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Una idea hilvana las palabras de estos textos: de que es necesario a r l
mirarnos, hablarnos y escucharnos, para entender y ampliar r lra
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nuestras capacidades colectivas. Como por ejemplo, dm
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la de generar espacios sociales, formas de vida eu
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y horizontes de sentido propios no ns
EVi
subordinados a la lógica del poder
dominante. Para ello, y para
dialogar sobre otras
inquietudes e
ideas, es que ahora,
dejamos estas
palabras
en tus
manos.
Epocas históricas y tradiciones
de lucha en méxico.
Consideraciones generales para dotarnos de un
esquema que nos alumbre y vuelva inteligibles
los flujos del antagonismo social
Raquel Gutiérrez Aguilar
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Épocas históricas y tradiciones de lucha
en México.
Consideraciones generales para dotarnos de un esquema
que nos alumbre y vuelva inteligibles los flujos del
antagonismo social.
(Documento para la discusión)
Raquel Gutiérrez Aguilar
CEAM-Casa de Ondas
· Índice ·
I pag. 3
II pag. 5
III pag. 11
IV pag. 15
V pag. 16
VI pag. 19
VII pag. 27
I
Hace casi 30 años la ofensiva política y económica de los
sectores más poderosos del país y del mundo que suele
denominarse “modelo neoliberal”, llegó acompañada de una
abrumadora ola conservadora en el terreno de la cultura, la
teoría, la academia y, en general, el conjunto de actividades de
estudio, reflexión, publicación y discusión que constituyen la
médula de la crítica teórica. Empezamos a vivir en una época
donde los temas “más imporantes”, al menos en la academia
y en los medios de comunicación, han sido los relacionados
con la gobernabilidad, el desarrollo sostenible, la participación
política institucional, la reflexión sobre derechos ciudadanos,
las políticas públicas, etc. Se ha intentado con relativo éxito,
pues, establecer como legítimas unas temáticas excluyendo
otras; consagrar rígidamente unos cánones para el trabajo
académico, expulsando o marginalizando de la reflexión y de
la actividad teórica todo lo demás. Con esto, comenzamos a
vivir en una época donde la estridente apología del “mercado”
y sus ventajas y ofertas, en contraposición con el estado y su
deficiencia y pesadez, se volvió poco a poco el sentido común
generalizado saturando el espacio de la discusión con miles
de vanales y recurrentes argumentos circulares que diluyen
y entrampan la comprensión crítica de lo que pasa. En
particular, se empañó la mirada acerca del amplio y espinozo
tema del antagonismo social y de las múltiples luchas que se
despliegan a lo largo y ancho de diversos ámbitos y temáticas
del cuerpo social; pese a que sólo desde ahí es posible acercarse
críticamente al tema de la comprensión y producción del
sentido de la historia reciente.
Junto a la caída del muro de Berlín y del “socialismo realmente
existente” pareció también venirse abajo el marxismo como
teoría más o menos fértil para la comprensión de la historia.
Esto, como todo en la vida, fue un suceso que produjo un
3
doble efecto. Por un lado, un efecto sano pues se diluyeron en pactar sumisión y lealtad popular a cambio de algunas ventajas
la nada las versiones más difundidas del marxismo más rígido materiales con organizaciones verticales de contención, tal
y ortodoxo; las cuales se habían acartonado y esquematizado como se hacía antes. Ellos han ido poco a poco desplegando
e imponiendo un sofisticado proyecto de individualización del
tanto que ya no servían en realidad, más que para conservar
control político y social, que se lleva a cabo tanto a través de los
ciertas relaciones de poder y para obstaculizar la comprensión
diversos programas sociales y formas anómalas de remuneración
de los nuevos sucesos. En particular, impedían entender y
-apoyo a la tercera edad, PROCAMPO, remuneración por
orientarse justamente en el conjunto de cambios políticos y
estímulos en la universidad, bonos individuales para completar
económicos que comenzaron a ocurrir durante fines de los
el salario, etc.-; como de los reiterados y sistemáticos procesos
años 80 y durante los 90’s. Por otro, tuvo efectos trágicos porque
de jerarquización y exclusión impuestos desde arriba que
la posibilidad de volver inteligibles los acontecimientos que a
sirven para establecer estrictas delimitaciones de quienes han
manera de vendaval se iban sucediendo, pareció nublarse hasta de tener derecho a gozar y ejercer algún derecho y quienes
la negrura y se abandonó casi completamente el pensamiento definitivamente quedan excluidos de él -como por ejemplo el
crítico sistemático y, en particular, uno de sus principales derecho a la educación superior, o al trabajo formal.
