Table Of ContentBIBLIOTECA CLÁSICA GREDOS, 85 APOLODORO
B I B L I O T E C A
IXIK ODl CC16h DE
I.4VIFR ARCE
EDITORIAL GREDOS
Asesor para la sección griega: CARLOSG ARC~GAU AL.
Según las normas de la B. C. G., la traducción de este vo!umen ha
:ido revisada por CONCEPCSI~ENK RANAOY EAR.
O EDITORIAL CREDOS, S. A.
Sánchez Pacheco, 81, Madrid. España. 1985. Apolodoro, o mejor, el presunto autor de la Bibliote-
ca que se presenta aquí al lector, es un personaje enig-
mático. Como ocurre con Quinto Curcio o con Commo-
diano en la literatura latina, o con tantos otros autores
clásicos, apenas sabemos nada ni de su vida, ni de su
cronología, ni de su pensamiento. Como se verá más ade-
lante, es lícito -y así se ha hecho- dudar de Apolodo-
ro como autor de esta «Biblioteca». Y es lícito dudar
incluso de que esta obra se titulase alguna vez Biblioteca.
Escribir una introducción en estas condiciones es,
cuando menos, arriesgado, si no absurdo; o es conde-
narse a enumerar el contenido de la obra, lo cual es
superfluo, porque lo importante es leer el texto que se
nos presenta. No obstante, el ingenio de los filólogos
clásicos -la búsqueda continua de indicios mínimos-,
permiten abordar la empresa con la esperanza de, cuan-
do menos, dejar caminos abiertos a la reflexión y a la
especulación. Yo no espero dejar resueltos aquí los pro-
blemas referentes a la obra de Apolodoro o la Bibliote-
ca. Recordando a Momigliano podría decir que lo que
Depósito Legal: M. 17558-1985. * Siglas utilizadas en esta Introducción: FGrHist = JACOBYDi,e Frag-
mente der griechischen Hisroriker, 1, Leiden, 2.a ed., 1957. FHG = C.
ISBN 84-249-0997-6.
MULLERF,r agmenta Hisioricorum Graecorum, París, 1841. LAW = Le-
Impreso en España. Printed in Spain. xikon der Alten Welt. LSJ = LIDDELL-SCOTT-JOGNrEeeSk,- English Dic-
tionary. RE = Real-Encyclopadie der Classischen Altertumswissenschaft.
Gráficas Cóndor, S. A., Sánchez Pacheco, 81, Madrid, 1985. - 5846
REG = Revzte des Erudes Grecques.
8 BIBLIOTECA
sigue será un «prologo senza conclusione», porque en los dioses y los héroes, los nombres de los ríos, de
-como señalaba igualmente el gran ensayista italiano- los países, de las poblaciones, de las ciudades, de su
«concludere non e facile ... e io per natura preferisco origen; y, además, todos los hechos que se remontan
proporre i problemi» '. Hago aquí absolutamente mías a las épocas antiguas. Llega hasta los hechos de la gue-
sus palabras. Pero, eso sí, debo decir que he tratado rra de Troya; pasa revista a los combates que libraron
de investigar honestamente en el texto que aquí se tra- ciertos héroes, a sus hazañas, y a ciertos viajes de quie-
duce. Que he procurado acercarme a él -y a su autor- nes volvieron de Troya, particularmente los de Ulises,
libre completamente de las opiniones -por cierto no con el cual termina esta historia de los tiempos anti-
muy abundantes- de otros para luego contrastarlas con guos. La mayor parte del libro es un resumen que no
las mías. será inútil para aquellos que tienen a gala recordar vie-
Debo advertir todavía una cosa: he tratado de pro- jas historias. Lleva este epigrama que no está exento
fundizar, pero no de ser exhaustivo. El espacio mismo de elegancia: «La sucesión de los tiempos la podrás con-
de esta introducción y su contenido obligan -a mi seguir a través de mi erudición y podrás conocer las
entender- a renunciar a largas disquisiciones filológi- fábulas antiguas. No habrás de mirar en las páginas de
cas -por otra parte en ocasiones ya hechas brillante- Homero, ni en la elegía, ni en la musa trágica, ni en
mente- y a exponer escuetamente sus resultados. Es- la poesía mélica, ni buscar en la obra sonora de los poe-
tas páginas no son, por tanto, otra cosa que un intento tas cíclicos, sino sólo mirarme y encontrarás en mí to-
de acercamiento a la problemática del texto que sigue. do lo que contiene el mundo» '.
