Table Of ContentAlthusser • Macherey • Balibar
FILOSOFIA Y CAMBIO SOCIAL
Althusser-Macherey - Balibar ~
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De la misma forma que en la historia se pueden ob
servar empírkamente las condiciones de existencia
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impuestas a la filosofía, de igual manera se pueden ~
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observar empíricamente los efectos de la filosofía
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sobre ideologías y las prácticas sociales. Baste pen
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sar en el racionalismo del siglo XVII y en la filoso
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fía de 1as luces, donde los resultados del trabajo de
1
elaboración filosófica se dan en la ideología y en los
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comportamientos sociales. Estas dos etapas de la fi- · 00·
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losofía burguesa son otros de dos momentos consti ·~
tutivos de la ideología burguesa ~n dominante. Esta <
constitución se ha hecho en la lucha y la filosofía
ha jugado en ella. su papel de cimiento teórico para
la unidad de esta ideología.
Si todo lo que acaba de decirse ha sido posible decir
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lo por el descubrimiento que Marx nos hizo de la <
naturaleza de una sociedad de clases, del papel del
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, Estado y de las ideologías en la superestructura, la Q
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cuestión de la filosofía marxista se convierte enton
ces en más paradógica todavía. Porque si la filosofía m
juega, en última instancia, el papel de laboratorio o
de unificación y de cimiento teórico para la ideolo
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gía dominante ¿cuál es el papel de los filósofos que r:a
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se niegan a servir a la ideología dominan:te? Cuál es ~
·: ¡ el papel de un hombre como Marx, que declara en . < .···
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el Postfacio la segunda. edición alemana de EL CA u¡,.
PITAL que su libro es "una crítica que representa
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a una clase cuya misión es la· de derribar a la clase
dominante .y.la.de.suprimir todas las clases"? <
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Althusser· Macherey •.....,
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FILOSOFIA
YC AMBIO SOCIAL
© by .Ediciones Metropolitanas, 1984
Queda hecho el depósito que previene la ley 11 ,723.
Prohibida su reproducción total o parcial sin previa
autorización escrita de la Editorial
PRINTED IN ARGENTINA
IMPRESO EN LA ARGENTINA
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LA TRANSFORMACIÚN DE LA FILOSOFIA (*)
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Louis Althusser ¡·:
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Con vuestro permiso, quisiera presentaros algunas
reflexiones sobre la filosofía marxista.
Vivimos un período histórico, en el que el marxismo,
la teoría marxista forma parte de nuestra cultura. Lo
cual no quiere decir que esté integrada en ella. Por el
contrario, el marxismo (dis)funciona en nuestra cultura,
como un elemento y una fuerza de división. Que el mar
xismo sea un objeto de conflicto, una doctrina defendida
por unos y violentamente atacada y deformada por
otros, a nadie puede extrañar. Porque el marxismo, su
teoría y su filosofía, ponen sobre el tapete la cuestión de
la lucha de clases. Y todos sabemos muy bien que detras
de las opciones teóricas abiertas por el marxismo late
siempre la realidad de unas opciones políticas y de una
lucha política.
Sin embargo, y a pesar de su gran interés, dejaré a un
lado este aspecto de la cuestión y cóncretaré mi exposi
ción en las características paradójicas de la filosofía mar
xista. ¡1;.:::-.->
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(*) Conferencia pronunciada en la Universidad de Granada, ~-_.,.
