Table Of ContentAUTORES. TEXTOS Y TEMAS
F I L O S O F Í A
Carinen Trueba
Etica y tragedia en Aristóteles
AltlTHlHlM M Á9A universidad autónoma metropolitana
I I pIW l ir#
esa abena ¿tempo UNIDAD IZTAPALAPA División de Ciencias Sodaies y Humaridades
AUTORES, TEXTOS Y TEMAS
F I L O S O F Í A
54
Carmen Trueba
ÉTICA Y TRAGEDIA
EN ARISTÓTELES
3 MfMMWí
UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA
Ética y tragedia en Aristóteles / Carmen Trueba. — Rubí (Barcelona):
Antlnopos Editorial; México : Universidad Autónoma Metropolitana
(UAM), 2004
158 p.; 20 cm. — (Autores, Texto; y Temas. Filosolía ; 54)
Bibliografía p. 135-149. índice de nombres
ISBN 84-7658-685-X
1. Aristóteles - Poética - Crítica e interpretaciión 2. Aristóteles - Etica
3. Tragedia griega - Filosofía I. Universidad Autónoma Metropolitana - Izlnpalapa
(México) II. TíLuio III. Colección
I Aristóteles
Primera edición: 2004
© Carmen Trueba, 2004
© Anthropos Editorial, 2004
Edita: Anthropos Editorial. Rubí (Barcelona)
www.anthropos-editorial.com
En coedición con la División de Ciencias Sociales y Humanidades.
Universidad Autónoma Metropolitana - Iztapalapa, México
ISBN: 84-7658-685-X
Depósito legal: B. 19.980-2004
Diseño, realización y coordinación: Plural, Seivicios Editoriales
(Nariño, S.L.), Rubí. Tel. y fax 93 697 22 96
Impresión: Novagrafik. Vivaldi, 5. Monteada i Rcixac
Impreso en España - Printecl in Spain
Todos los derechos reservados. Lisia publicación no puede ser reproducida, ni en lodo ni en
parte, ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en
ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, loloquímico, electrónico, magnético, elec-
troóplico, por lotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito tic la editorial.
PRÓLOGO
Borges olvidó agradecer a Tespis y Esquilo la
invención de la tragedia, esa maravillosa mimesis
de la vida, el sufrimiento y la falta de entendi
miento...
La naturaleza de la tragedia es un tema clásico de la filoso
fía que continúa siendo objeto de interés y de controversias
hasta el presente. Los pensadores modernos tienden a ver en
lo trágico un elemento fundamental de la existencia humana
y creen advertir en las tragedias y en ciertas constantes del
conflicto trágico una expresión fiel de la condición humana,
en tanto que Aristóteles concibe la tragedia, esencialmente,
como una obra de arte poética, aunque la defina como una
«imitación de la vida». Para él, lo trágico es primariamente
un efecto patético que el poeta puede lograr con su arte, no
una experiencia o un hecho de la vida. Su teoría de la tragedia
ha dado lugar a las interpretaciones más opuestas debido
a que la Poética ha llegado incompleta a nosotros y plantea a
sus lectores serias dificultades para comprender el significado
de algunos aspectos importantes, tales como la catarsis, el fin
o la función de las tragedias y su placer propio.
El silencio aristotélico sobre varios puntos medulares
de su tratado, sumado a la oscuridad de algunos pasajes y a
que no se limita a describir el género literario trágico, sino que
propone un modelo de excelencia y dirige algunas recomen
daciones poéticas a los compositores de tragedias, han dado
lugar a una extensa discusión. Mientras algunos estudiosos
consideran la Poética una obra de crítica literaria, otros con
ceden importancia a la afirmación aristotélica de que la poesía
es filosófica y dice lo universal y creen advertir una relación
estrecha entre la teoría de la tragedia y la ética de Aristóteles.
7
En mi libro propongo una interpretación coherente de la teo
ría aristotélica de la tragedia que reexamina la relación entre
la ética y la tragedia, a partir de un estudio basado en la Poé
tica, pero que no queda encerrado en ella. Mi lectura toma en
cuenta otros textos aristotélicos relacionados con la teoría de
las emociones y la filosofía práctica de Aristóteles que nos
arrojan cierta luz acerca del significado de algunos términos
que no define en su Poética, pero que resultan de gran rele
vancia para comprender su idea de la tragedia: mimesis,
kátharsis, máthésis y hamartía. A lo largo del análisis y la ex
posición de las diferentes cuestiones discuto las principales
vertientes interpretativas contemporáneas a la luz de la filo
sofía aristotélica y de algunos ejemplos trágicos.
