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CONJUNTO
ARQUEOLÓGICO
DÓLMENES
DE ANTEQUERA
AÑO 2015
ISBN 978-84-9959-251-0
ISSN 2174-9299
REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA · JOURNAL OF ANDALUSIAN PREHISTORY
MONOGRÁFICO03
Historiografía de las instituciones
arqueológicas de Andalucía
Historiography of archaeological institutions of Andalusia
José Ramón López Rodríguez y José Beltrán Fortes (editores)
MENGA M03
REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA
JOURNAL OF ANDALUSIAN PREHISTORY
SERIE MONOGRÁFICA · MONOGRAPHIC SERIES
Año 5 // Número 03 // 2015
JUNTA DE ANDALUCÍA. CONSEJERÍA DE CULTURA
Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera
ISBN 978-84-9959-251-0
ISSN 2174-9299
Publicación digital
Menga Monografías es una publicación del Conjunto Arqueológico
Dólmenes de Antequera (Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía).
Su objetivo es la difusión internacional de trabajos de investigación
científicos de calidad relativos a la Prehistoria de Andalucía, razón por la
cual se publica en español e inglés.
Menga Monografías da a conocer trabajos de investigación que por su
amplitud o extensión no se ajustan bien al formato de artículos dentro de
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La serie Menga Monografías está abierta a trabajos inéditos y no
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recibidos serán sometidos a un proceso de evaluación externa y anónima
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Menga Monographs is published by the Dolmens of Antequera
Archaeological Site (the Andalusian Regional Government Ministry of
Culture). Its aim is the international dissemination of quality scientific
research into Andalusian Prehistory. To this end, the journal is published
in Spanish and English.
The series Menga Monographs publishes research works that because of
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with any of the themes covered within Menga’s field of knowledge.
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Cubierta: La Junta Local de Monumentos Megalíticos Antequeranos, primera “instittución espe-
cífica” de protección de los Dólmenes, compuesta por eruditos y personalidades antequeranas,
con Hugo Obermaier, primer catedrático de Historia Primitiva del Hombre de la Universidad
Central, ante el Dolmen de Menga.
En esta página: diseño del Museo del Dólmen de Menga “no realizado” por Joaquín Fernández
Ayarragaray en 1898.
MENGA M03
REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA
JOURNAL OF ANDALUSIAN PREHISTORY
Año 5 // Número 03 // 2015
CONTENIDOS/CONTENTS
09 Las instituciones museísticas de Andalucía: Museos Arqueológicos y Conjuntos Monumentales y
Arqueológicos. Una reflexión historiográfica
José Beltrán Fortes y José Ramón López Rodríguez
23 El Museo de Almería. Historia y formación de la colección arqueológica
Ana D. Navarro Ortega
33 Análisis historiográfico sobre la investigación y tutela del Conjunto Monumental de la Alcazaba de Almería
María Luisa García Ortega
51 El Museo de Cádiz y sus colecciones de arqueología
Juan Alonso de la Sierra
73 250 años de historia de la colección del Museo Arqueológico Municipal de Jerez
Rosalía González Rodríguez
93 Historiografía de la investigación y tutela de la ciudad hispanorromana de Baelo Claudia.
Tarifa, Cádiz
Ángel Muñoz Vicente
125 Museo Arqueológico de Córdoba. Una singular historia
María Dolores Baena Alcántara
141 El Museo Arqueológico de Granada. Un recorrido por sus 135 años de historia
Isidro Toro Moyano
157 La Alhambra de Granada, un hito para el análisis arqueológico de un monumento
Jesús Bermúdez López
Historiografía de las instituciones arqueológicas de Andalucía
Historiography of archaeological institutions of Andalusia
175 Los Dólmenes de Antequera: un hito de la Prehistoria de Andalucía
Rafael Maura Mijares
193 Un museo de museos. El pasado en el futuro del Museo Arqueológico de Sevilla
Concha San Martín Montilla, Diego Oliva Alonso y Manuel Camacho Moreno
215 El Conjunto Arqueológico de Itálica
José Ramón López Rodríguez
237 El Conjunto Arqueológico de Carmona: de Juan Fernández López y George E. Bonsor a Facebook
Ignacio Rodríguez Temiño y José Ildefonso Ruiz Cecilia
Vista general del Teatro romano de Itálica. Foto: José Morón
(Archivo del Conjunto Arqueológico de Itálica).