Para muchos autores esta noticia-resumen de Focio
es la primera mención y descripción de la obra que nos
El comentario de Focio sobre «La Biblioteca»
ocupa. Proporciona así autor, título, argumento. Lo que
La historia debe comenzar, como en tantas otras oca- no se ha transmitido claramente, Focio parece exponer-
siones, en el siglo IX de nuestra era. En el mundo bizan- lo diáfana y simplemente. Pero de hecho esta noticia
tino. plantea más que resuelve problemas. Requiere un aten-
El patriarca Focio, entre las casi trescientas obras to análisis.
que había leído para su Biblioteca, y de las que nos ha Focio señala haber leído esta obra de Apolodoro en
dejado un resumen más o menos extenso, había leído «el mismo volumen» que contenía las narraciones (dia-
una que nos interesa particularmente. En efecto, en el geseis) de Conón, autor del que no sabemos nada más
códice 1862 se lee: que lo que nos dice el propio Focio, y cuya obra parece
«En el mismo volumen he leído una pequeña obra ser fue una serie de narraciones de carácter anecdótico-
del gramático Apolodoro. Lleva por título la Biblioteca. mitológico. No obstante, dedica, inusitadamente, un gran
Contiene las más antiguas historietas de los griegos: to- espacio para resumirlas, lo que contrasta con el escaso
do lo que el tiempo les ha proporcionado para creer dedicado a la obra de Apolodoro La referencia al
3.
' *
A. MOMIGLIA~NEOp, ilogos enza conclusione~,e n Les études clas- Focio, Biblioteca cod. 1862 HENRY.
sigues au XIX et XX siecles: leur place dans l'hisroire des idées, Entre- Sobre la obra de Conón cf. RE, XI (1922), cols. 1335-1338 MAR-
tiens ... Fond. Hardt, XXVI, Ginebra, 1980, pág. 305. TINI.
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«mismo volumen» parece significar que ambos libros Calificar de bibliodarion a lo que conservamos hoy
(bibliodárion es el calificativo para ambos) estaban ata- de la Biblioteca de Apolodoro, 163 págs. del texto de
dos o unidos en un mismo conjunto, hecho que se com- la edición de Teubner, puede no ser muy exacto; o pue-
prende bien, puesto que ambos trataban de la misma de significar simplemente que se trata de un libro (o
materia, esto es, aspectos o narraciones mitológicas. códice) de tamaño pequeño. Si tenemos en cuenta que
El primer problema que quiero plantear es el de sa- nuestro texto se ha perdido en más de la mitad al me-
ber qué valor puede tener esta descripción de Focio de nos, el sentido de «librillo» puede ser menos adecuado.
la Biblioteca de Apolodoro. La descripción que se refiere al contenido plantea más
Warren T. Treadgold ha establecido recientemente serios problemas. Es verdad que nuestro texto contiene
-basándose en parte en trabajos de Hagg- diferentes «las más antiguas historietas de los griegos y todo aque-
tipos de categorías en las que se pueden dividir los re- llo que el tiempo les ha proporcionado para creer en
súmenes de Focio La que hace de la Biblioteca de dioses y héroes», pero describir su contenido como aquél
4.