Aristóteles en su Poética no se ocupa de manera directa de
los problemas que suelen entenderse como el núcleo filosófi
co de la tragedia: el mal, la muerte, el sufrimiento, el dolor, la
angustia, la condición humana, la culpa, el destino, la arro
gancia, la libertad, la suerte, la necesidad, los conflictos hu
manos, la violencia, la justicia... Lo anterior ha llevado a algu
nos de sus críticos a desconocer el carácter filosófico del
tratamiento aristotélico de la tragedia.1 Sin embargo, el he
cho de que Aristóteles centre la mayor parte de su análisis de
la tragedia en cuestiones de orden poético y formal, no impli
ca que su análisis no sea filosófico. La apreciación equivoca
da de su teoría de la tragedia proviene de una idea demasiado
estrecha de lo que son un problema o un tratamiento «filosó
ficos». En la Poética plantea varias cuestiones de índole filo
sófica tocantes a la naturaleza del discurso poético, como la
relación entre la poesía y la realidad, al igual que algunos pro
blemas referentes a la demarcación entre distintos órdenes
del discurso, a pesar de que él no examine los problemas en
detalle ni los resuelva por completo. En general, su tratamiento
de las cuestiones es esquemático y en algunos casos se limita
a dejar esbozado el problema sin apuntar ninguna solución.
Pero lo anterior no le resta valor a sus observaciones y re
flexiones en torno a la naturaleza de la tragedia y lo trágico,
como tendremos oportunidad de constatar en este libro. El
propósito de cada uno de los capítulos es examinar y aclarar
1. Cf. W. Kaufmann, Tragedia y filosofía, Barcelona, Seix Barra!, 1978, p. 66.
8
un aspecto medular de la teoría aristotélica de la tragedia, a la
luz de la revisión cuidadosa de los escritos de Aristóteles co
nectados con el tema y de algunas referencias a la literatura
secundaria y a las controversias sostenidas en torno, sin pre
tender abarcar toda su amplitud y profundidad.
Para comprender la idea aristotélica de tragedia y la natu
raleza de las preferencias y las recomendaciones poéticas de
Aristóteles es preciso situarlas en el contexto de la teoría ge
neral de la poesía esbozado en la Poética. Éste es uno de los
principales objetivos del presente libro, el cual está dividido
en cuatro capítulos, cada uno de los cuales trata un problema
fundamental de la teoría aristotélica de la tragedia.
Aristóteles, como se sabe, define la tragedia como «imita
ción (mimesis) de una acción y una vida», sin especificar lo
que entiende por mimesis o imitación poética, de ahí que el
primer capítulo —«La mimesis poética»— esté dedicado a in
dagar el significado de esta noción clave de su teoría de la poe
sía en general y la trágica en particular. En el segundo capítulo
—«La catarsis trágica»— examino una de las cuestiones más
enigmáticas y discutidas de la teoría de la tragedia: la catarsis
de las emociones. Reviso y discuto las principales vertientes
interpretativas de la catarsis: la médica, la estructural y la
intelectualista, a partir de la teoría de las emociones desarro
llada por Aristóteles en sus tratados biológicos, de la clasifica
ción de los cantos en Política VIII y de algunas otras fuentes
aristotélicas relevantes que se relacionan con la cuestión. En el
capítulo tercero —«Poesía y filosofía»— analizo la tesis aristo
télica de que «la poesía es filosófica» y es una fuente de apren
dizaje, expongo algunas de las interpretaciones más influyen
tes de dicha tesis, discuto el problema a partir de la Poética
misma y de la comparación entre la manera que tienen la his
toria y la poesía de presentar cierto tipo de acciones violentas y
cuestiono la visión universalista de que la tragedia es una fuen
te de aprendizaje y nos aporta un conocimiento. Por último, en
el cuarto capítulo —«Ética y tragedia»— analizo la naturaleza
de las preferencias y recomendaciones poéticas de Aristóteles,
su noción de lo trágico y su modelo de tragedia ideal, y aclaro
el sentido de la hamartía trágica y su lugar en la teoría de la
tragedia esbozada en la Poética. Propongo, además, una res
puesta coherente a las preguntas relativas a la naturaleza de la
9
tragedia, la catarsis trágica, la enseñanza trágica, a partir de la
Poética de Aristóteles y de mi propia experiencia como lectora
de tragedias. Cada capítulo del libro constituye una unidad y
puede ser leído por separado, a pesar de que mantiene una
conexión sistemática con el resto de los capítulos, debido a que
cada sección forma parte de una discusión continua cuyos re
sultados parciales sirven de apoyo a la solución final de las
cuestiones planteadas que presento en las conclusiones.