EL CONJUNTO ARQUEOLÓGICO DE ITÁLICA
THE ARCHAEOLOGICAL ENSEMBLE OF ITALICA
José Ramón López Rodríguez [Grupo I+D HUM 402, Universidad de Sevilla;Exdirector del Conjunto Arqueológico de Itálica;
Colaborador honorario del Departamento de Prehistoria y Arqueología, Universidad de Sevilla]. [ [email protected] ]
Resumen Summary
Se describe en este texto la larga historia de la The text describes the long history of the Roman city
ciudad romana de Itálica, que tras su eclipse of Italica, which, after its decay in the Middle Ages,
en la Edad Media, fue un lugar idealizado como was idealized as the homeland of the Emperors.
patria de emperadores y luego un yacimiento Later, it was just an archeological excavation site,
arqueológico excavado, para finalmente dar sostén and finally, it hosted the Archeological Ensemble
a una institución, el Conjunto Arqueológico, que lo that manages the whole site, conserves and
administra, conserva, investiga y difunde. researches its remains, and disseminates its
findings.
Palabras clave: Itálica, Ciudad romana,
Yacimiento arqueológico, Conjunto Arqueológico, Keywords: Italica, Roman city, Archaeological site,
Patrimonio Arqueológico. Archaeological Ensemble, Archaeological heritage.
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MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 03. 2015. PP. 215-235. ISBN 978-84-9959-251-0 ISSN 2174-9299 // CONJUNTO ARQUEOLÓGICO DE ITÁLICA
JOSÉ RAMÓN LÓPEZ RODRÍGUEZ
Nunca en la historia conocida de la Península Ibérica Transcurridos estos momentos de esplendor que
un yacimiento romano ha tenido tanto prestigio como abarcan y rebasan el siglo II, las noticias del desa-
el de Itálica. rrollo de Itálica comienzan a escasear. Se da por
supuesto que hubo un abandono prematuro de esta
Son varios los factores que hacen especial a esta ampliación de la ciudad, abandono que habría que
ciudad romana, pues en ella confluían algunos ele- llevar a momentos tardíos, quizá a cuando se cons-
mentos excepcionales que la hacían destacar de truye una nueva muralla que reduce el perímetro
entre las demás: ser la más temprana fundación de urbano, detectada en las prospecciones geofísicas
Roma en la Península; el contar con dos empera- de los años 90 (Caballos Rufino et al., 1999: 62) y de
dores que de ella eran oriundos y que gobernaron la que todavía faltan datos.
el imperio en los momentos de mayor esplendor;
y su engrandecimiento y ampliación en tiempos de Itálica siguió activa en los siglos finales del imperio
Adriano, con lo que llegó al punto más álgido como y en los posteriores, dejándonos las fuentes algunos
ente urbanístico. testimonios de la pervivencia italicense, como la par-
ticipación destacada en la guerra entre el rey Leovi-
En el contexto de la segunda guerra púnica, Publio gildo y su rebelde hijo Hermenegildo, habiendo sido
Cornelio Escipión el Africano había venido a Hispania las murallas de Itálica reforzadas por el primero en
en el transcurso de las operaciones contra los carta- 583 dentro del programa de asedio a Hispalis; o bien
gineses. Tras conquistar Cartago Nova, avanzó para la presencia de los obispos italicenses en los conci-
apoderarse del valle del Guadalquivir, produciéndose lios hispanos a lo largo de todo el siglo VII.