Apolodoro corresponde a la clase IIc de Treadgold, es que hace referencia «a los nombres de ríos, de los paí-
decir, «resumen preciso que da una cierta idea del con- ses, de las poblaciones, de las ciudades y de su origen»
tenido de todo el libro*, mientras que el resumen de no constituye en el fondo lo esencial del texto que tene-
la obra de Conón entra dentro de la categoría IId, esto mos delante. Es decir; lo que llama la atención a cual-
es, «largo resumen comunicado a Tarasio en segunda quier lector del mismo son las innumerables listas de
persona». En el caso del resumen de Conón (cod. 186) dioses, héroes, hijos, genealogías, hazañas, amores. Pa-
el propio Focio declara tener el manuscrito delante. Pe- rece, por otro lado, que lo que más interesa a Focio es
ro los libros del tipo IIc -que son los que nos inte- la parte que se refería a Troya, a( regreso a la patria
resan- Focio los había leído, pero no completamente; de sus héroes y los viajes de Ulises. Desgraciadamente
o quizás lo había hecho hacía tiempo y disponía de al- en el texto que conservamos (dejo aparte por ei momen-
gunas notas. Finalmente se debe tener presente, al juz- to el problema de los Fragmenta Sabbaitica y los Epito-
gar hoy la noticia o la exactitud de los datos de Focio ma Vaticana, cf. infra, p. 20) esta parte no se conserva;
sobre sus libros, que en la intención de la composición pero es extraño que no se haga alusión más explícita
de la Biblioteca no estaba una exacta reproducción, si- a algo tan evidente -y yo añadiría casi esencial- en
no que, aun siendo de carácter erudito, tenía una inten- nuestro texto como es su carácter o intención de pre-
ción privada, informal y sentimental. No podemos exi- sentar genealogías de dioses y héroes. Una referencia
gir a Focio aquello que no pretendió hacer, aunque nos más explícita a este problema parece la obvia conclu-
hubiera gustado que lo hiciera. sión de quien pretende resumirla.
Es conveniente tener en cuenta estos principios pa- Focio dice además que ta polla toü biblíou esti
ra valorar la noticia de Focio sobre nuestro texto y ex- synopsis, es decir, ala mayor parte del libro es un resu-
plicar algunas de sus inadecuaciones. Porque inadecua- men», una sinopsis o visión de conjunto. El concepto
ciones embarazosas existen entre una y otro. de sinopsis o resumen es, naturalmente, relativo. Pero
no me parece que se adapte bien al texto que comenta-
4 W. T. TREADGOLTDh, e Nature of the Bibliotheca of Photios, Dum-
berton Oaks Studies, XVIII, Washington. 1980.
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do aquí, sino algo diferente. Se podría decir: Focio leyó
mos en el que el autor no se recata en ofrecer la enume-
una Biblioteca de Apolodoro el gramático, pero ésta no
ración de dioses y héroes, de hijos de dioses o de hé-
es exactamente la que conocemos hoy como tal, es de-
roes, o se explaya ampliamente en la exposición de los
cir, nuestro texto. Esto nos lleva a considerar por un
trabajos de Hércules o en el viaje de los argonautas.
momento el problema del título.
No creo que nadie califique la Teogonía de Hesíodo co-
Existen muy pocas obras en la Antigüedad que Ile-
mo resumen. Y nuestro texto es más amplio y detalla-
ven por título Biblioteca. De hecho, sólo tres: la Biblio-
do, aunque, eso sí, sin concesiones a la poesía. Final-
teca Histórica de Diodoro Sículo; la Biblioteca de Focio
mente, si nuestro texto contenía al inicio el epigrama
y la de Apolodoro. El título de la primera parece que
que leyó Focio, en realidad sería casi una contradicción.
fue expresamente buscado y elegido por su autor, a juz-
Nuestro autor no pretende sustituir a Homero ni a los
gar por la opinión de Plinio: apud graecos desiit nugare
dramaturgos ni la obra de los poetas cíclicos. Los utili-
Diodorus et bibliothe'ke historiam suam inscripsit La
za abundantemente, a veces para contrastar sus opinio- 5.
conocida como Biblioteca de Focio no se llamó origina-
nes, a veces para señalar sus divergencias. En cierta
riamente así, sino Inventario y enumeración de los li-
manera, a mi modo de ver, su espíritu y su talante es el
bros que hemos leído. .., etc. Conocida como Myriobiblion
de ser un complemento de los mismos en determinados
en la época tardía bizantina, se estabiliza con el título
puntos controvertidos en la transmisión de las leyendas.
