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POSMODERNIDAD EN AMÉRICA LATINA
SINTITUL-12 3 06/09/2011, 07:56 a.m.
COLECCIÓN PENSAMIENTO TRANSDISCIPLINARIO
DIRIGIDA POR RIGOBERTO LANZ
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ENFOQUES SOBRE
POSMODERNIDAD
EN AMÉRICA LATINA
ROBERTO FOLLARI y RIGOBERTO LANZ
(COMPILADORES)
Martín Hopenhayn
Jesús Martín Barbero
Rigoberto Lanz
Roberto Follari
Santiago Castro-Gómez
Alexander Jiménez
Magaldy Téllez
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ENFOQUES SOBRE POSMODERNIDAD
EN AMÉRICA LATINA
ROBERTO FOLLARI y RIGOBERTO LANZ (COMPILADORES)
Caracas, 1998
©©©©© FFFFFooooonnnnndddddooooo EEEEEdddddiiiiitttttooooorrrrriiiiiaaaaalllll SSSSSeeeeennnnntttttiiiiidddddooooo
Parque Central, edificio El Tejar, nivel de oficinas 1,
oficina 108. Avenida Lecuna, Caracas, Venezuela.
Teléfono: (58-2) 571.9978. Telefax: (58-2) 577.3058
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Hecho Depósito de Ley
Depósito Legal lf25219983012831
ISBN 980-07-5294-3
Producción general: Eleonora Silva
Servicio de preprensa: ProduGráfica, C.A.
Impresión: Italgráfica, S.A.
Impreso en Venezuela / Printed in Venezuela
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Presentación
Balance sobre
lo posmoderno
en América Latina
ROBERTO FOLLARI
RIGOBERTO LANZ
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BALANCE SOBRE LO POSMODERNO EN AMÉRICA LATINA
AL COMIENZO DE LA PRESENCIA del tema —hacia mediados de los
ochenta— pudo parecer una moda frívola: cuestión surgida en
Europa, preponderancia pasajera, con poca relación con la espe-
cificidad latinoamericana. Sin embargo, ciertos argumentos se
comenzaron a subrayar: no estamos fuera del mapa mundial, la
modernización parcial no nos desacopla de los efectos de las tec-
nologías comunicacionales, el aumento de la marginación social
no es contradictorio con un alivianamiento de lo moral.
Ya hacia comienzos de los noventa, surgía dispersamente
un interesante acopio de trabajos sobre la cuestión: comenzaba
a dibujarse lentamente un cierto campo de problemática, abier-
to no solamente por el interés de los intelectuales a partir de
sus específicos intereses y enclaves institucionales, sino tam-
bién por la modificación visible de los modos de la cultura polí-
tica y el ejercicio cotidiano de la población en su conjunto. La
temática dejaba de ser curiosidad de algunos espacios especiali-
zados en filosofía y ciencias sociales, para volverse cuestión de
actualidad para el cálculo de la eficacia política, para pensar la
massmediatización creciente, la desterritorialización de la ac-
ción social, y la desaparición de los aferramientos a los com-
promisos que estructuraron durante largos años la ética y gran
parte de la adhesión ideológica.
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PRESENTACIÓN
Lo anterior no acallaba las oposiciones —en el campo inte-
lectual— por parte de quienes se avenían a tratar el tema para
desmerecer su pertinencia, y aun de aquellos para quienes la sim-
ple constatación de la existencia del fenómeno posmoderno en la
cultura colectiva les parecía una insoportable remisión al «irra-
cionalismo». Los que creen que existe un cuadriculado previo
para el uso legitimado de la razón, los que identifican a ésta con
la estrechez de las certidumbres instaladas por la modernidad ya
en crisis, tienden a suponer que son poco racionales aquellos que
utilizan la razón de modos menos esquemáticos; que marchan
por caminos menos asegurados, pero más cercanos a la expe-
riencia colectiva de la época y a los fenómenos que ésta hace rele-
vantes.
Hoy la pertinencia de la cuestión es menos discutida. Han
sido los «estudios culturales» los que, junto a los de participación
política, han superado las barreras de resistencia intelectual. No
puede cuestionarse la pertinencia de la temática para pensar el
estatuto actual de la temporalidad, del espacio citadino, de los
viajes, de la televisión, de las computadoras y los videojuegos. Todo
un reacondicionamiento de nuestra cotidianidad está en curso, y
finalmente esto se ha impuesto en el campo de lo teórico. Por
cierto, la recomposición de las modalidades de participación po-
lítica es también tan fuerte, que es en ese otro campo donde la
posmodernización tiene que ser identificada y pensada, y donde
lentamente ha ido encontrando espacios para su legitimación te-
mática, y para su especificación conceptual.
De modo que los estudios de ciencias de la comunicación
—a partir sobre todo del aporte de Jesús Martín Barbero, quien
nos acompaña en este libro—, y los de cultura política —por
ejemplo, por intermedio de Norbert Lechner y sus cuidadosos tra-
bajos— fueron definiendo el campo temático, consolidándolo y
superando aquella oposición cerrada que, no por casualidad, en-
contró en los filósofos uno de sus puntos máximos de resisten-
cia. Sólo desde la especulación desligada de compromiso con el
presente podría proponerse «dejar la posmodernidad», como hi-
ciera alguno de ellos al titular su libro (suponiendo que ella no
constituye un campo interpretativo preconstituido en el cual se
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hace la experiencia cotidiana, sino más bien una especie de elec-
ción personal arbitraria, a la cual se podría renunciar sin quedar
para nada implicados por su influencia).