enunciados: “la historia hasta nuestros días es la historia de la En abierto contraste con lo anterior, la tradición de lucha más
lucha de clases”. reciente -y a la vez más antigua- cuya dinámica se afianza
El abandono de esta premisa principal, en medio de la feroz en amplias acciones de deliberación y movilización, en la
enérgica impugnación colectiva a decisiones gubernamentales
lucha de clases que estábamos viviendo, ocurrió sobre todo
y empresariales consideradas como inadmisibles, en la
porque era cada vez más impreciso qué queríamos decir con el
tendencial consolidación de autonomía política y material de
término “clase” y, también, porque se fue generalizando desde
los que luchan; para desde ahí proponerse la reconfiguración
dos décadas atrás, una interpretación sociológica -y no crítica-
de modos otros de regulación económica, social y política...
de la premisa en cuestión, que exigía precisión sobre lo que era
Esta tradición de lucha antigua y contemporánea al mismo
cada “clase”, para recién después poder pensar lo relativo a la
tiempo, todavía no establece con claridad maneras prácticas
manera cómo ocurría la “lucha”.
para lograr generalizarse, para trascender el aislamiento en el
Algunos militantes, ubicados en diversos nichos de reflexión
que suele quedar arrinconada y, a la larga y por lo mismo, para
crítica, mantuvimos una ardua batalla contra estas ideas superar la impotencia. Este es, de acuerdo a las consideraciones
promoviendo que se restableciera la atención y pertinencia presentadas, el principal problema político que tenemos
de la lucha como clave fundamental para la comprensión del encima y el tópico que consideramos urgente colocar a debate
sentido de la historia; es decir, nos empeñamos en desplazar como asunto central.
la centralidad de la pregunta por el sujeto de la acción, en Valgan los argumentos presentados como esquemática
términos de su identificación precisa, moviendo la atención contribución a dicha discusión.
hacia la cuestión de la comprensión de la lucha misma, de sus
Santa María la Ribera, Diciembre de 2010
potencialidades y desafíos; buscando dar cuenta de las distintas
dinámicas de conformación de nuevas subjetividades críticas
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heredadas de la esclerotización de la Revolución Mexicana y en pugna, en medio del torbellino liberal. En tal sentido,
elaboradas en el discurso, los símbolos y ritos del nacionalismo para distinguir con mayor claridad no sólo entre las distintas
revolucionario, son la pertenencia gremial a un cuerpo nacional posturas teóricas, sino entre las variadas y a veces contrapuestas
organizado y la creencia en que, si bien el entorno presidencial maneras de resistir el avance del capitalismo neoliberal e
puede fallar en muchas ocasiones, el presidente ha de querer
impugnar el brutal orden de exclusión impuesto, una noción
-o al menos puede ser forzado a admitir- “el bien de la nación”
útil es la de tradición de lucha, esto es, el conjunto articulado y
y, en ocasiones límite será capaz de “escucharnos, protegernos
más o menos coherente i) de supuestos y creencias que están en
o cumplirnos”. Tal creencia se ha ido fisurando y vaciando
la base de diversas acciones de movilización e impugnación del
paulatinamente de contenido durante los 42 años después de
orden existente; ii) de prácticas y modos de hacer y decidir que
la Noche de Tlatelolco, e incluso aparenta estar totalmente rota
sostienen tales acciones y, iii) de perspectivas y propuestas que
en el discurso explícito popular. Sin embargo, todavía opera
se generan, explicitan y discuten durante los momentos más
con cierta efectividad en los momentos en que se bosquejan
las estrategias prácticas de lucha; por ejemplo, la recurrente álgidos de la movilización. Mi trabajo, junto al de much@s
tendencia hasta cierto punto incomprensible a seguir a algún otr@s, desde hace muchos años, se inscribe en esta perspectiva
lider -así sea seguirlo hacia el fracaso-, criticándolo en privado de búsqueda de clarificación. Voy a exponer, entonces, algunas
y aprobándolo en público (pensar en López Obrador en 2006, consideraciones generales acerca de lo que he aprendido, a fin
o en Esparza en meses más recientes). Quizá funciona en la de intentar esbozar un marco de intelección que nos permita
cabeza de cada uno de los agraviados cuando es convocado a ordenar algunas ideas para tendencialmente comprender el
una movilización, algún tipo de cálculo de posibilidades que
momento que vivimos en México.
