Table Of ContentPaul J. Vanderwood
PAUL J, VANDERWOOD
6714
G
DEL PULPITO A LA TRINCHERA
EL LEVANTAMIENTO RELIGIOSO
PASADO Y PRESENTE
C o l e c c i ón
DE TOMOCHIC
ENRIQUE FLORESCANO
D i r e c t o r:
i
Traducción de
Leticia García Cortés
taurus
nFI PÚI PITO A l-A TRINCHERA.
?L LEVANTAMIENTO RELIGIOSO DE TOMOCHIC
D.K. © Pí">'J-
D R © Tíiulí) original en inglés: The Power of God Agnimt ihr Gum of Govmtmeul.
Rílif^ouí Uphmvat in Mfxuo al Ihe Tunw of the Nineteentk Cenlury
D.R. Síanford Uiiiversily Piess, ] 'J'Jti.
De esta etiicióti:
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• Aguilar, Altea, Taiinis, Alfaguara, S. A.
Beazley 3860. 14:17. Buenos/Vires, Argentina. ^
• Aguilar Chilena de Ediciones Ltda.
Dr, Aníbal .'Vriztía 1444, Providencia, Santiago de Chile.
• Santillana de Costa Rica, SA.
La Uruca, 100 m Oeste de Mig] ación y Extranjeiía, San José, (]osta Rica,
Primera edición; junio de 2003
ISBN: 968-19-0938-0
D.R. & Diseño de portada: Fernando Rui?: Zaragoza, 2003.
D.R. fj) Ilustración de poilada: La buliühi d<- Tomorhir,
grabado <)eJo,sé Guadaiupc Posada.
Impreso en México
Todos los derecho^ ic-,larvados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en HKIM ui
en paiit-, ni registrada o icirismitida por un sisicma de recuperación de int'ovtnación, en
ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónic<i. iri,i>;nénco,
etftiroóptico, por f.iCijcopia o ciialqnicr otro, sin el pcnniso previo, por OÍCIÍUJ, cltr \a
editorial.
Í N D I CE
AGRADECIMIENTOS 15
INTRODUCCIÓN 19
"¡Los hijos de Satanás están sobre nosotros!" 19
La limpieza
Primeros hallazgos 31
Inicia la persecución 33
La reconstrticción de Tomochic 36
PRIMERIA PARTE. LA GENTE DEL PAPIGOCHIC 39
1. UN MUNDO ESPIRITUAL DIVIDIDO 41
La familia Chávez 43
La mente de Cruz Chávez 49
¿Venganza de Dios o trampa del Diablo? 58
Y ahora, el gobernador 62
Acusaciones de bandolerismo 67
La gota que derramó el vaso 70
En busca de la guía divina 74
2. LA PR,\CTICA RLLIGIOSA 79
La herencia religiosa de Tomochic 82
Fundamento de la religión de la comunidad 88
La angustia de modernizarse 92
La cuenta regresiva para el combate 99
3. Focos DE REBELDU 103
La tierra: motivo de disputas 108
ingresos extra y luia visión más amplia 118
El trabajo de las mujeres 127
La educación pública y los escépdcos 131
TERCERA FARTF- ARMAGEDÓN 297
Niveles de riqueza 134
Antecedentes de las desavenencias en Tomochic... L38
9. RENUNCIAR AL PERDÓN 299
4. LEGADO Y TEMPERAMENTO DE LOS NORTEÑOS 151 Fj régimen responde 302
Linajes del Papigochic 158
Reivindicaciones e indemnizaciones 306
La apachería 162
En vísperas de la elección 313
La consolidación de una cultura 167
La construcción de su propia utopía 314
Las camarillas enemigas 170
10. JÚltlLO YF.XILIO 323
Cómo entender al jefe político 174
La Idboi de la santa 326
El poder de un cacique 178
La gloria de la llegada 330
5. E[. JUEGO DEL GOBERNADOR 189 La curación y la políüca 332
Los nombres del enemigo 193
Esta vez, por Tomochic 335
Resultados inesperados 200
11. UNA ESPADA FILOSA, TERRIBLE 339
6. UN DICTADOR ,\MBK:IOSO 203 Las causas del desastre 342
La creación de tma nación 204
El ejército de Porfirio Díaz 344
La atracción de capitales 208
Cerrar filas 347
Indicios de desorden 212
Los pelados 350
Tras la huella de los tomochitecos 216
Un presidente tenso v receloso 353
La resurrección de Rangel 355
SEGUNDA PARTE. LA SANTA DE CABORA 221 Encontrar al culpable 356
Revivir la campaña 358
7. ROMERÍA EN CABORA 223
12. EL RENACIMIENTO 363
El surgimiento de una santa popular 228
La atención a los prisioneros 364
Se extiende la fama de la santa 235
Nuevos reclutas 367
La proclamación de la santa 238
13. L\A 373
Los espíritus de la vida de Teresa 240
Un general tenaz y de corazón duro 374
Los detractores de la santa 242
El climax de la lucha 378
Los espiritistas buscan un médium 240
El estado de sitio 383
Los maestros de la santa 250
8. SACERDOTES, DINERO YDOCIORES 255
CUARTA PARTE. Ecos 395
El primer gran mal 257
El dinero, arma del demonio 261
14. L-\A INCES.\NTE .397
Los usurpadores de la obra de Dios 263
Tomochic como símbolo 401
La evaluación de los consejos de Teresa 265
