Table Of ContentC
U O
N N
CTI
1371 2002 EL ESTADO D-ROEMNE
5-
2
0
0
N
S
S
I
MUNDIAL DE LA
AGRICULTURA
Y LA
LAAGRICULTURA
ALIMENTACIÓN
Y LOS BIENES
PÚBLICOS
MUNDIALES DIEZ
AÑOS DESPUÉS
DE LA CUMBRE
PARA LATIERRA
EL ESTADO MUNDIAL DE LA AGRICULTURA
Y LA ALIMENTACIÓN 2002
Colección FAO: Agricultura N° 34
ISSN 0251-1371
EL ESTADO
MUNDIAL DE
LA AGRICULTURA Y
LA ALIMENTACIÓN
2002
ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN
Roma, 2002
iii
Redacción, compaginación, elaboración gráfica y composición electrónica:
Grupo Editorial
Dirección de Información de la FAO
ISBN 92-5-304762-3
Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos
que contiene no entrañan, por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura
y la Alimentación, juicio alguno respecto de la condición jurídica de países, territorios, ciudades o
áreas, o de sus autoridades, ni respecto del trazado de sus fronteras o límites. En algunos cuadros
las expresiones «países desarrollados» y «países en desarrollo» se usan con fines estadísticos y no
representan necesariamente un juicio acerca del nivel alcanzado en el proceso de desarrollo por un
país o área determinados.
Todos los derechos reservados. Se autoriza la reproducción y difusión de material contenido en este
producto informativo para fines educativos u otros fines no comerciales sin previa autorización
escrita de los titulares de los derechos de autor, siempre que se especifique claramente la fuente.
Se prohíbe la reproducción de material contenido en este producto informativo para reventa u otros
fines comerciales sin previa autorización escrita de los titulares de los derechos de autor. Las
peticiones para obtener tal autorización deberán dirigirse al Jefe del Servicio de Gestión de las
Publicaciones de la Dirección de Información de la FAO, Viale delle Terme di Caracalla, 00100 Roma,
Italia, o por correo electrónico a [email protected]
©
FAO 2002
iv
Preámbulo
Es imposible volver la vista hacia el año pasado sin recordar los trágicos ataques del 11 de
septiembre y los acontecimientos que siguieron y abrieron nuestros ojos a la fragilidad de
la seguridad de todos nosotros. Todo ello ha puesto de relieve que, en una era de rápida
globalización progresiva, la seguridad puede ser también mundial. Es de esperar que nos
hayan hecho tomar mayor conciencia de que el futuro de la humanidad es un futuro
realmente compartido y de que muchos de los desafíos con que se enfrenta la humanidad
exigen soluciones comunes.
Es este ciertamente un período en el que muchos de estos retos principales parecen
saltar al primer plano de nuestra atención, lo que nos da una nueva esperanza hacia el
futuro. Entre ellos, no es de los menores el desafío de la erradicación del hambre y la
pobreza, dos y azotes de la humanidad estrechamente vinculados entre sí.
En 1996, los dirigentes mundiales se reunieron en Roma, en la Cumbre Mundial sobre
la Alimentación, y prometieron erradicar el hambre. Como primer paso, pero esencial,
acordaron reducir a la mitad para 2015 el número de personas subnutridas. Desgraciada-
mente, los últimos datos disponibles nos indican que los progresos durante los últimos años
no han sido suficientemente rápidos. Para acelerar estos progresos decidí invitar a los
dirigentes mundiales a que volvieran a reunirse en Roma en junio de este año. Ciertamente,
si queremos alcanzar los objetivos que nos fijamos hace cinco años, será preciso reforzar la
voluntad política y movilizar los recursos financieros necesarios. Queda mucho por hacer,
a pesar de algunos ejemplos sorprendentes de progresos registrados en determinados
países y comunidades. Por otra parte, estos mismos ejemplos de éxito nos confirman en
nuestro convencimiento de que se pueden alcanzar los objetivos fijados en Roma en 1996.
