recibida de las gene cimeros. El aleccionamiento de las nuevas ge
raciones precedentes, única forma de preser neraciones venezolanas, asentado en las pie
var y, de ser posible, aumentar el legado que dras sillares de la ciencia y el pensamiento
se nos ha confiado, para proseguir en el la universales, ha de hacerse a base de la intel'
boreo de la civilización a que pertenecemos. pretación moderna del ideario de los grandes
Es una sagrada obligación. y ello exige extre Maestros nacionales de todos los tiempos,
mar los cuidados en la preparación de las nue aprehendido en las fuentes más legitimas, a
vas levas que han de definir las sociedades en fin de asegurar la continuidad y desarrollo
su continua renovación humana. Andrés Bello del acervo cultural peculiar.
recomendaba con exaltación que se tuviesen
en cuenta las bellas creaciones del entendi * * *
miento realizadas por los pueblos que habian
precedido a la civilización americana: "Nos En esta selección de textos está la palabra
otros tenemos la fortuna de hallar tan adelan certera para la orientación en el trabajo inte
tada la obra de la perfección intelectual, que lectual. Es una muestra de respeto a la sabi
todo está hecho y preparado para nuestros duda y a la vigencia de un magisterio. La
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LA FORMACION INTELECTUAL
armoniosa coordinación que une los ensayos
aquí reunidos radica en el fin y prppósito
de cada página: el mejoramiento de la vida
<
intelectual.
¡Ojalá encuentre terreno fecundo para ase
gurar la cosecha copiosa!
PEDRO GRASES
La juventud es tiempo de formación. Formación
básica, tiempo de poner los cimientos para lo que
será la obra de toda una vida: la maduración de la
personalidad. Es ésta una tarea concreta que con
cierne a cada joven: se trata de su vida, de su per
sonalidad, de su acción en el amplio marco de la
sociedad a la que pertenece. Nadie puede ahorrarle
el esfuerzo de formarse y de madurar. Nadie puede
sustituirlo en la llamada a vivir su vida. Quien
tratara de hacerlo se engañaría a sí mismo, y enga
ñaría a quien ha de formarse, como esos padres que,
pretendiendo resolverles todos los problemas a sus
hijos, terminan por infantilizarlos, haciéndoles inca
paces de tomar por sí mismos una decisión acertada.
Y, porque la existencia, con su invitación a la ma
durez, es personal e intransferible, el joven ha de
repetir en su propia experiencia ciertos primeros
pasos que los de generaciones anteriores dieron a
su tiempo. A pesar de los avances y de la acumula
ción de la cultura humana, el mundo es siempre
nuevo para quien comienza a vivir.
Para invitar a lanzarse con decisión a realizar bien
esta tarea hemos querido presentar este libro: La
formación intelectual. Por ello, quizás valdrá la
pena que consideremos por unos momentos una
objeción fundamental que flota en el aire, y que
parece rechazar, por irrelevante, todo planteamiento
sobre formación y sobre formación intelectual. Nos
sentimos más obligados a hacerlo por la circunstan-
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cia de que, hoy por hoy, estamos inmersos en un aprender, con lo cual mal puede profesar de estu
agitado y cálido debate sobre la naturaleza y fines diante. No puede ser esa, pues, la forma de la
de la educación y de las instituciones educativas, participación del estudiante en el gobierno de las
especialmente de la educación superior. Y,nos atre universidades o institutos de educación superior.
veríamos a decir, el calor del debate ha traído con ¿Q uiere esto decir que estamos condenando, por
sigo el olvido de ciertas verdades elementales, sin contradictoria, toda idea de ca-gobierno? No. Ni
cuya consideración el problema es insoluble. Porque siquiera queremos entrar a analizar la materia en
si bien oimos día a día justificados reclamos que detalle, porque no es éste el lugar adecuado para
aspiran a la mejora de la educación, también hemos ello. Lo que queremos decir es, sencillamente, que
presenciado intentos serios de destruir toda institu al enfocar el problema del ca-gobierno para buscar
ción educativa o, :Q1ás aún, de destruir las bases soluciones adecuadas que signifiquen una mejora
mismas de la educación. efectiva de las instituciones, hay que partir de la
Es importante, entonces, en medio de la confusa base de que el estudiante es un estudiante. ¿No
maraña multicolor, recordar que la juventud es hemos, acaso, palpado las dolorosas consecuencias
tiempo de formación, de aprendizaje, de entrena del olvido de esta verdad tan simple?
