Table Of ContentPREHISTORIA
CABALGATA DEL MUDO
El cine argentino nació en la Casa Lepage (Bolívar, cerca de
Belgrano) en 1897, por iniciativa de su propietario, el belga Enrique
Lepage, establecido desde seis años antes con un comercio de articulos
fotograficos, y de sus principales colaboradores, el austríaco Max
Glücksmann y el francés Eugenio Py. Unos meses antes,a fines de
septiembre del '96, en una exhibición realizada en el Odeón, su
empresario Francisco Pastor y el periodista Eustaquio Pellicer habian
mostrado los primeros films de los Lumiere y otros primitivos.
LOS PRIMEROS FILMS.
Lepage importó equipos Gaumont con los que su jefe de fotografía,
La bandera argentina
Py, rodó , brevísimo film de diecisiete metros, a los
Viaje
que siguieron otros de no mucho mayor metraje. Recién en 1900, con
del Dr.Campos Salles a Buenos Aires
, sobre la visita del presidente
brasileño a nuestra capital y en el que apareció filmado el general Roca,
se hizo lo que podria llamarse un documento o un noticiario mas o menos
completo. Mientras, Glücksmann había iniciado el negocio de venta de
peliculas.
La revista de la
En 1901, al tiempo que Py hacía para Lepage
Escuadra Argentina, La visita del General Mitre al Museo
de tres rollos,
Histórico
y otros documentales, Eugenio Cardini realizó la primera
Escenas callejeras
tentativa de cine de argumento con . Esto no prosperó y
en los siete años siguientes la producción se redujo a noticiarios y
documentales, con una nota sobresaliente en 1907, cuando Py experimentó
el sonoro bajo la influencia de los ensayos hechos en Paris por Pathè y
Gaumont; Lepage dio a conocer cierta cantidad de esos cortos
sincronizados con discos, que tampoco prosperaron. Toda esta producción
fue procesada en un laboratorio que Py instaló para Lepage. Entretanto,
luego de algunos kinetoscopios y cine-bares iniciales, habian empezado a
funcionar las primeras salas cinematogràficas argentinas , que pronto se
multiplicaron.
EL VERDADERO COMIENZO - MARIO GALLO
En 1908 se produjo al fin lo que se considera el verdadero comienzo
del cine argentino. Como culminación de once años de la actividad antes
El fusilamiento de
citada, apareció la primera película de argumento.
Dorrego,
dirigida por un italiano de treinta años, Mario Gallo, e
interpretada por Salvador Rosich (en el papel titular), Eliseo Gutierrez
y Roberto Casaux.
Gallo, llegado al país tres años antes, al frente del coro de una
compañía de ópera, se quedó en Buenos Aires y se ganó la vida como
pianista en cafés a los que concurrían Joaquín de Vedia, Martínez
Cuitiño, Horacio Quiroga, Belisario Roldàn, Enrique García Velloso y
otros periodistas y escritores; se supone que alguno de ellos puede haber
El fusilamiento de Dorrego.
escrito el libreto de
Gallo se vinculó al cine, como asociado de Juliàn Ajuria y Pablo
Epstein, en la distribución de películas extranjeras, luego filmó algunos
Plazas y paseos de Buenos Aires
documentales (entre ellos ) y por fin
El fusilamiento de Dorrego.
emprendió el rodaje de , con figuras
destacadas de nuestro teatro, probablemente inspirado en el ejemplo de la
El asesinato del Duque de
Film d'Art, que ese mismo año hizo en Francia
Guisa
incorporando al cine a artistas de la Comédie Francaise.
También fue en 1908 cuando Max Glücksmann adquirió la Casa Lepage e
impulsó la producción, distribución, venta y exhibición de películas,
actividades a las que se sumó, al año siguiente, un uruguayo de
veintiseis años, Julio Raul Alsina, instalado en Cordoba y Gascón la
primera galería que hubo en el país, y también un laboratorio; sus
Facundo Quiroga, Avelino Viamonte y la tragedia de
primeros films fueron
los cuarenta años, Juan Moreyra
en tanto que Mario Gallo rodaba un , sobre
adaptación de José Gonzàlez Castillo, con el joven Enrique Muiño.
En 1910, el centenario de la Revolución de Mayo inspiró varias
La creación del Himno,
películas. Gallo presentó dos: con Eliseo
La Revolución de Mayo,
Gutiérrez, y de alrededor de diez minutos. Alsina
La revista del Centenario.
hizo Y en un sinnúmero de documentales se
patentizó también el fervor patriótico de aquellos días. A 1910 pertenece
Muerte civil,
igualmente de Gallo, con el tràgico italiano Giovanni
Grasso como protagonista.
En los primeros años de su actividad Gallo hizo varios films según
la moda del drama y el espctàculo histórico que por entonces cultivaban
los italianos y en grado menor franceses y otros. Recurrió a sus amigos
escritores en procura de libretos sobre acontecimientos célebres de
nuestro pasado y formó sus repartos con las grandes figuras teatrales del
momento. Esta combinación de atracciones influyó para que Gallo pudiera
crear un interés en torno a las películas argentinas y así cavó los
cimientos sobre los cuales, lenta y esforzadamente, se fue levantando
nuestra cinematograía.
