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F. Strawson
Individuos.
Ensayo de metafísica descriptiva
Versión castellana
de Alfonso García Suárez
y Luis M. Valdés Villanueva
tr Taurus Humanidades
Título original: Individuáis
© 1959, P.F. Strawson
© 1989, Altea, Taurus, Alfaguara. S A.
Juan Bravo, 38 - 28006 MADRID
ISBN: 84-306-1298-X
Depósito Legal: M. 33.368-1989
Printed in Spain
Diseño: Zimmermann Asociados, S. L.
índice
Prefacio .............................................................................................................. 11
Introducción.................................................................................................. 13
PARTE I:
PARTICULARES
1. Cuerpos.......................................................................................................... 19
1. La identificación de particulares ........................................ 19
[1] Identificamos particulares en el discurso. La identi-
ficabilidad de algunos géneros de particulares puede ser
dependiente de la identificabilidad de otros géneros. ... 19
[2] Identificación de particulares quee stán presentes
sensiblemente. La identificación de particulares que no
están presentes sensiblemente plantea un problema teó
rico. Su solución................................................................... 21
[3] Las condiciones generales de identificación de parti
culares. Estas condiciones son satisfacibles porque nues
tro conocimiento de particulares forma una estructura
unificada de carácter espacio-temporal............................. 26
2. Reidentificación ................................................................. 34
[4] Una condición para nuestra posesión de tal esquema
de conocimiento de particulares es la capacidad de rei
dentificar particulares. Escepticismo sobre reidentifica
ción......................................................................................... 34
[5] Reidentificación de lugares ........................................ 39
3. Particulares básicos ............................................................ 41
[6] Un argumento general para mostrar que los cuerpos
materiales son los particulares básicos desde el punto de
vista de la identificación .................................................... 41
[7] Argumentos al mismo efecto a partir de la naturale
za de diferentes categorías de particulares ....... ............ 44
2. Sonidos....................................................................................... 62
[1] ¿Es el status de los cuerpos materiales en cuanto
particulares básicos una condición necesaria de cual-
quier esquema que se cuide del conocimiento de parti
culares objetivos?................................................................ 62
[2] El carácter de este capítulo ........................................ 66
[3] El modelo del mundo auditivo. El problema de sa
tisfacer las condiciones de una conciencia no solipsista . 67
3. Personas ................................................................................... 90
[1] ¿Por qué se adscriben estados de conciencia a cosa
alguna?, ¿y por qué a la misma cosa que características
corpóreas? ............................................................................ 90
[2] Se describe la posición única del cuerpo personal en
la experiencia perceptiva; pero esto no responde a estas
preguntas ............................................................................. 93
[3] Las concepciones cartesiana y «no posesiva». La in
coherencia de la concepción no posesiva ........................ 96
[4] Una condición de la adscripción de estados de con
ciencia a uno mismo es la capacidad de adscribírselos a
otros. La incoherencia de la concepción cartesiana. La
primitividad del concepto de persona ............................ 101
[5] El carácter lógico de una clase fundamental de pre
dicados personales .............................................................. 106
[6] La importancia central de los predicados que adscri
ben acciones. La idea de una «mented e grupo» ............ 113
[7] Desencamación ............................................................ 117
4. Mónadas .................................................................................. 119
PARTEE:
SUJETOS LÓGICOS
5. SUJETO Y PREDICADO (1): DOS CRITERIOS ............................. 139
[1] La distinción entre particulares y universales se aso
cia tradicionalmente de cierta manera con la distinción
entre referencia y predicación o entre sujeto y predi
cado ...................................................................................... 139
1. El criterio «gramatical» ..................................................... 140
[2] Diversas formas de la distinción referencia-predica-
ción o sujeto-predicado reconocidas por los filósofos ... 140
[3] Una manera prima facie atractiva de explicar la dis
tinción se muestra inadecuada. Parece dar resultados
