Table Of ContentElp roblemdae
lav erdad
Carlos Correas
Compilador
Elp roblemdae
lav erdad
II. Estudios sobre Kant,
Heidegger, Adorno, Sartre
EDITORIAL BIBLOS
1990
COLECCION FILOSOFIA
13
©Editorial Biblos, 1990.
J.E. Uriburu 1015 "A" -1114 Buenos Aires
Prohibida su reproducción total 9 parcial.
Hecho el depósito que dispone la ley 11.723
Impreso en la a Argentina
ISBN 950-0316-70-9
INDICE
Prefacio
CarlosC orrea.s. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .7
Kant y elp roblemdae l av erdad
DanieRl. R íos. . . . . ... . . . . . . .. . . . . . . . ... . . . 9
Verdayd posibilidIandt:r oduccali óplan nteó de Heidegger
DanieLle serr. e. . . . . . . . . . . . .. . . . . . . .... . . . . 37 -·
Verdayd dialéctinceag atievna A dorno
Mónica Viraso.r.o. . . ... . . . . . . . . . . . � . . . . • . • 57
Sartre:L av erdaidn concluIsa .
De lac oncienac ilaaa cción
Carlos Correas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • 82
Sartre: La� ierdiandc oncluIsIa .
De la existenac liaah istoria
Augusto PéreLzi ndo. . . .... ... . . . . ... . . . . . . 94
PREFACIO
El prefacio de El problema de la verdad I consignaba la esperan·
za de proseguir en un segundo volumen las investigaciones en
·torno a la cuestión de la verdad. A un año y meses de ta[ prefa
cio y de la edición de aquel libro, el lector tiene ahora en sus
'
manos, en este libro, la ejecución y el resultado de nuestra espe
ra. Seguramente, no han sido ajenas a esta concreción tanto
la aceptación incitante del primer volumen como la sostenida
confianza de nuestro editor. El discernimiento de los alumnós
del Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos .4 ires, de
los colegas,. de docentes y de personas interesadas en cultivar
su intelección y su pasión en el planteamiento de la verdcd, así
como la guía de Editorial Biblos, nos han sido poco menÓs
que preciosos para la continuidad del trabajo emprendido.
Claro que el espíritu del asunto intervino asimismo alen
tando nuestra reflexión sobre 'el tenaz problema de la eerdad.
Problema filosófico que, como tal, involucra a la filosoí{a en
tera, al filósofo y al aspirante a filósofo. Problema filosófico
que, como tal, se abre y permanece abierto ante nosotro.;; y no
nos muestra que esta apertura en la cuestión constituye la ín
dole misma de la filosofía. Nuestra investigación sobre la ver
dad debía quedar abierta en tanto· aspiraba justo a ser investi
gación filosófica Tal apertura -tal insatisfacción- fue y es la
·"Orientación de nuestra reflexión sobre la verdad.
Quienes hemos efectuado _los· trabajos del primer del
y
segundo volumen somos docentes e investigadores que inten
tamos la docencia como investigación en común con nuestros
alumnos, ·oyentes o lectores, y la investigación como diálogo
en el que el mejor maestro se hace tal en la medida en que sabe
aprender de sus alumnos. Y en esto procuramos institiúrnos
más bien como herederos de la fundación socrática de la filo
sofza. Es conocido: contra el opresivo monólogo sabihondo de
los sofistas, Sócrates establece que lo esencial filosófico exige
interlocutores e interrogaciones, el darse actiuo a la palabra
del prójimo y la obstinada indagación de uno mismo. Por esto,
nuestra refiexión también debza ubicarse en una suerte de
contracorriente. Si en el prefacio del primer volumen se asenta
ba que los participantes se encontraron "nadando a contraco
rriente" del escepticismo y de la desmoralización que se vive
en nuestra sociedad y en el mundo intelectual", aqu( asentare
mos que los presentes participantes han nadado y nadan a con
tracorriente de pseudofilosofías actuales cifradas en arrebatados
sueños de ojos abiertos, finalmente tilingos, en la pomposidad
escolar, en la cuchicheada ciencia infusa, o en la llana vaciedad
.
Autores y editor esperan de usted, lector, tanto su interés
en nuestra dedicación como su juicio comprensivo, ya auspicio
so, ya crítico y manifiesto.
junio de 1990
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KANT Y EL PROBLEMA DE LA VERDAD
Daniel R. Ríos
ALEMANIA Y EL PENSAMIENTO FILOSOFICO
DEL SIGLO XVIII
La característica general de la Alemania hasta el siglo XVIII,
en la época del advenimiento de Kant, era que se encontraba
·
· muy comprometida y permanentemente agitada por guerras
políticas y religiosas. El bloque de tierras que hoy conforma
las dos Alernanias estaba dividido y subdividido, no pudien
do configurarse como Estado moderno por falta de cohesión
y personalidad. Del mismo modo estaba ajena a los movi
mientos especulativos europeos. La escolástica -católica o
protestante-dominaba todas las universidades.
AsÍ' como dos siglos antes el protestantismo ·naciente
levantó banderas contra el racionalismo aristotélico, el pie
tis.rno se enfrentó denodadamente contra el racionalismo
cartesiano, doctrina que juntamente con el empirismo, el
sensualismo y el causalismo dividían la filosofía y los espí
ritus en la búsqueda de una explicación del conocimif'nto.
