Table Of ContentUNRELATO DELACONQUISTADEAL-ANDALUS
LUIS MaLINA
C.S.LC.,Granada
En las páginas que siguen vamos a detenernos en el ánalisis de los as
pectoshistoriográficos de uno de los relatos sobrelaconquistamusulmana
de laPenínsulaIbéricaque las crónicas árabes nos han conservado. Existen
otrasversiones deestos acontecimientos, algunas similares alaque vamos a
estudiar, otras, muy distintas, perono nos detendremos enellas ni las utili
zaremos en el presente trabajo porqueno pretendemos elaborarlaenésima
«HistOliade laconquista», resolverlas dudas que aún subsisten, ni aportar
nuevas ideas1; conladocumentacióndelaque disponemos hoyendíano se
puede avanzarmás alládel punto al que sehallegado-incluso en ocasio
nes parece que se ha llegado demasiado lejos- y, en lugar de forzar las
fuentes para que revelen secretos que no poseen, se impone una reflexión
sobreeltratamientoque seviene dando alos textos que nos informan sobre
laconquista.
Ante la evidenciade que las fuentes árabes nos,ofrecen versiones muy
divergentes sobre aquellos acontecimientos, laposturaque se debe adoptar
no puede sernuncani lademocrática-darcomo preferibleunaversiónen
función del número de crónicas quelareproducen-ni lasalomónica-re
partirlarazón apartesiguales entrelos discrepantes-. Elhechode queuna
versión aparezcaennumerosasfuentes no debe serinterpretadoconerróneo
optimismo: no creamosqueporelloposeamos distintos testimonios coinci
dentes, lo cual, como es lógico, otorgaría más credibilidad a esa informa
ción; loque tenemos es un único testimonio repetido en varias obras, cuya
valoracióndebe dependerexclusivamentedelacredibilidadquenos merezca
su origenyno del éxitoque hayaobtenido entrehistoriadores que redacta-
1 Sobrelaconquistapuedenconsultarse,entreotrosmuchostrabajos, losdeSánchezAl
bornoz,c.,«ElitinerariodelaconquistadeEspañaporlosmusulmanes», CuadernosdeHis
toriadeEspOlia,X(1948),21-74;Santiago,E.de,«Lositinerariosdelaconquistamusulmana»,
CuadernosdeHistoriadelIslam,3(1971),51-65;Vallvé,J.,Nuevasideassobrelaconquista
árabedeEspOlia, Madrid, 1989;Chalmeta,P.,Invasióneislamización, Madrid, 1994.
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ban sus obras algunos siglos después de la conquista de al-Andalus. En
cuanto aloque hemos denominado método salomónico, nos pareceiluSOlio
intentaracercarsealaverdadporel procedimientodeconciliardos omásre
latoscontradictorios,bienhallandoelpuntoequidistanteentretodos, biento
mando un poco de cadauno, pues lo que se consigue de esaforma es úni
camente crear una nueva versión, versión que, además, tiene el grave
inconvenientede serconmucholamás tardíade las existentes.
En casos como el de la conquista de al-Andalus, para los que dispo
nemos de crónicas muy alejadas cronológicamente de los hechos que
describen, conviene olvidarse del origeninmediato de las informaciones
que manejamos, es decir, las obras en las que se hallan dichas informa
ciones, yesforzarse endescubrirel autor original del texto encuestióno,
si eso no es posible, al menos remontarse hasta el punto más lejano que
nuestro conocimiento nos permita. Es loque intentaremos enlas páginas
que siguen.
El texto que analizamos aquírefiere los recorridos seguidos porláriqb.
Ziyiid,tras suvictoriasobrelas tropas de Rodrigo enlabatalladel Guadalete
ode laLagunade laJanda, yporMüsab. Nu~ayr, al pasar aal-Andalus al
año siguiente. No hemos tomadoenconsideraciónlo referido alos antece
dentes delaconquista(iniciosde laactividaddeMüsa, tratos conJulián,ex
pediciónde Tar'if, paso del Estrecho, batallade Guadalete), ni lahistoriade
los dos conquistadores asuregreso aOriente.