Resurrección y rebelión 403
Su propia mujer 274
Un santo más 408
El recuerdo de Tomochic 409
Rebelión y riesgo 411
ÍNDICE DE \L\PAS
15. LAS DIVERSAS MÁSCARAS DF. UNA S.WIA 413
Y ahora en Ojinaga 415
Nogales bajo ataque 420
E] cumplimiento de la promesa sagrada 424
La conversión a la burguesía y la duda
de la divinidad 425
16. EL HTJO DE PUTA DEL PUEBLO 429
Mapa 1. El pueblo de Tomochic en 1891 22
Los fieles responden 435
Las camarillas de nuevo 437
Mapa 2. La región de Papigochic 45
El uso de la tragedia de Tomochic 440
17. RECUERDOS 443 Mapa 3. El Valle del Papigochic 153
Corrido de Tomochic 446
La ampliación del llamado 448 Mapa 4. Zona de influencia de Teresita 237
Teresa como feminista 451
El recuerdo de la santa 453 Mapa 5. Combate del 2 de sepúembre de 1892 341
ABREVIATURAS 461 Mapa 6. Combate del 20 de octubre de 1892 381
NOTAS 463
ARCHIVOS 519
PUBLICACIONES PERIÓDKAS 521
BIBLIOGRAFÍA 523
AGRADECIMIENTOS
Edl viaje hacia este Ubro me ha llevado más de una década
(algunas personas, incluso buenos amigos, dicen que ha sido
demasiado tiempo); y me ha llevado tanto no sólo porque
he reunido la información, sino porque la he estado eva
luando para entender su significado y mis sentimientos res
pecto de ella. En el camino he recibido ánimo y apoyo de
mucha gente, desde largas y fructíferas conversaciones con
colegas interesados, hasta repentinas reflexiones surgidas de
fuentes inesperadas, como la de la cttrandera que encontré
por casualidad en una iglesia espléndidamente adornada en
Oaxaca, México. Ni siquiera sé su nombre completo, tam
poco los de muchos otros que generosamente me han ayu
dado en el camino. Esto no quiere decir que los haya
olvidado; aunque no están identificados, en este hbro se
encuentran sus palabras a manera de tributo a su sabiduría.
No obstante, me vienen mttchos otros nombres a la ca
beza, quizá debido a su persistente contundencia o a su no
table geíierosidad (no porque ambas características sean
necesariamente incompatibles). Algunos, como William
Christian hijo y Ramón Gutiérrez, me ayudaron a encontrar
la salida en puntos especialmente problemádcos que pare
cían no tener solución. Otros, incluyendo a mis compadres
de tanto tiempo, Bill Beezley, John flart, Gil Joseph, Tom
Langham, Colin MacLachlan, John Mraz, Jaime Rodríguez
y Anne Staples-Pérez, me animaron todo el tiempo con cari
ño de verdad. Varias personas que ni siquiera me conocen
—y en las notas correspondientes se los agradezco— gentil-
DEL PULPITO A IA (RINCI!ER.\ El. LEVANTAMIENTO REÍ icio.so DE TOMOCIIÍC Ar,R,\DEClMIF,N10S
mente me permitieron usar la información que por teléfo la Santa. El talento.so Bardy Anderson, quien dirige la divi
no o por correo me enviaron, respecto de temas como el sión de arte gráfico de Media Technology Services en la Uni
espiritismo, la naturaleza política del bautismo, la racionali versidad del Estado de San Diego, preparó los mapas que
dad que subyace a las prácticas místicas y otras particulari aquí se incluyen, y Ellen F. Smith realizó una cuidadosa edi
dades que confunden a quienes las desconocen. ción final de la versión definitiva. Agradezco sinceramente
Tres caballeros de Chihuahua muy informados me res a todos ellos, pero siempre recibo la crítica más fuerte y el
paldaron todo el camino: el doctor Rubén Osorio. aneste- mayor apoyo de mis dos grandes amigos de San Diego, Ro-
siólogo e historiador local, que escribió un buen libro acerca salie Schwartz y Eric Van Young, ambos reconocidos histo
de Tomochic; el ingeniero Víctor Mendoza, agrónomo y tam riadores y maravillosos seres humanos que de alguna manera
se dieron el tiempo, en medio de sus apretadas agendas,
bién historiador que realizó un espléndido y original traba
para ayudarme en los momentos más dificiles de la prepara
jo acerca de los apaches; y el licenciado Zacarías Márquez
ción de este libro. Ellos, entre otros, hacían bromas (algu
Terrazas, profesor, historiador y cronista de la ciudad de
nas veces bastante en serio) en cuanto a que este libro nunca
Chihuahua, que ha publicado mucho y muy bien acerca de
tendría punto final.