Con un entusiasmo sin límite, no se arredró ante empresas tan
La batalla de Maipú,
difíciles como que, con el concurso de granaderos,
reprodujo en unas lomas de las costas de Núñez, donde hoy se levanta el
estadio de River Plate. Eliseo Gutiérrez hizo de San Martín y Enrique de
Rosas de O'Higgins, y como ninguno de ambos había subido jamàs a un
caballo, en el momento de darse el abrazo histórico perdieron el
equilibrio y se fueron al suelo. Enrique Serrano, por buen jinete, fue
eligido para encarnar a Las Heras y encabezó la carga hacia la batalla,
que había salido perfecta en los ensayos pero que, al repetirse ante la
càmara en funciomamiento, degeneró en confusa y feroz riña y dejó un
tendal de heridos auténticos.
La
Eran películas del màs absoluto y encantador primitivismo. En
Revolucióon de Mayo,
reencontrada hace poco entre un montón de latas
viejas, el Cabildo aparece pintado en un telón frente al cual -divididos
en dos grupos para que por el espacio del medio alcance a verse el fondo-
unos pocos extras con paraguas bajo un sol radiante, representan al
pueblo que reclama " saber de qué se trata ". Luego, adentro, el Cabildo
Abierto delibera frente a otro par de telones a menudo oscurecidos por la
sombra del parasol de la càmara, que, movido por el viento a cada rato se
mete en cuadro. El colmo de tales descuidos fue que aparecieran en
películas curiosos que asistían a su rodaje.
Güemes y sus gauchos, Camila O'Gorman,
A Gallo se deben también con
Tierra baja,
Blanca Podestà, Alberto Ballerini y Salvador Rosich, y con
Blanca y Pablo Podestà, Ballerini y Elías Alippi.
LLEGAN MAS PIONEROS - FEDERICO VALLE.
En 1911 llegó al país un italiano de treinta y un años, Federico
Valle que instaló un laboratorio para titulaje de películas extranjeras.
Valle, que había recibido lecciones nada menos que de Melies, en
París, contaba con gran experiencia de operador; en sus andanzas de
tomavistas por Europa, Asia Menor y América había obtenido algunos éxitos
resonantes, como filmar la primera toma aérea, desde un avión que piloteó
Wilbur Wright en las afueras de Roma, y captar tràgicos aspectos del
terremoto de Messina.
Su vocación y entusiasmo desbordaron el estrecho marco de su
actividad inicial en la Argentina, y, tras algún tiempo que dedicó a la
exhibición en Mar del Plata, se lanzó a producir las llamadas películas
industriales. Aunque eran de propaganda comercial, Valle y sus
colaboradores, en especial el ingenioso peruano José Bustamante y
Balliviàn, les inyectaron originalidad y valores didàcticos, llegando a
darse el caso que muchas de ellas se exhibieron centenares de veces y en
ocasiones reclamadas por el público. Con ese tipo de producción la
Cinematografía Valle fue expandiéndose y formando un valioso plantel de
especialistas.
EMILIO PERUZZI Y OTROS
Poco antes que Valle, había llegado otro joven cameraman italiano
de veinticinco años, Emilio Peruzzi, que realizó una vasta labor en el
campo técnico y fotografió unas quince películas de argumento, comenzando
Bajo el sol de la pampa,
en 1915 con Luis Vitone, Segundo Pomar, Olinda
Bozàn, Pepito Petray, y María Esther Podestà y otros, que dirigió Alberto
Traversa para Pampa Film, recién fundada por Bertoni y Landó. Peruzzi fue
uno de los técnicos mas prestigiosos del mudo. Luego de fotografiar para
Rio de la Plata Gerundio -que además coprodujo con el fundador de aquel
Carlitos en Buenos Aires, La última
sello, Carlos Dose Obligado-,
langosta, Buenos Aires tenebroso, El capataz Valderrama ,El rosal de las
ruinas,
viajó en 1918 a Italia, donde estuvo varios años y realizó
importantes trabajos; el principal de todos fue hacer, junto con Carlo
El Dante en la vida de su
Montuori, la fotografía de la espectacular
tiempo.
En 1923 lo veremos regresar y cumplir otra destacada etapa en
nuestro cine.
En 1912 Juliàn Ajuria fundó la Sociedad General Cinematogràfica, empresa
que sustituyó la venta por el alquiler de peliculas y se convirtió en la
mas poderosa distribuidora durante muchos años; Ajuria ayudó
El
económicamente a la filmación de varias películas, entre ellas
fusilamiento de Dorrego, y, Nobleza gaucha.
Al año siguiente Julio Irigoyen comenzó a editar el noticiero
Buenos Aires, con su flamante empresa Buenos Aires Films, y en 1914, como
ya dije, apareció Pampa Film.