Elitinerario de Tariq seiniciaenÉcija, donde, tras conquistarlaplaza,
dividesuejército, siguiendolosconsejos deJulián, encuatrodestacamentos:
uno se dirigeaCórdoba, otro, aMálagalRayya, el tercero aElvirayel últi
mo, comandadoporel propioTariq, aToledo.
El plimero de ellos, al mandodeMugl!, seapoderade Córdobagracias
alas indicaciones de un pastor, que les descubre un punto débil en las mu
rallas. PeroMugl! no puedeevitarque unbuennúmerode sushabitantes se
refugien en una iglesiasituadaextramuros de laciudad, donde resisten du
rante tres meses, hastaque, capturado el «rey» de laciudad cuando inten
tabahuir, los refugiados enlaiglesiaselinden y son ajusticiados.
Las tropas enviadas a Rayya y Elvira, conseguidos sus objetivos en
esas regiones, sereúnen yseencaminan haciaOrihuela. El señorde laciu
dad, el célebre Teodomiro/Tudmlr, derrotado en campo abierto, se hace
fuerte tras las murallasde Olihuelay, conhabilidadyastucia, obtienede los
musulmanes un ventajoso pacto.
Algunos musulmanes seinstalanen 1itdmir, pero lamayoríasedilige a
Toledo, areunirse conTariq. Enunalocalidadcercanaalacapitaldelos go-
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dos, lfuiq se apoderadela«Mesa» de Salomón, alaque mTancaunade sus
patas.
Mientras tanto, Müsa, enterado de los éxitos de su lugmteniente, y en
vidiosode ellos, pasaaal-Andalus, desembarcandoenAlgeciras. Allídeci
de no seguirel mismocamino de'Plriqy sus aliados cristianos le proponen
un itinerarioquepasaporciudadesquenohabíansidoconquistadas todavía.
Deestemodo, tras apoderarse de Sidonia, Carmonay Sevilla, llegaaMéti
da, queresiste duramente incluso después de que sus habitantes fueran de
rrotados en unaemboscadaqueles tiendenlas tropas musulmanas ocultán
dose en una cantera. Unintentofallido de ganm'lamurallacon unatorre de
asalto, acciónenlaquemuerenbastantes de los que enellaiban, hace pen
sm' a los emetitenses que es el momento ideal para pactar en condiciones
ventajosas. Sinembargo, los negociadores ctistianos,tras encontrarelptimer
día aMüsaconlabm'bablanca, vencómo en sucesivasreuniones esabm'ba
apm'ecerojayluego negra. Asustados anteloque elloscreen unmilagro, se
rindeninmediatamente, cediendo alos conquistadores los bienes de los fa
llecidos enlos combates, de los huidos al norte y de laIglesia.
Mientras tanto, los sevillanos sehabíanrebelado contralos invasores y
habían dado muerte, ayudados porsus coneligionm'ios de Bejay Niebla, a
unatreintenademusulmanes. Avisadodeello porlos supervivientesqueha
bíanconseguidohuir, Müsaenvíaa suhijo cAbdal-CAza, quereconquistala
plazay castigaa sus habitantes.
Finalmente, Müsasereúne conTariq enToledoe, initadoconél, lo hu
millaenpúblico. Tmiqleentregala«Mesa» de Salomónyjuntosmarchana
conquistarZaragoza.Finalmente, elcalifaenvíaaunemismioquehaceque
Müsay'Pitiqregresen aOliente.
Este extenso relato, en el que se entremezclanlos hechos aparentemente
históticosconleyendascomolacambiantebarbadeMüsa, tuvo unecodesta
cadoentreloscronistas árabes, deformaqueloencontramosreproducidoensu
integtidadenvmiasfuentes yparcialmenteenotras,mientras queparecehaber
sido utilizado también paraelaborarversiones que, aprimeravista, son radi
calmentediferentesdelaque aquíanalizamos. Perono sonloscronistas árabes
los ÚlÚCOSenrecurriraestaversión; tambiénlascrónicaslatinas yromances en
las que hallamos este relato son numerosas eimportantes: Crónica del moro
Rasis, DeRebusHispanie deRodtigoJiménezde Rada2, Primera Crónica Ge-
2 RodericiXimeniideRadaHistoriade rebusHispaniesiveHistoriaGothica,ediciónyes
tudiodeJ.FernándezValverde,Turnholt, 1987,lII,XXIII-XXIV(p. 109-113);trad.deJ.Fer
nándezValverde,HistoriadeloshechosdeEspOlIa,Madrid, 1989,pp. 153-157.
