Table Of ContentAsí estamos hechos…
¿cómo somos?
De la lectura del genoma a la clonación humana
Esther Orozco
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Primera edición, 2008
Primera edición electrónica, 2011
Ilustraciones: Sollange Archer y Alfredo Padilla
D. R. © 2008, Fondo de Cultura Económica
Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 México, D. F.
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ISBN 978-607-16-0712-6
Hecho en México - Made in Mexico
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Acerca de la autora
Esther Orozco hizo su licenciatura en la Facultad de Química de la Universidad
Autónoma de Chihuahua. Estudió la maestría y el doctorado en ciencias con especialidad
en biología celular en el Cinvestav del Instituto Politécnico Nacional. Actualmente dirige
un grupo de investigación en el área de la genética y la biología molecular de “Entamoeba
histolytica” en el departamento de patología experimental del Cinvestav y el Instituto de
Ciencia y Tecnología del Distrito Federal. Es miembro del Sistema Nacional de
Investigadores y de la Academia Mexicana de Ciencias. Entre sus reconocimientos están
la Medalla Pasteur 1997 otorgada por la UNESCO y el Instituto Pasteur, el Premio
Nacional de la Secretaría de Salud “Miguel Otero” (1985) y el Premio “UNESCO-L’Oreal
for Women in Science” 2006, entre otros.
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A la raíz va el hombre verdadero.
José Martí
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A
Tomás
Julio César y Sofía Alejandra
Tom Oliver, Paul Antón y Luisa Sofía
Anke
A
mis estudiantes
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Prólogo
… Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos más. Camino diez pasos y el
horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la
alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar.
Eduardo Galeano
Inicié la escritura de este libro durante un año sabático que pasé en la Universidad
Autónoma de la Ciudad de México (UACM), donde, con un grupo de jóvenes,
constituimos el Programa de Ciencias Genómicas. Allí me percaté de la gran curiosidad
de la gente por los hallazgos científicos del campo de las ciencias de la vida. Por ello, el
primer interés del libro es contribuir a la difusión de algunos de los descubrimientos
recientes en esta área. Poner al alcance de quienes hablan español y no son expertos en el
campo, temas de gran interés científico, social, económico, ético, político e individual.
Temas de los que todos hemos oído hablar en las aulas, los medios y la calle y tienen que
ver con nosotros, aunque a veces no entendamos cómo. Este libro está escrito para
quienes quieran asomarse a mirar algunos hallazgos que parecen corresponder a la
ciencia del futuro lejano, pero son ya realidad. Entre los lectores del libro están desde los
estudiantes de las escuelas secundarias, preparatorias y profesionales hasta el público
interesado en enterarse con mayor detalle sobre aspectos de la ciencia y la tecnología que
fascinan y atemorizan.
Mi interés también es llamar la atención sobre la importancia de la educación, la
ciencia y la tecnología en el desarrollo humanístico y económico de México y América
Latina y recalcar lo que muchos han dicho: los peligros que encierra permanecer en la
incultura científica y tecnológica. No ignoro que la generación y el uso del conocimiento
han ahondado las diferencias entre ricos y pobres, y que el saber se ha usado con fines
destructivos y sus beneficios se han distribuido en forma no equitativa. En parte por ello,
el conocimiento del genoma humano, la generación de organismos transgénicos, el uso
de células madre y la clonación de animales son temas polémicos. Preocupan los efectos
que su mal uso pueda traer a las sociedades. Sin embargo, sólo podremos controlar el uso
del conocimiento si lo entendemos y somos capaces de producirlo.
La ciencia y la tecnología frecuentemente están ausentes de los problemas sociales de
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la mayoría de la gente. Con razón han sido criticadas por su elitismo. Esto tiene que ver
con las políticas económicas que sufrimos y se nos imponen desde fuera y desde dentro.
Las misiones y visiones de las instituciones de investigación científica se han confundido
y hasta mimetizado con las de las empresas proveedoras de bienes y servicios.
Administradores públicos con mirada de corto alcance han pervertido la esencia de la
búsqueda del conocimiento. Ésta debe dirigirse a entender más sobre la naturaleza y
aplicar ese aprendizaje para beneficio de todos los seres humanos, mucho más allá del
horizonte de las ganancias económicas.
