Table Of ContentDICCIONARIO DE
EDUCACIÓN DEL CAMPO
DICCIONARIO DE
EDUCACIÓN DEL CAMPO
Roseli Salete Caldart
Isabel Brasil Pereira
Paulo Alentejano
Gaudêncio Frigotto
Organizadores
LOGOTIPO EDITORIAL
Diccionario de Educación del Campo
Roseli Salete Caldart, Isabel Brasil Pereira, Paulo Alentejano
y Gaudêncio Frigotto
© 2017 Ediciones XXXXXX
Buenos Aires, Argentina
Diseño de tapa: Agustín XXXXXXX
Diseño de interior: Anahí Cozzi
Corrección: Manuel Martínez
Coordinación de edición: Manuel Martínez
Ediciones XXXXX
Dirección
página web
ISBN: 978–987–1505–35–7
Printed in Argentina
Impreso en la Argentina, abril de 2017
Todos los derechos reservados. Hecho el depósito que marca la ley 11.723
Autor XXXX
Diccionario de educación del campo / Autores XXXX – 1a ed. –
Buenos Aires : Editorial 2017.
700 p. ; 22x15 cm.
ISBN 978–XXXXX
1. XXX. I. TXXXX II. XXXX III. Título
CDD 0000
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Introducción
El Diccionario de la Educación del Campo es una obra colectiva.
Su elaboración estuvo coordinada por la Escuela Politécnica de Salud
Joaquim Venâncio (EPSJV), de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruza)
de Río de Janeiro, y por el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin
Tierra (MST). En su producción participó un número signifi cativo de
militantes de movimientos sociales y profesionales del EPSJV y de dife-
rentes universidades brasileñas, dispuestos a sistematizar experiencias y
refl exiones sobre la Educación del Campo en sus interfaces con análisis
ya producidos acerca de las relaciones sociales, el trabajo, la cultura, las
prácticas de educación politécnica y las luchas por los derechos huma-
nos en Brasil.
Nuestro objetivo fue construir y socializar una síntesis del cono-
cimiento teórico acerca de la Educación del Campo sobre la base de la
concepción producida y defendida por los movimientos sociales cam-
pesinos. Los temas seleccionados se refi eren prioritariamente a concep-
tos o categorías que constituyen o permiten entender el fenómeno de la
Educación del Campo, o que giran en torno a la discusión de sus fun-
damentos fi losófi cos y pedagógicos. También incluimos algunos temas
que constituyen palabras claves, o que pueden servir de herramientas
vocabulares para quienes trabajan actualmente con la Educación del
Campo o con prácticas sociales relacionadas. Algunos temas se vincu-
lan directamente a experiencias, sujetos y luchas concretos que marcan
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Introducción
la dinámica educativa del campo en nuestros días. Otros representan
mediaciones interpretativas de esa dinámica.
El Diccionario de la Educación del Campo se propone llegar a un
público diverso: militantes de movimientos sociales, estudiantes desde
la enseñanza media hasta la de posgrado, educadores de escuelas del
campo, investigadores del área de la educación, profesionales de la asis-
tencia técnica, líderes sindicales y políticos comprometidos con las lu-
chas de la clase trabajadora.
Esta primera edición del Diccionario incluye 113 temas, y en su ela-
boración participaron 107 autores.
La Educación del Campo se entiende en esta obra como un fenóme-
no de la realidad brasileña actual que solamente se puede comprender
en el ámbito contradictorio de la praxis y considerando el momento y
el contexto histórico en que se originó. La esencia de la Educación del
Campo no puede ser aprehendida sino en su movimiento real, que impli-
ca un conjunto articulado de relaciones (fundamentalmente contradic-
ciones) que la constituyen como práctica/proyecto/política educativa y
cuyo sujeto es la clase trabajadora del campo. Es ese movimiento lo que
pretendemos evidenciar con la lógica de organización del Diccionario y
en cada uno de sus textos (siempre teniendo en cuenta los límites propios
de una obra de esta naturaleza).
La comprensión de la Educación del Campo se hace efectiva en el
ejercicio analítico de identifi car los polos de la confrontación que la ins-
tituye como práctica social y en la adopción de una posición (política,
teórica) que construye su especifi cidad y que exige una relación dialéc-
tica entre lo particular y lo universal, lo específi co y lo general. Existen
contradicciones específi cas que es preciso enfrentar, trabajar, compren-
der en su relación con las contradicciones más generales de la sociedad
brasileña y mundial. El proyecto educativo de la Educación del Campo
toma posición en las confrontaciones: no se construye ignorando la pola-
rización ni tratando de evadirla. En la confrontación entre concepciones
de agricultura o de educación, la Educación del Campo toma posición,
y esa posición la identifi ca. De ahí que sea la existencia de la confronta-
ción lo que defi ne esencialmente a la Educación del Campo y lo que tor-
na más nítida su confi guración como un fenómeno de la realidad actual.