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neral3, Crónica de 13444, Yla Descripción general de África de Luis de
Márma15, aunque, enrealidad, los textos quesepuedenutilizarno sontantos,
ya que la versión Oliginal de la Crónica del moro Rasis-recuérdese que se
tratadeunatraducciónalportugués delaobrade AJ.:unadal-RazI-nosenos
haconservadoyenlos manuscritosde laversióncastellanaelaboradaapartir
de la traducción portuguesa no se incluye este pasaje, porlo que nos vemos
obligados arecurrirala Crónica de 1344, fiel seguidoraensus primeroscapí
tulos delRasis6;laPrimera Crónica General, porsuparte,noesotracosa, en
elpasajeque nos interesa, queunatraduccióncastellanadelDeRebusHispa
nie, mientras que laDescripción generalde África parece serun breveresu
menenesos párrafos de la Crónica del moro Rasis7. Tenemos, portanto, dos
crónicas directamente derivadas de un original árabe: el Rasis, que podemos
conocergracias ala Crónica de 1344,yladel ArzobispoJiménezdeRada.
El material utilizable nos lo suministran básicamente los Ajbar
maJimüCas, elKamilde Ibn al-Atlr9 (copiado literalmenteporal-NuwayI'i
en suNihaya), elBayan de Ibn cIQiü'i10, elNafl,1 de al-Maqqa1'iII yelfrag
mentoatribuido aIbnAbII-Fayyac;l12, apartede unbrevepasajeenla[/.lata
de Ibn al-JatIb 13; otro, referido al pacto de 1üdrriir, en el Tar~lc de al
cUQI'i14y dos más enelRawrjde al-I:IimyaI'i15. Salvandolas pequeñas di-
3 PrimeraCrónicaGeneraldeEspOlia,editadaporRamónMenéndezPidalconunestudio
actualizadordeDiegoCatalán,Madrid, 1977,l,314-318.
4 Catalán,D.,yM.S.deAndrés,Edición críticadeltextoespañoldela Crónicade 1344
queordenóelCondedeBarcelosdon PedroAlfonso,Madrid, 1971,XC-XCVIII,p. 134-154.
5 Ediciónfacsímilde 1953,n,X,fols. 78-79.
6 SegúnloseditoresdelaCrónicade 1344. «[...]elcronistade 1344nuncaamplificóre
tóricamenteeltextodeGilPérez[...]:Olosiguiódecerca,oloabrevióasugusto»(p.LXVII).
7 HallamosenellainformacionesquesoncaracterísticasdelRasis(otalvezdelaCrónica
de1344),comoconvertira«Tudemir» enunrenegadoqueibaalmandodeldestacamentomu
sulmánqueconquistaTudmir,identificarlaplazaque,trassertomadaporMüsa,estemporal
menterecuperadaporloscristianosconMétida(setratabadeSevilla)ohacerqueMüsaenvíe
desdeMéridaasuhijocAbdal-cAz"izaapoderarsedeOrihuelayValencia.
sEd.E.LafuenteAlcántara,Madrid, 1867,pp.9-19;trad.pp.23-31.
9 Ed.C.J.Tornberg,Leiden, 1870,IV,563-565.
10 Ed.G.S.ColinyE.Lévi-Proven<,;al,Leiden, 1948-51,n,8-16.
11 Ed.1.cAbbas,Beirut, 1968,l,260-273.
12 EnÁlvarezdeMorales,c.,«AproximaciónalafiguradeIbnAbi-l-Fayyagysuobrahis
tórica»,CuadernosdeHistoriadel1slam9(1978-1979),29-127.Aunquecreemosquenoexis
tenargumentosdepesoparaatribuiresosfragmentosalbnAbil-Fayyag,parecerazonablese
guirempleandoladenominacióntradicionalparareferirseaellos,entantonoconsigamosuna
identificaciónmásplausible.