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Facultad de Filosofía y Letras, el 26 de marzo de 1976. ..: :·:·:
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L3. filosofía marxista presenté¡ efectivamente una para- se trata de una exhortación moral) un sermón rdigioso o
. doja en si misma que, e:r pdncipio, nos deja estupefacto~ una novela. La filosofía. se produce asi, distinguiéndose
y cuya lucidación resu.!t<?. muy com.pleja. Se pued12: enun radicalmente de los restantes géneros morales~ políticos,
ciar esa paradoja diciendo simplemente: la filosofía mar religiosos o literarios. Pero lo que resulta más importante
x1sta existe Y sin emba:rgc, nunca h::. sido produci.da co es que la filosofía se produce, como tal «filosofía», dis
1
mo tal dilosofia». ¿Qué quiere decir esto? Somos cons·· .tinguiéndose de las ciencias. Aquí se plantea uno de los
dentes de que todas las filosofías que conocemoss desde aspectos más decisivos de la cuestión. Parece como si el
Plutón a H.us&eri, Wittg~nsh:;in y Heidegger han sido pro destino de la filosofía estuviese profundamente ligado a
ducidas come «filosofi~,s:>> y han aportado ella~ mismas la existencia de las ciencias, ya que es necesario que exista
las pruebas de su existencia filosófica, mediante sistemas una ciencia para que (al igual que ocurre en Grecia con
te6ricos racionales, generando discursos, tratados y Platón, al surgir la geometría) se provoque la aparición
otros escritos sistemáticos, perfectamente aislables e de la filosofía. Y esta vinculación, dentro de un destino
identificr.~bles como <:<filosóficos» en ia historia de la cul común, es tanto más profunda cuanto que la existencia
tura. Esto no es todo; tales sistemas teóricos racionales y de la filosofía no puede producirse sin contar previamen
sistemáticos han producido siempre la prueba de su exis te con la existencia del discurso racional de una ciencia
tencia filosófica, mediante el conocimiento o mediante ei pura (como .la geometría en el caso de Platón, la
descubrimiento de un objeto pwpio (ya se trate de la idea geometría analítica y la física en el de Descartes, Iá física
de
del todo, del Ser, la Verdad, de las condiciones a newtoniana en el de Kant, etc.). Prueba de ello es que la
priori de cualquier conocimiento o de cualquier acción filosofía no existe (y no puede apartarse de los mitos, de
posible, del Origen, del Sentido o del Ser, del Ente). To la religión, de la exhortación moral o política y de la sen
das las filosofías conocidas, por tanto, se han presentado sualidad estética) más. que con la condición absoluta de
en la historia de nuestra cultura corno «filosofía», y en el poder ofrecer ella misma un discurso racional, cuyo mo
campo de la «historia de la filosofía», bajo la forma de delo la filosofía sólo puede encontrarlo en el discurso ri
discursos, de tratados o de sistemas racionales que com guroso de las ciencias existentes. Pero en este punto las
·. : portan el conocimiento de un objeto propio. cosas sufren una sorprendente inversión: la misma
'·i Pero es necesario ir más ailá. Al constituirse como «fi filosofía, que toma de las ciencias puras existentes el mo
··.: ~' losofías», dentro del campo de la cultur~. todas las deÍo de. su propio discurso racional puro (pensemos en la
filosofías conocidas se han autodiferenciado siempre,
tradición que va desde el «que nadie entre en la filosofía
:. ; ~ r cuidadosamente, de las demás formas de discursos o de si no es geómetra», a la filosofía expuesta «more geo
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,~ cualquiera de las otras obras escritas. Cuando Platón metrico» de Spinoza y a <da filosofía como ciencia rigu
escribe sus diálogos o sus obras didácticas, tiene buen
rosa)) de Husserl), invierte completamente en el interior
cuidado de diferenciarse de cualquier discurso literario,
de su discurso su relación con las ciencias. Es decir, la
retórico o sofístico. Cuando Descartes o Spinoza escri
:::.! filosofía se separa rigurosamente de las ciencias reales y
ben, es evidente para todo el mundo que lo que ellos ha
de sus objetos y declara que es cienCia, pero no en el sen
·:,i cen no es «literatura». Cuando .Kant o Hegel escriben, no
tido de las ciencias ordinarias (que no saben de lo que
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de la religión, de la exhortación moral y de la oratoria
hablan), sino que asegura que ella es la ciencia suprema, política o de la poesía y la literatura) y la segunda demar
la ciencia de las ciencias, la ciencia de las condiciones a cación que acabamos de indicar, la que se refiere a las
priori de cualquier ciencia, la ciencia de la lógica dialécti ciencias, existe una profunda relación de parentesco.