la última y definitiva batalla en el año 206 a. C. cerca
de Ilipa (Alcalá del Río).Según relata Apiano, el ori- El asalto al poder visigodo por parte de las tropas
gen de la ciudad de Itálica estuvo en un asentamiento árabes que se produjo cuando comenzaba el siglo
de soldados veteranos y heridos que habían luchado VIII cambió radicalmente la situación de los terri-
a las órdenes del general Escipión en la conquista torios del sur de la Península. Pero a pesar de ello
de Hispania. De este modo Itálica fue la primera ciu- la vida en Itálica continuó al menos durante otros
dad romana fundada en Hispania y también fuera cuatro siglos de los que apenas tenemos noticias,
de territorio italiano, lo cual marcaría su posterior salvo que el lugar pasó a llamarse Taliqa o Talqa.
desarrollo. Al final de este periodo es cuando comienza el lento
declinar de la ciudad a favor de otros núcleos próxi-
El lugar elegido para el asentamiento era un poblado mos, situándose hacia el siglo XII el abandono defi-
turdetano en el lado derecho del río Guadalquivir, nitivo del lugar.
el flumen Betis romano, que corría al pie del cerro
sobre el que se situaba. Se trataba de un lugar estra- El despoblado de Talqa no desapareció nunca sin
tégico que controlaba el paso de mercancías por el embargo del imaginario colectivo, fuera por ser el
río, especialmente los minerales procedentes de las lugar continua fuente de materiales de construcción,
minas de las últimas estribaciones de Sierra Morena. o más bien por la presencia sobre el terreno y en el
La posibilidad de enriquecimiento y el haber sido paisaje de las impresionantes moles de sus ya ruino-
cabecera de la romanización dio lugar a que sur- sos monumentos, que no comenzaron a desaparecer
giesen en Itálica unas familias de rancio abolengo hasta época muy reciente.
que tuvieron la oportunidad de ocupar puestos en
el Senado romano. De estas familias surgirían los
emperadores Trajano y Adriano. LA ITÁLICA VISITADA. EL SIGLO XVI
El contar con los favores de éste último permitió a Habría que esperar al siglo XVI para que, de la mano
la ciudad acceder al estatus de colonia, pasando de de la idea imperial personificada en Carlos I, comen-
municipium a Colonia Aelia Augusta Itálica. Además zase a despertarse el interés por la antigüedad clá-
seguramente también pudo conseguir el apoyo impe- sica. Y nada mejor para ello que una ciudad romana
rial para poder desarrollar una importante amplia- que aunque ya para entonces se había perdido el
ción de la ciudad, que duplicó la extensión urbana y nombre y se conocía como “Sevilla la Vieja”, aportaba
se dotó con importantes edificios públicos y lujosas la gran ventaja de la cercanía y sobre todo de la visi-
mansiones privadas. bilidad, puesto que muchos edificios permanecieron
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HISTORIOGRAFÍA DE LAS INSTITUCIONES ARQUEOLÓGICAS DE ANDALUCÍA
EL CONJUNTO ARQUEOLÓGICO DE ITÁLICA
en pie aunque maltrechos durante siglos1. De entre a las Ruinas de Itálica”, ese impresionante canto al
todos ellos destacó siempre el anfiteatro que con su poder arrasador del tiempo, ejemplificado en los
gran masa sirvió como anclaje para colocar una refe- “campos de soledad” que eran las yacentes ruinas
rencia a la ciudad en los mapas. una vez perdida la gloria que antaño las sustentaban.