13 Ed.clnan,ElCairo, 1973-77,l, 100-101;elmismopasaje10reproduceelautorgranadi
noensual-Lam(lOal-badriyya,Beirut, 1980,pp.25-26.
14 Ed.CA.cA.al-Ahwani,Madrid, 1965,p.4.
15 Ed.E.Lévi-Proven<,;al,Leiden, 1938,pp. 132Y152.
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ferencias que hallamos entre todas estas versiones yque más adelante es
tudiaremos condetalle, laconfrontaciónentreestos textos revelaque todos
ellos derivanremota o directamente de una únicafuente. En efecto, no se
trata solamente de que coincidan totalmente en el desarrollo de los acon
tecimientos (los itinerarios de conquistade lllriq y de Müsa), ni que ador
nen su relato con los mismos detalles (el pastor que colabora con los in
vasores par-alatoma de Córdoba, laastuciadeTudmrr, elcerco de Mérida
con los episodios de laemboscadaenlacantera, el desastre de la tone de
asalto, la bar-ba de Müsa), sino que todos ellos emplean en muchas oca
siones las mismas palabras paradescribirlos hechos, siendolas diferencias
tan escasas que, más que de diferencias, habríaquehablarde var'iantes de
un único texto.
Laplimeracuestión que sedebe investigar, por tanto, ha de sercuáles
esafuente delaque delivantodas estas crónicasenestepasaje. Sirepar-amos
eneltestimoniode las dos fuentes cristianas quelo reproducen, la Crónica
de 1344-indudablementebasadaenla Crónica del moroRasis, traducción
de la de AJ:¡mad al-Razl- yDe RebusHispanie -generalmente se acepta
que Jiménez de Rada conoció y utilizó el original árabe de la obra de al
Raii16_,Yaesto añadimos que enelBayan apar'ececitadovarias veces alo
largo de estos párrafos el cronistacordobés17, podremos, sintemor a equi
vocar-nos, afirmarque AJ:¡madal-Razlreproducíatambiénestaversióndela
conquistade al-Andalus.
Perohemosdicho «reproducía» yno «fueelautor», porque nadanos im
pide suponer que al-Razl se limitara a copiar el texto de un autor anterior,
autor del que podrían haberlo tomado algunas de las obras antes enumera
das, que, portanto, no derivarían ni directani indirectamentedeAl)madal
Razl, sinode sufuente. Estamatización vieneacuento porque, sibienenla
mayoríade loscasosnohay dificultadalgunaenimaginar-aesos autores uti
lizandolacrónicade al-Razl, suponeral compiladorde losAjbarmaymüt:a
tomandoestetexto del cronistacordobés chocaríafrontalmente conlas teo
rías que sostienen casi todos los investigadores que han estudiado esacró
nicaanónima. Porellono estarádemásquenos detengamos unmomentoen
esacuestión.
16 Cfr.SánchezAlbornoz,C.,En tomoalosorígenesdelfeudalismo. 1I:Losárabesyel
régimenprefeudalcarolingio. Fuentes de historiahispano-musulmanadelsiglo VIJ!, 2."ed.,
BuenosAires, 1977,pp.240-248;v.tambiénFerré,E.,«UnesourcenouvellepourI'Histoirede
l'Espagnemusulmane»,Arabica,XIV(1967),320-326.