ca, que convierte a todas las ciencias reales en meras de Porque si observamos de cerca la cuestión, podremos
terminaciones del entendimiento, etc. En otras palabras: · darnos cuenta de que la filosofía no se contenta ni con
la filosofía toma prestado de las ciencias existentes el mo dominar a las ciencias_ ni .con «decir» la verdad de las
delo. de.un. discurso racional puro. Está, pues, «someti ciencias. La filosofía impone su dominio igualmente res
-sor1 su
da» a las «ciencias reales>;~-q~e condíd6ri de posi pecto de la religión y la moral, respecto de la política y la
bilidad. Sin embargo, en el interior del propio discurso estética, e incluso sobre lo económico (desde Platón, en el
filosófico, se produce una inversión del problema: el dis que enc~ntramos una sorprendente teoría del salario, y
curso filosófico convierte esta sumisión ante las ciencias Aristóteles, con sus apreciaciones sobre el «valor» y el
en una relación de dominio sobre las ciencias. La «sistema esclavista»). La filosofía aparece así como la
filosofía se sitúa, en tanto que tal filosofía, por encima ciencia del todo, es decir, de todas las cosas. La filosofía <·-
de las ciencias, toma el poder sobre ellas. enuncia la verdad de todos los objetos exteriores, revela \o:::
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Así es como en Platón las matemáticas se relegan al or lo que tales objetos son incapaces de decir sobre ellos ¡·;
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de~ subordinado de la «dianoia». disciplinas hipotéticas mismos: le.s «dice», les revela su esencia. Y es legítimo
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sometidas a las anhipotéticas, que son el objeto de la pensar que la fórmula que se utiliza para las ciencias '.
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filosofía. Así es también cómo en Descartes las ciencias («que. nadie entre en la filosofía si no es geómetra») re r·
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son sólo ramas salidas del tronco de la metafísica. Así es sulta igualmente válida para los demás temas: para poder
como en Kant y Hegel y Husserl la filosofía es la. que hablar cie religión, el filósofo debe ser religioso, para po
tiene la última palabra con respecto a las ciencias, es de der hablar de moral el filósofo debe ser moral, para po
cir, su criterio de justeza, su sentido, en la dialéctica de la der hablar de política debe ser político, para poder
lógica pura, en el origen del sujeto trascendental concre hablar de arte debe ser «esteta», etc. El mismo tipo de in
to. Ese vínculo singular y altamente contradictorio, que versión que hemos visto actuar en el terreno de la ciencia,
liga a la filosofía con las ciencias, esa operación que actúa igualmente, sólo que en silencio, respecto a todos
transforma las condiciones de existencia de la filosofía (y los demás objetos. «Objetos» que habitan, de una mane
por consiguiente de las ciencias) en determinaciones su ra específica, el espacio de la filosofía: sólo que la
a
bordinadas la propia filmofía, esa operación por la que filosofía no les deja acceder a tal espacio sino a condición
la propia -filosofía se sitúa a sí misma en el poder, decla de imponer previamente su poder sobre ellos. En una pa
rando que sólo ella posee la verdad de y sobre las ciencias labra: la producción de la filosofía, en tanto que tal . :;.
que le proporcionan el modelo de su propio discurso ra «filosofía», concierne a todas las ideas y a todas las prác
cional y sistemático, forma parte de la producción de la ticas humanas, pero siempre subordinando todas éstas a
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filosofía como «filosofía». Y ello nos permite sospechar la «filosofía»,es decir, sometiéndolas a una «forma filo
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que entre la primera demarcación que hemos señalado sófica» radical. Y es este proceso de «subordinación» de F[;.::
(aquella por la que la filosofía se distingue de los mitos y
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filosofía marxista. La filosofía marxistá existe y, sin em
las prácticas e ideas humanas a la «forma filosófica» lo
que vemos realizarse en .los diálogos, los tratados y los bargo, no ha'sido producida como filosofía en el sentido
que acabamos de analizar. No hay que ir demasiado lejos
:;;' sistemas filosóficos.