Probablemente, como se ha indicado, esta inadecua- de Biblioteca en el s. XVII. Después, la Biblioteca de Apo-
lodoro. Insisto en que creo que el manuscrito que leyó
ción entre el resumen de Focio y el texto existente que
Focio pudo llevar este título. Pero es posible que no fuera
comentamos no sea otra cosa que consecuencia del tipo
el de la obra que comentamos aquí, que ha pasado a
de resumen que Focio quiso hacer: sumario, impreciso,
ser identificada como la Biblioteca precisamente por con-
que sólo da una visión muy general del contenido. Es
secuencia de la indicación de Focio.
decir, la clase IIc de la clasificación de Treadgold. No
¿A qué daban los antiguos el título de Biblioteca?
importa, por tanto, que no hallemos en su descripción
En suma, ¿qué es una Biblioteca? Hemos visto que no
lo que sería lógico esperar. Y en este caso estaríamos
tenemos muchos elementos de juicio, porque casi no exis-
ante una información fundamental para comprender
te como título de obras concretas. En todo caso bi-
nuestro texto: sabríamos por Focio no sólo su autor
bliothéke es «una compilación de varias fuentes,, una
-Apolodoro el gramático-; su título -la Biblioteca-; 6;
obra que se caracteriza por hacer un resumen de otras
y, lo que es más, sus intenciones reales: sustituir me-
dentro de un tema unitario o amplio, o, como ocurre
diante un rápido resumen de cómoda y fácil utilización
con la del mismo Focio, «una obra que puede ser (o po-
para el interesado las largas -y ya olvidadas- obras
día ser) utilizada como una especie de biblioteca,, '. En
de los antiguos mitógrafos griegos o del propio Home-
fin, puede tratarse de una bibliothZkd.. rnithon histo-
ro. Pero cabe, al menos como hipótesis de trabajo, una
alternativa distinta: esta inadecuación puede hacernos
sospechar que la obra que nos describe el patriarca de
PLINIO,H istoria Natural, Praef. 25
Constantinopla no es la misma que estamos comentan-
LSJ, s. v.
'
LSJ, s. v.
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rion. No es éste, me atrevo a sugerir, el carácter del Acusilao de Argos, en el siglo VI a. C., escribió tres
libros de Genet'logíai. La obra de Acusilao está bien pre-
texto aquí presentado. Sí lo era, seguramente, el de la
sente (vid. infra) en la redacción de nuestro texto. Las
obra leída y descrita por Focio. Nuestro autor, como
Rgenealogías» constituyen un género bastante frecuente
veremos, resume sus fuentes del mismo modo que las
entre los escritores mitógrafos. Se puede sugerir, pues,
resumen tantos otros autores de la Antigüedad Clásica;
que nuestro texto llevaba o pudo llevar el título de Ge-
pero las cita para hechos puntuales, concretos o contro-
neélogíai, lo cual correspondería plenamente a su con-
vertidos. En este sentido Biblioteca es un título que val-
tenido, estructura y finalidad. Puede ser que, recurrien-
dría para muchos tratados antiguos: la obra de Estra-
do a una perífrasis -como por otra parte era frecuen-
bón podría ser una Biblioteca, n la de Aulo Gelio o la
te- tal vez .se titulase peri the6n kai er66n. Pero el pri-
de Ateneo. Pero nuestro autor es ante todo un mitógra-
mero -GeneZlogíai- parecería el más adecuado.
fo que ha escrito una obra que tiene un carácter o per-
Quedan, pues, hasta ahora abiertas dos posibilida-
tenece a un género -en el cual se modela él mismo-
des derivadas de la aparente inadecuación del resumen
muy concreto que nunca ha llevado el título de Bibliote-
de Focio y la obra que comentamos: a) que la Biblioteca
ca. En la serie de Mitographi graeci no existe ninguno,
de Apolodoro que leyó el patriarca no sea el texto que
cualquiera que sea su cronología o intención, que lleve
por título Biblioteca (el caso de las Narraciones de Co- aquí se estudia; y b) que el texto aquí presentado se
titulara originariamente Genedogíai.
nón podría ser un ejemplo). En toda la serie de mitógra-
Pero a su vez se abren nuevos interrogantes: 1) ¿quién
fos o cíclicos no existe ninguno -tampoco- que lo lleve.