17 V.inji'a,p.48Yn.30.
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Paraeltemaquenos ocupa, las teOliasqueesprecisocomentarsonlasde
C. SánchezAlbornoz18, P. Chalmeta19yE. Manzano20, paraquienes, conal
gunadivergencia menor, losAjbarson un texto elaborado apartirde varios
fragmentos-cincoparaSánchezAlbornoz, tres ocuatroparaChalmeta-de
autores diversos yredactados enépocasdistintas, ideaque yahabíasidoex
puesta en su momento por Ribera. En el capítulo que nos interesa, la con
quistade al-Andalus, las opinionesdifierenbastante,pues SánchezAlbornoz
loatribuyealcompiladordelconjuntode laobra, quienlahabríaredactadoen
elprimerterciodelsigloXI, mientrasqueparaChalmeta«seliadelaépocade
cAbdal-RaJ:¡miinTI, concretamenteposterioral 828-33»21. Manzano, porsu
parte, noentraadiscutirlafecha de esefragmento, yaque centrasuatención
en unpasajerelativo alarebelión del754enlaMarcaSuperiorque, portan
to correspondería a otra sección; sin embargo sus conclusiones interesan
aquíporqueelcasoque analizapresentaun gransimilitudconelquenos ocu
pa: un pasajede losAjbartextualmenteidénticoaotroque elBayan declara
tomarde al-Riizl. Esas semejanzashabíanllamadoyalaatenciónde Sánchez
Albornoz, pero, al servirseéstedetraducciones yno delos textos originales,
habíacreídohallardivergencias significativas, antelocualimaginabaque el
parecidoentrelasdos crónicasno eradebido aunparentescotextualcercano.
Manzano, ante las innegables semejanzas entreAjbary al-Riizl y aceptando
queesefragmento de losAjbarfue redactadomuchoantes de que elcordobés
escribierasuobra, concluyequelacompilación anónimafue utilizadadirec
ta oindirectamente,poral-Riizl, sibienéstelamodificó asu antojo.
Volviendo al pasaje que estamos estudiando, el de los intinerarios de
láriq y Müsa, Sánchez Albornoz lo analizó detenidamente y, en esta oca
sión, sísedio cuentadelasextraordinarias similitudesentrelas versionesde
losAjbary delresto de lasfuentes. Porotraparte, comoconsideraque elca
pítulodedicado alaconquistaesobradel compiladordelosAjbary, portan
to, redactadoenelsigloXI, no veimposiblesuponerque, enesecapítulo,fue
AJ:¡madal-Riizllafuente utilizadaporel autordelosAjbar, sibiencreemás
probable, aunque no seguro, que existierauna desconocidafuente interme
diaentreambos oinclusoque esafuente no copiaraa al-Riizl sino aalguno
18 El«AjbarMaYmü'a». Cuestioneshistoriográficasquesuscita, BuenosAires, 1944;v.
tambiénsusFuentesdelahistoriahispano-musulmanadelsigloVIIl,pp. 187-192Y309.
19 «Unahistoriadiscontinuaeintemporal(jabar)>>,HispaniaXXXIII(1973),23-75,espe
cialmente60-65,eInvasióneislamización.Madrid, 1994,p.50.
20 «Larebelióndelaño754enlaMarcaSuperiorysutratamientoenlascrónicasárabes»,
StudiaHistorica,IV,2(1986),pp. 185-203.
2] «Unahistoriadiscontinua»,p.59.
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delos autores enlosquesebasóelcronistacordobés. Encualquiercasore
conoce que «hemos de resignarnos a ignorar si el compilador del Ajbar
maymüCa conoció la obra de al-Riizl, las fuentes de donde éste tomó su
historia de la invasión de España -al-'W'aqicfi, Mu1)ammad b. cIsa, Ibn
ijablb-ounaobraderivadadelhistoriadorcordobés, deljuristagranadino,
ode ambos alavez»
22.