para convencerse. Dejando aparte las breves frases, ful
En el fondo, podría resultar ingenioso plantear la cues-
gurantes y enigmáticas, de las Tesis sobre Feuerbach, que
tión siguiente: ¿por qué siente la filosofía .esa necesidad
anunciaban una filosofía que no ha llegado jamás; de
de hablar tomando todas las precauciones, para desmar
carse de las ciencias y de cualquier otra idea o práctica jando aparte las me>~.~.a.~~~ .. ~ríti~él:s .. filosófica~ ci.i.rigi4ª~
contra los neohegelianos en La Ideología alemana, que se
social? ¡Si lafilosofía sólo habla de ellas! Digamos que la
limitaban ·a zambullir a toda la filosofía en la nada vapo
cuestión no es tan simple. Si la filosofía experimenta la
necesidad, o mejor aún,. se encarga de hablar y de consig rosa de la ideología, y al margen de las célebres alusiones
·.. . nar lo que tiene que decir en tratados separados identifi a Hegel en el prefacio a la segunda edición alemana de El
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Capital, Marx no nos ha dejado ningún tratado, ningún .
cables, es porque considera -en su íntima convicción
discurso de filosofía. Por dos veces, en dos cartas, Marx
histórica- que tiene una tarea irremplazable que
nos prometió una veintena de páginas sobre la dialéctica,
cumplir. Esta tarea es la de decir la Verdad sobre todas
pero tales páginas no nos llegaron nunca. Podemos pre
las prácticas e ideas humanas. La filosofía considera, en
sumir que no eran nada fáciles de escribir. Es verdad que
su íntima convicción histórica, que nadie ni nada puede
hablar en su nombre, y que si ella no existiera, al mundo Engels nos· ha dejado su crítica filosófica de Dühring, y
le faltaría su Verdad. Porque para que el mundo exista es que Lenin nos dejó Materialismo y Empiriocriticismo, de
preciso que tal Verdad sea dicha. Esta Verdad es ellogos, nuevo otra crítica. Igualmente cierto que de una crítica se
o el origen, o el sentido. Y como existe una identidad ori pueden extraer muchos elementos, pero ¿cómo «pen
ginaria entre ellogos y el decir (entre logos y legein, entre sarlos»?, ¿cómo «estructurar teóricamente» tales ele
la Verdad ·y el discurso), dicho de otra manera, como la mentos?, ¿se trataría de elementos de un todo, aun
ausenres, aun sin presencia efectiva, elementos, pues,
existencia específica dellogos no es la materialidad o la
práctiea o cualquier otra forma, sino el decir, la voz, la que bastaría con reelaborar según los moldes tradi
palabra, por esto, para hacer conocer el logos, consi cionales, como suelen hacer los filósofos marxistas
guientemente, la Verdad, sólo hay un medio: la forma que siguen aún inmersos en la «ontología>>? . .¡.o se
del discurso. Esta intimidad entre ellogos y el decir hace trataría por el contrario de elementos a los que es preciso
., que la Verdad, ellogos, sólo pueda ser encerrado o reco interrogar y descifrar e'l sí mismos, «preguntándoles»
l gido y ofrecido enteramente en el discurso de la filosofía. precisamente por qué siguen siendo sólo y únicamente
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Por eso la filosofía no puede sobrepasar de ningún modo «elementos»? Cierto que contamos también con los
su propio discurso. Por lo tanto, ~~tá claro que su discur «cuadernos» de Lenin sobre Hegel, pero también aquí
so no es un medio ni un intermediario entre ella y la ver nos surgen necesariamente las mismas rregunta:-,: ¿qué
dad, sino que es la presencia misma de la Verdad como sentido puede darse a e~as simples notas de lectura, a esas
indicaciones brillantes pero enigmáticas? Fn suma, resul
logos.