más satisfactorios verla como una distinción entre estilos
gramaticales de introducción de términos ....................... 144
[4] La distinción de Quine en términos de las variables
de cuantificación no ofrece a primera vista una interpre
tación alternativa ................................................................ 155
[5] Enunciado final, bajo el presente enfoque, de las
condiciones para que una expresión sea una expresión-
sujeto o -predicado ............................................................. 159
[6] El presente enfoque gramatical de la distinción suje-
to-predicado, aunque parece armonizar con concepcio
nes autorizadas, no es el único enfoque posible ............ 161
[7] El enfoque gramatical alienta el escepticismo tanto
sobre la importancia de la distinción sujeto-predicado
como sobre su asociación tradicional con la distinción
particular-universal............................................................. 163
2. El criterio categorial ......................................................... 167
[8] Lazos caracterizadores, instanciales y atributivos: o
diferentes modos en que términos particulares y univer
sales pueden coleccionarse en las aserciones ................. 167
[9] Un nuevo criterio para sujetos y predicados basado
en las diferencias entre particulares y universales en
cuanto principios de colección de términos en asercio
nes. El nuevo criterio garantiza la asociación tradicional
entre las dos distinciones .................................................. 171
3. Tensiones y afinidades entre estos criterios ................... 173
[10] Cómo se evita la apariencia gramatical de predicar
un particular en ciertos casos de aserción de un lazó
caracterizador ..................................................................... 173
[11] Cómo se evita la apariencia gramatical de predicar
un particular en ciertos casos de aserción de un lazo
atributivo ............................................................................ 177
6. Sujeto*y predicado (2): sujetos lógicos y objetos par
ticulares .................................................................................... 180
1. La introducción de particulares en proposiciones ........ 180
[1] La introducción de un particular en una proposición
requiere conocimiento de un hecho empírico: la intro
ducción de un universal no ................................................ 180
[2] La afinidad entre los criterios gramatical y categorial
para expresiones-sujeto y -predicado es explicada en
parte por una distinción mediadora entre «completud» e
«incompletud». Una vez establecida la asociación funda
mental entre las distinciones sujeto-predicado y particu
lar-universal, ulteriores extensiones de la primera distin
ción pueden explicarse por analogía, etc.......................... 186
[3] Ulteriores explicaciones de la idea de «completud»:
las presuposiciones de las expresiones que introducen
términos particulares ......................................................... 189
[4] Consideración y rechazo de una fonna simplificada
de la teoría anterior ............................................................ 194
2. La introducción de particulares en el discurso .............. 198
[5] ¿Puede suplementarse la anterior explicación de las
condiciones de introducción de particulares en proposi
ciones con una explicación de las condiciones de intro
ducción de particulares en el discurso? Las condiciones
de éxito de cualquier intento semejante ......................... 198
[6] Conceptos-rasgo y universales sortales: la introduc
ción de particulares básicos involucra la adopción de
criterios de reidentüicación .............................................. 202
[7] La complejidad lógica de los particulares y la «com
pletud» de las expresiones-sujeto lógicas. Los particula
res com sujetos lógicos paradigmáticos ........................... 209
7. Lenguaje sin particulares ............................................ 213
[1] En un lenguaje localizador de rasgos la distinción
sujeto-predicado no tiene lugar ........................................ 213
[2] Problemas que involucra prescindir de particulares
ordinarios ............................................................................. 216
[3] Lugares, tiempos y tiempos-lugar como sujetos ló
gicos ...................................................................................... 219
8. Sujetos lógicos y existencia .......................................... 224
[1] El índice gramatical de la aparición en una proposi
ción como individuo o sujeto lógico. Proposiciones exis-
tenciales ................................................................................ 224
[2] Nominalismo. ¿Por qué la presión reduccionista so
bre individuos no particulares varía de fuerza para dife
rentes tipos de no particular?............................................ 228
[3] Naturaleza y forma de la tendencia nominalista.
