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;REGORIO TORRES QUINTERO, nació en 1866, en
. ciudad de Colima. Estudió en el Liceo de Varones.
lio clases en las ciudades de Manzanillo y Colima, y
1 1 8 fue becado para continuar sus estudios en la
scuela Nacional de Profesores en la ciudad de
léxico. Se tituló como profesor normalista, regresó a
:olima y fundó la escuela modelo Miguel Hidalgo.
e desempeño como jefe de la sección de Beneficiencia
Instrucción Pública y titular de la Inspección de
1strucción Pública del Estado. En 1898 fue nombrado
ficial segundo de la Dirección General de Instrucción
rimaría, ascendiendo después a oficial primero y a
:crctario de dicha dependencia. Siendo secretario de
nSlrucción Pública y Bellas Artes don Justo Sierra, fue
ombrado jefe de la Sección de Instrucción Primaria y
Jormal para toda la República Mexicana. Fue profesor
e la E cuela ormal y de la acional Preparatoria.
:1 gobernador de Yucatán Salvador Al varado lo
ombró jefe del Departamento de Instrucción Pública.
· más tarde, siendo secretario de educación José
'asconcelos, fue nombrado Secretario Técnico de la
ependencia. Viajó a los E tado Unidos en dos
casiones, para estudiar el sistema educativo de aquel
aís. Torres Quintero publicó más de 40 obras, entre
br s y ensayos, y muchísimos artículos aparecidos en
iversas revistas. Su obra más conocida y polémica fue
1 Mttodo onomatopéyico para la enseñanza de la
•cwra-escrilllra, que tuvo un éxito rotundo en México
en varios países latinoamericanos. De igual impacto
ueron sus Cuentos calimotes y sus Poemas. Falleció el
8 de enero de 1934. La XXVIII Legislatura lo nombró
l~n~n,.l.ritn ,l,.J F.<torlo rle Colima. Su restos descansan
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BIBLIOTECA COLIMA
UNIVERSIDAD DE COLIMA
Dr. Carlos Salazar Silva
Rector
Dr. Miguel Ángel Aguayo López
Secretario General
Lic. Juan Diego Suárez Dávila
Coordinador General de Extensión Cultural
Lic. Guillermina Araiza Torres
Directora General de Publicaciones
GREGORIO TORRES QUINTERO
Introducción y recopilación
Genaro Hernández Corona
UNIVER&ID/\0 DE COLIMA
BIBLIOTECA COLIMA
Director
Francisco Blanco Figueroa
Primera edición: 2004
D.R. 2004 © Universidad de Colima
Av. Universidad 333, CP 28040 Colima, Col.
www.ucol.mx Tel. (312) 316 JO 00 y 316 JO JI
[email protected] Tel. (312) 313 84 84
[email protected] Tel. (312) 316 JO 81
Diuño: Rafael Herrera Reyes
lconografta: Ma. Irma López Razgado
Portada: Fundadores de la revista La ensmanza pn.maria: Luis de la Brena,
Gregario Torres Quintero, Ponciano Rodríguez y César Pineda.
ISBN: 970-692-152-4
ISBN Colección: 970-692-154-0
Impreso en México/Printed in Mexico
INTRODUCCION
GREGORIO TORRES QUINTERO
Y SUS TESIS PEDAGÓGICAS
I
En la ciudad de Colima, en la tierra de las palmeras silbadoras, de los
enhiestos volcanes y de las transparentes y hermosas olas verdes del Pa
cífico, nació el día 25 de mayo de 1866, en la casa marcada actualmente con
el número 134 de la calle Cinco de Mayo, el gran maestro don Gregorio
Torres Quintero, orgullo de la entidad colimense y positivo valor de la Es
cuela mexicana, cuya inapreciable obra de auténtico educador aún en nues
tros días se proyecta noblemente sobre los niños y jóvenes de la patria.
Sus padres, los señores Ramón Torres e Ignacia Quintero, fueron desde
Michoacán a establecerse en Colima, siendo su posición realmente humilde,
pues el matrimonio sin poseer bienes materiales de importancia solamente
sostenía el hogar con el producto del oficio de zapatero que desempeñaba el
padre.
