Table Of ContentDIALECTICA y
POSITIVISMO LO<iICO
CARLOS ASTRADA
DEVENIR
Dialéctica y
positivismo, ·lógico
colección filoso ¡la
Editorial Devenir
Dialéctica y
positiviSmo lógico
CARLOS ASTRADA
1· edición: UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUCUMAN
Facultad de Filosofía y Letras, 1961
Cuadernos de Humanitas NQ 9
2'" edición revisada y aumentada 1Jor el autor: 1964
COLECCIÓN A CARGO DE: CARLOS ASTRADA y ALFREDO LLANOS
COPYRIGHT BY PLATERO S. R. L.
TALCAHUANO 468, DS. AIRES
HECHO EL DEPÓSITO DE LEY
IMPRESO EN LA ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINA
Prólogo a la segunda edición
Agotada rápidamente la edición de este trabajo, publicado por la
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad N. de Tucumán,
lo que demuestra el interé suscitado, en un amplio círculo de lec
tores, por -la temácica tratada en él, aparece es-ta segunda edición
revisada y ampliada en algunos puntos que habían sido expuestos
muy sumariamente, y además con explicaciones y agregados con
relación a ciertos 3.spectos conexos y cOlllplementarios de los proble
mas dilucidados en el mismo.
Nuc;:stra crítica del positivismo lógico, originado en el Wiener
Kreis, y de sus proliferaciones semantistas y sintactistas, sobre todo
en los países anglosajones, ha enfocado esta dirección del pensa
miento contemporúneo en el momento de su declinación en los
ambientes intelectuales, renovados y alertados por el poderoso im
pulso del pensar dialéctico en los diversos dominios de la indagación
científica y de la filosofía. No obsta a la comprobación de aquel
hecho la avalancha de publicaciones intrascendentes, principalmente
en inglés, verdaderas reiteraciones y refritos de la posición inicial,
ya virtualmente perimida. Este aluvión de papel impreso Heno de
fórmulas y de ejemplos ridículos aducidos por los cultores e inicia
dos en el misterio de "las nuevas lógicas" es la contraofensiva ya
sin fuerza que precede al descalabro y embrollo final en medio de
equivalencias o identidades analíticas erizadas de -:ontradicciones,
hecho que no debe extrañarnos, ya que una de las conclusiones a
que arriba B. Russell es que una proposición falsa cualquiera im
plica todas las otras proposiciones verdaderas o falsas.
I
8 Carlos Astrada
Lo que afirmamos ha quedado documentado en el albur corrido
por el positivismo lógico o neopositivismo o empirismo lógico en las
discusiones de los Congresos de filosofía científica a partir de 1935
hasta el epílogo crítico que marcó su irremediable declive en el
Congreso Internacional de Filosofía de Roma, de 1946, cuyos temas
se jerar:quizaron así: 19) "el materialismo histórico", 29) "él exis
tencialismo", 39) '"los principios de la ciencia y e! 'análisis del len
guaje", puntos tratados en sesiones plenarias. En este Congreso, que
tuvo la más alta importanCia, pues por primera vez se inscribió
oficialmente entre sus temas de discusión e! mMerialismo histórico,
hecho que no fue fortuito, puest( que él corresponde a la mer
gencia histórica en tanto que factor de reconstrucción de la civiliza
ción, scgún dijo Antonio Banh, a cuyo cargo estuvo su introducción
y exposición, en plenaria. Al hacerlo, Banfi destacó que el materia
lismo histórico "no debe ser comprendido ni como una interpreta
ción económica de la hi$toria, ni como rechazo de una cierta
autonomía de desarrollo dt la humanidad, ni como negación de
una acción recíproca entre los diferentes aspectos de la cultura. Él
no es ni quiere ser una filosofí'a de la historia en el sentido meta
físico. La inversión de la dialéctica, operada por Marx la descarta"
1.
y el propio Gonseth afirma que "la ciencia incorpora de macla per
fectamente auténtico ... " las categorías "de la dialéctica marxista
(actualización de la historia, acción sobre el desarrollo de la historia
por el conocimiento que se adquiere de ella, según Banfi) " 2.
Y respecto del pc:útivismo lógico, H. S. Gagnebin escribe: "Los
Congresos Internacionales de filosofía científica de París (1935) Y
de Copenhague (1936), e~ Congreso Descartes (1.937) marcan el
apogeo del emjJir"ismo lógico. Esta doctrina hace de la lógica y de
las matemáticas una tautología. Por eso mismo, ella pretende resol
ver el problema de! conocimiento en dos tiempos: 19 por la indica
ción de elementos primeros dados en su perfección, y 29 por la
aplicación a estos datos primeros de reglas de algún modo automá
ticas, y que no necesitan ningún progreso del espíritu, Este realismo
lógico completamente disociad n d lo real, este positivismo extremo
provocó, en el curso mismo de los congresos enumerados, una reac
ción muy viva de parte de los sabios cuidadosos de preservar la
libertad del espíritu". ' . "Se concibe desde ,entonces que la palabra
1 F. Gonseth, el Propos D'Un Congrés International de Philosophie,
Dialectica, p, 100, NQ 1, 15/7/1947, .
"2 Op, cit" p. 106.