lo empuja a posicionarse como “seguidor” y “apoyo” acrítico
de alguien, a fin de dotar a tal personaje de cierta fuerza para
II
“negociar” y pactar con el vértice del mando político; pese a
que quienes ocupan los puestos políticos más altos del estado
Dos cuestiones de entrada:
mexicano no tienen ya la menor intención de establecer pacto
1. Entiendo a eso que se suele llamar “sociedad” como un
alguno con nadie fuera de su círculo, tal como han demostrado
mosaico móvil de flujos de antagonismo, cuyas dinámicas
una y otra vez; y más bien imponen crecientemente sus
internas son susceptibles de análisis y conocimiento. En
decisiones mediante el uso discrecional y sistemático de su
fuerza policial y militar en medio de gigantescos operativos de cada sociedad hay múltiples fragmentos confrontados y
propaganda mediática. en permanente estado de reconfiguración y tensión. La
En este sentido, la tradición política heredada del siglo XX comprensión de las luchas en una sociedad determinada
en la actualidad está operando, insistimos, más como carga, pasa por entender la dinámica de los flujos de antagonismo
como herencia maldita, como peso muerto y lastre que que constantemente atraviesan a tales fragmentos.
anula la posibilidad de desplegar nuevas y más contundentes
luchas. Los gerentes empresariales y corporativos así como los
Los flujos de antagonismo producen -y discurren a través de-
gobernantes de los distintos niveles no tienen ya intención de
cauces que a lo largo del tiempo se sedimentan estableciendo
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“formas estatales”, esto es, maneras en las que se organiza el indígenas y asociaciones campesinas. A partir de tal dinámica,
manejo y administración del antagonismo social, y mediante antaño se configuraba una especie de cadena ascendente de
las cuales se va construyendo, paulatinamente, un orden de “autonomías tuteladas” donde se negociaban algunas ventajas
sectoriales a cambio de obediencia y lealtad. Además, en
mando-obediencia más o menos estable en el tiempo.
concordancia con la lógica interna de dicha tradición, entre los
trabajadores y pueblo de México se reproducían y operaban
2. En todas las sociedades ocurren constantemente luchas
de manera casi directa una serie de mecanismos organizativos
políticas a distintos niveles, que son disputas al interior de y
verticales y escalafonarios, que son enemigos acérrimos de la
entre los diversos fragmentos que constituyen la sociedad,
autonomía política de los así asociados. Esta tradición política
por establecer quienes tienen la posibilidad y la capacidad
no termina de morir pese a sus reiterados fracasos durante los
de intervenir y decidir sobre los asuntos públicos más
últimos 20 años: nada más por mencionar algunos sucesos
generales y por establecer cómo y cuándo se toman tales
recientes, cabe constatar la casi total ausencia de potencia
decisiones. política tanto de los trabajadores petroleros como de los
electricistas, durante los más duros golpes que han sufrido sus
Lo que casi siempre está en el fondo de las disputas políticas, respectivos sectores (la semi-reforma petrolera y la extinción
lo que se juega en ellas son i) la consagración de prerrogativas de LyFC) en el actual sexenio.
para relacionarse con y disponer de los recursos comunes y de Ahora bien, los rasgos básicos de la todavía no sepultada
la capacidad de trabajo y, ii) el modo en que tales cuestiones se tradición política mexicana de lucha estadocéntrica del
siglo XX, aunque ya totalmente erosionados y claramente
deciden. A fin de cuentas, se disputa sobre las formas admisibles
impotentes, desafortunadamente siguen mostrando cierto
y válidas de organizar la producción y reproducción de la vida
grado de permanencia y efectividad práctica operando
común en su conjunto. En medio de este tenso y sistemático
como lastres para la generalización de la acción colectiva,
antgonismo en marcha, dándole vida, se despliegan las luchas.