Hay también otros actos internacionales, que se han celebrado recientemente o se prevé
celebrar en el futuro, que tienen importantes repercusiones para nuestro futuro común.
En Monterrey, México hospedó del 18 al 22 de marzo de 2002 la Conferencia Internacio-
nal sobre Financiación para el Desarrollo, con el fin de examinar el desafío de asegurar
recursos financieros suficientes para alcanzar objetivos de desarrollo acordados
internacionalmente, entre ellos, los incluidos en la Declaración del Milenio de las Naciones
Unidas. A dicha conferencia, los tres organismos de las Naciones Unidas con sede en Roma
(la FAO, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola y el Programa Mundial de
Alimentos) llevaron un mensaje conjunto pidiendo el aumento de los recursos para
reducir el hambre y fomentar el desarrollo agrícola y rural. Hay signos alentadores de que
la conferencia podría constituir un viraje decisivo, es decir, una inversión de las tendencias
descendentes del pasado en la asistencia para el desarrollo, especialmente la destinada a
la agricultura y a la mitigación del hambre.
Diez años después de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente
y el Desarrollo –la Cumbre para la Tierra– celebrada en Río de Janeiro, Sudáfrica va a
hospedar la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, en Johannesburgo en
agosto-septiembre de 2002. En ella, se centrará la atención en muchos de los desafíos
decisivos para alcanzar los objetivos del desarrollo sostenible acordados en Río en 1992.
Será igualmente importante el acuerdo alcanzado en la Cuarta Conferencia Ministerial
de la Organización Mundial del Comercio, celebrada en Doha, Qatar, en noviembre de
v
2001, para emprender una nueva ronda de negociaciones comerciales multilaterales
completas. Un resultado especialmente alentador fue el hincapié que se hace en la
Declaración Ministerial de Doha sobre la necesidad de asegurar que no se pongan en
peligro el desarrollo y la seguridad alimentaria de sus miembros más vulnerables.
Esperemos que la nueva ronda de negociaciones comerciales continúe poniendo de relieve
los problemas y necesidades de los países en desarrollo y conduzca a un sistema comercial
internacional más justo y equitativo con beneficios auténticos para todos.
Entre esta oleada de actos internacionales importantes, desearía subrayar especialmente
la función central de la alimentación, la agricultura y el desarrollo rural en nuestros
esfuerzos compartidos por asegurar el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza
y el hambre. Las tres cuartas partes de la población mundial pobre viven en zonas rurales
y obtienen su subsistencia de la agricultura u otras actividades rurales dependientes de la
agricultura. Gran parte de la pobreza urbana es consecuencia de la privación rural y el
descenso económico rural, que obligan a emigrar a las zonas urbanas. El fortalecimiento de
la agricultura y el desarrollo rural es fundamental para alcanzar el crecimiento económico
general y la reducción de la pobreza en la mayoría de los países en desarrollo. Es preciso
invertir la tendencia al descenso de los recursos financieros destinados al desarrollo agrícola
y rural. Al mismo tiempo, debemos insistir en la importancia para los países en desarrollo
de las oportunidades de mercado. Los países desarrollados pueden impulsar en gran
medida la erradicación de la pobreza y el progreso económico en los países en desarrollo
abriendo sus mercados a los productos de estos últimos, especialmente los productos
agrícolas, y ayudándoles a aprovechar el aumento de las oportunidades comerciales.
