Table Of ContentBRICOLAJE CASERO
GUÍA PRÁCTICA DE
FONTANERÍA
RENÉ HILLER
Dibujos: Joël Bordier
Consejos Técnicos: Georges Fouquérant
EDITORIAL EVEREST, S. A.
MADRID • LEÓN • BARCELONA • SEVILLA • GRANADA • VALENCIA
ZARAGOZA • LAS PALMAS DE GRAN CANARIA • LA CORUÑA
PALMA DE MALLORCA • ALICANTE - MÉXICO • BUENOS AIRES
ÍNDICE
Introducción 3 2. Los elementos de la fontanería 30
A. La grifería (y los sifones) 30
B. Los aparatos sanitarios 33
Primera parte, los materiales de la fontanería . . 4
C. Algunos ejemplos de instalaciones sa-
nitarias 41
1. El cobre 4
A. Los métodos de trabajo del cobre .... 5 Tercera parte: averías habituales 44
B. Los empalmes de soldar 6
1. Los grifos 44
C. Los coletes planos 7
D. Los racor de anillo de ajuste 8
A. Desmontado de un grifo 44
2. El plástico 9 B. Cambio de junta estática 48
C. Cambio de junta dinámica 49
A. El plástico semirígido 10 D. Otro problema 50
B. El plástico rígido 11
2. Los empalmes de tubería 51
3. El plomo 13
A. Las juntas de compresión o racor de
A. La soldadura del plomo 13 anillos 51
B. Empalme de dos tubos perpendicula B. Las juntas soldadas 52
res o inclinados 14 C. Fuga de tubo 52
C. Empalmes con bridas 16
3. Los aparatos taponados 52
4. El hierro 16
4. Los W.C 53
A. Destaponado 53
Segunda parte: herramientas y elementos 19
B. Recambio de una taza 54
1. Herramientas necesarias para la realiza C. Las cisternas de agua 56
ción de obras sencillas 19
Cuarta parte: los terrazos 59
A. Las herramientas de apretado 19
B. Las herramientas de corte 20 1. Preparación de las superficies 59
C. Las herramientas de soldadura 21 2. Herramientas y materiales 60
D. Las herramientas de la elaboración ... 23 3. Técnicas de colocación 63
E. Los accesorios de fontanería 28 4. Las losas de plástico 64
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Carretera León-La Coruña km 5 - LEÓN
ISBN: 84-241-2953-9 Depósito Legal: LE: 402-1994
Printed in Spain - Impreso en España
EDITORIAL EVERGRÁFICAS. S. L,
Carretera León-La Coruña km 5
LEÓN (ESPAÑA)
INTRODUCCIÓN
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua define la fontanería como «el conjunto
de conductos por donde se distribuye el agua», y el fontanero como «el artífice que
encaña, distribuye y conduce las aguas para sus diversos usos».
Si mantenemos la idea general de «conductos y distribuciones», podemos pensar que la
fontanería es una técnica muy antigua. Efectivamente, numerosas excavaciones en luga-
res altamente prehistóricos, han revelado que civilizaciones muy antiguas conocían el
uso y, por consiguiente, la construcción de instalaciones higiénicas, particularmente en
Cercano Oriente. Más cerca de nosotros, pero sin embargo hace más de 2 000 años, las
termas romanas hacen suponer la existencia de una técnica avanzada, incluso si su tec-
nología no era necesariamente parecida a la que conocemos en la actualidad.
Después de estas civilizaciones de alta tecnicidad, constatamos un claro retroceso a
comienzos de nuestra era: en la Edad Media parece que se consideró como más fácil tirar
las aguas usadas por las ventanas y dejarlas escurrir por medio de las calles por los verte-
deros previstos para ello. A finales del siglo XVIII y principios del XIX observamos una tími-
da reanudación de las instalaciones higiénicas con el (re)descubrimiento del trabajo de la
fundición y del plomo. Pero, sólo al final del siglo XIX alcanza la fontanería el rango de
parte integral del edificio, uniéndosele otro oficio del metal: el del cinc con la techumbre
de los edificios. Se observa en esta época la aparición del «fontanero-cinguero» que reco-
rre las calles con su saco de cuero sobre las espaldas y su corona de plomo.
La fontanería toma entonces, al lado de otras partes integrantes del edificio como la
armadura y la carpintería, un rápido desarrollo: el fontanero-cinguero es el hombre que
trabaja los metales y pronto se desarrolla, como en cada categoría de profesiones, una
mentalidad particular, mentalidad de casta que subsistirá hasta mediados del siglo XX.
