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IDEAS RELATIVAS A UNA FENOMENOLOGÍA PURA
Y UNA FILOSOFÍA FENOMENOLÓGICA
LIBRO PRIMERO:
INTRODUCCIÓN GENERAL A LA FENOMENOLOGÍA PURA
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS
Colección: FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA
EDMUND HUSSERL
IDEAS RELATIVAS
A UNA FENOMENOLOGÍA PURA
Y UNA FILOSOFÍA FENOMENOLÓGICA
LIBRO PRIMERO
INTRODUCCIÓN GENERAL
A LA FENOMENOLOGÍA PURA
NUEVA EDICIÓN Y REFUNDICIÓN INTEGRAL
DE LA TRADUCCIÓN DE JOSÉ GAOS
POR ANTONIO ZIRIÓN QUIJANO
-
lill
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
MÉXICO 2013
B8295.H818
2013
HussEedrmlu,n1 d8,5 9-1938, autor
Ideraesl aatu invfeaan so menopluorygua ín afia l osfoefínao menoLliógica.
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Nueevdai cyri eófunn diinctieódgnelr taa rla dudceJc oisGóéan o/ s p oArn tonio
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81p2.- ( ColeFciclioóCsnoo nfítae mporánea)
Títourliog Iidneazeluen: i nreeri Pnheii.nn omenuonlpdoh gii.ineo menologi
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Tradudcecl ieaó dni cailóenm ana:
Ideen zu einer reinen Pkanomenologie und phiinomenologischen Philosophie, Erstes Buch:
Allgemeine Einführung in die reine Phiinomenologie, Neuh erausgveogKnea rble n
SchuhmHaussnerlnian.a (Edmund Husserl -Gesammelte Werke),B anIdI Iu/nId
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Todloosds e rercehsoesr vados
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Todloosds e rercehsoesr vados
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PRESENTACIÓN
Ni están en duda la importancia y la significación de la obra
-a pesar de las múltiples oposiciones y críticas que desde su
aparición ha suscitado- ni es aquí mi tarea reivindicarlas, fue
ra de decir que en verdad no se cifran adecuadamente en el
calificativo de "clásica" que José Gaos, su primer traductor al
1
castellano, le aplicó hace más de setenta años, al menos si con
él se quiere indicar, no sólo que la obra hizo época y tuvo una
influencia muy vasta, lo que es estrictamente cierto, sino ade
más que con ella su autor, o la fenomenología trascendental de
,m autor, había creído alcanzar nada menos que la cima de la
verdad definitiva, más allá de la cual no se había dado, o no po
2
día darse, ningún progreso o novedad genuinos. De acuerdo
1 Véase la introducción, de 1942, a su traducción de Meditaciones cartesia
nas, así como su nota de presentación de la misma obra titulada "Unas medi
·:aciones de aventura", redactada en el mismo año. Ambos escritos fueron in
,:luidos por Gaos en su libro Filosofía de la filosofía e historia de lafi losofía ( 194 7),
el cual se reimprimió en el volumen VII de sus Obras completas (Universidad
:�acional Autónoma de México, México, 1987). Gaos repite el calificativo de
"clásica" para este primer libro de Ideas en el prólogo de 1960 de Introducción
,:z la fenomenología seguida de La crítica del psicologismo en Husserl (C uadernos de
la Facultad de Filosofía y Letras, 5, Universidad Veracruzana, México, 1960)
y en otros lugares. Pero clásica no era para él sólo esta obra, sino la etapa de
la fenomenología representada por ella y por la segunda edición de las Inves-
1:igaciones lógicas: "La fenomenología que ha hecho época, la fenomenología
clásica ya, es la de una primera etapa de la biografía filosófica de Husserl y la
resumida íntegramente en las cuatro primeras Meditaciones cartesianas" ( Obras
completas, VII, p. 333).
2 Que Gaos sostenía este punto de vista, o uno muy cercano a él, se advierte
ya en la misma Introducción a las Meditaciones cartesianas, en la que afirma
que los desarrollos de la fenomenología por su creador, posteriores a aquella
etapa clásica, son "menos nuevos que los inicios" (op. cit., p. 296), y en la nota
6
PRESENTACIÓN
con esta visión, a la fenomenología husserliana sólo le quedaba
ya, en adelante, "coser sus retales y cantar su triunfo".3 No pa
rece que Gaos haya corregido nunca esta interpretación suya
de lo que se podría llamar la voluntad filosófica de Husserl, o
columbrado siquiera cuán lejos se hallaba del espíritu que en
realidad movía al autor de estas Ideas, lo mismo antes que des
pués de haberlas publicado. Naturalmente, esta interpretación
se inscribe en la más amplia concepción gaosiana ( filosófica,
pero también antropológica y hasta psicológica) de la filoso
fía y, en particular, de las motivaciones del filósofo, las cuales
muchas veces quedan ocultas para él mismo. 4 Pero no es ne
cesario adentrarnos en esta concepción para entender lo que
esta obra significaba para su traductor y el talante con el que
emprendió su traducción -significación y talante que explican,
siquiera en parte, algunas de las características de la traducción
que a la postre me convencieron de la necesidad de refundirla
íntegramente. Pues, en efecto, si en este Libro primero de las
Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomeno
lógica sólo se ve una nueva filosofía destinada al "museo de
los filósofos" -para decirlo con palabras del mismo Gaos, que
son también, como �o deja de ser curioso, palabras de Hus
serl ( en La filosofía como ciencia estricta)- y no se encuentran
en él las virtualidades de una auténtica filosofía de trabajo, o
hasta se descubre en sus páginas, acaso -y para decirlo con las
palabras con que Heidegger se refiere a la fenomenología-,
de presentación mencionada también en la nota anterior, en la que sostiene
que en HUsserl ha sido explícito, justamente en las obras de esa etapa, el
afán esencial a todo filósofo de "parar la historia de la filosofía, acabar con
la historia de la filosofía" por haber logrado alcanzar la verdad y la filosofía
definitivas. .. (cfr. opc.i pt. 3.33,).
