Table Of ContentGaetano Mosfa- i
LA CLASE POLÌTICA
Sci e et ’a# <fc Ne. « * : e;
Gaetano Mosca (1858-1941), lacido en Palermo,
Sicilia, es uno de los investig dores de la teoria
política más importantes le su tienilo.
El investigador italiano Norbi río Bobbio, quien
estuvo al cuidado.de esta o' ra, asegura en la
Introducción que en La :lase política
conservadurismo y realismo político se dan la
mano, y llega a afirmar que sifbyace esta obra un *
sentimiento parecido al que pérmea La élite del
poder de C. W. Mills. La descripción del
funcionamiento de una liase política,
independientemente de las id^hs del expositor, es
siempre revolucionaria.
Mosca considera que hay u^ia clase política
presente en todas las sociedades. Gobiernos que
parecen de mayoría están inte|rados por minorías
militares, sacerdotales, oligarquías hereditarias y
la aristocracia de la riqueza o lp inteligencia. Bajo
estas circunstancias el gobierno más viable para
Mosca es el mixto: aristolrático-liberal.
Senador vitalicio, sd última
actuación fue un discurso (1926) en contra de
Benito Mussol|ii.
COLECCION POP JLAR f
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FONDO DE CULTURA E
MEXICO
Traducción de
Marcos Lara
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GAETANO MOSCA
JLA CLASE
POLÌTICA
S elecció n e in tro d u c c ió n de
N o r b e r t o B o bbio
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COLECCIÓN
POPULAR
FONDO DE CULTURA ECONÒMICA
MÉXICO
Primera edición en italiano, bajo el título Elementi
di scienza política, 1896
Primera edición en italiano, dentro de la colección
"Biblioteca di cultura moderna”, 1939
Primera edición en italiano, dentro de la colección
"Universale”, 1966
Tercera edición en italiano, dentro de la colección
“Universale”, 1975
Primera edición en español, del a tercera en italiano, 1984
Titulo originai:
La classe politica
© 1975, Editori Laterza, Roma
ISBN 20-0422-4
i). R. © 1984, Fondo de Cultura Económica
Av. de la Universidad, 975; 03100 México, D. F.
ISBN 968-16-1629-4
Impreso en México
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INTRODUCCIÓN
1. Al final de la "Advertencia” para la tercera edición de los
Elementi di scienza política publicada en 1939, Gaetano
Mosca, por entonces octogenario, hablaba de esta obra como
de "su trabajo mayor” y "su testamento científico”. En efecto,
le había dedicado sus mejores energías durante cuarenta años,
recogiendo y perfeccionando en ella algunas ideas maestras,
a las que fue esencialmente fiel por más de medio siglo.
La primera edición apareció, sin una línea de prefacio, en
1896 impresa por los editores Bocea (la indicación tipográ
fica lleva la fecha de 1895), pero era la reelaboración y la
conclusión, aunque provisoria, de dos obras precedentes: del
desbordante trabajo juvenil Sulla teórica dei governi e sul
governo rappresentalivo. Studi storici e sociali (Turín, Loes-
cher, 1884), con el cual el autor, de apenas veintiséis años,
entraba en el debate político italiano con agresividad y auto
ridad, animado de sincera pasión civiJ y nutrido de buenos
estudios, después del advenimiento de la Izquierda al poder;
y del ensayo, posterior en pocos años, sobre Le costituzioni
moderne (Palermo, Amenta, 1887), que, criticada la Teórica,
se presentaba como una obra de transición, al mismo tiempo
integración de lo anterior, y embrión de lo nuevo (en parte no .
muy desarrollado). La Teórica era ya, en el sentido más
mosquiano de la palabra, una obra de ciencia política, ten
diente a "exponer las grandes leyes que regulan la organiza
ción de los gobiernos”, y a extraer de una desprejuiciada
observación de los hechos, la refutación de los errores que
impedían prosperar a los Estados y provocaban su decaden
cia: el enemigo por derrotar era el régimen parlamentario.
En cambio, Le Costituzioni moderne era una obra de políti
ca constitucional, donde, limadas algunas asperezas polémi
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cas con tra el régimen parlamentario, se proponían reformas
moderadas con el principal propósito de contraponer al pri
vilegio de la riqueza el mérito de la cultura, y hacer surgir la
clase intelectual como nueva protagonista entre las dos fuer
zas antagónicas de la riqueza y del trabajo.