miento. Y que el estudiante puede tener muy varias Pedir al estudiante -en segundo lugar- una
responsabilidades en la vida social, pero que es, siempre activa participación en las transformacio
ante todo, un estudiante -Hdesbaratando encajes, nes sociales y políticas de la sociedad, puede estar
regresaré hasta el hilo". muy bien, siempre y cuando no se confundan los
Mantener estas verdades, simples, pero no por ello términos. La primera y principal contribución del
menos· verdaderas, equivale a reconocer, por una estudiante al bien común, en los años de su prepa
parte, que nadie nace aprendido; por la otra, que ración básica, es precisamente, estudiar. En la me
el aprendizaje, mejor, la formación es la condición dida en que el joven se esté preparando en forma
necesaria para toda posible acción eficaz y fructí mejor o peor para una actividad intelectual o pro
fera. No por capricho, sino respondiendo a esa ne fesional, en esa misma medida está cumpliendo sus
cesidad natural, toda sociedad humana ha estable deberes de hoy para con la sociedad, quien, a su
cido para su juventud un conjunto de instituciones vez, puede ver en ese esfuerzo de su juventud para
formativas. formarse la promesa de un futuro mejor. De nuevo,
¿q uiere esto decir que el estudiante no debe hacer
Quienes invitan al estudiante a ca-dirigir los centros
otra cosa sino estudiar? No. Todo lo que esto quiere
universitarios, a sel' ¡(el fermento activo de las trans
formaciones sociales y politicas de la sociedad", y, decir es que, en circunstancias ordinarias, -zapate
por tanto, le exigen Hquemar etapas", están olvi ros a tus zapatos-, el estudiante a formarse y no
dando esas verdaderas radicales. a desperdiciar el tiempo en bullicio. No puede ser
En efecto, puede afirmarse con certeza que quien que se invierta el orden de las cosas de tal manera,
que el estudiante termine rellenando los ratos libres
reclama que el estudiante participe en pie de igual
dad en la determinación del contenido de la ense que sus tareas de reformador social le permitan, con
ñanza, presume que el estudiante sabe de eso, por unas muy menguadas horas de estudio. Permítannos
que, si no sabe, mal puede expresar opiniones acer recordar, además, que esto es deber de justicia,
tadas o aportar sugerencias válidas; pero, si, por otra especialmente en la América Latina, donde el ser
parte, el estudiante ya sabe, entonces no necesita estudiante de niveles superiores, sea cual sea la clase
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social de la cual se proviene, significa ser Un privi a actuar, porque no hay tiempo que perder". Esto
legiado en el seno de una sociedad que tiene todo es, la acción es lo importante, y, si se destinan al
derecho a reclamar que cada hora del día Iahorahle gunos años a la formación, es como concesión gra
sea bien empleada. ciosa; se trata, así, de sacrificar la formación a la
La tercera y última pérdida de perspectiva, la exi acción. Ahora bien, ¿no se está ignorando con ello
gencia de ¡(quemar etapas", que usuahnente acom que la formaci6n es también acción, y que, para
paña todo planteamiento acerca de la responsabi el ser humano, el conocimiento es una de sus ac
lidad social del estudiante, toca el fondo del pro ciones principales y una de las fuentes de todas las
blema. Comencemos por preguntarnos, pues, qué demás? En definitiva, ¿no se está proclamando un
activismo que, equivocadamente, contrapone "pen
sentido puede tener el insistir en que "hay que que
mar etapas", que, en concreto, fiel estudiante tiene samiento" y "acción", para descartar el primero y
que quemar etapas". No parecería, a simple vista, quedarse con la segunda? Sacrificar, sin enlbargo,
que ese ¡¡quemar etapas" esté negando la necesidad la formación es sacrificar el pensamiento: el pen
de la formación; en ese caso ni siquiera se hablaría samiento s6lido y fecundo supone saber y saber
pensar. Sacrificar el pensamiento es, también, sa
de etapas. . . Es más, ni siquiera parecería ser una
invitación a luchar más y estudiar menos, en la crificar la acci6n. .. IY todo ello en nomhre de
forma que ya examinamos en el párrafo anterior. la acción misma! Nadie pediría a un estudiante de
Lo que ese "quemar etapas" parecería querer decir medicina que, abandonando o recortando sus es
nos es que, manteniendo claro el ideal de la nece tudios, se lanzara de inmediato a hacer trasplantes
saria preparación, con el esfuerzo y dedicación que de órganos, para resolver necesidades acuciantes. A
ella implica, hay que comprimirla, hay que hacerlo nadie se le escapa, tampoco, que el pensamiento
todo en menos tiempo, para poder lanzarse a la y la voluntad son la mayor fuerza del ser humano,
acción más rápidamente. En este sentido, "quemar y que, mientras mayor es el número de las cosas
etapas" sería ~n reclamo justo y noble, que todo urgentes por atender y resolver, más necesario es
joven con ambición de servir al bien común tendría detenerse a pensar cómo se las va a solucionar, si
siempre ante sus ojos. Pero, por la misma ambi no se quiere desperdiciar el tiempo dando palos
güedad de su formulación, y por ser frecuentemente de ciego.
usado por quienes, en definitiva, muestran tener
Hay que camhiar, pues, ese énfasis inmoderado en
poco a~recio por el estudio y la formación, ese lema el Uquemar etapas", para acentuar más bien la ne
se ha prestado y se presta a una confusión peligro
cesidad de la formaci6n, si querernos ayudar a las
sa, tanto más peligrosa cuanto sutil es el cambio
nuevas generaciones a capacitarse para sus tareas,
de perspectiva que introduce, a ,saber: el pensar
que es posible, y conveniente, reducir el tiempo e impedir que sucumban en aras de un activismo
de formación. estéril.