fue el autor de nuestro texto?; 2) ¿por qué nuestro texto
Es un hecho conocido que los títulos de estas obras
se ha atribuido a Apolodoro con el título de Biblioteca?;
-muchas veces inexistentes en la tradición que llegó
a Alejandría en los siglos 111-11 a. C.- fueron dados por 3) ¿qué ocurre con la Biblioteca de Apolodoro leída por
Focio y, si se ha conservado, cuál es? Todos estos pro-
los eruditos de acuerdo con su temática. Pero podría-
blemas nos llevan a hablar en primer lugar de los ma-
mos preguntarnos, como hace West en su edición de
nuscritos de nuestro texto.
la Theogonia de Hesíodo, cuál sería el título que un an-
El primero, el Parisinus Graecus 2722, del siglo xrv,
tiguo daría a nuestra obra. Evidentemente no es ni una
contiene en su encabezamiento: Apollodórou tou Athe-
Heraclea (que trataría predominantemente de los traba-
naíou Grammatikoü bibliothtke. Otros, posteriores, re-
jos de Hércules y sus hazañas) ni una Corintiaca (por-
piten lo mismo: el Oxoniense, del s. xv; el Parisinus Grae-
que no trata de un problema de historia local) ni una
cus 2967. Pero esta atribución es errónea. Se trata de
Titanomaquia (porque la lucha de Gigantes y Titanes
una confusión que yo creo debida a dos hechos: por un
contra los dioses no constituye una parte esencial en
lado a la existencia y fama del gramático y tratadista
la obra). En sentido estricto sólo 1.1-44 podría ser califi-
Apolodoro de Atenas (vivió ca. el 140 a. C.), que fue autor
cado de Teogonía en el texto que nos ocupa; el resto
de un Peri theon, de una Crónica y otras obras bastante
(1.45-147; 11.1-180; 111.1-20; 111.21-95, etc.),son ~genealo-
famosas y difundidas en la antigüedad; y al hecho de
gías)): las de Deucalión, Ínaco, Agenor y Cadmo; la pe-
que el patriarca Focio diga en cod. 1862 que ha leído
lásgica, la de Atlantis, la de Asopo, y por fin la de los
reyes de Atenas.
16 BIBLIOTECA
una Biblioteca de Apolodoro gramático cuyo tema es Justino. En segundo lugar la compilación del siglo I ó
-entre otras cosas- mitológico. La existencia de estos
11 d. C. debió de eliminar de tal forma el original de
componentes: un texto mitológico sin encabezamiento
Apolodoro que lo dejó prácticamente limpio de toda opi-
o título y sin autor; un Apolodoro de Atenas gramático nión del propio autor, porque un escritor como Apolo-
que escribió obras de diverso tipo, entre ellas algunas
doro de Atenas no pudo escribir una obra como el Peri
de carácter mitológico (Peri theon); y una Biblioteca de thebn -crítica y racionalista- y un tratado como el
Apolodoro gramático (Focio), dieron pie al copista del
que nos ocupa. Finalmente el modo de utilizar sus fuen-
manuscrito a la atribución, lógica dentro de lo que ca-
tes, demostrado ampliamente por Van Valk, es tan evi-
be, de nuestro texto a Apolodoro de Atenas como autor
dentemente propio de un autor que las toma directa-
de una Biblioteca que sería nuestro texto. mente y no de un manual, que esta duda queda elimina-
Es mérito de Carl Robert el haber demostrado que da. La mención de Castor entra dentro de la lógica de
nuestro texto no puede ser obra del gramático atenien- la labor de investigación de fuentes del autor de nues-
se Apolodoro. En efecto; en 11.1.3. se habla del analista tro texto, y no hay necesidad de recurrir a un interpola-
Castor (de Rodas), que sabemos escribió una Crónica dor. De esta forma podemos dar por sentado que nues-
-continuación precisamente de la de Apolodoro de tro texto no fue obra de Apolodoro de Atenas y que es
Atenas- cuya extensión cronológica iba desde el rey posterior al menos al año 61/60 a. C.