3! bid.
4 A decir verdad, Gaos sostiene esta interpretación mucho más explícita y
vehementemente en la nota de presentación ("Unas meditaciones de aventu
ra") que en su introducción a Meditaccairotneseiesna l an quae slle,ga a recono
cer -hay que reconocerlo-que "habiendo asumido y originado la historia en
tera de la filosofía hasta el mismo día de hoy, es la fenomenología de Husserl
una filosofía que ha de ser asumida a su vez por toda la que haya de originarse
-por todo el que en adelante quiera filosofar originalmente", de modo que "a
Husserl habrá que volver, de él habrá que partir, durante bastante tiempo aún,
hasta que haya advenido definitivamente el de tratarle como un gran clásico
más" (pp. 299-300 de la opc.i t.).
PRESENTACIÓN 7
"la posibilidad de investigar en filosofía",5 como muchos otros,
antes y después de Gaos y de Heidegger, han encontrado y
descubierto, difícilmente se pondrá en la traducción el empe
ño de que ésta sirva, precisamente, como una herramienta de
investigación, empeño que es distinto, si no menos leve, que el
requerido para conseguir una amplia difusión de la obra. Así,
aunque el lenguaje utilizado en la traducción sea un castellano
de un altísimo nivel literario, no es sólo, ni es precisamente,
nivel o estilo literario lo que la investigación fenomenológica
exige del lenguaje en que debe expresarse.
En la traducción de Gaos, que no sin razón, aunque a veces
con algo de superficialidad, ha sido considerada como ejem
plar, se presentan dos clases de problemas, vinculados ambos
en mayor o menor medida con esa concepción de la filosofía
husserliana que se expresa en las notas introductorias mencio
nadas: en mayor, con toda seguridad, los problemas relativos a
la elección de los términos para traducir muchos de los tér
I
minos técnicos de la obra, y en menor (y en algunos casos
realmente muy menor medida), los muy numerosos errores o
descuidos de traducción que se hallan en ella, no todos los
cuales son fáciles de detectar en una primera lectura, pero que
el trato continuado con la obra (y con su original alemán) va
revelando y que en conjunto representan un serio escollo para
su recta comprensión.
Sobre la traducción de Ideas I de Gaos publiqué en 2001 el
trabajo "Ideas I en español, o de cómo armaba rompecabezas
José Gaos".6 En él hice, en primer lugar, una relación de esta
última serie de problemas, dividiéndolos en estos grupos: 1) in
comprensiones del sentido del texto original (incomprensiones
nacidas (f1 algunos casos de una interpretación errónea de la
fenomenología y de la índole misma de la metodología fenome
7
nológica), 2) faltas de precisión por descuidos de traducción
(o de edición), 3) modificaciones del texto (aparentemente) de-
5 Prolegómenos para una historia del concepto de tiempo ( trad. Jaime Aspiunza),
Alianza Editorial, Madrid, 2006, p. 170.
6 En Investigaciones fenomenológicas 3, Sociedad Española de Fenomenolo
gía/Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid, 2001, pp. 325-
371.
7 Como lo ha hecho ver Javier San Martín en su Laf enomenología como teoría
8 PRESENTACIÓN
liberadas, pero cuestionables, 4) omisiones de texto (lo que
se conoce como "saltos") y adiciones de texto (lo que llamé
"puentes") y, finalmente, 5) erratas simples (y algunas no tan
simples). En una segunda sección, expuse los que a mi juicio
son los principales problemas terminológicos de la traducción.