Cuantificación y existencia ................................................ 232
[4] Existencia y cuantificación ......................................... 237
[5] Enunciados de identidad. Expresiones-sujeto plura
les. Referencia, predicación y proposiciones ................. 240
Conclusión ................................................................................. 245
Índice analítico ............................................................................ 247
Prefacio
Este libro se basa en lecciones dadas originalmente en la
Universidad de Oxford en 1954-1955 y usadas después como
material para un seminario en la Universidad de Duke, Carolina
del Norte, en 1955-1956. Estoy agradecido a mis colegas de Duke
por la ayuda recibida en discusiones; deseo también reconocer mi
gran deuda con Miss Ruby Meager, el profesor H. L. A. Hart y
el profesor Gilbert Ryle, todos los cuales leyeron la totalidad o
parte del libro en forma manuscrita y me dieron muchos consejos
útiles y amistosos que por lo general he tratado de seguir.
Gran parte del Capítulo 3 es una versión revisada y ampliada
de un artículo que apareció en el Vol. II de los Minnesota Studies
in the Philosophy of Science, editado por Herbert Feigl, Mxchael
Scriven y Grover Maxwell y publicado por la University of Min
nesota Press en 1958. Partes de los capítulos 5 y 6 se toman, con
modificaciones sustanciales» de artículos que aparecieron en los
Proceedings of the Aristotelian Society de 1953-1954 y 1957. He
de agradecer a los directores y editores de esos volúmenes el
permiso para hacer uso nuevamente de este material.
P.F.S.
Introducción
La metafísica ha sido frecuentemente revisionista y con me
nor frecuencia descriptiva. La metafísica descriptiva se contenta
con describir la estructura efectiva de nuestro pensamiento sobre
el mundo, la metafísica revisionista se ocupa de producir una
estructura mejor. Las producciones de la metafísica revisionista
resultan de permanente interés, y no sólo como episodios clave
en la historia del pensamiento. A causa de su articulación y de la
intensidad de su visión parcial, las mejores de ellas son intrínse
camente admirables y de utilidad filosófica duradera. Pero este
último mérito puede adscribírseles sólo porque hay otro género
de metafísica que no necesita ninguna otra justificación que la de
la investigación en general. La metafísica revisionista está al
servicio de la metafísica descriptiva. Quizá ningún metafísico real
haya sido jamás, tanto en intención como en efecto, totalmente
lo uno o lo otro. Pero a grandes rasgos podemos distinguir:
Descartes, Leibniz, Berkeley son revisionistas, Aristóteles y
Kant, descriptivos. Hume, el irónico de la filosofía, es más difícil
de situar. Aparece ya bajo un aspecto, ya bajo el otro.
La idea de la metafísica descriptiva es susceptible de ser
recibida con escepticismo. ¿En qué diferiría de lo que se llama
análisis filosófico, o lógico, o conceptual? No difiere en el tipo de
intención, sino sólo en alcance y generalidad. Al pretender des
velar los rasgos más generales de nuestra estructura conceptual,
puede dar mucho menos por sentado que una investigación con
ceptual más limitada y parcial. De ahí, también, una cierta dife
rencia en el método. Hasta un cierto punto, el confiar en un
atento examen del uso efectivo de las palabras es el mejor cami
no, y en realidad el único seguro, en filosofía. Pero las discrimi
naciones que podemos hacer, y las conexiones que podemos
establecer, de esta manera no son bastante generales ni de bas
tante calado para satisfacer la plena demanda metafísica de com
prensión. Pues cuando preguntamos cómo se usa esta o aquella
expresión, nuestras respuestas, por muy reveladoras que sean a
un cierto nivel, tienden a asumir, y no a exhibir, esos elementos
generales de la estructura que el metafísico quisiera ver revela
dos. La estructura que él busca no se muestra fácilmente en la
superficie del lenguaje, sino que yace sumergida. Debe, pues,
abandonar su única guía segura cuando la guía no puede llevarle
tan lejos como desea ir.