asirio Ninos hasta Pompeyo (el Grande), esto es, hasta Ocurre que una serie de escoliastas -de Homero,
el año 61/60 a. C. Apolodoro de Atenas no pudo citar Sófocles, Eurípides, Platón- y el bizantino Juan Tzet-
a Castor que vivió después de él. El autor de nuestro zes citan (a propósito de términos o episodios mitológi-
texto debe ser forzosamente posterior al 61/60 a. C. El co~a) un Apolodoro (en general la fórmula es simple-
copista del Parisinus Graecus 2722 evidentemente se con- mente: ~Apolodorol o narra en el libro segundo,; use-
fundió. Autor -y posiblemente título- referidos a nues- gún Apolodoro en el libro primero,; ~Apolodoroc uen-
tro caso pueden ser inadecuados. A pesar de ello hay tan; cesto lo narra Apolodoro en la Biblioteca,). El pro-
autores que han pensado otra alternativa: Apolodoro de blema consiste en saber de cuándo son estos escoliastas
Atenas sí escribió una Biblioteca mitológica, pero lo que y si sus referencias se pueden contrastar adecuadamen-
hoy conservamos (el texto aquí traducido) es una com- te con nuestro texto. En general la fecha de los esco-
pilación a la que un autor del siglo I o Ir d. C. añadió, liasta~n o está perfectamente establecida y todos ellos
entre otras, la mención del analista Castor. La Bibliote- pertenecen genéricamente a época bizantina (siglos IX
ca compilada siguió llevando el titulo y nombre de Apo- al XII).C omo ya señaló Frazer8, estos escoliastas no
lodoro. Y Focio habría leído esta compilación. Resulta nos sirven para nada en orden a fijar unos términos
difícil aceptar esta teoría por varias razones. En primer cronológicos a nuestro texto. El problema para mí resí-
lugar porque el compilador debió de dar su nombre a
la compilación. Pompeyo Trogo fue resumido por Justi-
no en su Epítome. Pero éste no se llama Historiae Phi- J. G. FRAZERAp, ollodorur. The Libras: Ed. Loeb. págs. XIII-XIV;
lippicarum (como la obra de Trogo), sino Epítome de para los escoiiastas cf. HARTMUERTB SES, cholia Graeca in Homeri Ilia.
dem 1, Berlín, 1969; P. ELMSLEYSc, holia in Sophocles, Oxford, 1925;
E. SCHWARSTcZh,o lia in Euripidem 11, Berlín. 1891.
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de en averiguar si cuando estos escoliastas hablan de la «Biblioteca de Apolodoro,, -es decir, de lo que él con-
Apolodoro y10 la Biblioteca se refieren a la mencionada sidera nuestro texto. Se trata de un códice del siglo xrv
por Focio o a la nuestra ya confundida como la obra (Vat. 950). Contiene fragmentos que corresponden a la
de Apolodoro de Atenas titulada Biblioteca. Este pro- historia de Teseo y su estirpe (justamente donde acaba
blema subsistiría aun en el caso de que fuera cierta la nuestro texto); a la estirpe de Pélope y, hasta el final,
sugerencia de Van Valk de que el escoliasta D de Home- fragmentos referidos a la guerra de Troya, caída de Tro-
ro no contiene material bizantino -y por tanto está más ya, ciclo de los Nostoi.
cercano a nuestro autor- o que el escoliasta de Sófo- Casi al mismo tiempo -dos años más tarde- e in-
cles no puede ser situado más allá del siglo 11 d. C. dependientemente, en 1887, Papadopoulos-Kerameus des-
El problema por tanto queda establecido así hasta cubrió en Jerusalén los Fragmenta Sabbaitica, que co-
el momento: rresponden a un manuscrito griego en el que se encuen-
A) El texto que comentamos, incompleto, se llamó tra un epítome de extensión, tema y texto casi igual al
Biblioteca y su autor fue un tal Apolodoro gramático. Vat. 950 y que perteneció, originariamente, al monaste-
Este texto es el descrito por Focio en el cod 1862 aun- rio de San Sabbas (Codex Sabbaiticus). Este texto, tam-
que de manera insatisfactoria. Los escoliastas citan es- bién abreviado, completa la historia llegando hasta Uli-
te mismo texto. El copista del manuscrito Parisinus Grae- ses, sus aventuras y su muerte.