Debemos, como nación, ocuparnos seriamente de la educación de los niños y los
jóvenes y del desarrollo de la investigación científica. En la historia reciente, Corea del
Sur, la India, China e Irlanda, entre otros países, han mostrado que se pueden tener
logros económicos y sociales con políticas adecuadas de ciencia y tecnología. También
está demostrado que no desarrollar la investigación científica y tecnológica significa más
atraso y pobreza para las sociedades. La democracia y el éxito económico de una nación
no pueden florecer en la ignorancia ni en la ausencia de ciencia y tecnología. Sería ideal y
necesario que, en nuestros países, la generación del conocimiento y sus aplicaciones
tuvieran un enfoque social y no mercantilista. Hay que trabajar mucho en este sueño
para volverlo realidad. Volverle la espalda a la ciencia o considerarla una actividad
marginal, aunque de lujo, es cancelar el futuro de nuestra gente.
El libro tiene 11 capítulos, además de la Introducción, en la que se describen en
forma muy general los temas que se tratan. En los capítulos del I al IV se discuten
algunos conceptos básicos de la biología molecular que ayudan a comprender las bases
de los descubrimientos más importantes de las ciencias de la vida. Los capítulos V a VI
son un breve recorrido a través del tiempo de los principales hallazgos que permitieron
realizar la lectura del genoma humano, la producción de alimentos transgénicos, el uso
de las células madre y la clonación de animales. Mientras que en los capítulos del VII al X
se habla sobre estos aspectos en particular. Finalmente, el capítulo XI es una reflexión
sobre la ciencia y la tecnología y sus repercusiones en nuestros países. Contiene un
análisis muy somero sobre lo que considero que son algunas causas del estancamiento de
la ciencia y la tecnología en América Latina en comparación con la fuerza que tienen en
los Estados Unidos y en algunos países de Europa.
Finalmente, antes de entrar en materia, expreso aquí mi agradecimiento a quienes
leyeron el manuscrito durante su preparación. Sus observaciones enriquecieron el texto.
Los errores que hayan permanecido son mi responsabilidad. Gracias a Tomás Sánchez,
Marcelino Cereijido, Juan Pedro Luna Arias, Juan Luis Peña Chapa, Feliciano Sánchez-
Sinencio, Víctor Orozco, Patricia Gascón, José Luis Cepeda, Miguel Ángel Gómez Lin,
Luis Adolfo Orozco, Rossana Arroyo, Sollange Archer, Eduardo Carrillo y Mayra
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Meléndez. Gracias a Sollange Archer por el diseño de las figuras y a Alfredo Padilla
Barberi por su excelente trabajo y sus opiniones certeras en el diseño de las figuras.
Agradezco también la hospitalidad de la UACM y la generosidad del ingeniero Manuel
Pérez Rocha, su rector.
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Introducción
La ciencia y la tecnología afectan lo cotidiano: los temas que
aquí se tratan
La ciencia no se hace en el vacío. Se hace en un contexto social; y los resultados
de la ciencia tienen importantes implicaciones para la sociedad, aun si sólo nos
facilitaran el entendimiento sobre cómo nosotros, los humanos, encajamos en el
cosmos.
Laurence M. Krauss
Ciencia y tecnología para ser y crecer. Las fronteras del conocimiento se sitúan más allá de
las barreras territoriales, pero los descubrimientos que se realizan en el planeta nos
competen a todos (1).[*] Cada descubrimiento reta a lo que se conoce como cierto.
Cimbra los valores éticos y las creencias religiosas y nos muestra que la actividad
científica es destructora y constructora de valores sociales y maneras de vivir. En
América Latina, sin ser países con desarrollo tecnológico, se nos arrastra al consumo del
conocimiento, que es la mercancía más cara que nos ofrecen y nos imponen las naciones
ricas. Se mutan las formas de vivir y se nos divide profundamente entre los pocos que
tienen acceso a los beneficios del conocimiento y quienes están excluidos de él. Todavía
nuestras sociedades son analfabetas en ciencia, pues se usa muy poco el conocimiento
para resolver los problemas sociales apremiantes y la mayoría de la gente no sabe sobre
ciencia y tecnología (2). Sin generar conocimiento es difícil apropiarse del que se produce
en otros países.
La desigual distribución de la riqueza, la falta de políticas económicas adecuadas, los
bajos niveles de educación y el poco desarrollo tecnológico hacen difícil resolver la
pobreza de 200 millones de latinoamericanos (33% de la población total) que viven con
ingresos inferiores a dos dólares diarios (3, 4). La educación de los niños y jóvenes y el
desarrollo científico son herramientas imprescindibles para paliar la pobreza. Sin ellas, la
pobreza y sus lacras se quedarán entre nosotros. Educar y desarrollar la ciencia y la
tecnología haría crecer el espíritu de los niños y jóvenes y los conduciría a participar con
éxito en la construcción del futuro. Sin esto, excepto para los dueños del capital, las
variables macroeconómicas sanas y estables que tanto presumen algunos funcionarios
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