Table Of ContentContra el olvido
Una memoria fotográfica de Palestina antes de la Nakba, 1889-1948
Teresa Aranguren
Sandra Barrílaro
Johnny Mansour
Bichara Khader
Prólogo de Pedro
Martínez Montávez
ediciones del oriente
y del mediterráneo
Contra el olvido
Una memoria fotográfica de Palestina antes de la Nakba, 1889-1948
© de esta edición: ediciones del oriente y del mediterráneo, noviembre 2015
Prado Luis, 11; E-28440 Guadarrama (Madrid)
Correo electrónico: [email protected]
Página web: www.orienteymediterraneo.com Blog: www.orienteymediterraneo.blogspot.com.es
con la colaboración de:
Asociación Palestina Biladi Comité de Solidaridad con la Causa Árabe Fundación Araguaney
www.biladipalestina.org www.www.causaarabeblog.blogspot.com.es www.fundacionaraguaney.org
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Comité de Solidaridad Fundación A raguaney
con la Causa Arabe I
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© de la traducción al árabe del Prólogo: Rifaat Atfé
© de la traducción al árabe de «Palestina: la cuestión oculta», «La Nakba palestina (1947-1949): un sociocidio» y «Sobre la selección de las fotografías, revelando Palestina»: Jalil Sadaka
© de la traducción al castellano de «La fotografía, un texto histórico que refuerza la supervivencia»: Carmen Ruiz-Bravo
© de la traducción del poema «En esta tierra», de Mahmud Darwish: María Luisa Prieto (© Ediciones Hiperión)
© de la traducción del poema «Me basta con seguir en tu regazo», de Fadwa Tuqan: Pedro Martínez Montávez (© Ediciones Molinos de Agua)
Fotografías de cubierta: © Matson Collection, © Colección Mansour, © unrwa
Diseño y maquetación: Sandra Barrilaro
isbn: 978-84-943932-4-2
Depósito Legal: M-34482-2015
Impreso en España por Gráficas Pinares; Buen Gobernador, 24; E-28027 Madrid
Contra el olvido
Una memoria fotográfica de Palestina antes de la Nakba, 1889-1948
Teresa Aranguren
Sandra Barrilaro
johnny Mansour
Bichara Khader
Prólogo de Pedro Martínez Montávez
ediciones del oriente
y del mediterráneo
Sumario
Agradecimientos
Me basta con seguir en tu regazo, Fadwa Tuqan
Prólogo, Pedro Martínez Montdvez
Palestina, la cuestión oculta, Teresa Aranguren
La Nakba palestina (1947-1949): un sociocidio, Bichara Khader
La fotografía, un texto histórico que refuerza la supervivencia, Johnny Mansour
Sobre la selección de las fotografías, revelando Palestina, Sandra Barrilaro
Los 418 pueblos destruidos de Palestina, Walid Khalidi
Fotografías
En esta tierra, Mahmud Darwish
Créditos de las fotografías
Agradecimientos
ste libro ha contado con la generosa ayuda de muchas personas: el primer impulso vino de nuestra amiga Soheila Atwan, palestina afin
cada en Madrid, que nos puso en contacto con el profesor Mansour y sus familiares en Haifa. Durante nuestra estancia en esa hermosa
ciudad del Mediterráneo, disfrutamos de la amable, divertida y siempre interesante compañía de Yajfar Farah, Asmaban Atwan y la cineasta
Ula Tabari; de la hospitalidad del Mossawa Center que Yaffar dirige y la generosa disponibilidad del profesor Mansour, que nos regaló su tiem
po y parte de las fotografías que figuran en este libro. Disfrutamos unas horas de Nimer Yazbek de Nazaret, a quien agradecemos la cesión de
varias fotografías de su colección.
En ese viaje que significó el arranque del proyecto, contamos también con la cálida acogida y la ayuda de Fayez Saqqa, Aida Slebi, Khaled
Al Sa’adi y NawafHamed, que fueron nuestros guías en Belén, Ramalay Jerusalén, pese a la dureza de la situación que en aquellos días, finales
de junio de 2014, se vivía en Cisjordania.
Debemos un agradecimiento muy especial a nuestros traductores: Jalil Sadaka, Rifaat Afé y Adnan Al Ayoubi, que han traducido los textos
del castellano al árabe, y a la profesora Carmen Ruiz Bravo, que se ha encargado de las traducciones del árabe al castellano y además nos ha
ofrecido algunas excelentes fotografías del archivo de su editorial Cantarabia. También agradecemos la colaboración en las traducciones de Mary
C. González Vallejo.
Gracias también al profesor Isaías Barrañeda, a Marwan El Burini, presidente de la Asociación Hispano-Palestina de Madrid, y al emba
jador de Palestina en España, Sr. Musa Odeh, quienes desde el primer momento, cuando este libro era solo un proyecto, nos animaron a seguir
adelante y nos ofrecieron sus contactos y su ayuda.