Actualmente, esta mentalidad de cuerpo ha desaparecido un poco: la mecanización, la
prefabricación, la búsqueda del rendimiento han conseguido que el fontanero se haya
convertido ante todo en un montador que sabe interpretar un plano, que sabe mantener
una cadencia y al que sólo se le exige un mínimo de conocimientos en trabajo y soldadu-
ra. Por el contrario, la recíproca feliz de este estado de hecho consiste en que las obras
de fontanería se han hecho más accesibles a los habilidosos que sacan ventaja de la pre-
fabricación de los elementos de montaje. Veremos juntos cómo se debe hacer para eje-
cutar la mayor parte de los trabajos habituales; nada de lo que sigue es complicado con
la condición de ser cuidadoso y meticuloso; no despreocuparse de los consejos que
vamos a darles, y ser prudentes ya que ciertas herramientas, como las lamparillas de sol-
dar, son relativamente peligrosas. Que esta advertencia, sin embargo, no le haga dar
marcha atrás: le deseamos éxito y alegría en esta nueva empresa para mejorar su casa.
3
PRIMERA PARTE
LOS MATERIALES DE LA FONTANERÍA
Capítulo 1:
El cobre
En fontanería se utiliza el cobre bajo dos formas: el
cobre martilleado y el cobre recocido.
El cobre martilleado se presenta en forma de barras
rígidas de todos los diámetros y de 4 a 6 m de longi
tud. El cobre recocido se presenta bajo forma de rollos
o coronas. El diámetro máximo de los tubos es de 20
El cobre martilleado se
mm; la longitud de la corona es generalmente de 4 a
curva mal: es preciso 10m.
La utilización de una u otra de estas formas depende
recocerlo.
de la naturaleza de las obras a efectuar. El cobre mar
tilleado se utilizará más corrientemente para realizar
partes rectas, y el cobre recocido, que ya por su pre
sentación es difícil de enderezar, se utilizará en las
partes de la instalación que necesitan un recorrido
El cobre recocido se sinuoso.
curva, pero se endereza Los diámetros más corrientes de los tubos de cobre
utilizados en fontanería son: 8/10 mm, 10/12 mm,
difícilmente.
12/14 mm, 14/16 mm.
Observación: los diámetros de los tubos se dan con
dos cifras, la primera cifra es el diámetro interior y la
segunda el diámetro exterior del tubo.
Las ventajas de la utilización del cobre como material
de tubería son su ligereza, resistencia mecánica,
aspecto agradable a la vista y que permite canaliza
ciones vistosas, facilidad de empleo para soldadura,
doblado, corte, empalmes por manguitos y juntas...
4
A. Los métodos del trabajo del cobre El curvado del cobre se efectúa ya sea en frío ya en
caliente según los diámetros utilizados. En general,
para los pequeños diámetros hasta 10/12 mm inclusi
El curvado ve, puede hacerse el curvado en frío. Para los diáme
tros superiores, se impone el curvado en caliente.
El curvado en frío se opera más corrientemente con
cobre recocido. Si se quiere curvar un cobre martillea
do de pequeño diámetro, es fácil, con una lamparilla
de soldar, calentar la parte que hay que curvar y, así,
recocerla y haciendo esta porción más maleable. El
curvado en frío se realiza con ayuda de un muelle de
espiras contactadas por los bordes que se enfilan en
Atención al curvado: el los tubos para evitar una deformación de su sección
(más tarde veremos la utilización de esta herramien
metal no debe doblar,
ta).
sino se forma un El curvado en frío puede realizarse igualmente con
una herramienta de profesional llamada curvadora,
comienzo de ruptura y,
que citamos sólo de paso.
en todo caso, un freno al
El curvado en caliente necesita un rellenado del tubo
escurrimiento del líquido. fino; debe hacerse un amontonamiento muy cuidado
de esa arena en el tubo después de haber tapado una
extremidad. Se calienta el cobre en la longitud del
doblado y ya puede realizarse la operación de curva
do.
Ya sea en frío ya en caliente, el curvado de un tubo se
realiza según un molde doblatubos levantado en el
lugar en que debe colocarse el tubo. Este molde
doblatubos puede realizarse con ayuda de un cable de
hierro de 4 mm de diámetro al que, con la mano, se
da la forma o curvatura deseada. Este método del
molde doblatubos tiene dos ventajas: primero dar la
forma exacta de la pieza; midiendo después con ayu
da de una cuerda, dar la longitud exacta del corte del
cobre a realizar para empalmar las dos partes.
El corte
El corte del cobre puede hacerse ya sea con ayuda de
un cortatubos, ya sea con la sierra de metales.
El cortatubo es, con mucho, la herramienta más prác
tica y que realiza el corte más claro con menos esfuer
zo.
5
La sierra de metales permite también realizar el corte
de un tubo de cobre, pero el corte es menos preciso y,
a menudo, es necesario, después del serrado, desbar
bar los bordes del corte. Además, como el cobre es un
metal blando, tiene el inconveniente de atorar las
hojas de las sierras.
El empalme de dos
elementos de cobre Las tres formas de empalmar dos elementos de cobre:
— por empalmes de soldar,
— por coletes planos,
— por empalmes de juntas.