"NOBLEZA GAUCHA"
Pero fue en 1915 cuando el cine argentino dio su primer gran
Nobleza gaucha,
campanazo, el màs resonante de toda la era silente: por
Humberto Cairo - jefe de programación de Ajuria- y realizada por él mismo
con la colaboración de dos excelentes fotógrafos, Eduardo Martínez de la
Pera y Ernesto Gunche, que habían rodado un interesante documental en
Cataratas del Iguazú.
Misiones,
Nobleza gaucha
-filmada en exteriores de la estancia La Armonía, en
"interiores" construídos sobre la terraza de una mueblería y en diversos
escenarios auténticos de Buenos Aires- comenzó con un fracaso, pero José
Gonzàlez Castillo la salvó con algunos agregados y con una idea
extremadamente feliz: sustituyó casi todos sus títulos por fragmentos del
Martín Fierro
notablemente ajustados a las alternativas del relato.
Aunque no eliminó todas las deliciosas puerilidades típicas de las
leyendas de aquel tiempo -quedaron afirmaciones como "el despecho es la
energía de los cobardes" y definiciones como "El estanciero pervertido y
malo"- contribuyó con los versos de Hernàndez a redondear el carácter y
la simpatía de la película, que en su segunda presentación tuvo un éxito
clamoroso.
Los veinte mil pesos que costó se multiplicaron hasta sumar
seiscientos mil, a los que deben agregarse los rendidos por las copias
clandestinas. Llego a darse en veinticinco cines porteños
simultàneamente, a estrenarse en lujosas salas de Brasil y España y a
explotarse en muchos países latinoamericanos. El periodismo fue tan
entusiasta como el público y La Prensa opinó: "El arte cinematogràfico
Nobleza gaucha
argentino ha dado con su màs importante película de
composición".
Orfilia Rico, María Padín, Julio Escarcela, Arturo Mario y
Celestino Petray fueron principales intérpretes de la historia, de hàbil
concepción: un patrono licencioso rapta a una bella puestera y la lleva a
su palacio porteño, a donde va a rescatarla el gaucho que la quiere;
luego el terrateniente se vale de un comisario venal para acusar
falsamente al gaucho de cuatrero y, en la escena final muere al
desbarrancarse mientras el héroe lo persigue a caballo.
Esa historia permitió que la acción se desarrollara en el campo y
en Buenos Aires.De aquél mostró no sólo aspectos típicos (domas, asados,
canciones, arreos, ranchos) sino también, y he aquí lo interesante, la
situación social del gaucho dentro de una sociedad con vestigios
feudales, así como la nobleza y valentía del hombre pampeano. De la
Capital Federal mostró vistas de Constitución, la Avenida de Mayo
transitada por algunos espaciados Fords a bigote, el Congreso, la salida
de Armenonville, calles donde canillitas, vigilantes, sacerdotes y unos
pocos peatones caminaban sin prisa y, como alarde de inquietud técnica,
un enfoque iluminación nocturna, en el que - necesidades de exposición-
los vehículos pasaban a fàntastica velocidad por la pantalla.
Este rasgo de inquietud no fue aislado. Todo la realización de
Nobleza gaucha
fue muy moderna para su época. Encuadres claros y a veces
de cierta pasticidad, travellings filmados desde abordo de un tren y un
travía, abundantes panoràmicas y aceptable concatenación de las tomas se
sumaron para dar aquel resultado. Los planos fueron generalmente de
conjunto, pero en varias ocasiones la càmara se acercó a los personajes
para registrar sus reacciones en momentos culminantes. Desde luego no
faltaron lunares, especialmente en el montaje.
La interpretación también sorprendió. Hubo sentido de la medida en
los actores. Salvo el animador de un cocolichesco italiano, no
incurrieron en exageraciones ni aspavientos; a veces repitieron gestos y
ademanes, pero evitaron el ri- dículo.
Todo esto dio a Nobleza gaucha interés, calidad, encanto y
autenticidad. La inteligencia de su concepción y el acierto de la
ejecución deben atribuirse a la capacidad combinada de Cairo, Martínez,
Gunche y Gonzàlez Castillo , que jamàs volvieron a trabajar juntos y que,
separados, jamàs pudieron repetir la hazaña. En realidad nunca se repitió
Nobleza gaucha
en el mudo el éxito de , que pese a lo temprano de su
aparición permaneció como obra cumbre de nuestro cine hasta el
advenimiento del sonoro.
NUEVOS EXITOS
Fue natural que un suceso de tanta envergadura estimulara la
actividad cinematogràfica en el país. Pronto aparecieron nuevos
productores y directores. El panorama se animó y se hicieron màs
películas.Entre 1915 y 1921 hubo cerca de cien estrenos argentinos, pero
antes de dar la lista completa de ellos veamos cuàles, por uno u otro
motivo se destacaron.