Vemos pues que, apesardelas discrepancias enlainterpretación de los
datos, SánchezAlbornoz yManzano, alosque cabríaañadiral autorde estas
líneas enun trabajodefinales delos ochenta23, hallaron significativas coin
cidenciasentrenumerosos pasajesdelosAjbary otrasfuentes, coincidencias
que ninguno de ellosconsideraquepuedan serdebidas alacasualidad, sino
quesederivan de algún tipo deparentescotextual. Noopinalomismo Chal
meta,quiensostienequelosAjbarson unarecopilacióndetradiciones orales
al margen de las conientes principales de la historiografía andalusí, por lo
quenoesdeextrañarqueafIrmeque «delodichosedesprendelafutilidadde
pretenderrastrearno sólolasfuentes delAjbar, sino aquellosqueloutiliza
ron» Perrnítasenos, sin embargo, que rechacemos estainvitación a aban
24.
donartodo estudiohistoriográfico sobrelosAjbary que, apartándonos dela
cómodasendaque nos proponeChalmeta, sigamos elfatigoso camino dela
confrontación de textos, el análisis de los datos y la reflexión sobre los re
sultados obtenidos; dicho conotras palabras, utilicemoscriterios científicos.
Hemosdepartirde unhechoincuestionable: la versiónque deestelargo
pasajenos ofrecenlosAjbary laque, segúnloque conocemospordiversos
y coincidentes testimonios, debía incluir al-Riizl en su obra, son práctica
mente idénticas en el fondo y en la forma. Aceptemos por un momento la
teoría de Chalmeta y supongamos que el compilador de los Ajbar lo que
hizofue consignarporescritounanarraciónoralque circulabaenaquel mo
mento -Chalmeta fecha la redacción de esta obra sobre el 328/94025
-;
22 El«AjbZirMaYlIlü'a»,p.219.
23 Mo1ina,L.,«LosAjbZirMaYlIlü'aylahistoriografíaárabesobreelperíodoomeyaenal
Andalus»,Al-Qan{araX(1989),513-542.
24«Unahistoriadiscontinua»,p.59.
25 Invasión eislalllización, p. 50. Sinembargo,en sutrabajo anterior, «Unahistoriadis
continuaeintemporal»(p.59),apuntaba,comosehaindicadoantes,quelaprimerapartedelos
Ajbar,quellegaríahastaelreinadode(Abdal-RaJ;¡man1,debióserescritaenépocade(Abdal
RahmanJI,despuésdel828-33;lasegunda,loqueélllama«historiadelosrebeldes»,también
eneseperíodo,mientrasquelatercerahabríasidoredactadaduranteelcalifatodea1-I:IakamJI
(350-366/961-976).EstoimplicaríaenrealidadqueelautordelosAjbZir,quelógicamentesería
el redactor de la última parte-o algún cronista posterior que refundiera los tres fragmen
tos-,empleóuntextoanteriorparaelaborarsuobra,esdecir,queutilizóunafuenteescrita.
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comoresultaque al-Razl reproducíaesemismo relato yconlas mismas pa
labras, habremos de deducir que el cronista cordobés, que vivió entre el
274/887 Yel 344/955, recurrió alamismatradición oral que el autorde los
Ajbaryque esatradicióndebíaserúnica, esdecir, que todo eltexto que es
tamos analizando se hallaba tal cual en el relato oral y ni el autor de los
Ajbarnial-Razl1amodificaronenlo más mínimoen suredacciónnilacom
pletaronconotras tradiciones. Enprincipioparecedifícil imaginarados au
tores sinrelaciónentre sícoincidiendotan asombrosamenteal ponerpores
crito de forma independiente una historia que les ha sido referida de viva
voz, pero, puesto que estamos aceptándolo todo, hagámoslo una vez más;
pasaremos también por alto algunas cuestiones lingüísticas y estilísticas,
como puede ser el hecho de que lo que les narró su informador anuestros
dos autores es unahistoriaconstruidaenunperfecto árabeclásicoliterarioy
enlaque no hallamoslamenorhuellade expresiones oconstrucciones que
denoten un origen de transmisiónoral (insistimos enque ninguno de los dos
pudo alterar' lo más mínimo el relato escuchado de labios del narrador,
puestoqueno es creíbleque cadauno deellointrodujeramodificaciones por
su cuentayel resultadofinal fuera exactamente elmismo).
