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CUESTIONES nlsTicns
DEL niSnO AUTOR
El Paraíso y la Geología, 1890.
La Universalidad del Diluvio.—\ indio, del Card. González. 1896.
La Evolución ante la Fe y la Ciencia.—Conferencia, 1900.
Crisis científico-religiosa.—Discurso, 1900.
La Creación y la Evolución, 1901.
(Todos estos trabajos agotados).
El Diluvio Universal, dcnwslradopor la Geología, \'erga-
ra, un vol. en 8.'\ 674 págs 5ptas.
La Evolución y la Filosofía cristiana: liitrodiiccióti gene-
ral y
Libro I: La Evolución y la Mutabilidad, un vol. en 4.*', x^?l- —
pel vergr, \'ll-19r) :)60 págs 8
LibroII:LaEvolucióny laOrtodoxia(.próximoapublicarse).
El Hexámeron y la Ciencia moderna,en 4.*^, 308 (agotado).
La Providencia yla Evolución, 2 volms. en 4." 12 —
—
I.'* Parte: Mecaiiisnioy Tclculogia (agotada) 8 —
2.^ Parte: Teleología y Tcofobia, VIII-336 págs 4
Desenvolvimiento y V'italidad de la Iglesia, \ volms.
El 1.^ contiene: Inlrodiiccióti general y
—
Libro I: Evolución orgánica, I\'-44S págs 4 —
Vol. 2.", Libro II: Evolución doctrinal, I\'-4o2 págs 4 —
Vol.3.°, Libro III: Evolución Mística, 708 (casi agotada). . . 8
Vol. 4.°, Libro I\': Mecanismo Divino de los Factores de
—
la Evolución Eclesiástica, 448 págs 4
Cuestiones Místicas (2.^ edic. corregida y aumentada), 1 —
vol. en 4.", 612 (cartoné 7,75). . . . 7
Grados de Oración (2.'^ ed. corregiday aumentada). Verga-
—
ra. en S.'^', I\"-322 págs.', en tela 2 —
Unidad de la vía espirit. en la tradic. dominic. (agotado). . 1
Declaración brevísima del Cantar de los Cantares O 60
—
Cantar de los Cantares. Exposición ISlística 6
La Sulamitis: Alaría Inmaculada, ideal del alma religiosa
(Alocución) O 30
Hdllansc deventa en la Residencia del Autor (DominicosdeSa-
lamanca) y en las Administraciones de El Sino. Rosario (\'ergara,
Guipúzcoa) y de La Ciencia Tomista (ClaudioCoello, 114—Madrid)
y en las principales Librerías Católicas.
V
CUESTIONES MÍSTICAS
O SEA
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ACCESIBLES A TODOS
ALIENTOS, ESTÍMULOS Y DESEN(;A.\0S DE LOS GRANDES MAESTROS
DE ESPÍlínr
A LAS ALMAS ESPIRITUALES V A SUS DIRECTORES
POR EL
í
M. R. P. Miro. fr. ]yan ílrinlero, 0. P.
2/' edición corregida y aumentada
Con licencia del Ordinario y de la Orden
SALAMANCA
ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO DE CALATRAVA
A CARGO DE MANUEL P. CRIADO
1920
APROBACIONES
NIHIL OBSTAT
FR. AEMILIUS COLUNGA FR. JOSEPHUS CUERVO
IMPRIMATUR
FR. ALFREDUS FANJUL,
PriorProv. Hisp., O. P.
IMPRIMATUR
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lUllüNUS, Episcopus Salmantinus.
PROTESTAS DEL AUTOR
1.''^ Todas nuestras opiniones van sometidas a la corrección y al
infalible dictamen de la S. M. Iglesia Católica, cuyo sentido es el
nuestro, y en cuyo seno queremos vivir y morir.
2.* En conformidad con los decretos Pontificios, las calificaciones
de santo o venerabley otras análogas no tienen másvalor que el de
una piadosa apreciación privada, sin ánimo de prevenir el inapelable
fallo de la misma Iglesia.
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PRÓLOGO
Estas Cuestiones han sido escritas ex professo para La Ciencia
1onusta, a peticióndesumismoDirector, con objetode contribuiren
ella a esclarecerlas a la vez que a informar al público sobre asuntos
tanpalpitantesydetantaimportancia. Peromuy luegose vioquecon-
vendría publicarlas, además de allí, en un libro aparte: 1.*^paracom-
placer a los muchos quedeseanenterarsede ellas, ynotienenamano
la colección de la Revista; y 2.*^ para poder tratarlas con la amplitud
y detención que requieren, y que es mucha más de la permitida en
una publicación bimestral cuyos lectores quisieran acabar pronto de
enterarse de todo, y así por lo general gustan de ver !as cosas muy
compendiadas, sin prolijos detalles que les fatigan y quizás les pare-
cen hasta impertinentes, por más que a veces, paraponerlascosasen
hudebidolugaryenel puntopreciso,seancasidel todoindispensables.
V tal sucede por necesidad aquí; pues lo que ha de decidir no es
una breve razoncilla, o algún testimonioaislado, quecadacualpueda
exponer o alegar a su modo y traer en su favor; sino todo el peso de
los principales testimonios claros y terminantes de la Escritura y de
la Tradición, de los grandes Doctores y Maestros de espíritu y de las
almas bien experimentadas en las cosas divinas.
