Table Of ContentCARLOS DION MARTINEZ
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2a edición
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A Francisco Larroyo,
filósofo y pedagogo mexicano,
en reconocimiento académico
CURSO DE LOGICA
CARLOS DIÓN MARTÍNEZ
Exconseiero Técnico (ENP-UNAM)
- Exconseiero Universitario IUNAM)
Catedrático de la Materia (UNAM)
MGGRAW-HILL
México 0 BoGoTÁ o Buenos Ames 0 GUATEMALA oc LISBOA 0 MADRID
NuEvA vonx Q PANAMA ø sAN JUAN u sAnmAc-io o são PAu|.o
Auci<LANo ø Hmwauneo o .|oHANNEssunGo ø Lonones o MONTREAL
Num/A m=|H| o PARIS o sAN FRANc|sco ø s|NGAPun
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CURSO DE LÓGICA
Segunda edición
Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra,
porcualquier medio, sin autorización escrita del editor.
DERECHOS RESERVADOS © 1976, respecto a la segunda edición por:
LIBROS McGRAW-HILL DE MÉXICO, S. A. deG. V.
Atlacomulco 499,-501, Fracc. Industrial San Andres Atoto
53500 Naucalpan deJuárez, Edo. de México
Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial, Reg. Núm. 465
ISBN 968-6046-89-5
8901234567 LINSA-76 8012356794
Impreso en México Printed in Mexico
Esta obra seterminóen noviembre de 1984
en Fuentes impresores, S. A.,
Centeno 109 I
Col. Granjas Esmeralda
Deleg. Iztapalapa
09810 Mexico, D. F.
Se tiraron 5OOOelemplaras
Próíogo a la primera edición
Los planes de estudio en preparatorias, normales, liceos, bachilleratos,
etc., consideran la Lógica, y en generai la filosofia, como asignaturas emi-
nentemente formativas del alumno. Es decir, se les ha considerado al lado
de otras disciplinas señaladas como informativas. Formación e información
son conceptos que se han manejado igual a lo largo de la historia de la edu-
cación, como también sucedió con los de ciencias y humanidades o tecno-
logia y cultura.
A la vez, a la información se le ha dado un carácter extrinseco que
afecta al sujeto que la recibe sólo por accidente, mientras que de la forma-
rión se dice que atañe a las facultades mismas del sujeto, a manera de una
transformación y no de una recepción. Mientras que la formación es cons-
titutiva, la información sólo es tenida.
Siendo jerárquicamente superior lo intrínseco sobre lo extrinseco y lo
esencial sobre lo accidental, es explicable que los ordenadores de planes
educativos se desvelen preguntándose qué materias son más formativas que
virus para considerarlas preferentemente. En verdad la Lógica, y en gene-
tnl la filosofía, no son más formativas ni menos 'informativas que las otras
asignaturas en la medida en que se consideren todas ellas como una corre-
lesión de la integridad, de la totalidad de lo humano. En la medida misma
rie no considerar al ser objeto de la educación como una mera suma-de par-
tes sino como una totalidad. ¿Qué acaso el hábito especulativo que sin duda
modifica la naturaleza pensante, no consistirá en actos de conocimientos
ielniivos al saber a qué es referido el hábito intelectual de adquirir?
La importancia que se le asigne a la Lógica dentro del elenco de disci-
¡ilinns_, asi como su ubicación y dosificación (plan y programas), no habrá
de buscarse en sus finalidades específicas por importantes que sean, sino en
las que al parejo persigue todo el acorde. ,Hablando filosóficamente, esta
Iinalitlntl total es el imperativo categórico mientras que las finalidades de
la laägirn como de todas las demás, serian el imperativo hipotético.
l*ll atitnr de este texto participa de la obviedad de considerar que el
tiiiwln n frnrilso de un curso depende del maestro, quien es la figura cen-
tral en el profesa didåtftico y su influencia es tanta, que en la mayoria de
las aulnbhigralinu rëlr~|,›rr-s siernpre se enttuentra un comentario de reco-
ó Pnótoco A LA PRIMERA ¡ciclón
nocimiento al papel influyente de un maestro, por lo que siempre debemos
cuidar la manera, el método y los procedimientos por medio de los cuales
nos acercamos al discípulo; la manera como le allegamos la ciencia es lo
que la convierte en asignatura, lo que muestralaliga pero también la dife-
rencia entre investigador y docente.