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Diccionario de Educación del Campo
Ese posicionamiento distingue/demarca una posición en el debate:
la especifi cidad se justifi ca, pero no basta con quedarse en lo especí-
fi co, ni como explicación ni como actuación, sea en la lucha política,
sea en el trabajo educativo o pedagógico. La Educación del Campo se
confronta con la “Educación Rural”, pero no se confi gura como una
“Educación Rural Alternativa”: no pretende una acción en paralelo,
sino una disputa de proyectos en el terreno vivo de las contradicciones
en que ocurre esa disputa. Una disputa de proyectos de sociedad y de
proyectos educativos.
Para la elaboración del Diccionario tomamos como ejes organizado-
res de la selección de los temas la tríada consolidada ya de alguna ma-
nera por determinada tradición de debate sobre la Educación del Campo:
ya hemos afi rmado que ese concepto no puede entenderse fuera de las
relaciones entre campo, educación y políticas públicas. Sin embargo,
decidimos incluir en el Diccionario un cuarto eje, el de los derechos hu-
manos, dadas las importantes interfaces de discusión que vislumbramos
para sus objetivos.
El desafío es doble y articulado: aprehender la confrontación o la
polarización que constituye cada eje y aprehender las relaciones entre
ellos. Cada eje o cada parte pueden ser discutidos/entendidos específi -
camente, pero no son en sí mismos la Educación del Campo, que, como
totalidad, solamente se comprende en la interacción dialéctica entre esas
dimensiones de su constitución/actuación.
La propia cuestión de la especifi cidad depende de la relación: ya
afi rmamos que la especifi cidad de la Educación del Campo está en el
campo (en los procesos del trabajo, la cultura, las luchas sociales y sus
sujetos concretos) antes que en la educación, pero esa comprensión ya
supone una determinada concepción de la educación: la que considera la
materialidad de la vida de los sujetos y las contradicciones de la realidad
como base para la construcción de un proyecto educativo que apuesta
por una formación que incida en ellas. La realidad del campo, pues, se
constituye en la particularidad dada por la vida real de los sujetos, punto
de partida y de llegada de los procesos educativos. Pero su horizonte no
queda fi jado en la particularidad, sino que busca una universalidad his-
tórica socialmente posible.
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Introducción
La comprensión del movimiento interno de los ejes y de la relación
entre ellos nos ayuda a responder, fi nalmente, cuál es el problema o el
asunto específi co de la Educación del Campo.
En el eje identifi cado como campo, entendemos que la confrontación
fundamental es la que se expresa en la lógica incluida en los términos
“agronegocio” y “agricultura campesina”, que manifi esta, pero también
constituye, la contradicción principal entre capital y trabajo en nuestro
tiempo. Y que pone sobre la mesa (esa es una novedad de nuestra épo-
ca) una contradicción no siempre percibida en ese enfrentamiento: hay
una confrontación entre modos de hacer agricultura, y la pregunta que
le plantean a la sociedad los movimientos sociales ubicados en el polo
del trabajo se refi ere al modo de hacer agricultura que se proyecta al
futuro, considerando especialmente la necesidad de producir alimentos
para la reproducción de la vida humana, para toda la humanidad, para el
planeta. Esa es una pregunta que no puede formularse desde el polo del
capital (no puede ser agenda del agronegocio) sino como farsa o muestra
de cinismo. Es por eso también que el capital puede llegar a admitir (en
tiempos de crisis) el debate sobre la “seguridad alimentaria”, pero no
puede, sin traicionarse a sí mismo, aceptar la discusión acerca de la “so-
beranía alimentaria” (pautado hoy por la agricultura campesina).
Integra esa confrontación la comprensión de que no es lo mismo
hablar de agricultura campesina que de agricultura familiar: ambos con-
ceptos se refi eren a los trabajadores, pero hay una contradicción entre
ambos proyectos que debe explorarse, siempre cuidando de no confun-
dirlo con la confrontación principal.
Resulta importante tener presente el movimiento de ese enfrenta-
miento para comprender su relación con un proyecto educativo de los
trabajadores que lo asuma: el polo de la agricultura campesina no tiene
manera de salir victorioso en el horizonte de la sociedad del capital. Sin
embargo, en una sociedad del trabajo, el proyecto de una agricultura
de base campesina sin duda tendrá más futuro que ciertas posiciones
asumidas hoy que la tildan de retorno al pasado, especialmente desde el
punto de vista tecnológico, o de particularismo y experiencias aisladas
de grupos locales. Esas experiencias, cuando han sido radicales, han sido
combatidas por el capital, porque demuestran que sí hay alternativas a
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Description:Autor XXXX. Diccionario de educación del campo / Autores XXXX – 1a ed. proletarización, sea por su transformación en pequeñoburgueses agra-.