Por lo quehaceahoraalostestimoniosescriturarios, especialmen-
te a los tomados de los Libros Sapienciales, sinoscontentáramoscon
algún breve pasaje, no faltarían quienes, con cierta aparienciadera-
zón y de sana crítica, rechazasen los ai-gumentos en él fundados di-
ciendo que no concluyen, por cuanto la sabiduria de que allí se ha-
bla, y con que tantas veces se nos invita, puede entenderse, yaveces
indudablemente se entiende, de la simple vida de la gracia, o sea de
la virtud ordinaria; y así nada o muy poco pueden probarenfavor de
la divina contemplación, o sea de la vida mística.
Pero si bien miramos y comparamos todos esos textos, hallaremos
que, en general, no se refieren a una sabiduría cualquiera, sino a
aquella que, por cierta experiencia íntima y sabrosa (cfr. Scio, in
Pvov., I, 2; S. Thom., i}i I Cor., 2, lect. ?), nos hace gustar cuan
buenoy Sítave es Dios, y nos loda a conocer del modo más altoque
en esta vida cabe, colmando así nuestra alma de infinitas dulzuras y
de inestimables riquezas; que esa celestialsabiduría—asicomotam-
bién la ciencia e ijiteligencia que allí se nos ofrecen y recomien-
dan—, son nada menos que los sublimes donesdelmismonombre, los-
cuales tan principal papel desempeñan, como veremos, enlacontem-
—
6 CUESTIONES místicas
plación divina; y portratarsede ellos vemosqueaparecendesignados
con el sinónimo de espirifiis.—Y ese maravilloso espíritu de ititeli-
gencia, santo e inmaculado... que seiranstuiteporlasnacionesa
las almas santasy constituye amigos de Dios y profetas, claro
estaque se identifica con el respectivo don del Espíritu Santo que,
descorriendo el velo del misterio, nos permite en cierto modo pene-
trar hasta lo profundo de Dios, mientras que el don o espíritu de sa-
biduría nos lo deja gustar y conocer por un íntimo contacto y estre-
chísimo abrazo (1). Y aunque es verdad que losdonesse nosinfunden
yajunto con la gracia—y que por lo mismo ciertos pasajes relativos
a ellos podrán muy bien aplicarse a la simple vida cristiana hasta en
su ínfimo grado—, con todo eso por lo común las ricas descripciones
que les acompañan sólo son aplicablesalaplenaexpansión de lagra-
cia santificante, donde esos preciosos dones, ya bien desarrollados,
producen los hermosos frutos de honor y de honestidadquecaracteri-
zan a la vida mística. La objeción sólo prueba, pues, contra quienes
supongan que ésta difiere esencial—y no sólo modalmente—de la as-
cética, mas no contra quienes la miramos comosu verdaderocomple-
mento y como su coronamiento y expansión, conforme la miraron los
grandes maestros de espíritu. Así éstos se hallan también unánimes,
según iremos viendo, en aplicar los sobredichos pasajes sapienciales
a la Mística Teología, o sea a la divina contemplación, por ser a ella
a la que en rigor v con toda propiedad se refieren(2);de tal modoque
ya suelen suponer al alma en estado de gracia, para que así pueda
llegar a poseerla en su plenitud.
Por lo que hace a los demástestimonios, como fueron escritosmu-
cho antes de suscitarse estas cuestiones, o de que se tratara, como
hov, de ventilarlas y precisarlas, no es de extrañar que sean a veces
algún tanto confusos, como en generalsuelenserlo, segúndice Santo
Tomás (Contra errores Graec, Prooeni.), las mismas doctrinas dog-
(1) Cf.Juan de Santo Tomás, /;/ 1-2, q. 70, disp. IS, a. 2. Srípieiiíia, dice
SanBuenaventura(Cciiiiloqiiiiint,p.3,scct. lí., Miiagispropricnoniinatcog-
nitioncmDciexperiiueittalein, ctsic cst unutn deseptem donis Spiritus San-
cti, cujus actus oonsiátit iit degustando sitavitntent Dei. Qui quidem .actiis
partim est cognitivus, partim affectivus».
•Este conocimiento experimental, advierte Fr. Isidro de León (Místico
Cielo, S.'^ p., tr. 3, c. 11), que nace del amor y del saborde la voluntad en
aquel inmediato toque del E. S. enella, es laMística Teología,dondesefor-
ja(en la inteligencia) la más clara y subida contemplación que, fuera de la
visión intuitiva, se da en esta vida; y es aquella .Sabiduría altísima tan en-
comendada en laSagrada Escritura^.
(2) Así lo hacen constar expresamente, entre otros muchos, Dionisio el
Místico. Dedivinis Notnin., c. 4, s 9; San Buenaventura, De Septem donis
S.S., P. 2.^^, s. 7, c. 3y 4, etc.; B." Susón, Vida. c. 4; Eterna Sabiduría,c. 7,
etc.; S. Lorenzo Justin., De casto Connubio, c. 15-16; DePerfect. gradibns,
c. 6; V. Granada, Dela Devoción, c. 2; Amorde Dios, c. X, § Letc.; Osuna,
Tercer Abeced. espirit., tr. 6, c. 2y3; B.° Orozco, De snavitate Dei, c. 36;
San Juan de la Cruz, Cántico espir., canc. 3; Molina, Dela Oración, tr. 2,
cap. VI, §3; La Puente, Guía espiritual, Introd.; Rodríguez, Ejerc. deper-
fec, \.^ P., tr. 5, c. 5, 17, etc.; Lallemant, Doctrine spirit., pr. 7, c. 4. a. 3;
Schram, Theol. niyst., § 226, etc.