estableciendo opresivos límites a las posibilidades de lucha e
El conjunto de creencias, prácticas, compromisos y horizontes
impugnación y movilización de los numerosos contingentes
de deseo y posibilidad que se despliegan en ellas es lo que
populares y laborales sistemáticamente agraviados. Por
conforma una “tradición de lucha”.
ejemplo, dinámicas concordantes con lo que venimos
describiendo han operado durante el último año cuando la
Las dos afirmaciones anteriores diagraman un marco de mayor parte de los trabajadores del SME, despedidos y sin
intelección, abstracto e inicial, para reflexionar sobre las demasiadas opciones ni de trabajo ni de vida, han preferido
cuestiones sociales y políticas; de tal manera que comprender colocarse -aun si incómodamente- detrás de sus dirigentes, en
las luchas sociales y las disputas políticas consiste, básicamente, vez de decidirse a actuar de otra manera, corriendo el riesgo
en entender el sentido, los alcances y los ritmos de dichos flujos de perder su parte en la hipotética “solución” al problema de la
desaparición de LyFC a ser negociada por los dirigentes con las
de antagonismo atendiendo a su dinámica; comprendiendo
más importantes autoridades políticas del país.
hasta que punto desafían, o más bien se con-forman, a la
Las claves morales de este imaginario colectivo en decadencia,
forma estatal prevaleciente y su orden interno. Para ello,
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una cuestión fundamental es poner atención a la variable
Movilización- Desconfianza en Democratiza- Asambleísmo y
impugnación- el mando políti- ción de la ges- horizontalidad tiempo. En particular, considero importante distinguir entre
autonomía polí- co vigente en to- tión de la vida como nociones tiempos ordinarios y tiempos extraordinarios en la vida de las
tica-tendencial dos sus niveles. común y de la básicas, sin de-
sociedades. Lo que distingue a unos de otros, en términos de
reconfiguración toma de deci- masiada clari-
las luchas sociales, es la fuerza, intensidad, alcance y forma que
de las relacio- Difusa noción siones; lo cual dad acerca de
nes de mando- de los caminos está resultando los modos de su toman los flujos de antagonismo en cada uno de ellos.
obediencia y de de la transfor- difícil dada la ejercicio en mu- Durante los tiempos ordinarios en la vida de las sociedades
los términos de mación política inexperiencia chas ocasiones.
los flujos de antagonismo social discurren por cauces más
la disposición de (anticapitalismo de articulación
o menos previsibles adecuándose a formas estatales, a “usos
los bienes y re- como consigna bajo formatos
y costumbres” del orden de mando pre-existentes, cuyo
cursos comunes central). no corporativos
Dignidad y au- y verticales. sentido se fundamenta en ciertos criterios morales, formales
tonomía como Reiterada volun- y procedimentales labrados tensa y dificultosamente durante
cuestiones mo- tad instituyente
los tiempos extraordinarios precedentes. Es decir, la historia
rales centrales de nuevas prác-
de las sociedades, en tanto historia de las luchas que ocurren
de esta tradi- ticas políticas
ción. (Caracoles za- en su interior entre distintos fragmentos confrontados
patistas, APPO, transcurre produciendo períodos extraordinarios y, después,
San Juan Copa-
estabilizándose en tiempos ordinarios. Esto es, los tiempos
la)
extrarodinarios y los ordinarios se suceden -aunque en
ocasiones se superponen y entrelazan durante ciertos lapsos.
Los rasgos de la tradición política mexicana de mediados del
Por lo general, durante los tiempos ordinarios se estabiliza
siglo XX provienen de la herencia de la Revolución Mexicana
también una manera de luchar, de entender el conflicto, de
y, sobre todo, del sexenio cardenista y del gobierno PRI-ista.