La idea de una metafísica descriptiva podría abordarse desde
otra dirección. Pues podría sostenerse que la metafísica fue esen
cialmente un instrumento de cambio conceptual, un medio de
promover o registrar nuevas direcciones o estilos de pensamien
to. Ciertamente los conceptos cambian, y no sólo, aunque prin
cipalmente, en la periferia del especialista; e incluso los cambios
del especialista provocan reacciones en el pensar ordinario. Cier
tamente, también, la metafísica se ha ocupado ampliamente de
tales cambios, en los dos modos sugeridos. Pero sería un craso
error concebir la metafísica sólo bajo este aspecto histórico. Pues
hay una sólida médula central del pensar humano que no tiene
historia —o no tiene ninguna registrada en las historias del pen
samiento; hay categorías y conceptos que, en su carácter más
fundamental, no cambian en absoluto—. Obviamente éstas no
son las especialidades del pensar más refinado. Son los lugares
comunes del pensar menos refinado; y son, con todo, el núcleo
indispensable del equipamiento conceptual de los seres humanos
más sofisticados. Es de ellos, de sus interconexiones y de la
estructura que forman, de los que se ocupará una metafísica
descriptiva.
La metafísica tiene una larga y distinguida historia, y es
consecuentemente improbable que haya nuevas verdades por
descubrir en la metafísica descriptiva. Pero esto no significa que
la tarea de la metafísica descriptiva haya sido, o pueda ser, hecha
de una vez por todas. Tiene constantemente que volver a hacer
se. Si no hay nuevas verdades que descubrir, hay viejas verdades
que redescubrir. Pues aunque el objeto central de la metafísica
descriptiva no cambia, el idioma crítico y analítico de la filosofía
cambia constantemente. Relaciones permanentes son descritas
en un idioma no permanente que refleja tanto el clima de pensa
miento de la época como el estilo personal de pensar del filósofo
particular. Ningún filósofo entiende a sus predecesores hasta
haber repensado su pensamiento en sus propios ténninos con
temporáneos; y es característico de los más grandes filósofos,
como Kant y Aristóteles, que ellos, más que cualesquiera otros,
resarcen de ese esfuerzo de repensar.
Este libro es, en parte, y de manera modesta, un ensayo de
metafísica descriptiva. Sólo de manera modesta, pues aunque
algunos de los temas discutidos son suficientemente generales, la
discusión se emprende desde un cierto punto de vista limitado y
no es en modo alguno exhaustiva; y sólo en parte, pues algunas
de las clasificaciones lógicas y lingüísticas en tomo a las cuales
gira la discusión en la segunda parte bien puede que sean de
significación relativamente local y temporal. Sobre mi método de
tratamiento de estas clasificaciones puedo hacer ahora un comen
tario general. Se admite a menudo, en el tratamiento analítico de
algún concepto bastante específico, que el deseo de comprensión
tiende menos a ser servido buscando un único enunciado estricto
de las condiciones necesarias y suficientes de su aplicación que
viendo sus aplicaciones —en el símil de Wittgenstein— como
constituyentes de una familia cuyos miembros pueden, quizá,
agruparse en torno a un caso paradigmático y central y pueden
eslabonarse con los siguientes por medio de diversos eslabones
directos o indirectos de conexión y analogía lógicas. Este princi
pio de tolerancia en la comprensión puede ser, creo yo, tan
útilmente invocado en el intento de entender las estructuras ge
nerales lógicas y gramaticales como en ese análisis de conceptos
específicos que se emprende, pongamos por caso, en la filosofía
de la percepción o en la filosofía de la mente.
Me pareció natural dividir el libro en dos partes. La primera
parte se propone establecer la posición central que ocupan cuer
pos materiales y personas entre los particulares en general.
Muestra que, en nuestro esquema conceptual tal y como es, ios
particulares de estas dos categorías son los particulares básicos o
fundamentales, que los conceptos de otros tipos de particular
deben verse como secundarios en relación a los conceptos de
éstos. En la segunda parte del libro el objetivo es establecer y
explicar la conexión entre la idea de un particular en general y la
de un objeto de referencia o sujeto lógico. El eslabón entre estas
dos nociones y, con él, la explicación del status del particular en
cuanto sujeto lógico paradigmático se encuentra en una cierta
idea de «completud» que se expone en la primera mitad del
capítulo segundo de esta parte. Éste es el paso crucial de la
segunda parte del libro. Las dos partes del libro no son, sin