La confianza que Ediciones del Oriente y del Mediterráneo mostró desde un principio en el proyecto y la solidaria contribución de la Aso
ciación Biladi de Euskadi, de la Fundación Araguaney de Santiago de Compostela y del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe de Asturias
han hecho posible la publicación de este libro. Gracias a todos por ello.
Y gracias sobre todo a las gentes de Palestina, las de ahora y las de antes, las que aparecen y las que no aparecen en estas fotografías.
Sandra Barrilaro y Teresa Aranguren
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Prólogo
a historia de la cuestión palestina está plagada de olvidos, engaños, falsedades, hipocresías y tergiversaciones, llena de
sobresaltos, paradojas, contradicciones y sorpresas, aparte los continuos dramas y tragedias que la sacuden. Esto ha con
tribuido largo tiempo, y en muchísimos aspectos y dimensiones, a que haya sido más bien una especie de «anti-historia», una
imitación burlesca de la misma, una pseudohistoria que no se parecía casi en nada a lo ocurrido en realidad, una historia casi
fraudulenta. Tal situación se prolongó durante décadas, y ha costado enormes esfuerzos empezar a salir de ella: así empezó a
ocurrir hace poco más de medio siglo. Antes de seguir adelante, me voy a permitir una aclaración y un inciso: he utilizado al
comienzo de este texto el término «plagada» con toda intención y en su primer y propio significado, porque lo que ocurría
al historiar la cuestión palestina era, y constituía justamente eso, una auténtica plaga, una desgracia pública, una calamidad,
manteniendo también con ello, y en máximo grado, su connotación etimológica original de «llaga».
Quizá ese hecho resultaba en España aún más inexplicable que en otros países, y para ejemplificarlo así voy a recurrir a
lo que me cae más cerca y conozco más directamente, a mi propia experiencia personal. Yo cursé en la Facultad de Filosofía
y Letras de la Universidad de Madrid, durante la primera mitad de la década de los cincuenta del siglo pasado, dos espe
cialidades, licenciándome en la sección de Historia (1955) y en la de Filología Semítica (1956). Durante mis estudios, nadie
— que yo recuerde— hizo la menor referencia a la cuestión palestina, y estoy aludiendo en concreto al propio profesorado
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competente. Obviamente, en el plan de estudios de la sección de Historia figuraban asignaturas que se ocupaban de la época
contemporánea, y hasta en la de semíticas había una que se titulaba justamente así: Historia del islam contemporáneo. Pues
bien, ninguna mención del tema palestino. El plan de estudios de esa misma sección recogía otra asignatura, de contenido
genérico, denominada Historia del pueblo de Israel. No recuerdo si en ella alguien pudo hacer alguna referencia al singular
acontecimiento que había tenido lugar el año 1948: la fundación del Estado de ese mismo nombre. En tierra palestina, como
se sabe.
Todo eso ocurría en la primera y principal universidad española, en un país en el que se repetía la contumaz letanía de las
«fraternales relaciones hispano-árabes», cuyo régimen alardeaba de prácticas «políticas proárabes», y cuyo gobierno tardaría aún
muchos años en establecer relaciones diplomáticas con ese Estado de nuevo cuño fundado en 1948. Y todo esto que cuento no
descubre, sin embargo, nada nuevo, sino que resulta uno de tantos datos corroborativos de algo que conocemos bien, y cuyos
graves efectos y consecuencias sufrimos desde antiguo: en este país tan especial, en España, la política, la sociedad y la cultura
no suelen seguir caminos convergentes. ¡Y cómo se nota y se echa de menos!
Yo empecé a oír hablar de Palestina y de palestinos durante mi estancia en Egipto entre comienzos de 1957 y mediados
de 1962, a todo lo extenso y lo intenso de mi experiencia cairota. Fue también hacia 1958 o 1959 cuando Mercedes, mi mujer,
y yo viajamos a tierras palestinas, que formaban parte por entonces del reino hachemí de Jordania. El hecho palestino fue una
de las tantas novedades reveladoras que empezaron a abrírseme y que contribuyeron decisivamente a que mi propia vida, y no
solo mi actividad profesional de arabista, fueran orientándose hacia dimensiones hasta entonces desconocidas por completo
para mí y encaminándose por sendas que me resultaban hasta ese momento inaccesibles. Ahora, muchos años después, puedo
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