Martínez y Gunche, separados de Cairo, invirtieron sus ganancias de
Nobleza gaucha
en la construcción de una gale-ría en la calle Andrés
Hasta después
Arguibel al dos mil ochocientos,don- de empezaron rodando
de muerta
, que fue otro de los grandes éxitos de su tiempo. Florencio
Parravicini escribió la historia de un joven médico bajo cuyo bisturí
terminarà apareciendo inesperadamente -¡macabro destino!- el cadáver de
la mujer que fue su más intenso amor de estudiante. Un formidable reparto
encabezado por el propio Parravicini, Orfilia Rico, Silvia Parodi, María
Fernanda Ladrón de Guevara, Argentino Gómez y Enrique Serrano dio
persuasión y calidad al melodrama, que dirigieron Parravicini en lo
artístico y Martínez-Gunche en lo técnico, aportando aquél su sentido de
la interpretación y puesta en escena, y estos su fina fotografía y esmero
Hasta después de muerta
cinematogràfico. interesó por su trama y
deslumbró con sus estrellas e impresionó con su categoría.
Resaca
Hacia el mismpo tiempo (1916) apareció otro gran éxito,
versión de una pieza de Alberto Weisbach, con leyen- das de Gonzalez
Castillo y animada por su mismo intérprete teatral, Pedro Gialdroni,
junto con Camila Quiroga, Luis Arata, Marcelo Ruggero, Olinda Bozàn,
Alfredo Camiña y una figura infantil, Eva Franco. Este otro suceso
popular fue realizado por Atilio Lipizzi, un italiano de cuarenta y nueve
años que había manejado proyectores en la compañía Frégoli y que desde
1904 vivía en Buenos Aires dedicado al cine, primero como comerciante,
luego como distribuidor y mas tarde como cameraman.
Lipizzi,acaso recordando una primitiva ocupación suya, hizo también
Amor de bombero. Federación o muerte,
Y a él se debe otro éxito: con
Pepito Petray, Ignacio Corsini y otros, versión del folletín de ambiente
rosista que Gustavo Caravallo publicaba en PBT. Luego un par de films
El movimiento continuo, A las nueve en el convento-
menos afortunados -
parece haber sido causa de su retiro. Tuvo galería y laboratorio propios
y entre sus colaboradores figuraron José A. Ferreyra y Edmo Cominetti.
GLÜCKSMANN - FERREYRA - CAPPELLANI - BENOIT
Max Glücksmann inauguró su galería propia, en Belgrano, al año
Nobleza gaucha,
siguiente de estrenada y produjo una serie de films de
diverso carácter, entre los que se destacó
Amalia,
una ambiciosa versión de de Marmol, dirigida por Enrique García
Velloso, fotografiada por Py e interpretada por Susana Larreta Quintana y
otras figuras de la sociedad porteña (el reparto incluyó apellidos como
Amalia
Aldao, Astengo, Marcó del Pont, Unzué); esta fue estrenada en el
El conde
Te- atro Colón, con fines benéficos. También hizo Glücksmann
Orsini,
policial con libro de Belisario Roldán y ac- tuación de Pedro
Aventuras de Viruta y
Gialdroni, Francisco Ducasse y Angelina Pagano;
Chicharrón, El negro Johnson,
con Petray; con el pugilista de ese
Romance argentino
apellido, y otras. Entretanto Glücksmann siguió
produciendo documentales, industriales y actualidades, a la vez que
prosperaba en la exhibición y distribución, afirmándose como uno de los
hombres que dieron mayor impulso a la actividad cinematográfica en el
país.
José A. Ferreyra -pintor y escenógrafo argentino de veintiocho
años, discípulo de Atilio Malinverno y que había filmado a modo de ensayo
Una noche de garufa- El tango
reveló desde su primer trabajo profesional,
de la muerte
(1917), las inclinaciones que llegarían a darle un perfil
muy personal y relevante entre los creadores de películas nacionales, y
que mas adelante estudiaremos con amplitud. Inspiración popular, visión
costumbrista, amor a lo humilde, intuiciones poéticas y plásticas
aparecieron en sus films, mezcladas con historietas melodramáticas y
El tango de la muerte
altibajos de ejecución. En actuó Nelo Cosimi, que
Campo ajuera
también fue protagonista de sus siguientes realizaciones,
De vuelta al pago
(con Lidia Lis y Yolanda Labardén) y (con Lidia Lis),
Palomas rubias,
tras las cuales aparecieron con Lidia Lis y Jorge
Lafuente, donde empezó a tener como colaboradores a Leopoldo y Carlos
La gaucha Mientras Buenos Aires
Torres Rios; , con Jorge Lafuente y
duerme
, con Julio Donadille y Nora Montalván .
Flor de durazno, Valle
de Hugo Wast -de quien también se filmaron
negro La casa de los cuervos
y - fue llevada a la pantalla por Francisco
Defilippis Novoa, con Silvia Parodi, Argentino Gomez, Ilde Pirovano,
Celestino Petray y el debut en cine de Carlos Gardel, que a la sazón
pesaba mas de cien kilos.
Camila Quiroga y su esposo, Héctor, fundaron La Platense Film, que
Viviana,
luego de adquirir una película ya hecha - con Camila, Julio
Escarcela, Aurelia Ferrer y Totón Podestá- trajo al país a Paul
Cappellani, actor y realizador de películas francesas desde 1906, y al
técnico Georges Benoit, uno de los mas prestigiosos de Francia; La
Platense se transformó eventualmente en la Quiroga-Benoit Films.