Pero ahora nos sale al paso la extrañ.a paradoja de la ta forzoso concluir que en ninguno de esos casm, Engels
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o Lenin nos han dejado nada que sea comparable, aun de tica, de manera subjetiva», emplea sin duda fórmulas r::
lejos, a las formas clásicas del discurso de la filosofía. que pueden interpretarse en el sentido de una filosofía ¡.;,
Ahora bien: el colmo de la paradoja radica más allá. trascendental de la praxis; y algunos no han dejado de •"
Radica en que esta ausencia de un discurso filosófico en ampararse en esta subjetividad activa para pensarla co-
el interior del marxismo ha producido, sin embargo, pro . mo legitiman te de una filosofía humanista, cuando Marx
digiosos efectos filosóficos. Nadie puede negar que la habla de algo muy diferente, ya que declara expresamen
filosofía que hemos heredado, la gran filosofía clásica te que esa filosofía es «crítica» y «revolucionaria». Pero
·.
·(de Platón a Descartes, de Kant a Hegel y Husserl) se ha .. · . en.esta.frase enigmática, al oponer de modo muy preciso
..
tambaleado desde sus mismas raíces (Y en todas sus pre la práctica a «la forma-objeto» y a la «forma-intuición», ;·,.
tensiones) por el impacto de ese algo inGoncreto, casi in Marx no hizo intervenir otra noción filosófica que estaría ! ,·.
definido, que le llegó de pronto con la presencia de en el mismo plano que la forma-objeto o la forma-·
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Marx. Algo que, sin embargo, no se presentó nunca bajo intuición y que estaría, por tanto, destinada a reempla
la forma directa de un discurso filosófico sino, muy al zarlas para fundar. una nueva filosofía, para inaugurar
contrario, bajo la forma de un texto como El Capital, o un nuevo discurso filosófico, sino que hizo intervenir
sea, no un texto «filosófico», sino un texto donde se po una realidad que posee la particularidad de estar a
ne en cuestión el modo de producción capitalista (y a tra la vez presupuesta en todos los discursos filosóficos
vés de él las estructuras de las formaciones sociales), don tradicionales y, por su naturaleza, excluida de tales dis
de de lo que se trata es sólo de un conocimiento científico cursos. Esto que digo aquí no se deduce sólo de la prime
ligado a la lucha de clases (ese conocimiento científico ra Tesis sobre Feuerbach, sino de toda la obra de Marx,
q-ue, de esta forma, se nos ofrece lo de un conocimiento de El Capital y de todas las obras que tratan de la lucha
como siendo a la vez parte de esta misma lucha de cla de clases del movimiento obrero. Esta irrupción de la
ses proletaria, es decir, de lo que a partir de Marx mis práctica en la tradición filosófica, incluso materialista
mo está representado en El Capital). Entonces: ¿cómo (ya que el materialismo del siglo XVIII no era un mate
comprender tal paradoja? rialismo de la práctica), constituye en su base una crítica
;: ::
Quisiera aclararla tomando el camino más corto, aun radical de esa forma de existencia clásica de la filosofía,
cuando este camino no sea exactamente el de la historia que yo definía como «producida en tanto que filosofía».
real. ¿Qué s.on, en efecto, la «forma-objeto» o la «forma
Así, diría de entrada que, pese a toda su brevedad y intuición»? Son, bajo las especies esta vez de la metáfora r:·
·::
conformación inacabada, las Tesis sobre Feuerbach con de la visión (metáfora que es intercambiable con la de la
tienen el esbozo de una indicación capital. Cuando Marx presencia o la de la palabra del logos), la condensación
escribe en la Tesis 1: «El defecto fundamental de todo el misma de la pretensión. Para la filosofía, los hombres vi
...: :.
materialismo anterior (incluyendo el de Feuerbach) es ven y actúan sometidos a las leyes de sus propias prácti ,.
que sólo concibe el objeto, la realidad, el mundo sen cas sociales: no saben lo que hacen. Creen estar en pose , .
J..·;.
sible, bajo la forma de objeto, de intuición, pero no en sión de verdades, pero no conocen lo que saben. Gracias ::-:
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tanto que actividad humana concreta, en tanto que prác- a Dios, la filosofía está ahí, ve por ellos y habla por ellos,
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. ::j para decirles lo que hacen y lo que no saben. Ahora bien, tica, proceso sin sujeto ni fin, según Marx, hay que afir
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la irrupción de la práctica va a hacer tambalearse este mar que no hay Verdad de la práctica.