La función central de la alimentación, la agricultura y el desarrollo rural para la
mitigación de la pobreza y la erradicación del hambre es la nota dominante en El estado
mundial de la agricultura y la alimentación 2002. Sin embargo, desearía destacar un aspecto
específico que se señala claramente en el informe: el reconocimiento de que la agricultura,
la pesca y la actividad forestal tienen una importancia que trasciende el mero suministro
de alimentos y materias primas necesarios para nuestra supervivencia y bienestar y
asegurar la subsistencia de los agricultores, pescadores y trabajadores forestales de todo el
mundo; las personas empleadas en esos sectores desempeñan una función fundamental
en la gestión de los recursos cuyos beneficios trascienden con mucho sus propios medios
de subsistencia individuales. Mediante una gestión adecuada de esos recursos, los
agricultores, pescadores y trabajadores forestales proporcionan una amplia gama de
beneficios a otros, tales como la conservación del paisaje, la protección de cuencas
hidrográficas, la conservación de la biodiversidad, la estabilidad del ecosistema y el
mantenimiento de las poblaciones ícticas. Se trata de los llamados bienes públicos, bienes
que benefician a grandes sectores de la población, a nivel local, regional o mundial, pero
que no cabe esperar que se suministren gratuitamente. Algunos bienes públicos son
incluso de carácter mundial, ya que benefician a toda la humanidad. Ejemplos evidentes
de ello son la conservación de la biodiversidad y la absorción del carbono, a las que
contribuyen los bosques y la agricultura mediante la adopción de prácticas más sostenibles
de uso de la tierra.
Estos hechos son ampliamente reconocidos, pero desearía subrayar sus repercusiones
en términos de corrientes financieras para la agricultura, la pesca y la actividad forestal.
En efecto, hay sólidos motivos para proporcionar fondos internacionales suficientes a estos
vi
sectores a fin de fomentar prácticas sostenibles que aseguren el suministro de tales
importantes bienes públicos mundiales. Otro desafío es el de desarrollar mecanismos
financieros que al mismo tiempo puedan ofrecer una compensación por el suministro de
los bienes públicos mundiales y contribuir a la mitigación de la pobreza. En esta publicación
se pide un incremento de las corrientes internacionales de financiación hacia la agricultura
y las zonas rurales con el fin de fomentar el suministro de bienes públicos mundiales.
También se examina uno de los posibles nuevos mecanismos para la financiación y
suministro de bienes públicos mundiales: el Mecanismo para un desarrollo limpio,
derivado del Protocolo de Kyoto al Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático. Se presta atención especial al uso potencial del mencionado Mecanismo
como instrumento para fomentar la absorción de carbono mediante cambios en el uso de
la tierra y reducir la pobreza rural.
Como ha sido tradicional en las anteriores ediciones, El estado mundial de la agricultura
y la alimentación 2002 trata de ofrecer un panorama de la situación actual y reflexionar sobre
algunos de los principales desafíos que se afrontan en la eliminación del hambre y la
pobreza en el mundo y para garantizar la utilización sostenible de los recursos naturales.
Considerando la creciente sensibilización mundial sobre muchos de estos desafíos, estoy
convencido de que tenemos razón al ser optimistas con respecto al futuro. Pero debemos
evitar toda complacencia y mantener firme nuestro compromiso con los objetivos que nos
hemos fijado. A este respecto, la FAO, por su parte, continuará desempeñando la función
que nuestros miembros y la comunidad internacional esperan de nosotros.