A lo largo del análisis y la exposición destaco los elementos
que permiten obtener una visión más clara de la posición
aristotélica acerca de la poesía trágica y su efecto sobre los
espectadores. La revisión emprendida no pretende ser exhaus
tiva, lamento haber dejado fuera estudios importantes que me
hubiese gustado incluir, no obstante, me pareció mejor seguir
el consejo de Calimaco de publicar un libro pequeño,2 consi
derando que Aristóteles escribió poco sobre el tema. He pro
curado, asimismo, imprimir al análisis, la exposición y la discu
sión de los textos y las posiciones un carácter dialéctico, acorde
con el tratamiento aristotélico de las cuestiones y el estilo de la
argumentación aristotélica. La perspectiva desde la cual me
aproximo a los escritos de Aristóteles está abierta a las aportas
presentes en su obra. Al mismo tiempo, procuro descubrir
una vía para solucionar los frecuentes conflictos de interpre
tación y las aparentes inconsistencias del tratamiento aris
totélico, a través de los textos mismos y de su posible referen
cia a otros escritos. Trato de considerar las razones por las
que Aristóteles sostiene tal o cual hipótesis. En ocasiones, ex
traigo las premisas implícitas en el argumento ofrecido por el
filósofo y deduzco las consecuencias lógicas que se derivan de
algunas de sus opiniones, porque el estudio de la Poética y la
lectura de los dramas trágicos áticos inducen a plantearse de
nueva cuenta las preguntas que Aristóteles formuló, a cues
tionar la coherencia y la validez de las ideas discutidas en su
obra, la pertinencia de sus juicios, y a inquirir si las respuestas
y las opiniones expuestas, junto con los conceptos y argumen
tos esgrimidos, nos aportan una comprensión apropiada de
lo trágico. Esta manera de hacer historia de la filosofía es una
manera de practicar la filosofía.
2. «Un libro grande es un gran mal», Calimaco.
10
Mis conclusiones no pueden aspirar sino a una validez li
mitada, dado el carácter relativamente enigmático de la Poéti
ca, pero he intentado fundamentarlas a partir de la discusión
de otras interpretaciones distintas, que gozan de prestigio y
aceptación. La mayor parte de los argumentos que esgrimo
y las hipótesis que planteo son el fruto del diálogo y la discu
sión que entablo con esas lecturas e interpretaciones.
El libro que ahora presento es una versión modificada,
condensada y abreviada de la tesis doctoral que defendí en la
Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y se vincula con
algunos trabajos de investigación previos; varios de ellos ya
publicados, y otros presentados en coloquios y congresos.3
En general, prosigo el camino abierto por eminentes estudio
sos, como S.H. Butcher, G.F. Else, D.W. Lucas, I. Düring,
M.C. Nussbaum, P. Laín Entralgo, S. Halliwell y otros destaca
dos autores a cuyos estudios este trabajo debe la orientación
general y numerosas observaciones fundamentales. Aprovecho
para expresar mi gratitud a Graciela Hierro, Chantal Melise,
Carlos Pereda, Mauricio Beuchot, Teresa Padilla y a otros co
legas y amigos, Ricardo Salles, José Molina, Jorge Issa y
Raymundo Morado, por sus invaluables sugerencias, opiniones
y críticas. A Sergio Martínez su ayuda gentil. Por último, de
seo expresar un agradecimiento muy especial a la Universidad
Autónoma Metropolitana por el apoyo recibido para la publi
cación del libro y a mis queridas hijas Sofía e Irene, por su
comprensión y apoyo.
Ciudad de México, febrero de 2004
3. «Las emociones trágicas, en la Poética. Una discusión de la interpretación de
G.F. Else», en H. Zagal y A. Fonseca (comps.), Aristóteles y aristotélicos, México,
Universidad PanamericanayPublicaciones Cruz, 2002, pp. 271-282; «A interpretacáo
intelectualista da catarse. Urna discussáo crítica», en R. Duarte, et al., Kátharsis.
Reflexóes de um conceito estético, Belo Horizonte, Editora C/Arte, 2002, pp. 42-55;
«El error poético en Aristóteles», Theoría, 10 (junio, 2000), pp. 11-21; «Tragedia y
paidela», en G. Hierro (comp.), Filosofía de la educación y género, México, FFyL-
UNAM, 1997, pp. 283-290; <¡Ethos y kátharsis trágica», en C. Silva (comp.), Avances.
Coloquio de doctorandos en Filosofía, México, FFyL-UNAM, 1996, pp. 138-145; «Ética
y tragedia. Una discusión de la lectura de M.C. Nussbaum», Signos. Anuario de
Humanidades (UAM-I, 1994); La tragedia de Clitemnestra. Hacia una historia de la
diferencia, COLMEX, 1993.
11