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edificio, estas evidencias y e~ta pretensión. La irrupción
No hay, por tanto, problema en asignar a la práctica,
de la práctica es la denuncia de la filosofía producida co
momentáneamente, el papel de la Verdad, del fundamen
mo tal filosofía. Es decir, contra la pretensión de la
to, del origen, de una nueva filosofía, que sería una
filosofía de abarcar el conjunto de las prácticas sociales
filosofía de la praxis (si cito esta expresión no es en
(y las ideas), de ver el «todo», como decía Platón, para
contra de Gramsci, que nunca ·tuvo esto en cuenta). La _
establecer- -su -dominio .. sobre estas mismas prácticas;
práctica no es .·un sustituto de la Verdad para una
contra la pretensión de la filosofía de no tener «un espa
filosofía inmutable; es, por el contrario, lo que hace tam
cio exterior»,-el marxismo afirma que ciertamente la
balearse a la filosofía. La práctica es aquello que la
filosofía tiene «un exterior» o por decirlo con mejores
filosofía, a lo largo de toda su historia, ya sea bajo la for
palabras: que la filosofía no existe más que por ese «exte
ma de la causa errante de la materia como la lucha de da-
rior>> y para éL Este exterior (que la filosofía quiere ha ~
ses, no ha podido nunca asumir. La práctica es aquella
cerse la ilusión de someter~o a la Verdad) es la práctica,
otra cosa a partir de la cual, no sólo se puede hacer tam
las prácticas sociales.
¡ balear a la filosofía sino más aún, gracias a la cual pode
Hay que aceptar la radicalidad de esta crítica para en
mos empezar a verclaro en el interior de la filosofía.
tender sus consecuencias. ·1
Decía ántes: «la práctica obliga a la filosofía a recono
D~ forma contraria allogos (es decir, a una representa
cer que ésta tiene un exterior». Conocemos la afirmación
ción de algo supremo a lo que se llama <da Verdad» y cu
de Hegel: la conciencia de sí tiene un envés, y no lo sabe.
ya esencia se reduce al «decir» -o la inmediata presencia ¡¡
de la vista o·de la voz-), la práctica, que es ajena por .JI A eso responde la confidencia de Fran~ois Mauriac cuan
comp'leto allogos, no es la Verdad y no se reduce, nó se f do recuerda que, de niño, él creía que las personas
'J
realiza, en· el Decir o en el Ver. !' ilustres no tenían culo: La irrupción de la práctica coge a
la filosofía por la retaguardia y fijémonos como ocurre
La práctica es un proceso de transformación sometido
esto.
siempre a sus propias condiciones de existencia y que
,';..·.r
produce, no la Verdad, sino «Verdades» (o la Verdad, Tener un espacio exterior y tener un trasero se dirá que
digamos, de los resultados o de los conocimientos, todo es lo mismo. Pero tener «un detrás» es tener un exterior
ello en el interior del campo cie sus propias condiciones inesperado. Y la filosofía, desde luego, cuenta con esto.
de existencia). ¿Acaso la filosofía no ha introducido en el dominio de su
.::.:::
:<¡ Y si la práctica tiene agentes, no tiene, sin embargo, un pensamiento la totalidad misma de todo lo que existe,
.:· j
_, sujeto como origen trascendental u ontológico de su ob incluso el fango del que habla Sócrates, o el esclavo del
jetivo, de su proyecto, como tampoco tiene el fin como que habla Aristóteles o incluso de la acumulación de ri
Verdad de su proceso. Es un proceso sin sujeto ni fin. quezas en un polo y de la miseria en el otro de que habla
.; ,!' · Si aceptamos el término de Verdad en su sentido filo ba Hegel? Para Platón, el filósofo observa el todo; para
sófico, de Platón a Hegel, y si lo confrontamos a la prác- Hegel, el filósofo piensa el todo; de hecho, todas las
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prácticas sociales están ahí, en la filosofía, y no sólo la
de las grandes maniobras de Platón y Hegel sobre la mo
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fabricación de zapatos y de barcos, no sólo el dinero, el
ral, la política o la economía. La filosofía, cuando se le V
salario, la política y la familia, sino también todas las
4, objeta que tiene un espacio exterior, tiene razón al pro i<·
¡::
ideas sociales, la moral, la religión, las ciencias y las ar
testar y responder que no lo tiene, puesto que ella se hace ~~~:
tes, del mismo modo que están las estrellas en el cielo. Si f;
cargo de todo. Ciertamente, su espacio exterior hay que
f:
todo está ahí, si todo está perfectamente recogido y ..