cus 2722 erró al atribuir a Apolodoro de Atenas la obra Wagner adelantó la hipótesis de que los fragmentos
que copiaba: se trataba simplemente de la Biblioteca de del Vaticano (Epitoma Vaticana) eran obra de Juan Tzet-
un tal Apolodoro. zes, que conocía bien a Apolodoro y que había hecho
B) El texto que comentamos, incompleto, se tituló un resumen de su libro de mitología para sus alumnos,
Genedogíai. La Biblioteca de Apolodoro que describe Fo- porque a veces el epítome coincide con el texto de Apo-
cio es otra obra. Es a esta obra a la que se refieren lodoro citado por Tzetzes.
los escoliastas. Por tanto de la nuestra no sabemos ni Esta propuesta es plausible, pero podrá igualmente
el título ni el autor. De la mencionada por Focio no sa- no ser cierta (los Fragmenta Sabbaitica no coinciden
bemos si se conserva. En todo caso se podría identifi- exactamente con el Apolodoro citado por Tzetzes). Y es
car con lo que llamamos Epitoma Vaticana, representa- posible que sea esta obra la que leyó Focio.
da igualmente en los Fragmenta Sabbaitica. Llegados a este punto creo que es conveniente reca-
pitular lo dicho resumiendo todas las hipótesis propues-
tas. Así resulta el siguiente esquema:
Fue R. Wagner quien en 1885, trabajando en la edi-
ción de los mitographi graeci en las bibliotecas de Ro-
ma, encontró un códice («satis obsoletum et male habi-
tumn) en el que reconoció excerpta de lo que falta de
20 BIBLIOTECA
No es imposible que la última de estas hipótesis sea
1. Hipótesis. la más cercana a la realidad, salvando la inadecuación
<(Genealogíasa (nuestro texto. Conservados libros 1-111. de la descripción de Focio por su propio modo de tra-
Fecha posterior a¡ 61/60 a. C.
bajar haciendo resúmenes. De ser esto así estaríamos
Atribuida a Apolodoro de Atenas por los
ante el texto de la Biblioteca de Apolodoro. Pero no quie-
manuscritos).
ro dejar de constatar que la duda sobre el particular
es amplia y por tanto que mi especulación está justifi-
2. Hipóiesis.
cada. El propio Müller, en su edición de los Fragmenta
<<Genealogías>(>n uestro texto. Conservados libros 1-111.
1
Fecha posterior al 61/60 a. C.) Historicorum Graecorum 1, p. XXXVIII, dudaba o pre-
sentía la duda sobre el título: uQui titulus (Bibliotheca)
quamquam dubitare licet num ab ipso Apollodoro pro-
Resúmenes de fectus sit ...».E ste mismo autor, citando a Welcker, se-
las «Genealogías»:
ñala (p. XLI) que éste no sólo dudó de que la obra se
a) Epit. Vat.
denominase Biblioteca, sino que ya observó la inadecua-
b) Frag. Sabbait.
I ción entre la descripción de Focio y el texto aquí repro-
ducido: «sed hoc ipsum suspicatur non epitomae, quam
t Photius legit, sed majori nostri operi mythologico pro-
Focio denomina positum, ex eoque Bibliothecae titulum effictum esse».
este texto la James Frazer, en su edición de Loeb Classical Li-
Biblioteca de brary, indica que uwhether the author's name was really
Apolodoro. Apollodorus or whether that name was foisted on him
by the error or fraud of the scribes, who mistook him
or desired to palm him off on public for the famous
3. Hipótesis
Athenian grammarian, we have no means of deci-
Biblioteca de un (nuestro texto. Conservados libros 1-111.
dingn
Jta~ Apolodoro Fecha posterior al 61/60 a. C. 9.
1 C. Robert, quizás quien más conspicuamente estudió
Epítomes Atribuida erróneamente a Apolodoro de
el problema de la Biblioteca, la atribuyó a un descono-
(2) hechos Atenas por los manuscritos).
cido Apolodoro; pero H. Diels -seguido por Wagner-
Por
Tzetzes. señaló en contra, que este nombre era o encubría un
anónimo que quiso utilizar el nombre de Apolodoro pa-
Focio resume
esta obra incompletamente. ra llamar la atención sobre su obra lo.
Diversos autores modernamente, cuando se refieren
a nuestro autor, prefieren denominarlo el Pseudo-
J. C. FRAZERl., C., pág. XVI.
10 Cf. R. WAGNERD, e Apollodori Bibliotheca, pág. 4 (citado en Fra-
zer).