Treinta años o La vida de un jugador
Cappellani rodó aqui una versión de
¿Hasta donde? ,
que con el título de fue uno de los grandes éxitos de la
época. El mismo y Camila Quiroga encabezaron el reparto de esta película,
que sobresalió por su novelesca trama, buena interpretación y cuidada
realización. Cappellani cumplió luego lo mas importante de su carrera en
Estados Unidos, dirigiendo las mejores películas de Alla Nazimova.
Con dirección técnica de Georges Benoit se rodó otro film que
Juan sin ropa
integró la media docena de mayores sucesos de su tiempo, o
La lucha por la vida,
de José González Castillo, en el que volvieron a
citarse entretenimiento, buena factura y atrayente reparto (Camila y
Héctor Quiroga, Julio Escarcela, Lalo Bohuier, José de Angelis) y que
además de gustar aquí trascendió al exterior, llegando a ser vista hasta
por Alfonso XIII.
AÑOS DE ENTUSIASMO Y POBREZA
Fue entre 1916 y 1919 cuando mas se sintió el efecto estimulante de
Nobleza Gaucha,
cuando más se filmó y más se contó con el público.
A ese período pertenecieron -además de los éxitos ya evocados-
Buenos Aires tenebroso,
según libro del criminalista Manuel Carlés,
dirigida por el uruguayo Juan Glizé, el propio Carlés y Marrassino, con
Pedro Gialdroni, Vina Velazquez, Francisco Izzo y la adolescente Tita
El capataz Valderrama,
Merello; de Belisario Roldán, dirigida por M.
Pallache, con Pablo Podestá, Silvia Parodi, la bailarina Rosario
Guerrero, Felipe Farah, Olinda Bozán, Francisco Izzo y el niño Humberto
Santos Vega,
Peruzzi; de bastante éxito, con Pepe Podestá, Susana Vargas,
La loba,
Ignacio Corsini y Carlos Perelli, dirigida por Carlos De Paoli;
de Defilippis Novoa, con María Esther Podestá, Ilde Pirovano, Gloria
La
Ferrandiz y Argentino Gomez, donde volvió a intervenir Carlos Gardel;
última langosta,
escrita y dirigida por Calatayud, con Juan Vehil, José
La niña del bosque,
Olarra, Vina Velazquez y Francisco Izzo; dirigida por
Los habitantes de la leonera,
Emilia Saleny, con actores infantiles; con
Enrique Muiño y Camila Quiroga, largo drama policial producido por Carlos
Con los brazos abiertos,
Gutierrez, que en 1916 había presentado con
César Ratti, Salvador Rosich y Esperanza Palomero; también en 1916 Camila
El triunfo de las almas,
Quiroga animó con fotografía de Francisco
Mayrhofer, un muy capacitado cameraman italiano que había colaborado en
Nobleza gaucha Flor de durazno,
y a quien además se deben las imágenes de
El conde Orsini
y muchos otros films, pues se contó entre los técnicos
más solicitados durante largo tiempo. Otro especialista en fotografía que
se distinguió en esos años fue Luis Angel Scaglione, que debutó con
Santos Vega
y, luego de varios trabajos más, fundó la Colon Films y tuvo
estudios en los que Ferreyra rodó varias de sus películas; con él se
inició Gumer Barreiros.
Flor de durazno,
Patria Film, la productora de filmó también en su
Los Muertos,
estudio de la calle Jean Jaurés una versión de de Florencio
La vendedora de Harrod's.
Sanchez, con Argentino Gomez, y otra de de
Josué Quesada, con Berta Singerman y argentino Gomez; las tres fueron
dirigidas por Defilippis Novoa.
Nos estamos adelantando. Volvamos a 1915 para evocar un episodio
El capitán Alvarez, o, Bajo
revelador. Inesperadamente llegó de Hollywood
la tiranía de Rosas,
relato de aventuras acerca de un diplomático
norteamericano que salva unitarios condenados por la Sociedad
Restauradora y en cuyo final, luego de la batalla de Caseros, se ve al
tirano huyendo del país. Ajuria, con su gran astucia de distribuidor lo
hizo colorear a mano y dió importancia a su estreno. Aunque el film tuvo
gruesos errores de ambiente -por ejemplo, mostraba a Buenos Aires con el
fondo de las montañas californianas- ofreció en compensación la soltura y
acción rápida ya características de Hollywood.
Varios críticos exigieron sin éxito, su prohibición, y fue bastante
discutido, sobre todo porque en esos mismos dias se dio a conocer el
Mariano Moreno o La Revolución de Mayo,
escrito por García Velloso para
Max Glucksmann, con Pepe y Pablo Podestá y Camila Quiroga.Pero lo que
este tenía de ventaja en fidelidad histórica, el otro lo tenía en factura
y ritmo. Casi todos los films argentinos mudos -excepciones fueron los
éxitos que destacamos- tendieron a la lentitud, tanto por la forma mas
bien pesada en que se manejaba su acción como por la longitud de las
tomas y la falta de fluidez en la compaginación.