buscarlo y encontrarlo dentro de ella misma, en esa apro- ¡ ::
¡·:
reunido en el interior de la filosofía, ¿dónde está el espa
piación.del espacio exterior filosófico que se realiza sobre
cio exterior? ¿Acaso el mundo real, el mundo material,
t·as prácticas sociales, en esa-operación-de explo~ación.y, ----·
no existe para todas las filosofías, incluso para la por tanto, de deformación de las prácticas sociales que le rt·:·.
filosofía idealista? Berkeley, por ejemplo, era un obispo permite a la filosofía unificar tales prácticas bajo la Ver- V' -
para el cual, según la frase de Alaín, «la comida estaba dad.- - !' . '
' -'.
ya cocinada»; sin embargo, este obispo era también un ¡~:
El verdadero espacio exterior de la filosofía está :::
hombre como cualquier otro, que no se equivocaba en '[·''
dentro de la propia filosofía, o sea, en esta separación, ~ .
absoluto sobre la existencia de la «carne asada», es decir, i
esta distancia de la deformación y de la explotación. Por [.>
sobre la existencia del mundo exterior.
el contrario, la práctica es el empeño de existir por enci
'.
¿En qué consiste, entonces, este proceso maligno que
ma de tal explotación y de tal transformación, es la resis
se da en la filosofía? Para ser precisos, hay un pequeño
tencia a esa violencia filosófica.
matiz sobre el cual es necesario detenerse. A fin de hacer
Pero queda por decir lo más importante. Porque_ lo
entrar a todas las prácticas y a las ideas sociales en el do
dicho hasta ahora podría interpretarse en términos de vo
minio de su pensamiento, y para imponerse ella misma
luntad de poder, contando la historia de la filosofía un
sobre todas estas prácticas e ideas sociales para decirles
poco a la manera de Nietzsche: existieron en un determi
su verdad, la filosofía hace trampas: es decir,' cuando la
nado momento hombres movidos por el· resentimiento
filosofía las absorbe y las reelabora de acuerdo con su
que, heridos por el mundo, emprendieron la tarea de do
propia forma filosófica, en absoluto hace esto respetan
minarlo mediante el pensamiento y concibiéndolo exclu ~ :·
do escrupulosamente la realidad (la propia naturaleza) de
sivamente a través de éste. Los filósofos fueron precisa
tales prácticas e ideas sociales. Al contrario, al afirmar su
mente estos especialistas de la violencia del concepto, del
poder de Verdad sobre ellas, la filosofía ha tenido que
Begriff, de la apropiación, y, además, afirmaron su
::;"
obligarlas a sufrjr una verdadera transformación, aun :-··
potencia sometiendo a la ley de la Verdad (de su verdad)
que ésta suela ser imperceptible. ¿Qué hacer si no para
todas las prácticas sociales de los hombres, que seguían
ajustarlas y pensarlas bajo la unidad de una única y mis
entristeciendo y viviendo en la noche. Sabemos que tal
ma Verdad? Tampoco hay necesidad de ir demasiado le-
perspectiva no es del todo extraña a algunos de nuestros
. jos para entender esto: ahí están, por ejemplo, el impulso
contemporáneos, que de forma natural buscan y en
de Descartes a la física de Galileo -¡que es, sin duda, al
cuentran en la filosofía el arquetipo de la potencia, el
go más que experimentación!-, o la pequeña operación
modelo de cualquier poder. Ellos mismos escriben la
de Kant sobre la química y la psicología, para no hablar
ecuación saber= poder, y a la manera de los modernos
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