No voy a repetir aquí todo eso. Pero creo que aún vale la pena
recordar, muy resumidamente, la hipótesis conjetural que ahí
planteaba para explicar en alguna medida esas deficiencias de
la traducción de Gaos. El punto medular es que, por lo que
parece, Gaos estaba exhausto de aplicar, en su traducción de
El ser y el tiempo de Martin Heidegger, 8 uno de los dos posibles
"ideales extremos" de traducción: el de ceñir la traducción a la
lengua de la obra original, y quiso ensayar con la traducción
de Ideas I el otro de los ideales, que, como él mismo confie
sa, en ocasiones le llegaba a parecer preferible: el de ceñir la
traducción a su lengua. 9 Es sabido que tampoco la traducción
de El ser y el tiempo ha podido resistir la crítica de los especia
listas, y precisamente por ese afán de ceñirse al alemán de su
original, al grado de que su segundo traductor al español ha
dicho en el "Prólogo" de su propia traducción que la de Gaos
"es difícilmente utilizable por personas que carezcan del cono
cimiento de la lengua alemana", 10 lo cual, en un lenguaje muy
sobrio, es una acusación aniquiladora. Naturalmente, aquí no
se trata de defender ninguno de esos dos ideales, los cuales,
justamente por ser extremos, dejan de ser ideales. . . Pero sí
de una racionalidad fuerte (Universidad Nacional de Educación a Distancia,
Madrid, 1994). Véase el capítulo IX, esp. pp. 293-294.
8 Esta traducción fue publicada en 1951 (Fondo de Cultura Económica,
México), pero habia sido prácticamente concluida en 1947. No se publicó
antes por el "afán de perfeccionamiento" de su autor, el cual es t¡mbién, por
cierto, un buen indicio de la alta significación que le concedía a la obra, una
significación muy distinta de la que para él tenía Ideas l. La primera edición
de la traducción de esta última es de 1949.
9 Véase, sobre estas circunstancias, su "Prólogo a El ser y el tiempo", publi
cado en la primera edición de la traducción (Fondo de Cultura Económica,
México, 1951) y luego en Introducción a El ser y el tiempo de Martin Heidegger
(Fondo de Cultura Económica, México, 1971); en esta edición, véanse esp.
pp. 10-14.
10 Jorge Eduardo Rivera, "Prólogo del traductor", en Martin Heidegger, Ser
y tiempo, trad., pról. y notas Jorge Eduardo Rivera C., Editorial Universitaria,
Santiago de Chile, 1997; p. 17.
PRESENTACIÓN 9
puede afirmarse que las libertades excesivas que Gaos se tomó
en su traducción de Ideas I podrían haberse atenuado si hubie
ra conservado en ella un poco de la vocación pedagógica que
es a mi juicio la que motiva el ideal de ceñir la traducción a
la lengua del original. En su traducción son muy notorias las
simplificaciones y otros tipos de alteraciones terminológicas, y
en general diversos tipos de sacrificio de la fidelidad al texto
alemán por la preocupación de guardársela al "genio del espa
ñol"; pero todo esto es notorio solamente para quien conoce el
original, pues Gaos le oculta sistemáticamente al lector, en una
"política de silencio" inaplicable en la traducción de obras cien
tíficas, todas las maniobras, toscas o sutiles, empleadas para
poder presentar un texto que se lee en un español más o menos
terso. Pues precisamente, y ésta es nuestra principal conjetura,
si se permitió hacer esto con Ideas I, y no con El ser y el tiempo,
es porque tenía de ambas obras concepciones muy distintas: la
de Heidegger era la obra cumbre de una filosofía todavía viva
y actual, todavía bullente de una gestación conceptual que hay
que seguir y trasladar paso a paso; la de Husserl era una obra
clásica o en camino franco de ser clásica, una obra en cuya
traducción puede seguirse ya el otro ideal, justamente el que le
11
permite al traductor una mayor libertad.
11 Es quizá muy cierto, como dice Jorge Rivera en su Prólogo, en implícita
defensa de este otro ideal ( el que nos parece que Caos siguió en su traduc
ción de Ideas I y Rivera mismo en su traducción de Ser yt iempo), que: "Cada
lengua tiene sus propias posibilidades de decir las cosas, y todo el problema
de la traducción estriba en aprovechar las posibilidades de la propia lengua:
digo de aprovecharlas para decir lo mismo que está dicho en el original, pero
de un modo diferente, del modo que corresponde al genio de la propia len
gua" (Rivera, ibid., p. 18.). Sólo que las lenguas son cambiantes, y deben estar
permanentemente abiertas (precisamente a través de las traducciones) a las
influencias del lenguaje de la filosofía y de las ciencias que se desarrollan en
lengua extranjera. Pero claro que una cosa es esta apertura y otra cosa es
dejar sin traducir el término heideggeriano de "Dasein", como ha hecho en su
traducción el mismo Rivera, en crasa contravención al genio del castellano. ..,
o al espíritu de sus palabras. Véanse, por lo demás ( en el mismo "Prólogo a El
ser ye l tiempo", en ibid., p. 12), las razones que tuvo Caos para no seguir este
ideal en su traducción de El ser ye l tiempo, razones que Rivera en su Prólogo
ni siquiera comenta. Ahí Caos advierte ya que una traducción de esta obra
hecha sobre ese ideal, es decir, esa "paráfrasis", "refundición" o "imitación
española" de Ser yt iempo, "tampoco podría evitar, a la postre, toda innovación