El capitán Alvarez,
tanto temática como formalmente, parece haber
Federación o muerte
influido sobre el Lipizzi de y, de un modo menos
identificable, sobre otros films argentinos que procuraron ser más ágiles
y -en el caso de los históricos- menos solemnes. Aunque tratándose de
films históricos, muchas veces las limitaciones de movimiento eran
impuestas por la escenografía, que solía consistir principalmente de
telones pintados, de escasa dimensión; esos telones, cuando se filmaba en
dias ventosos, aparecían en las películas bamboleándose detras de los
actores y amenazando aplastarlos en cualquier momento. Y esto nos lleva a
la pobreza franciscana de los presupuestos del cine mudo argentino.
Aunque, como ya se ha visto, aparecieron varias productoras,
practicamente ninguna prosperó o, por lo menos, no duró mucho. El
material extranjero dominaba el mercado y acaparaba las concurrencias.
Invertir en películas argentinas sólo pareció buen negocio a algunos
Nobleza gaucha
después que dio un dividendo del tres mil por ciento, pero
Hasta después de muerta, Resaca, Juan Sin Ropa
pese a que luego y otras
alcanzaron éxito, la mayoría no cubrió su costo o dio magras ganancias.
No podía descontarse la ventaja de europeos y norteamericanos en dinero,
experiencia, organización y planteles humanos, ventaja que se manifestaba
en mejores películas. Aquí sobraron entusiasmo y romanticismo, pero
faltaron capital y saber-como. Recién el sonoro, muchos años mas tarde,
creó condiciones que hicieron posible la concreción de una actividad
cinematográfica orgánica en nuestro país. En el mudo la financiación de
películas argentinas obedeció las mas de las veces a impulsos de vocación
y hasta filantropía, sin que faltaran, es claro, los providenciales
caballos blancos; raramente se tuvo mas del centavo justo para filmar con
el mínimo del gasto posible y, una vez terminada la producción, había que
deambular mucho con las latas, casi mendigando fechas de exhibición en
los cines. Las productoras de más larga vida fueron aquellas que se
defendieron económicamente con trabajos de laboratorio, filmación de
comerciales y otras actividades al margen de las películas de argumento.
ROBERTO GUIDI
Uno de los cineastas que más superó el primitivismo de su tiempo
fue Roberto Guidi. Comenzó su breve pero distinguida carrera en 1919, año
en que fundó la Ariel Film, junto con Alberto Biasotti y Mario Ponisio, y
El mentir de los demas,
dió a conocer su primera realización, con
Milagros de la Vega Eloy Alvarez y Felipe Farah.
Guidi fue uno de los primeros universitarios, y también uno de los
primeros argentinos nativos, que se dedicó a escribir, dirigir y producir
películas. Aunque doctor en ciencias económicas, le interesaban mucho las
letras, tenía cultura, autocrítica y buen gusto. En el desarrollo de sus
argumentos procuró evadirse de convencionalismos en boga,en la seleccion
de actores evidenció sentido de las personalidades (incorporó al cine a
Felipe Farah y Amelia Mirel y empleó a importantes figuras teatrales), en
el manejo de los mismos se destacó por su búsqueda de naturalidad, y en
Mala yerba,
lo puramente técnico de sus películas -la ya citada: con
Aves de rapiña, Escándalo de
Angel Moyano, Pepita González y José Pla;
medianoche,
con Farah la Mirel y Pla- se consideran entre las de más
esmerada factura hechas aquí en su época. Esto último, de manera
especial, le dió gran prestigio en los medios profesionales y por eso es
que, pese a haberse retirado de Ariel en 1924, un lustro más tarde fue
elegido presidente de la primera Asociación Cinematogáfica Argentina y en
carácter de tal abrió con un discurso, la primera película sonora hecha
en el país.
Guidi fue un estudioso del cine, un intelectual que dio importancia
a los conocimientos teóricos y también un ensayista que muchas veces
escribió sobre problemas expresivos de este medio. Ponisio lo acompañó en
su alejamiento de Ariel y Biasotti quedó en el cine, a cuyo progreso
contribuyó importando buenas cámaras (la primera Bell & Howell, la
primera Parvo L con caja metálica de aluminio) y otros equipos, asi como
preocupándose de mejorar el rendimiento de su importante laboratorio,
donde fueron procesadas muchas películas de diversos productores.
DOS AVENTURAS DE VALLE
Retrocedamos una vez más para evocar otros dos hechos interesantes
ocurridos antes de 1920 y debidos a la inquietud de Federico Valle,
quien, ya satisfecho con el nivel alcanzado por sus industriales, sintió
necesidad de empresas más audaces y resolvió filmar, en 1918, una
película de largo metraje en dibujos animados, una de las primeras de tal
extensión que se hicieron en el mundo.