Esta tradición se levanta sobre la noción básica de posibilidad pautar y vislumbrar lo buscado y, por supuesto, se instituyen
de pactos desiguales entre la autoridad política legítima y cada un conjunto de prácticas y mecanismos para llevar a cabo
conglomerado local bajo su mando, organizado por lo general, los objetivos propuestos; tal conjunto de creencias, prácticas,
según la actividad que cada cual desarrolla aunque también, en horizontes y modos asociativos constituye una tradición de
algunos lugares y en fechas más recientes, de acuerdo a la zona lucha.
o región que habita. Esta noción de pacto colectivo a través Así, si bien las sociedades están atravesadas por sistemáticas
de un representante propio, con el vértice de la pirámide del
disputas en torno a la parte proporcional de la riqueza social
mando político y con sus sucesivos funcionarios hacia abajo,
que corresponde a cada fragmento que la conforma, a la manera
aun resuena en el imaginario colectivo configurando el curso
en la que ha de producirse y usufructuarse el excedente social y
de diversas luchas; sobre todo las de los todavía existentes
a las prerrogativas y modos para intervenir y decidir sobre los
segmentos de trabajadores formales, estatales o no; y también
asuntos púbicos que a todos incumben, entre otras cuestiones
en las luchas rurales protagonizadas por algunos pueblos
significativas; esto ocurre de distintas maneras durante los
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tiempos ordinarios de la vida de las naciones, en contraste con que establece leyes y ejecuta autónomamente sus decisiones.
los tiempos extraordinarios. Durante los primeros, las propias Hasta el presente, los ensayos de este tránsito desde las antiguas
acciones de impugnación e insubordinación -ie, el despliegue tradiciones de lucha hacia otras nuevas y nacientes, han sido
ordinario del antagonismo- se adecúan a determinadas pautas sofocadas violentamente en la actual vorágine de creciente
y cánones establecidos con anterioridad. En cambio, durante represión militar.
los tiempos extraordinarios, el despliegue del antagonismo Para precisar estas distinciones, establezcamos de manera
desborda los cauces diagramados para prescribir su curso y esquemática los principales criterios morales, formales y
determinar su ritmo1. procedimentales que se anudan en cada una de estas tradiciones:
Los tiempos ordinarios suelen ser más extensos y estables que
los extraordinarios, de tal suerte que podemos entenderlos
como “épocas”; como lapsos de tiempo de mayor extensión Criterios mo- Criterios for- Criterios proce-
durante los cuales, de manera más o menos regular y sistemática rales males dimentales
operan los criterios morales, formales y procedimentales Movilización- Confianza en El mando políti- Cuidadosa me-
fijados con anterioridad. De ahí resulta que es durante las confrontación- la cúspide del co -institucional dición de los tér-
épocas abiertas tras momentos extraordinarios, cuando se democratiza- mando político y real- como ár- minos del inter-
ción-negocia- de la república. bitro en los con- cambio político:
produce una gran cantidad de literatura y reflexión acerca de
ción y pacto (Este criterio co- flictos entre cla- reconocimiento,
cómo funcionan y operan las relaciones sociales y políticas.
político menzó a fisurar- ses y fragmentos derechos y re-
En particular, la relación mando-obediencia entre gobierno y se en el 68) sociales. muneración por
sociedad que se haya diseñado durante la época extraordinaria subrdinación.
anterior; que con seguirdad hundirá sus raíces en y abrevará de
Posibilidad de Aceptación de Proliferación
las más profundas y antiguas divisiones y jerarquizaciones que
inclusión disci- amplios niveles de mecanismos
atraviesen a dicha sociedad: las divisiones de acuerdo al orígen plinada en la es- de discrecionali- institucionales
étnico y según el género, además de las de clase. tructura pública: dad política. tanto para ase-
En contraste con ello, a los tiempos extraordinarios se les suele consagración y Desapego a cri- gurar la lealtad
respeto a ciertos terios legales ge- como para con-
atribuir la calidad de incognoscibles, de no analizables. Se les
derechos a cam- nerales. sagrar los dere-
suele describir en crónicas periodísticas y en relatos históricos
bio de lealtad y Prerrogativa chos.
subordinación. estatal de reco-
1 La distinción entre tiempos normales y tiempos extraordinarios es una
nocer y validar
distinción de T. Kuhn para entender el desarrollo y el cambio dentro de la
cualquier inicia-
actividad científica. Ver Kuhn, La estructura de la revolución científica. Me
tiva asociativa y
parece fértil utilizar tal distinción de manera análoga para indagar en los
de representa-
asuntos políticos de las naciones. En cierto sentido similar, incluyendo la
ción colectiva.
distinción de los momentos de desborde de las instituciones políticas y los
tiempos normales, Luis Tapia también ha reflexionado sobre este tipo de
cuestiones para el caso boliviano.
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