la región que ahora nos ocupa. Estos tres hombres me ayu
daron a localizar y a trabajar en los archivos que son la esen Pues bien, aquí está, y gracias a todos.
cia de este libro. Otro aspecto igualmente importante es que P.J.V
me enseñaron acerca de Chihuahua y lo que significa ser
chihuahuense, que está más relacionado con una forma de
ser que con un lugar. También agradezco mucho a Roberto
Beristáin Rocha y a Liborio Villagómez Guzmán, quienes
me permitieron conocer los secretos del Archivo Nacional
de México. Sin estas fuentes, la historia de cómo un levanta
miento con una inspiración religiosa en un pequeño pue
blo tuvo eco en todos los niveles del gobierno mexicano no
podría haber sido contada.
Tanto por aportaciones concretas, como por otras intan
gibles, agradezco a mi difunto amigo a quien tanto extraño,
Tom Gillooly, ejemplar maestro de matemáticas que me re
solvió muchos misterios de cálculos de computadora; y, final
mente, pero no porque le agradezca menos, a mi ayudante
de investigación, Glenn L. Syktich, quien literalmente llevó
todo el peso de este proyecto por lugares verdaderamente
increíbles.
En la etapa final, William Taylor me dio consejos inva-
luables sobre una versión anterior del libro, igual que Caro-
lyn Sexton Roy y Charles Roy, Alice Marquis y Cerril Martin.
Brianda Domecq ha escrito con verdadero afecto acerca de
Teresa Urrea y me dio importantes datos biográficos sobre
16 17
INTRODUCCIÓN
"¡Los hijos de Satanás están sobre nosotros!"
En una escarpada cadena de montañas por encima del pe
queño poblado de Tomochic, los soldadosjugueteaban ner
viosos con sus rifles, revisaban y volvían a revisar sus cartuchos
tratando de adivinar el ánimo de sus enemigos, que estaban
abajo. La mañana del 7 de diciembre de 1891 aquellos hom
bres casi no sabían nada acerca de su misión, sólo que algu
nos habitantes habían declarado públicamente que no
obedecerían a nadie más que a Dios Todopoderoso, prome
sa que rechazaba a las autoridades comunes. Como respues
ta, habían enviado soldados a reestablecer el orden, pero
como sólo llevaban tmos meses de servicio, estaban inqtiie-
tos y ansiosos. Era su primera misión real fuera del cuartel,
una inesperada y repentina crisis local.'
En esa región del noroeste de México, tales levantamien
tos no eran extraños, pero generalmente surgían a partir de
diferencias políticas, por lo general duraban mucho tiempo
y eran predecibles. Este levantamiento, por el contrario, te
nía matices religiosos y exigía mayor cuidado, ya que los
movimientos religiosos pueden mover a multitudes de ma
nera espontánea y generar un fervor que no conoce límites.