Lo cierto es que hoy la discusión está establecida. Dispersa,
pero presente. No faltan, por supuesto, las oposiciones fronta-
les, a menudo airadas y nada sutiles.1 Otros tratamientos mues-
tran un rechazo fuerte a los indisputables desmoronamientos que
implican los tiempos light en cuanto a compromiso, criticidad,
aunque no advierten todo lo que surge de los nuevos tiempos
como chance (G. Vattimo), o promueven cierta nostalgia ideali-
zada de la época disciplinario-revolucionaria.2
Desde el Centro de Investigaciones Post-doctorales (CIPOST),
en Caracas, se busca hace tiempo constituir un espacio interco-
nectado de discusión sobre la temática. Algo —por cierto— per-
fectamente posible pero no intentado por otras instancias, y muy
ligado al contenido de la cultura posmoderna, con su borramien-
to de los enclaves territoriales inmediatos. Los intelectuales son
algo remisos a las posibilidades abiertas por los medios telemáti-
cos, además las facilidades de financiamiento son escasas en La-
tinoamérica para facilitar estos emprendimientos. Pero el intento
es —por eso mismo— desafiante, y sin duda vale la pena profun-
dizarlo.
Fue en esa tesitura que Roberto Follari pudiera visitar al
CIPOST en julio de 1996, y discutir largamente con docentes y
doctorandos algunas de sus propuestas teóricas. Ya habían pasa-
1 «Hay algunos ignorantes que hablan de posmodernidad», sentenció Ma-
nuel Garretón en un alarde de efectismo retórico (encuestro organizado por
la Federación de Estudiantes, ciudad de Rosario, Argentina, octubre de 1996).
Tras este juicio desmesurado, siguió con una argumentación de tintes poco
académicos para convencer al público estudiantil de que se sigue usando la
razón y —por ello— no existe crisis de ésta. ¿Será necesario aclarar todavía
que la crisis de la razón implica solamente la de sus modos modernos de uso, la
de su pretendida neutralidad y omnipotencia? En su contribución con este
libro, Rigoberto Lanz discute y refuta posiciones de Garretón.
2 Los trabajos de Beatriz Sarlo pueden interpretarse desde esta perspectiva.
De hecho, ello llevó a una breve polémica sostenida con Roberto Follari (En-
cuentro sobre Formación de Profesores, FLACSO, Buenos Aires, junio 1996),
quien entiende que lo posmoderno no debiera interpretarse en clave básica de
decadencia cultural.
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PRESENTACIÓN
do por allí Ágnes Heller, Julio Ortega y otros intelectuales, que a
instancias del empuje de Rigoberto Lanz, iban tejiendo una cier-
ta red tanto impersonal como conceptual, en cuanto a especifica-
ción de problemas, nudos de discusión, campos irresueltos.
De los contactos así realizados, surgió la idea de un libro
que reuniera algunos de los aportes decisivos de la temática en la
actual Latinoamérica. Problemática que remite a la discusión mun-
dial sobre el tema y sus autores primeros (Lyotard, Vattimo, Lipo-
vetsky, etc.), pero que tiene inequívocos tintes locales; en cuanto
a la modificación cultural se asienta en nuestro caso en socieda-
des con modernidades específicas (para algunos, «truncas»), y
está ligada a procesos de ajuste económico neoliberal rotunda-
mente excluyentes y brutalmente privatistas; además de ser con-
tinuadora de una tradición mestiza, neohispánica o de inmigra-
ción, que es muy diferente a lo que hizo la Europa contemporánea.
Así que este libro es el resultado. Una combinación de pun-
tos de vista relevantes sobre lo posmoderno hoy en el subconti-
nente, con la finalidad de repensar la filosofía, la teoría política,
los conceptos sobre sociología y comunicación social. Artículos
que son el efecto de libres decisiones de cada autor y puntos de
urgencia temática, de modo que existe una inevitable variedad de
acercamientos: habríamos sido incoherentes con la posmoderni-
dad misma de haber seguido un camino más rígido.
Por supuesto, no están aquí todos los aportes posibles. En
ningún caso ello cabría en un solo volumen, y nuestras posibili-
dades institucionales y personales por un lado, y asunciones teó-
ricas y valorativas por otro, inevitablemente produjeron algún
recorte en el universo potencial de autores. Pero, ciertamente, se
ha tenido en cuenta el espectro prácticamente completo a la hora
de convocar, dado que los trabajos de recopilación que vienen
haciéndose desde el CIPOST permiten una amplia cobertura de lo
que se está produciendo en el subcontinente sobre el tema.
Algunos de nuestros invitados, por diversas circunstancias,
no pudieron participar: Nelly Richard, Néstor García Canclini,
Beatriz Sarlo, entre otros. Sin duda su aporte hubiera resultado
valioso, pero no faltará ocasión de continuar con ellos el diálogo
y el debate en el curso de actividades futuras.
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