Tras la primera edición,de los Elementi, y coincidiendo en
parte con el periodo de su actividad política (diputado en
1909, senador en 1919, subsecretario de las Colonias entre
1914 y 1916), Mosca publicó en los años siguientes varios
escrito^ menores, casi todos ocasionales, sobre problemas
económicos, políticos y constitucionales de actualidad. El
único ensayo teórico de cierto relieve fue la introducción
turinesa de 1902, titulada El principio aristocrático ed il
democrático nel passato e nell’avvenire, que replantea y des
arrolla un tema central de la obra mayor. Pero la reflexión
sobre los problemas de la “nueva doctrina” no disminuyó,
aunque prosiguió en forma subterránea; y así, cuando en
1923 salió la segunda edición de los Elementi, ésta aparece
enriquecida por una segunda parte completamente nueva,
que comprendía, junto a una especie de examen de concien
cia al comienzo, y un juicio sobre el espíritu de la época al
final, ulteriores esclarecimientos sc¿>re la doctrina, una for
mulación más precisa de algunos principios, correcciones de
enfoques precedentes, impugnaciones, polémicas, críticas de
teorías pasadas. Esta segunda edición, dividida en dos partes
bien diferentes, constituye el texto definitivo de la obra: en la
tercera edición, que aparecerá dos años antes de su muerte,
Mosca se limitó a agregar escasas notas al final de cada
capítulo, con el fin de señalar cambios ocurridos en el des
arrollo de sus ideas, dar noticia de algún nuevo texto, apor
tar confirmaciones de sus tesis propias, con evidente compla
cencia, a raíz de acontecimientos ocurridos entretanto, espe
cialmente el desarrollo de la Revolución rusa y la instaura
ción del Estado soviético, al que se mostró desde el comienzo
fuertemente hostil.1
Para un examen crítico e histórico de la obra de Mosca, remito a
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2. Ya desde las primeras páginas de la Teorica, Mosca con
fiesa que su primer impulso para ocuparse de los estudios
políticos provino de la comprobación de su retraso con res
pecto a las ciencias de la naturaleza: al no ser la verdad
científica demasiado diferente del juicio vulgar, el campo
estaba invadido por diletantes y charlatanes. Como se daba
perfecta cuenta de los mayores obstáculos que las ciencias
sociales encontraban en su ámbito, confiaba en el progreso
de los estudios históricos que suministrarían un mayor aco
pio de datos a la observación y a la explicación científica del
fenómeno político. Aun cuando en esta primera obra la ex
presión “ciencia política” no aparece, quedan ya claramente
delineados el método y el objetivo de un estudio científico de
la política. El método es el de la comparación histórica; la
finalidad, extraer de la confrontación de los hechos históri
cos en épocas y regiones diferentes, las “leyes constantes”
que régulan el nacimiento y la decadencia de los Estados. La
norma principal en la que debe inspirarse quien pretenda
internarse por esta nueva vía, consiste en acumular el mayor
número posible de datos históricos. En el proemio de la
Teorica relata que, habiéndose dedicado desde niño a la
lectura asidua de libros históricos, estaba en posesión de un
las dos monografías fundamentales: M. Delle Piane, Gaetano Mos
ca. Classe politica e liberalismo, Nàpoles, Edizioni Scientifiche Ita
liane, 1952; y J. H. Meisel, They Myth oj thè Ruling Class. Gaetano
Mosca and thè Elite, Ann Arbor, The University of Michigan Press,
1958. Cf. también los siguientes ensayos: P. Rossi, “Liberalismo e
regime parlamentare in Gaetano Mosca”, en Giornale degli Econo
misti e Annali di Economia, Vili, 1949, pp. 621-635; G. Pepe, “Gaeta
no Mosca”,en Beljagor, V, 1950, pp. 42-67; P. Piovani, “II liberalismi
di Gaetano Mosca” en Rassegna di Diritto Pubblico, V, 1950,
pp. 265-305, después reimpreso èn Momenti della Filosofia giuridico-
politica italiana, Milán, Giuffré, 1951, pp. 97-143; V. de Caprariis, “Pro
filo di Gaetano Mosca”, en II Mulino, III, 1954, pp. 343-364; A. Passerin
D’Entrèves, “Gaetano Mosca e la libertà”, en II Politico, XXIV,
1959, pp. 570-593.
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capital que le había sido de suma utilidad para efectuar sus
estudios.
En un ensayo algo posterior, Studi ausiliari del diritto
costituzionale (1886), Mosca atribuye al derecho constitucio
nal la tarea de la ciencia política, entendiéndolo, no ya como
"un comentario del estatuto italiano o de la carta francesa’’,
sino en un sentido más amplio y más riguroso, como "cien
cia que escruta las leyes reguladoras del ordenamiento polí
tico de las distintas sociedades humanas”.2 Entre las disciplinas
auxiliares, la más importante sin duda es la historia, enten
dida como sociología comparada, a la manera de Spencer.
Aun admitiendo que el estudio científico de la historia y de
la política está todavía en formación, y que las leyes pro
puestas hasta ahora son pocas e inciertas, Mosca le reconoce
igualmente una importante función negativa, consistente en
liberar la mente de concepciones apriorísticas.
Al problema del método está dedicado el primer capítulo
de los Elementi. Mosca permanece fiel a su vocación inicial
de científico nato para combatir prejuicios y errores que
aquejan de modo particularmente desastroso el estudio de la
política. Pero por primera vez señala con particular insisten
cia que la condición misma de la posibilidad de una ciencia
política se funda sobre la comprobación de que hay “tenden
cias psicológicas constantes, que determinan la acción de las
masas humanas” (p. 3). Esta observación abre el camino a la
formulación —que debe ser rodeada de la más prudente cau
tela, máxime cuando se dan los primeros pasos— de algunas
tendencias o leyes que regulan la vida de los organismos
políticos. Si el punto de vista es esencialmente psicológico,
el material de construcción, aunque resulte tosco e informe,
debe ser suministrado por la historia: cuando Mosca declara
que a la ciencia política se adecúa el método histórico, quie
2 Cito de la recopilación de ensayos mosquianos, Ció che la storia
petrebbe insegnare. Scntti di scienza política, Milán, Giuffré, 1958,
p. 594.
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