La pobreza de los papás hizo imposible que en sus primeros años pudiera
el niño inscribirse como alumno de las escuelas que por entonces funciona
ban en Colima; pero don Ramón y doña Ignacia, con gran esmero procuraron
enseñar las primeras letras a su hijo, quien con la especial dedicación y el fácil
aprovechamiento que mostró en sus estudios, pronto hizo que sus padres deci-
GENARO HERNÁNOEZ CORONA
dieran enviarlo a la escuela pública que muy cerca de su casa se encontraba
y que llevaba el nombre de "Escuela del Progreso".
Torres Quintero sobresalió muy pronto entre sus numerosos compañe
ros, de tal suerte que el propio maestro don Francisco Pamplona, director
de la escuela y maestro del jovencito, vislumbró en su discípulo un fururo
brillante, y cuando terminó su educación primaria sugirió a sus padres que
lo inscribieran en el famoso Liceo de Varones del estado, que era la institu
ción de cultura superior más importante en esa época en Colima. Su creación
fue decretada por el gobierno de don Ramón R. De la Vega en el año de
1863, pero se inauguró hasta el día 5 de mayo de 1874, durante la adminis
tración del gobernador interino don Filomena Bravo. En dicho estableci
miento se impartían las ciencias y artes liberales, preparándose ahí también
a los jóvenes que deseaban abrazar la noble y abnegada profesión del magis
terio; atendían las cátedras ameritados maestros entre quienes se encontraban
el licenciado don Miguel C. Castro, primer director del plantel, el licencia
do Francisco Solórzano Pineda, el matemático don Longinos Banda, el polí
glota don Alejandro Bouquetti y muchos otros que aún son recordados por
sus grandes virtudes.
Pues bien, el joven Torres Quintero ingresó al Liceo de Varones y allí lo
gró situarse nuevamente en sitio prominente por su aprovechamiento: siem
pre ~n los primeros lugares, después de disputarlos en la noble competencia
del estudio con sus muy distinguidos compañeros Basilio Castell Blanch, Es
tanislao González, Felipe Rodríguez, Gregario Mendoza, Feliciano Tafolla y
Francisco González.
Después de terminar sus estudios se presentó en examen recepcional el
día 2 de marzo de 1883, presidiendo dicho acto el señor Ramón R. de la Vega,
quien por ese tiempo desempeñaba el importante cargo de inspector general
de Instrucción Pública, y fungiendo como sinodales los maestros Diego Pe
regrina y Clemente Contreras. El acto fue brillantísimo; el sustentante hizo
gala de sus amplios conocimientos y de su capacidad y destreza forjadas aba
se de sacrificios y constantes esfuerzos de superación. El triunfo fue muy sig
nificativo por haber logrado en esa fecha que las personas integrantes del sí
nodo, lo declararan justamente "Preceptor de primer orden".
Para poder apreciar los méritos del nuevo maestro, diremos que en esa
época los jóvenes que terminaban los estudios magisteriales en Colima, reci-
INTROOUCCIÓN
bían la designación de preceptores. Pero no todos los preceptores eran igua
les, sino que había distintos según la preparación de las personas; y así las
cosas, existieron tres clases de maestros: preceptores del primero, del segun
do y del tercer orden.
Como era de esperarse, en el formal ejercicio de su profesión don Gre
gario Torres Quintero se convirrió en un excelente educador desde rodos los
puntos de vista; trabajó en las escuelas del puerro de Manzanillo con gran
éxito y luego estuvo en la Ciudad de Las PaLmas, donde con su bien ganado
prestigio logró situarse a la altura de los ameritadísimos maestros colimenses
Miguel Díaz, Clemente Contreras, Remigio Rodríguez, Francisco Pamplo
na, Diego Peregrina, Miguel Rivera, Hilario Ochoa, Rafaela Suárez, Juana
Ursúa, Margarita Rodríguez Paz y Catalina Jasso.