B. Los empalmes de soldar
Son los empalmes de tipo Sudo, que se encuentran
en el mercado en cobre con soldadura indirecta. En
cada extremidad del empalme y en el interior de éste
se ha practicado una ranura que termina en un aguje
ro taladrado en todo el espesor del empalme (figu
ra 1). Por ejemplo, si hay que empalmar dos tubos de
1 0/1 2 mm, se elegirán empalmes cuyo diámetro inte
rior es de 12 mm, de manera que se pueda enmangar
Fig. 1
el tubo en el empalme, no sin antes haberlo desoxida
do con pasta desoxidante. Después de realizar el
montaje en frío, se bloquea el conjunto y se calienta
con la lamparilla de soldar de forma moderada, de
manera a calentar el conjunto y obtener una tempera-
6
tura homogénea. La temperatura de soldado se alcan
za cuando el bastoncillo de soldadura desoxidante
que se presenta frente a la llama se pone a «hervir».
No es útil colocar
En ese momento, se aplica el cable de soldadura (pla-
soldadura alrededor del tex) sobre el hueco de rellenado, pero siguiendo
calentando; la soldadura funde en la ranura de empal
empalme.
me y, por capilaridad, suelda los dos elementos. La
soldadura se termina cuando aparece en la extremi
dad del empalme, entre éste y el tubo, un hilo platea
do. Pasar seguidamente a la otra extremidad repitien
do la misma operación. Después del enfriamiento del
conjunto, la hermeticidad se ha realizado. Para un
mejor aspecto de la obra, limar la periferia del empal
me con el fin de eliminar los excesos de soldadura que
budieran haberse producido.
C. Los coletes planos
Esta forma de empalme de dos tubos se hace con
empalmes de rosca, uno con parte de roscado macho
y otra con parte de roscado hembra. Estas dos partes
con roscado se unen en cada extremidad de los tubos
a empalmar. Las dos extremidades son ensanchadas
en coletes aplanados entre los cuales se interpone
una junta en fibra compresada. El apretado de las dos
partes con roscado una contra otra asegura la unión
de los dos tubos y la junta asegura su hermeticidad
(figura 2).
El apretado de una junta
debe ser fuerte sin
exageración: el roscado
podría estropearse sin
mejorar la hermeticidad.
La confección de los coletes se realiza con la ayuda de
herramientas bien determinadas. Primero es necesa
rio un torno con el fin de aplanar los coletes, un juego
de mandriles, un cortatubos y un martillo. (Estas
herramientas se describirán en el capítulo siguiente).
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El torno de banco lleva dos agujerosque corresponden
a los diámetros corrientes de los cobres utilizados.
Colocar primero una de las dos partes del empalme
El aplanado del colete en el tubo, apretar el tubo en la mandíbula que corres
comporta dos fases ponde al diámetro empleado dejando sobrepasar dos
milímetros de tubo. Con ayuda de un mandril de
indispensables.
ensanche, alargar (figura 3) la extremidad de un tubo
en corola, realizar después el colete plano con el man
dril de aplastar. Repetir la misma operación con la
otra parte del empalme. Atornillar enérgicamente con
ayuda de dos llaves, y de esta forma se realizará el
empalme del colete plano.
Para el profano, la confección de coletes planos es,
con mucho, la operación de empalme más fácil de
realizar, con la condición de ser meticuloso.
D. Los racor de anillo de ajuste Los racor de anillo de ajuste son de la misma natura
leza aproximadamente que los empalmes de coletes
planos. Tienen tres partes: dos tuercas huecas que se
enroscan en una parte central compuesta por dos ros
cados. Cada extremidad del tubo recibe la tuerca hue
ca y un ovalillo bicónico antes de ser enroscado en en
la parte central. Por apriete de la tuerca hueca en la
unión central, el ovalillo especialmente fresado se
aprieta en el fondo de la tuerca hueca y asegura la
hermeticidad del conjunto (figura 4).
8
Cuidar mucho la
colocación de los
empalmes y no apretar
demasiado.
Estos empalmes que, a primera vista, pueden parecer
muy fáciles de utilizar, presentan sin embargo, algu
nos pequeños inconvenientes: primero, es preciso no
exagerar el apriete, porque se corre el riesgo de aplas
tar el ovalillo y romper la tuerca, después, no se ase
gura la hermeticidad si el tubo no está perfectamente
colocado en la unión central. Finalmente, este empal
me tiene un precio bastante alto.
Capítulo 2:
El plástico
Los tubos de plástico se presentan bajo tres formas:
flexible, semirrígido, rígido.
En Fontanería sólo se utilizan los plásticos de cate
goría rígida y semirrígida, estando reservada la cate
goría flexible para los tubos de regadío, vainas, forros
de reserva.
El empleo del plástico en fontanería está limitado
debido a su débil resistencia al calor. Por encima de
70° C, el tubo sufre deformaciones irreversibles. El
plástico se dilata entre 4 y 5 veces más que el acero y
corre el riesgo de provocar arranques de las juntas y
desprendimientos de los manguitos. Se ha intentado
superar este inconveniente fabricando tubos de
mayor espesor con el fin de aumentar la estabilidad
del material. Estos remedios aunque haya mejorado la
gama de su utilización, no han resuelto todos los pro
blemas.
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