Fantasmagorías
A diez años de la presentación en París de de Emile
Cohl, en la Argentina sólo se tenían vagas referencias sobre
procedimientos y técnicas del dibujo animado. Luego de infructuosas
tentativas de filmar dibujo por dibujo al aire libre (los saltos de luz
fueron insoportables) se construyó el aparato de filmación vertical usado
universalmente en este tipo de películas y se preparó el motor especial
para detener la cámara tras la impresión de cada fotograma.
Antes de plantearse y resolverse pacientemente esos arduos
problemas de realización, debió encararse el no menos dificil de
seleccionar y desarrollar el tema. Valle, porque "eso era lo que estaba
en el ambiente" se decidió por una sátira de Yrigoyen y llamó para
trabajar en el libro a Alfredo de Laferrere, hijo del famoso comediógrafo
y futuro ministro de relaciones exteriores (lo fue bajo la presidencia de
Aramburu). De los conciliábulos entre Valle y Laferrere surgió primero un
El apóstol,
título, y después un argumento: Yrigoyen duerme en su humilde
catre y sueña; su otro yo se desprende de él, va al Olimpo, requiere y
obtiene los rayos de Júpiter y los arroja sobre Buenos Aires, para
destruir la corrupción y el vicio enseñoreados en la ciudad. Todo ello,
claro está, coloreado con alusiones cachadoras a la política
presidencial, a los ministros y a diversos hechos de actualidad.
El diseño de los dibujos-tipo y las expresiones de los principales
personajes se encargaron al popularísimo "mono" Taborda, el más
renombrado caricaturista político del momento. Y la inacabable tarea de
completar los cincuenta mil dibujos, más omenos y las maquettes que
requirió el film, quedó a cargo de dos de los principales colaboradores
de Valle: el dibujante Quirino Cristiani y el prodigioso técnico y
artesano francés Andrés Ducaud.
El apostol
Hubo en una notable maquette de siete metros de ancho,
hecha por Ducaud, que reprodujo Buenos Aires vista desde el rio, con sus
calles, avenidas y plazas, sus casas, la mole del Congreso, la
Municipalidad, Obras Sanitarias, el Colón, la Aduana vieja, y también el
puerto, en cuyos muelles se mecían ochenta barquitos; no faltaron
cochecitos a cuerda ni peatones movidos por hilos invisibles. Sobre esa
minuciosa escenografía Valle creó un espectáculo dantesco. Uno de los
rayos lanzados por Yrigoyen desde el Olimpo cayó sobre la cúpula del
Congreso, la partió y la hizo caer en añicos; otro tocó Obras Sanitarias
y, mientras el edificio se desmoronaba, incontables chorros de agua
brotaron de sus puertas y ventanas; otro incendió el Colón, etc.
Hubo que resolver infinitos problemas técnicos para realizar la
escena, que luego impresionó al público cuando la película fue presentada
en el Select Suipacha, a dos pesos la platea, por Guillermo Franchini, el
audaz hombre de empresa que (en sus confiterías Richmond) inaugurara la
moda del copetín en Buenos Airas y que, alejándose del cuadrángulo
Corrientes-Avenida de Mayo, abriera el primer cine que hubo en la
entonces solitaria calle Lavalle.
El apostol,
Pero por sus inevitables imprecisiones de trabajo
inicial en dibujo animado, no tuvo un éxito relacionado con la magnitud
del esfuerzo que demandó hacerla.
Cuando se conoció este desalentador resultado, ya Valle y sus
colaboradores estaban embarcados en otra fantasía: un largometraje con
muñecos, en la misma linea de humor, imaginación y sátira yrigoyenista de
El apostol. Una noche de gala en el Colón
Se llamó y también fue conocido
Carmen criolla,
como porque su acción transcurrió en el Colón durante una
función de gala en que se representaba la ópera de Bizet.
La película se dividió en dos partes. La primera, animada por
muñecos, comenzó en el vestíbulo, con la llegada de los personajes y la
formación de corrillos, siguió con la entrada a la sala y concluyó cuando
todos habían tomada asiento. La segunda, en dibujos, mostró la
representación de la ópera, con Yrigoyen haciendo de Carmen y sus
ministros y amigos como Don José, Escamillo, Micaela, el Remendao, etc.La
orquesta, según cabía esperar, estaba formada por gatos.
La creación de los "tipos" fue nuevamente encargada al "mono"
Taborda, quién los diseño con más sujeción a la realidad, puesto que no
convenía una exageración caricaturesca como la permitida por los dibujos.
Además de los notables del yrigoyenismo, incluyó a otros infaltables en
los grandes acontecimientos de entonces, desde Benito Villanueva, Julito
Roca, Saavedra Lamas y Guerrico Williams hasta el "payo" Roqué y el
mismísimo "negro" Raul.
El único antecedente de films con muñecos que había en el país
estaba en la misma Cinematografía Valle, en una película de pocos metros
Una noche de gala en el
hecha sobre originales de Horacio Butler. Para
Colón,
sobre los originales diseñados por Taborda un escultor confeccionó
los modelos en plastina; luego de las correcciones se prepararon moldes y
se hicieron los muñecos definitivos, que posteriormente fueron pintados.