Jacques Diouf
DIRECTOR GENERAL DE LA FAO
vii
Índice
Preámbulo v
Agradecimiento xvi
Siglas xvii
Nota explicativa xx
PARTE I
Análisis mundial
I. SITUACIÓN ACTUAL DE LA AGRICULTURA:
HECHOS Y CIFRAS 3
1. Tendencias en la subnutrición 3
2. Producción agrícola y ganadera 6
3. Situaciones de escasez y emergencia alimentarias 11
4. Situación del suministro mundial de cereales 14
5. Asistencia exterior a la agricultura 17
6. Corrientes de ayuda alimentaria 20
7. Tendencias de los precios de los productos básicos 23
8. Pesca: producción, utilización y comercio 29
9. Producción y comercio de productos forestales 33
II. LA ECONOMÍA MUNDIAL Y LA AGRICULTURA 38
El entorno económico mundial 38
Comercio mundial y precios de los productos básicos 39
Repercusiones de la Cuarta Conferencia Ministerial de la Organización
Mundial del Comercio en la agricultura 42
NOTAS 48
PARTE II
Análisis por regiones
I. ÁFRICA 51
Panorama regional 51
Resultados económicos generales 51
Resultados de la agricultura 54
Productividad de las agricultoras en el África subsahariana 57
Introducción 57
Función e importancia de las agricultoras 57
Diferencias de género en la productividad agrícola y limitaciones
de las agricultoras 62
ix
Observaciones conclusivas y repercusiones de política 64
Lucha contra la mosca tsetsé y la tripanosomiasis 65
Introducción 65
Efectos directos de la tripanosomiasis 65
Efectos indirectos de la enfermedad 66
Relaciones entre costos y beneficios de la lucha contra la mosca tsetsé 68
Conclusiones 69
II. ASIA Y EL PACÍFICO 72
Panorama regional 72
Resultados económicos generales 72
Resultados de la agricultura 73
La adhesión de China a la Organización Mundial del Comercio y
sus repercusiones en las políticas agrarias de China 77
Distinta función de la agricultura en la economía de China 78
Política agraria en el período de reforma 81
Compromisos y disposiciones en relación con la agricultura derivados
de la adhesión de China a la OMC 85
Recientes orientaciones y probables cambios de política como consecuencia
de la adhesión a la OMC 88
Conclusiones 96
III. AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 98
Panorama regional 98
Resultados económicos generales 98
Resultados recientes de la agricultura 99
Cambios en la estructura del comercio agrícola 103
Importancia creciente del comercio agrícola en relación con la producción 103
Importancia menor de la agricultura en el comercio total de mercancías 105
La parte correspondiente a la región en el comercio agrícola mundial
se ha mantenido estable 106
Diversificación de la composición en productos del comercio agrícola 108
Diversificación geográfica de los mercados 112
Balanzas comerciales agrícolas y su importancia económica 114
El factor precio 120
Conclusiones 122
IV. CERCANO ORIENTE Y ÁFRICA DEL NORTE 124
Panorama regional 124
Resultados económicos generales 124
Resultados de la agricultura 125
Variabilidad climática, aridez y vulnerabilidad a la sequía 131
x
Sequía: un fenómeno estructuralmente recurrente en el Cercano Oriente
y África del Norte 132
Cuestiones relacionadas con los recursos de tierras y aguas 135
Impacto de las sequías recientes en la producción agrícola y ganadera 136
Impacto en los medios de subsistencia de la población, los ingresos de los
hogares y la pobreza rural 136
Impacto de la sequía en el medio ambiente 138
Medidas gubernamentales para prevenir la sequía y prestar socorros a
los grupos afectados en la región 140
De una gestión reactiva de las crisis a una gestión proactiva de los riesgos
en la agricultura 141
V. EUROPA CENTRAL Y ORIENTAL Y COMUNIDAD
DE ESTADOS INDEPENDIENTES 143
Panorama regional 143
Tendencias macroeconómicas y resultados de la agricultura 143
La tierra y las explotaciones de Europa central y oriental y la CEI
en el período de planificación centralizada 145
Reforma agraria y de la tierra en los países de Europa central y oriental
y la CEI 147
Establecimiento de derechos claros y seguros de tenencia de la tierra 149
Creación de explotaciones con una estructura eficiente de propiedad
y gestión 152
La formación de una clase de explotaciones comerciales de tamaño medio 154
Conclusiones 156
VI. ECONOMÍAS DE MERCADO DESARROLLADAS 157
Panorama general 157
Resultados económicos generales 157
Resultados de la agricultura 160
Cambios en las políticas agrarias 162
NOTAS 166
PARTE III
La agricultura y los bienes públicos mundiales diez años
después de la Cumbre para la Tierra
I. LA FUNCIÓN DE LA AGRICULTURA Y LA TIERRA
EN EL SUMINISTRO DE BIENES PÚBLICOS MUNDIALES 177
Introducción 177
Concepto económico de bienes públicos mundiales y locales 178
xi
Description:AGS/AGSE/agse_e/Main.htm dero» que más contribuye al cambio climático. Islas Falkland. Emiratos. (Malvinas). Árabes Unidos. Gibraltar.