Cierro día fue presentado al entonces gobernador don Gildardo Gómez,
quien acababa de romar posesión de su distinguido cargo. Éste le propuso al
joven que fuera a la capital de la República a continuar sus estudios y le ofre
ció que el gobierno lo pensionaría para que pudiera sostenerse mientras ter
minaba su carrera. Entonces, el maestro contesté> que siempre había deseado
superarse y que con rodo placer aceptaba la proposición del señor Gómez, y
dos meses más tarde salió a la ciudad de México donde ingresó en el mes de
enero de 1888 a la naciente Escuela Normal de Profesores.
Juntamente con don Gregorio fue pensionado por el gobierno del esta
do para que fuera a la capital de la República a perfeccionar sus conocimien
tos el maestro don Victoriano Guzmán, graduado como Preceptor de primer
orden en la ciudad de Colima en 1886.
Cuatro años permaneció el joven maestro Torres Quintero en la capital
de la República mostrando siempre su talento distinguido como alumno de
la Escuela Normal; allí recibió de eminentes catedráticos las nuevas doctri
nas pedagógicas, las cuales de inmediaro hizo suyas, y el día 3 de noviembre
de 1891 presentó examen recepcional como profesor normalista.
Todavía gobernaba el estado don Gildardo Gómez, cuando regresó a
Colima el señor Torres Quintero y de inmediaro fue a ponerse a las órdenes
del mandatario. El gobernador lo recibió con mucho placer y lo felicitó por
el éxito logrado en sus estudios. Luego lo comisionó para que fundara la es
cuela modelo Miguel Hidalgo; mas cuando el señor don Ramón R. de la
Vega fue jubilado por el propio gobierno de Colima, dejando por tal mo-
12 G¡NARO H¡RNÁNo¡z CoRONA
Al regresar el educador a la ciudad de Mérida, con rodo ahínco se echó
a cuestas la realización de la reforma escolar que se le había encomendado, y
todo marchaba exitosamente, ma.s tuvo que regr~sar a la capital de la Repú
blica, dejando su puesto en Yucatán el 8 de septiembre de 1918.
En la capital del país utilizó su tiempo en redactar libros para las escue
las, pero en 1920 tuvo que aceptar el puesto de consejero universitario en el
gobierno que en el Estado de México presidió el licenciado Francisco Xavier
Gaxiola.
Nuevamente hizo viaje a los Estados Unidos para realizar estudios más
profundos acerca de los sistemas educativos del país del norte, regresando en
abril de 1921.
Cuando se fundó la Secretaría de Educación Pública y fue ministro el
licenciado José Vasconcelos, don Gregario desempeñó el cargo de conseje
ro técnico, y en el año de 1923 el gobierno federal le otorgó su merecida
jubilación después de tomar en cuenta los años de servicio y los méritos
imponderables.
Ya en su edad madura, pero sin dejar de escribir pródigamente, hizo un
largo viaje por Europa, África y Asia Menor, visitando Francia, España, In
glaterra, Italia, Grecia, Turquía, Palestina, Siria y Egipto.
Volvió a México. El tiempo había transcurrido rápidamente y el maes
tro rindió tributo a la naturaleza el 28 de enero de 1934. El magisterio de la
República se enteró con pena de la fatal noticia y en el estado de Colima se
guardo luto oficial.
Como un reconocimiento a sus virtudes, en Decreto expedido con fecha
15 de mayo de 1934, por la XXVIII Legislatura de la entidad, se le declaró
BENEM~RITO DEL ESTADO DE COLIMA.
Como maestro, don Gregario Torres Quintero ocupa un sitio de honor
entre los grandes educadores de México y como poeta, pulsó la lira con deli
cada y fina inspiración, siendo muy conocido el soneto dedicado en su juven
tud a! Volcán de Colima:
¡Salve, oh titdn! ¡Gemelo de granito,
que al rumor del Pacifico, arrullado,
tienes por lecho, espléndido collado,
por cortinaje azul, el infinito!