En resumen, hemos de reconocerque, forzando unpocolaimaginación
y la credulidad, no es imposible que el compilador de los Ajbary al-RazI
fueran, pordecirlo en palabras de Chalmeta, «folkloristas [...]que se preo
cupaban porrecogery conservarun haz de anécdotas históricas oparahis
tóricas, transmitidas oralmentepornarradores de noticias yancianos»26. No
es imposible, pero símuy improbable de acuerdo con 10 que acabamos de
comentar, de modo que dejémonos yadehistorias, parahistoriasyfolklores,
olvidémonos de deducciones extraídas de ar'gumentaciones basadas en hi
pótesis indemostrables, arrinconemos por un momento 10 presuntamente
«lógico» y10supuestamente «razonable», tanpeligrosos siemprecuandono
estánrespaldados pordatosfehacientes -sobretodo porque, enesos casos,
suvalordepende únicamentede lacapacidadintelectual dequien aellosre
curre-o Pasemos, endefinitiva, aanalizarlos hechos ciertosyprobados o,
si se me permite la expresión, superemos la etapa de investigación-jabar
(ahistórica, huérfanade fechas ydatos concretos, atentasólo alaanécdota)
ylleguemos alainvestigación ta'rTj.
Hemos señaladoyaque, paraaceptarlaindependenciaentrelosAjbary
al-RazI, es absolutamenteimprescindibleque en amboselorigen de todo el
extensopasaje seaúnico, porqueseríaimposiblequehubiesenllegadoaela-
26 Invasióneislamizadón,p.48.
AQ, XIX, 1998 UNRELATODELACONQUISTADEAL-ANDALUS 47
boraruntexto idénticomezclando, cadaunoporsucuenta, dos omásfuen
tes, yafueran orales oesclitas. De acuerdo conesto, si conseguimos hallar
encualquieradelasdos obras indicios de utilizaciónde más deunafuente,
dispondremos de unaevidenciainefutablede queexiste algúngrado depa
rentescoentreellas-unacopiaríaalaotraolasdos delivaríandeunmismo
textoescrito-.
Es biensabidoque losAjbarno suelencitareloligendelas noticias que
refieren, por lo que nuestras investigaciones deben centrarse en al-Raz1 (a
través de la Crónica de 1344, De Rebus Hispanie y el Bayan y, accesoria
mente, enlas demás fuentes árabesquereproducen el pasaje.
Tenemosbiendocumentadalautilizaciónfrecuente porpartede al-Razl
de noticias tomadas de 'Abd al-Malikb. I:Iablb (c. 174/790-238/853) Yel
27
pasaje que nos ocupano es una excepción. En la Crónica de 1344lo halla
moscitado (<<CuentaAbelmagdi, fijo de Abibe») alcomienzodelcapítulo
28
dedicado ananarlaentradadeMüsa-que atribuye alaenvidiaque sentía
porlos éxitos deTariq-ysudesembarcoenAlgeciras; eneste punto, yde
maneramuyextraña, lacrónicaintroduceacontinuaciónelpasajequenana
el encuentro de Müsa y láriq en Toledo y laentregade la «Mesa» de Salo
món, pasaje que en todas las fuentes aparece al final de nuestro texto; acto
seguido, vuelve a tomarelhilo de la narración y nos presenta a Müsacon
quistando Sidonia, Cannona, SevillayMélida, en total coincidencia, allOra
sí, conloque conocemos porelresto de las crónicas. Dejandoahorade lado
estacUliosaalteraciónenelordendelas noticias,loque nos interesaretener
esque la Crónica de 1344,siguiendoindudablemente aladeRasis, atlibuye
aIbnI:Iablbelrelato de laentradaenal-Andalus deMüsa. Ignoramos hasta
dónde llegabalacita, aunquepuededarnos unindicioalrespectoelhechode
que elfragmento atribuido a Ibn Abll-Fayya<;lfinalice su descripciónde la
conquistadeMélidaconlafrase «mencionaesto 'Abdal-Malileb. I:Iablb»
29.
Loqueesindudablees que, independientementedequeloutilizarasólo para
algúnpánafo ocopiarade éltodo eltexto, al-Razlrecunió aIbnI:Iablb para
redactarsurelato de laconquista.