Es ahora cuando empezamos a tener testimo-
nios descriptivos de las ruinas de la ciudad, que LAS PRIMERAS REFERENCIAS A OBJETOS
son visitadas por los eruditos locales, precedidos ITALICENSES. EL SIGLO XVII
por Andrea Navagero, el embajador veneciano que
estuvo en España entre 1524 y 1526 para asistir a Rodrigo Caro (1573-1647) tenía una importante
la boda de Carlos I, y que estando en Sevilla para colección de objetos arqueológicos en su finca de
tal evento, pudo acercarse a contemplar las ruinas Utrera que se llamaba “La Maya”. Según su propio
italicenses que cita en sus memorias (Navagero, testimonio, tenía allí, quizá colocadas como jardín
1563:14 y 14 vto.). arqueológico, una colección de estatuas romanas
y varias cabezas: “En mi casa tengo una cabeza de
Identificadas más adelante las ruinas por Ambrosio mármol hasta los pechos, parece ser de alguna
Morales como la ciudad de Itálica, el interés por la Emperatriz. Tengo otra también de mármol blanco,
misma se redobló, ya que se pudo traer a estas tie- hasta los pechos, tiene tendido el cabello, y atado con
rras sevillanas a los emperadores Trajano y Adriano, una corona de yedra por la frente, con unos razimos
y el prestigio siguió en aumento, tanto que se consi- colgando, que imitan las uvas de la yedra: por las
deró que merecía la pena que el rey Felipe IV la visi- señas es efigie de alguna Sacerdotisa de Bacco, a las
tara, estando en Sevilla en 1624, el cual“con muchos cuales llamavan Baccas, Mimallonides, Basarides,
Señores, y Grandes de su Reyno, fue a ver, y a hazer Menades. También tengo otra cabeça de un Satyro, o
memorable aquel sitio con su visita, aumentando su Sileno, coronada de yedra, señal desta gente furiosa,
antiguo decoro, y estimación” (Caro, 1634: 113). que sin duda tuvo en esta tierra mucho lugar por
memoria de Dionysio Bacco...” (Caro, 1634: 147r.).
La noticia nos la da Rodrigo Caro, quien nos cuenta
cómo él mismo emprendió un día el camino junto a En cuanto a las inscripciones, al menos tenía una
unos amigos, deseoso de conocer Itálica, patria de docena de ellas, aunque seguramente su número
emperadores (Caro, 1604: 17), dando testimonio fuera superior pues se fue incrementando en el
también en otro lugar de que “de ordinario todas las tiempo con todo hallazgo casual al que podía acceder.
personas de consideración hazen jornada a verla,
con admiración, y respeto, por aver sido patria de tan Sabemos que su monetario era muy abundante, pues
ilustres varones” (Caro, 1634: 113). la numismática era un material de estudio suma-
mente interesante como fuente de información para
Rodrigo Caro sentó las bases de la investigación todos los eruditos del momento. Y justamente aquí
arqueológica, apoyándose en el conocimiento que en este monetario, tal como se menciona en su “Anti-
tenía del terreno ya que era Visitador General del güedades y Principado…” encontramos la referencia a
Arzobispado, plasmando sus conocimientos en publi- hallazgos italicenses: “… monedas antiguas de Itálica,
caciones tales como las “Antigüedades y Principado de que yo tengo muchas, y he visto en poder de otros,
de la Ilustrísima Ciudad de Sevilla y Chorografía de …” (Caro, 1634:104v). Es la primera vez que registra-
su Convento Jurídico…” que hoy resultan una fuente mos una mención a un objeto italicense formando
imprescindible por la cantidad de datos de primera parte de una colección (López Rodríguez, 2007:19).
mano que ofrecen.
Un poco más adelante volvemos a encontrar otra
Será él también el que contribuirá extraordinaria- pieza procedente de Itálica en otra colección. Se trata
mente a la exaltación de la ciudad de Itálica por medio de la que formara Juan de Córdoba Centurión en su
de la vertiente lírica, con su famoso poema “Canción palacio de la población de Lora de Estepa.
1 Así lo confirman las fuentes. Por ejemplo, podemos citar a Pedro de Medina, quien en el Libro de las grandezas y cosas memorables de
España (1548) dice refiriéndose a Itálica: “Duran aún ruynas y grandes pedazos de edificios muy antiguos, especialmente se ve uno a manera
de Coliseo con muchas puertas y ventanas, del que aún dura mayor parte que de otros edificios” (libro segundo, p. 125v.).