La filosofía de la ilustración se desarrolla desde fines del si
glo X VII a fines del siglo X VIII, y consta de dos ramas: la
empírico-insular (Locke, Berkeley y Hume) y la racionalista
continental (Voltaire, · Montesquieu, Ro�sscau, Leibr.iz y
Wolff). Estas corrientes sólo admiten concepciones dd mun
do y de la vida que se justifiquen a la luz de la razón humana.
Estas eran las corrientes ·filosóficas predominar.tes en
Europa, y a una u otra adherían, no sin peligro, los alema
nes. En 1723 Cristian Wolff, discípulo de Leibniz e inspira
dor .del iluminismo, era expulsado de la Universidad de !fa
lle (Prusia), debido a una denuncia de dos colegas pietistas.
Subido al trono Federico el Grande, el amigo de. Voltaire,
en 17 40 abrió para siempre las puertas de Alemania al pen
samiento europeo, y se produce entonces el advenimiento .de la
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"era de las luces" (Aufkliirung). Pero la estimación por las
ciencias y muy particularmente por la filosofía resurgió vi
vamente al asumir el poder Federico II, quie� devolvió la
cátedra a Wolff no bien llegó al trono.
VIDA DE KANT
·
En la vida de Immanuel Kant, los acontecimientos bio
gráficos son muy simples y rutinarios. Nació el 22 de abril
de 1724 en Konigsberg. Fue el cuarto de los riueve hijos de
Juan José Kant, un modesto sillero de lejano origen esco
cés, y de Ana Regina Reuter. Nacido en el seno de una fa-
milia muy ' pietista recibió de su madre una educación reli
giosa y moral con gran sentido ético. Refiriéndose a ella,
Kant dice que "sembró y cultivó en mi espíritu los primeros
gérmenes del bien; sugirió y dilató mis ideas y sus enseñanzas
ejercieron siempre en mi vida una influencia saludable". Esta ·
señora de noble corazón, según todos sus biógrafos, fue quien
decidió que recibiese una educación liberal, y valiéndose de
su a_mistad con el teólogo Francisco Alberto Schultz, su con
sejero espiritual, logró que ingresara al Collegium Fredericia
num, el mejor de la ciudad. En esta institución recibió una
educación elevada. Al salir, en 1740, para ingresar a la uni
versidad, llevaba una ·sólida ilustración en humanidades. Cono
�raa ·fondo las lenguas antiguas; le eran familiares los clásicos
.·riegos y romanos, y escribía sin dificultad en latín. Una vez
· n la universidad se inclinó por la filosófía. Él profesor Mar
:.ín Knutzen, filósofo wolffiano, además de ser su maestro
�e su mentor espiritual, tuvo acceso a su importante biblio-
eca, donde buscó armonizar el pietismo con el racionalismo
-iue empezaba a deslumbrarlo.
Fallecidos sus padres, tuvo que dedicarse por entero a
la enseñanza para sobrevivir, hasta el año 1796 cuando pudo
aba:;donarla. Y a.sí su vida transcurre leyendo, enseñando,
pen.sa.'1do con profundidad, y escribiendo; de lo que era co
mo profesor cuenta su discípulo Herder (176.2-1764) que te
nía "la palabra, desbordante de ideas, fluía naturalmente de
sus labios ... ; tenía el den de e..xcitar, de cont1ibuir a· pensar
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por uno mismo".1 Fue el último de los filósofos que han do
minado prácticamente todas las disciplinas del saber. Enseñó
en la universidad matemática, física, lógica, metafísica, filo
sofía, moral, derecho natural, antropología, geograffa física,
pedagogía y hasta mineralogía. Así fue su fama de maestro
perfecto que extiende su ense�anza mucho más allá de los
claustros universitarios.
Quizás un solo incidente político es el que altera su me
tódica y sencilla vida. Fue el ministro Wollner, quien en
1794, en nombre del rey Federico Guillermo II, suprime la
libertad de prensa y somete a la universidad a la censura sohre
cuestiones de fe. Este le cuestionó a Kant su punto de vista
sobre la religión, a lo que él respondió deteniendo su pluma
y obedeciendo a los temas vedados, ya que era su deber como
súbdito: " ... porque si todo cuanto se dice es verdad, no hay
obligación de decir toda la verdad públicamente", como dice
en una nota póstuma.
INFLUENCIAS Y EVOLUCION INTELECTUAL
Tres períodos se pueden reconocer fácilmente en el de
sarrollo de la vida intelectual de Immanuel Kant. La etapa
precrítica que exhibe a un Kant preocupado por temas diver
sos y que escribe en una prosa clara y bella. Esta etapa dura
hasta 1770, cuando E:gresa como profesor con la famosa
Disertatio* que marca un punto de inflexión, ya que h3.sta
ese momento había seguido el racionalismo domil�3.nte en
Alem.ania: que· fenía"-origen en Leibniz y que Kant había re
cibido a través de las. enseñanzas de Cristian Wolff y de sus
discípulos. Sin embargo, ya estaba en cor.tacto con el pensa
miento británico y europeo. De Hume dirá luego, en <:! pre
facio a los Prolegómenos:2 " ••• confieso con toda ·el alma que
Bricfe zur Beforderung dcr Humanitat, obras de Herde!", fü·rHnl
Suphan, 1877-89, T. x vn, p. 404.
2 Immanuel Kant, Prolegómenos a toda metafísica f.itura, Llbrerfa
Bergua (traducción de José López y López), T. n, 1934, p. 398.
·
Disertación inaugural con la que obtiene la cát.i:dra de profesor
*
ord1nario. Fue redactada en latín bajo el nombre de "De la forma y de
los principios del mundo sensible y del mundo inteligible".·
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