A los que representaban los principales personajes y tenían que hablar,
se les hicieron varias cabezas con diferentes posturas de labios,
enarcamiento de cejas, etc, de manera que al fotografiarse según cierto
orden dieran la ilusión de estar conversando. En cuanto al ambiente del
Colón, Ducaud se encargó de reproducirlo en una minuciosa maquette.
El apóstol,
Pero, lo mismo que, esta otra aventura resultó tan
curiosa como imperfecta. No contó con el favor del público pero dejó
lecciones útiles a quienes la realizaron.
LOS AÑOS MAS ACTIVOS
Otros hechos llamativos del período que estamos evocando fueron los
Santos Vega ; El matrero,
ensayos de cine sonoro hechos en que tuvieron
acompañamientos musicales y hasta voces en algunos momentos.
Nobleza gaucha
También se había exhibido con partes musicales,
ejecutadas por orquesta y sincronizadas por la acción. Algunos años
La muchacha del arrabal.
después Ferreyra hizo lo mismo con
La mayoría de las figuras importantes del teatro actuó en películas
desde el comienzo de nuestro cine, pero si en materia de repartos no hubo
problemas, distinta fue la historia en cuanto a directores. Intérpretes
abundaban y tenían una formación profesional. Directores escaseaban y
eran improvisados. Solo unos pocos llegaron a demostrar capacidad y
sobran los dedos de la mano para contar a los que superar un lustro de
labor mas o menos frecuente; años después, unicamente tres directores
iniciados en el mudo - José Ferreyra, Leopoldo Torres Rios, y Luis J.
Moglia Barth- hicieron carrera en el sonoro.
En cuanto a la orientación temática, nuestras películas mudas
apuntaron desde el comienzo a lo nacional. Era una época en que los
relatos argentinos -en teatro, novelas, folletines de diarios y revistas-
posaban de gran popularidad. Además, los primeros realizadores,
extranjeros, buscaron el asesoramiento y hasta la colaboración activa de
escritores argentinos, como los ya citados Belisario Roldán, García
Velloso, Martínez Zuviría y otros. La historia, el campo, Buenos Aires y
la actualidad inspiraron casi todos los argumentos, que justamente por
ser locales diferenciaron -al menos exteriormente- a las películas
argentinas de las extranjeras. Y gracias a esto y a los nombres de sus
actores, algunos lograron defenderse pese a sus defectos de realización.
El fusilamiento de
En los títulos de las películas estrenadas desde
Dorrego
hasta fines de 1921 se refleja la tendencia de nuestro cine en
ese período. Aparte de las mencionadas hasta ahora,se vieron durante esos
La cochera de Mendoza, Episodios de San Martín, La muerte de
trece años
Urquiza, Tito, Carlitos en Buenos Aires
(escrita, dirigida e interpretada
Carlitos en Mar del Plata, Carlitos y la
por Antonio Cunill Cabanellas)
huelga de barrenderos, Tierra argentina Dios te bendiga
(con Lola
Membrives, Florencio Parravicini, Juan Reforzo, Camila Quiroga, Benito
Viruta y las mujeres, La fuga de Raquel, Una
Cibrián, y Pablo Cumo),
aventura de Appiani, Gerundio, Pepito Ruiz, Aventuras de Duarte, El
terrible Perez, El tesoro viviente, Por mi Bandera
(con Lola Membrives,
La señorita ciclón, El condor de los Andes
Parravicini y Camila Quiroga),
El evadido de Usuahia, Alma de criolla,
(con fotografía de Valle),
América La flor del pago,
(con Roberto Casaux y Julio C. Traversa),
Romance argentino, El crimen de la calle Suipacha, El festín de los
caranchos, Perseverancia, La travesía de los Andes, Violeta o La reina
del tango, Delfina, Ladrón, Mateo, Alma en pena
(con Segundo Pomar y
No desear la mujer ajena, Problemas del corazón,
María Esther Podestá),
El ovillo fatal, La hija del matrero, El triunfo de un estudiante, En
buena ley
(con Silvia Parodi, Gialdroni y Olinda Bozán, que gustó
Ironías del destino
bastante), (con Pablo Podestá, Margarita Celestini, y
Pueblo chico, La maffia de Rosario, El gaucho, La garra
Carlos Perelli),
porteña, Trinidad Guevara, Las pesadillas de Diana, Mi derecho, Sobre un
pingo pangaré, Por la tradición, Venganza Gaucha, Carlitos y Tripín del
Uruguay a la Argentina Cuando el grito de
(con Carlos Torres Rios),
patria suena, El hijo del Riachuelo, Blanco y negro, En la sierra, Brenda
Rio carnaval, El rosal de las ruinas
(estas dos de Martínez y Gunche),
El puma, La taba de don
(de Belisario Roldán, dirigida por Julio Llauró),
Nicasio, El triunfo de la verdad, En un día de gloria, Los hijos de
naides, El sueño de dos enamorados, Un peludo de consecuencias, Cima
rellena, El gaucho relámpago, La mejor justicia, La república de jauja
, La ley del hombre, Carlitos y Tripín, Buenos Aires,ciudad de
(dibujos)