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MENGA. REVISTA DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA // MONOGRÁFICO Nº 03. 2015. PP. 215-235. ISBN 978-84-9959-251-0 ISSN 2174-9299 // CONJUNTO ARQUEOLÓGICO DE ITÁLICA
JOSÉ RAMÓN LÓPEZ RODRÍGUEZ
Juan de Córdoba era hijo natural del marqués de
Estepa, Adán Centurión, y había sido educado con el
esmero que correspondía a su posición, heredando
las aficiones de su padre, el cual había sido poeta y
pintor, acumulando una gran erudición que incluía
temas arqueológicos.
Juan de Córdoba se propuso recoger todos los res-
tos de antigüedad que se hallasen en su marque-
sado. Colocó la epigrafía en un gran salón en plata
baja que se podía ver desde la calle y las esculturas
las dispuso en el “jardín arqueológico” de su palacio.
Gracias a las descripciones que tenemos del mismo
y al dibujo que hizo el padre San Román Muñoz en
1716, sabemos que se trataba de una galería con
nichos en los que iban colocadas las estatuas, algo
que recuerda a la galería que algo menos de cien
años atrás hiciera el arquitecto Benvenuto Tortello
para los duques de Alcalá en Bornos.
En un alarde de modernidad que no tiene parangón
hasta el presente, Juan de Córdoba colocó cartelas
hechas en piedra junto a cada pieza de su colección,
indicando la procedencia2. Gracias a ello y a que
estas cartelas también fueron incluidas en las ilus- Fig. 1. Lora de Estepa. Aún quedan en pie algunos muros ruinosos de lo
que fue el palacio de Juan de Córdoba Centurión. (Fotografía del autor).
traciones del manuscrito de San Román, sabemos
que no todo procedía de Estepa. En efecto, la estatua
número cuatro reza que procede de Itálica, siendo De esta forma el nombre de Itálica fue cada vez más
por tanto otra de las raras piezas originales de este conocido y, como un precedente a lo que ocurrirá muy
yacimiento que formaron parte de colecciones anti- frecuentemente en el siglo siguiente, era ya un punto
guas (Fig. 1). irrenunciable en un itinerario que cualquier viajero
plantease por el sur peninsular, quedando constan-
cia en los libros escritos por algunos de ellos, como
LA ILUSTRACIÓN E ITÁLICA es el caso de Henry Swinburne y su Travels through
Spain, que recorrió las ruinas en 1776 (1787: 22-29), o
En el siglo siguiente Itálica fue objeto de atención Joseph Townsend y su A Journey through Spain, quien
de los eruditos que tanto abundaron en esa centuria paradójicamente afirma que el anfiteatro de Itálica le
y que bien como en los estudios del padre Enrique pareció un monumento poco interesante (1792: 355).
Flórez, que emprendió una monumental obra sobre
la iglesia en España, o bien en libros con estructura En este siglo XVIII Itálica fue objeto de excavaciones
de relato de viaje, como el de Antonio Ponz, en todos arqueológicas, aunque con la metodología propia de
ellos figura una descripción, estudio o ilustración de la época, que buscaba ante todo la obtención de pie-
esta ciudad romana. De entre estos eruditos des- zas de colección. Esto nos lleva a un personaje que va
taca especialmente el padre Fernando de Zevallos a ser clave en este momento, y por muchos aspectos.
(1732-1802), que fue prior del monasterio de San Se trata de Francisco de Bruna y Ahumada (Granada,
Isidoro del Campo, en cuyos campos se hallaban las 1719 - Sevilla, 1807), oidor decano de la Real Audien-
ruinas, y que, con conocimiento directo del terreno cia de Sevilla y a la par alcaide de los Reales Alcáza-
pudo escribir su obra La Itálica, que es una historia y res de Sevilla, que en aquel momento eran propiedad
documentada descripción de la ciudad. de la Corona española.
2 Se conservan dos en el Museo Arqueológico de Sevilla. Véase: López Rodríguez, 2010: 82.
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HISTORIOGRAFÍA DE LAS INSTITUCIONES ARQUEOLÓGICAS DE ANDALUCÍA
Description:Archaeological Site (the Andalusian Regional Government Ministry of. Culture). Its aim is the . gen de la ciudad de Itálica estuvo en un asentamiento.