Dialéctica y Positl:vismo lógico I 9
lógica, de la cual los filósofos del Círculo de Viena hacían un uso
tan particular, pareciese impropia para describir el eler;nento deduc
tivo del conocimie.1to objetivo. Este término se acomodaba· m'lJ con
el carácter sumari() y revisable d los datos; no ·daba cuenta de la
adaptación del medo de razonamiento mismo al objeto y a las difi
cultades siempre nuevas que debían ser superadas; en fin, él no
comportaba este elemento dinámico inherente a} progreso del espí
ritu humano en su esfuerzo por aprehender. la realidad. La palabra
dialéctica, por el contrario, incorporaba estos elementos de manera
vaga, es verdad, pt:ro perfectamente natural" La vaguedad a que
3.
aquí se alude reside, como lo ponemos de manifiesto en los capítulos
IV y V de este trabajo, en la idea de "dialéctica" de l'Os epistemó
lagos complementaristas.
El positivismo lógico, con el engendro de su semántica,. tiende
a escamotear el contenido objetivo de lo real. Se busca, en elucu
braciones y ensayos sin jerarquía filosófica, "el significado del sig
nificacio"; se introduce deliberadamente el más especioso de los
lenguajes, mechado de signos superfluos; se destila la quintaesencia
de la "analiticidad" mediante analogías) identidades y pleonasmos
infantiles. Pero como no cabe reducir problemas objetivos a proble
mas verbales, esta vana tentativa ha llevádo a ,los semantistas a ser
ininteligibles, a inrmrir en un constante galimatías. Están muy lejos
de sospechar que 1111 lenguaje preciso y sobrio facilita el enfoque y
discusión de los problemas reales, a los que el positivismo lógico,
situándose por insuficiencia filosófica, en una posición agnóstica,
pretende presentar como problem~s aparentes o ficticios,
Precisamente, el abuso de la palabra lógica por parte de los
cultores de las "nuevas lógicas" y de los semantistas dedicados a
los intríngulis de las operaciones con las clases y relaciones, ha
llevado a los más cómicos embrollos y absurdos. Así, tenemos, según
Tarski. "la Teoria de las relaciones, parte especial muy importante
de la Lógica, en la que se estudian relaciones de carácter completa
mente arbitrario y se estable en leyes relativas a las mismas" Hay
4.
"una operación nueva muy interesante e importante" 5, de la cual
resulta un "producto relativo" RjS, que "es válido entre dos objetos
3 Op. cit., pP. 73-74.
4 Y 5 Intrcducción a la Lógica, pp., 102 y 107, trad. cast., Buenos
Aires 1961.
10 ICarios Astrada
x e y si hay un tercero z tal que tenemos al mismo tiempo: x R z
Y z S y". .. "Así por ejemplo, si R es la relación de ser esposo, y
S es 'la relación de ser hija, entonces, RjS es válido entre dos per
sonas x e y si hay una persona z tal que x es esposo de z y z es hija
I
de y; por lo tanto, la relación Rj S coincide con la relación de ser
yerno" No cabe negar que estamos frente a una operación "nueva",
6.
nuevecita y "muy interesante e importante" de la cual resulta la
relación (¿también nueva y muy importante?) de ser yerno, pero
si aplicamos un cmmtificador de existencia para z, la suegra (cual
quiera z), entoncf.S tenemos qu.e la suegra puede ser "muy impor
tante" para el yerno, pero poco, siendo también la inversa verda
dera. Asuntos familiares de 'las "nuevas lógicas", en los cuales no
cabe inmiscuirse por discreción. Salvo cuando estamos en presencia
de un caso fenomenal, de un verdadero abracadabra. Como estas
relaciones s,on abstractas y "completamente arbitrarias" resulta, cuan
do en ellas se introduce la realidad, que es contingente y aparente
mente arbitraria, un produ.cto sorprendente, pero no para la vida
que es la gran ca~a de sorpresas. Este ~ería el caso si se complican
aquellas relaciones referidas al parentesco en 'la siguiente forma,
siempre posible: x yerno de y; x (que es viudo) tiene un hijo de
su primer matrimonio, t, el que se casa con y (que es viuda y ma
dre de z) ; de este modo x es yerno de su propio hijo. Pero aquí no
termina la relación de parentesco, porque el matrimonio x z tam
bién tiene un hijo v, que lógicamente es hermano de t, pues ambos
son hijos de x. Y aquí viene lo extraordinario y paradojal de la
relación de parentef'co (una nueva paradoja, para los semantistas) :
v es hermano· de t y a la vez su nieto, y siendo los dos hermanos
entre sí, i resulta que t es abuelo de sí mismo! En esta coyuntura se
le plantea a t, a causa del intríngulis, la opción semánticamente
patética de ser abuelo de su hermano o hermano de su nieto, pero
la solución reside, sin duda, en que considel'emos a esta relación
como una tautología. Así llegamos al tautológico abuelo de sí mis
mo. En presencia de este acontecimiento incubado en la entraña de
la "nueva lógica", a nadie se le va a ocurrir, en presencia de sus
cultores y semanti5tas, que éstos son unos ingeniosos y unos vivos
sin abuelo (como reza el dicho corriente), pues cada uno de ellos,
circunstancias mediante y si la aviesa realidad mete la cola, puede
llegar a ser abuelo de sí mismo, es decir, abuelo tautológico.
6 Op. cit., p. 107.