Podría argumentarse, para seguir defendiendo la no existencia de pa
rentesco entre los Ajbar y al-Razl, que el cronista cordobés copió literal
mentetodo elpasajedeIbnI:Iablbyque fue ésteel «folklolista» querecogió
una serie de tradiciones populares o, mejor dicho, una única tradición, la
27SánchezAlbornoz,Fuentesdelahistoriahispano-musulmanadelsigloVlll,p. 127-133.
28 er1344,p. 143.
29 «!bnAbil-Fayya<.h>,pp.48Y82.
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mismaque habríapuestoporescrito elcompiladorde losAjbar, respetando
ambos con una fidelidad asombrosa la literalidad de lo escuchado al «na
rradorde noticias».
Pero lateoríafolklórica de Chalmetapierdecredibilidad si profundiza
mos un poco más en el análisis de las fuentes de las que disponemos: el
Bayan, tras abandonar por un momento el relato que está copiando de al
Raz"i paraintroducir citas de otros cronistas, vuelve a él parareferir laen
u'adadeMüsa, einiciasucitaconlafrase:
Diceal-Razl: transmiteal-\Vaqidi, tomándolodeMüsab. 'Alib.Rabal), y
éste, de su padre, que Müsab. Nu~ayr, enfadado conTariq, salióde If¡'iqiya
condiezmilhombresendirecciónaal-Anda1us.Entróenelladesembarcando
enAlgeciras [...]30,
ycontinúaconlanarraciónquehallamos entodas las fuentes. ¿Quiereesto
decirque hemos logrado finalmente hallarenel texto de al-Razlla mezcla
defuentes que, segúncomentábamos antes, invalidaríalatesis de Chalmeta?
Todavíano. Repárese enque, enelmismopuntoque laCrónica de 1344ci
tabaaIbnI:Iabib, enelBayan hallamos unamención al medinés al-VVaqidi
(130/748-207/823); teniendo en cuenta que las dos crónicas derivan de al
Razl, lacastellanaporque sebasaenelRasis, lanorteafricanaporquelocita
expresamente, ¿cómo seexplicaque cadauna atribuyaelpasajeaunafuen
te distinta?Laclaveparaexplicarlo laenconu'amos enunafrase que repro
ducenconjuntamenteel anónimo Fatb al-Andalus ylaRi~l!ade al-Gassanl,
quienes, apesarde que suversióndelaconquistade al-Andalus es muydis
tintadelaque aquíestamos analizando,en algunasocasionesreproducen al
gunos párrafos de ésta. En palabrasde al-Gassanl,
Dice 'Abd al-Malik b. I;Iablb, remontándose a 'Ali b. Rabal) [...], que,
cuando Müsa se enteró de que Tariq había conquistado lo que había con
quistado en a1-Andalus, sintió envidia, lepareciódifícil de soportary, enfa
dadoconél, cruzó [aa1-Andalus]31.
30 Bayan,n, 13.
31 Ri!¡latal-Waür, ed. Bustanl,Larache, 1940,p. 109.Laversión que nosofreceel Fat!¡
estácorruptaporhaberomitidounalíneaalcopiarlafuentededondeextraíaelpárrafo(ed.L.
Malina,Madrid, 1994,p.25 Yn. 115).Enésteyenotros muchoslugareslaRi!llaesmásco
rrecta que el Fat!¡, 10 que indica que, como creemos haber demostrado en el estudio que
acompañaanuestraedicióndeesacrónica,lasmúltiplescoincidenciasentreambostextosno
sondebidasaqueal-Gassanl(fallecidoenel1119/1707)copiaraalFat!/,sinoaquelosdosde
rivandeunamismafuente, quebienpodriaserlaobradeIbuMuzayn.Chalmetaincluyetam
biénalcompiladordelFat!¡entrelosfolldoristas.
Description:UN RELATO DE LA CONQUISTA DE AL-ANDALUS. LUIS MaLINA. C.S.LC., Granada. En las páginas que siguen vamos a detenernos en el ánalisis de los as- pectos historiográficos de uno de los relatos sobre la conquista musulmana de la Península Ibérica que las crónicas árabes nos han