Motivado por una fe desbocada y un fuerte sentido de la
justicia, este tipo de enttisiasmo aterra a la gente del gobier
no porque parece desafiar a la razón. Con este miedo en
mente, el comandante militar a cargo de la expedición asig
nó a dos espías que actuaran como comerciantes ambulan
tes y bajaran al camino principal que lleva al pueblo para
indagar en cuanto al ánimo de los habitantes.^
19
DF.1, PULPITO A IKJNflHERA. EL LFA'ANTAMIFNTO RELIGIOSO DE TOMOCHIC INTRODUCCIÓN
Desde las alturas que rodeaban al pueblo de Tomochic, sólo una pequeña parte de terreno más alto que el resto,
éste resultaba especialmente pintoresco, se alojaba en un que estaba en la orilla sur del pueblo.'' En comparación con
hermoso valle alimentado por un río de buen tamaño que otras iglesias de la región, la de Tomochic era una estructu
corría a todo lo largo de su ladera occidental. El lado orien ra inmensa que se distinguía por su enorme campanario
tal estaba delimitado por montañas accidentadas de cima anexo al cmato de dos habitaciones, la oficina y la sacristía,
plana, donde los soldados que subían rápidamente del pue que también hacían las veces de salón para los asuntos pii-
blo se ocultaban; y al sur había varias formaciones rocosas blicos. Pero, como pronto habrían de saberlo ios espías, nin-
espectaculares erosionadas por el clima. Este terreno de roca gtin sacerdote encabezaba las ceremonias que los llevaron a
volcánica porosa es una zona de cavernas. Siglos de lluvia la iglesia.
han delineado una cueva especialmente grande en la parte Quien organizaba estos ritos místicos, desde una peque
anterior de un risco que da al pueblo —el Cerro de la Cue ña mesa de madera colocada al frente del altar principal de la
va— bastante cerca del contingente militar. Del otro lado iglesia, era un hombre alto, fuerte y musculoso, de piel relati
del valle hay montañas más pequeñas que dan forma al te vamente clara, como de treintay cinco años, de nombre Cruz
rreno y ven hacia el oeste. Y en el centro del mismo valle Chávez. Una treintena de hombres ¡o escuchaba con aten
una colina formidable —el Cerro Medrano— se levanta ción y hacía el responso a sus palabras. Un ayudante leía de
abruptamente y domina la escena, ofreciendo a los especta una lista y decía cada uno de los nombres de los discípulos,
dores (sin mencionar a los estrategas militares) un acerca quienes se acercaban fi-ente a la mirada incisiva del ministro y
miento sin obstrucciones del pueblo que uenen a sus pies: recibían su bendición. Cada uno se arrodillaba y mostraba su
un modesto conjunto de viviendas, con granjas alrededor rifle a Chávez, quien lo bendecía haciendo la serial de la cruz.
de cada una, y la impresionante iglesia, sola, a las orillas del Entonces el arma pasaba a otro ayudante que estaba parado a
poblado.'' la derecha del dirigente, quien incrustaba unas marcas de
De la iglesia salía una cacofonía de himnos cantados bronce en forma de cruz sobre la cacha.^
con vigor y de gritos que loaban a la Divinidad, lo que llamó Durante la ceremonia Chávez parecía estar poseído por
la atención de los dos espías enviados a reconocer Tomo- una fuerza mística, los espías después lo describieron como
chic aquella fría mañana. De no ser por eso, los observado movido por la Divinidad. Quizá se trataba de un papel que el
res militares de la villa parecían no encontrar nada extraño: dirigente actuaba deliberadamente, pero era obvio que agra
tres o cuatro docenas de casas hechas de adobe, todas de daba a sus seguidores y hasta los enardecía. (Como sucede
diferentes tamaños, pero compactas y sólidas, de un solo piso, con frecuencia en estos asuntos, quizás hasta hayan presio
dispuestas sin un patrón claro por la calle principal que atra nado a Cruz para adoptar tal papel.) Los espías seguramen
vesaba el valle de este a oeste. La mayoría de los pobladores te reconocieron algunas de las oraciones que decía el grupo
había levantado sus casas sobre el suelo más alto del lado —un Ave María y un Padre Nuestro—, pero Chávez periódi
sur del camino para evitar las crecidas del río. El agua que camente saltaba a pronunciar una serie de palabras desco
fluía rápidamente de las montañas cercanas había formado nocidas para los dos extraños; ahora podríamos decir que
un profundo arroyo exactamente en el centro del asenta Chávez "hablaba en lenguas".*^ No podemos asegurar qué ío
miento, pero los inconvenientes que esta división ocasiona motivaba, pero esa táctica es comiín entre los que tratan de
ba al tránsito estaban más que compensados con el movilizar gente y reafirmar la confianza en ellos y su mensa
abastecimiento de agua para el consumo diario. La iglesia je. Pronunciar frases incomprensibles puede elevar la esta
había sido construida sobre el terreno más alto, en realidad tura religiosa del líder ante los ojos de la congregación y ser
20 21