Nos preguntamos, entonces; Y, ¿para qué Uquemar Pero allí no termina todo: si examinando un solo
etapas"? ¿Para qué comprimir la formación? -Nos aspecto puede enfocarse la necesidad de la forma
damos cuenta, al hacer la pregunta, que quienes ci6n desde el punto de vista de la acción productiva,
nos proponen "quemar etapas" conceden nlás im útil, este aspecto no es el único, ni tan siquiera el
portancia a la acción que a la formación - "Hay más importante. En forma somera, y como intro
que quemar etapas -se nos dirá- para lanzarse' ducci6n al contenido de los ensayos recogidos en
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este libro, examinemos otros dos aspectos de la
Hemos recogido aquí un conjunto de diez ensayos
cuestión.
de autores dIversos, pero con las siguientes carac
El primero de ellos se refiere a la naturaleza misma
terísticas comunes: todos estos autores son grandes
de la formación intelectual. Se trata de lo siguiente:
maestros. Todos ellos hablan con la autoridad de
si bien se pudiera concebir como único fin de la
quien ha vivido lo que predica. Todos ellos tienen
formación -en la forma descrita arriba- un pro~ la preocupación y la generosidad -vocación de
pósito de utilidad, productivo, la formación misma
Inaestro- de, hacernos meditar sobre la necesidad,
tiene requerimientos esenciales que no se pueden
la naturaleza y los fines de la formación y actividad
saltar a la torera. Se puede muy bien estudiar ma
intelectuales, no olvidándose de darnos sus propios
temáticas con el único fin de calcular estructuras
((secretos de fabricación". A simple vista no coin
o coeficientes de productividad; pero, puestos a
ciden en todos y cada uno de sus planteamientos;
estudiarlas, hay una forma específica de hacerlo, si
pero coinciden todos en la excelencia de los mis
de verdad se quiere aprender matemáticas. En otras
mos, quedando al lector el reto de descubrir la
palabras, también los medios son fines -fines in
secreta armonía que los une.
termedios-, y nos imponen una determinada for
Hemos titulado estas páginas La formación inte
ma de alcanzarlos. Como lo expresa hermosamente
lectual, tanto porque su eje principal es el tema
Antonio Machado en la copla que sirve de epígrafe
de la formación, cuanto porque no queremos su
a este libro:
plantar, sino añadirnos a títulos ya clásicos como
IIpara que el vaso rebose La vida intelectual' y El trabajo intelectual '. Mu
hay que llenarlo primero". chas de ellas son totalmente ignoradas en nuestros
medios estudiantiles, bien porque se las ofrece aquí
El segundo aspecto se refiere a la finalidad de la
traducidas por primera vez, bien porque los textos
formación intelectual, y no es menos importante.
originales son difíciles de conseguir. Puestas jun
Ya hemos visto que puede muy bien justificarse la
tas, estas páginas son una invitación que señala el
formación en términos de la acción. Pero la utili
camino y nos anima ti seguirlo, elevando nuestras
dad de la formación no debe hacernos olvidar lo
aspiraciones en el contacto con la grandeza huma
que es más importante aún: que la fonnación in
na de estos grandes maestros. Como su lectura se
telectual es desarrollo de la persona, adquisición
encargará de sugerir, éste es un libro para leer y
de esa madurez que refleja un grado de perfección
releer, para subrayar, anotar, rumiar meditativa
natural del ser humano. En pocas palabras, que
mente en el silencio de nuestras horas de estudio,
es el primer paso hacia la perfección natural del
y para discutir en grupo de amigos con afán de
hombre. Porque la acción es noble cuando nobles
penetrar mejor su contenido.
son los fines que la orientan, pero 'es también per
versa cuando sus fines son perversos. Y la acción La experiencia de algunos años de discusiones en
por la acción no tiene sentido, como esos caminos círculos de estudios sobre estos temas o temas simila
que no llevan a ninguna parte no son caminos, sino res, nos fuerza a añadir una advertencia final: estas .
terreno estéril. Cuando, por tanto, se subordina al páginas están dirigidas a todos, estudiantes univer
activismo lo que, por jerarquía propia, debería ser sitarios, preuniversitarios o de educación técnica su
el fin y la medida de toda acción humana, se in ¡ perior. En su mensaje común hay un llamado a la
curre en una distorsión cuyo precio es el hombre ¡
l. A. D. SertilIanges. Editorial Estela. Barcelona, 1959.
mismo y la sociedad humana. !. 2. J. Guitton. Ediciones Criterio. Buenos Aires, 1955.
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