22 BIBLIOTECA
Apolodoro; y Treadgold -en su estudio sobre la Biblio- introducción como ésta, ha sido ya hecho extensamente
teca de Focio- lo considera como incorrectamente trans- por Van Valk recientemente. Yo he optado aquí, de for-
mitido por el patriarca; y se pregunta si la Biblioteca ma mucho más sencilla y fácil, 2) por individuar los auto-
que dice haber leído Focio se ha conservado y si no se- res que menciona indicando de qué obra se trata o de
rá igual al Epítome Vaticano ". cuál se pudo servir en cada caso.
En esta introducción seguiré utilizando la denomi- Nuestro autor cita nominalmente a los siguientes
nación de la Biblioreca de Apolodoro por comodidad, autores: Homero, Hesíodo, Ferecides, Acusilao, Pania-
aunque ciertamente yo no estoy convencido de que éste sis, Herodoro, Demarato, Dionisio, Cástor, Asclepíades,
fuera su título original ni Apolodoro su autor. Cércope, Píndaro, Apolonio, Telesila, Eurípides, Eume-
los, Asio, Estesícoro, Meleságoras (o Ameleságoras) y Fi-
lócrates. Sin decir su nombre menciona: al autor de las
Las fuentes de la *Biblioteca» Naupactias, al autor de la Tebaida, al autor de la Alc-
meónida, al autor de los Nóstoi, a los órficos, a los trá-
Nuestro autor se caracteriza por no dar prácticamen- gicos genéricamente. Finalmente utiliza, en multitud de
te nunca referencias personales. Pero, al menos, con cier- ocasiones, fórmulas anónimas -que denotan utilización
ta frecuencia nos da una idea de cómo ha trabajado en de fuentes- como «algunos dicen», «dicen», y usegún
la elaboración de su libro. Como tantos otros autores unos», etc.
antiguos sigue una o varias fuentes originales, mas ante Los autores más citados son, por este orden: 12 ve-
puntos concretos o discutidos recurre a la opinión de ces Ferecides; 12 Hesíodo; 8 Acusilao; 5 Homero; 4 Eume-
varios autores que han tratado el tema. Él no deja tras- lo; 4 Eurípides; 3 Paniasis; 2 Cércope; 2 Herodoro; 1
lucir su opinión; permanece imparcial y se limita a cons- Demarato; 1 Dionisio; 1 Cástor; 1 Asclepiades; 1 Pínda-
tatar: «Pero Ferecides dice ... pero Hesíodo opina ... otros ro; 1 Apolonio; 1 Telesila; 1 Asio; 1 Estesícoro; 1 Mele-
dicen ... algunos dicen ... ». Creo que se puede afirmar que ságoras (Ameleságoras); 3 veces a los trágicos en gene-
el autor tuvo delante las obras más importantes sobre ral; 1 al autor de la Alcmeónida; 1 al autor de los Nóstoi
los problemas que trata. Pasaré, en primer lugar, a in- («Regresos.) y, al menos, 34 veces menciona fuentes sin
dividuarlas para luego hacer algunas consideraciones citarlas expresamente.
sobre su significado y valor. Podemos primero considerar, aunque sea de forma
Hacer el estudio de las fuentes de la Biblioteca no rápida, quiénes son estos autores, y luego trataré de la
es empresa sencilla. Se puede realizar principalmente forma de trabajar de nuestro autor.
de dos formas: 1) analizando el texto de la Biblioteca No considero necesario aquí dar un comentario de
y contrastándolo con otras versiones que traten sobre Homero, Hesíodo, Píndaro, Eurípides, porque son auto-
lo mismo se puede llegar a saber a quién sigue nuestro res suficientemente conocidos por todos '=.D e los otros
autor en cada caso, relato o pasaje. Este análisis, ade- sí merece la pena hacer un pequeño comentario.
más de largo y complejo y que no es el objeto de una
IZ Cf. de forma general A. LESKY,H istoria de la literatura griega,
Madrid, Credos, 1967 y W. S. SCHMID-SOT.A HLIGNr,i echische Liieratur-
l1 W. T. TREADGOL1. DC,. , págs. 117 y 151 geschichte, Munich, 1929.