Descontada la necesidad de los métodos activistas que recomienda la
didáctica funcional de nuestros dias en la llamada dinámica de grupo, que
descarta al profesor conferenciante y al aprendiz mudo, debe reconocerse
que el contenido de nuestra materia es eminentemente racional y, por lo
mismo, más apropiada para la ideación-conceptual que para la recepción-
sensorial que, además, contribuye mediante el ejercicio mental al paso
siempre deseado de la información a la formación. Por lo que hace al pro-
cedimiento, debe cobrarse conciencia de que el estudio es un trabajo, una
especie de trabajo intelectual; y de que el trabajo es cada dia, en todas las
esferas, más agrupado, más socializado, en equipos, por lo que el estudio
no tiene por qué ser diferente. Es de recomendarse el estudio en equipos
por los magnificos dividendos que rinde en el aprovechamiento de los alum-
nos, sobre todo cuando se reconoce que el único correlato válido de la ense-
ñanza es el aprendizaje; cuando se reconoce que ya no es posible sostener
que “el maestro enseña mucho cuando el alumno no aprende nada”.
La moderna didáctica asentada hoy por hoy en los llamados objetivos
conductuales vuelve a mostrarnos la gran liga, en ocasiones olvidada, que
hay entre la investigación y la docencia. Procedimientos como los “acuario”,
“rejilla”, “pánel”, “roles”, “lluvia de ideas”, “phillips 6.6”, etc., nos obligan
a convertir las lecciones tradicionales en auténticas sesiones de trabajo.
Por convenir a lo propedéutico; por los objetivos que se persiguen, y,
para subrayar estas nuevas aplicaciones en los cursos de lógica, se ha dejado
con toda intención para la parte final de este texto, una introducción a la
lógica simbólica, pues al hacerlo asi, como seguramente lo previeron los
formuladores del programa de la materia, no se toma partido ni doctrinario
en lo general ni al considerarla estrictamente como parte de la Lógica 0
de las Matemáticas, pero tampoco al respecto de que sea propia de una
enseñanza de tipo medio.
Cabe de todas maneras reconocer la necesidad de que nuestras escuelas,
en su contenido programático, no se queden al margen de las reformas que
desde la escuela primaria. se han venido imponiendo en el campo del
lenguaje y las matemáticas que, bien vistas, es lo novedoso en la moderna
logistica.
Otra cosa muy discutible es llegar a creer que un curso de lógica mo-
derna habria de circunscribirse a esta llamada “simbólica”, “matemática”,
“analítica”, “proposicional”, “protocolaria”, etc., ya que todo estudioso de
Pnotoco A LA |›n|MEnA EDICION 7
la filosofía sabe que la lógica moderna propiamente dicha se inició con “la
revolución kantiana” en el campo del conocimiento; se afianzó en la critica
a la ciencia y a la filosofia misma en la segunda mitad del siglo pasado; y se
ha multiplicado en los fructiferos rendimientos del progreso científico.
¡eric de 1976
Prólogo a la segunda edición
Uno de los campos de la cultura que últimamente ha mostrado mayor
pujanza es, sin duda, el de la ciencia. Ello nos explica las preocupaciones
nacionales --y las de otros paises-_ por impulsar al máximo la investiga-
ción y la producción cientificas pues eso permitirá, entre otras cosas, la
creación de una tecnología autónoma que a su vez garantizará un continuo
desarrollo económico social independiente.
En México, este desarrollo independentista ha repercutido, y no era para
menos, en la politica educacional. La preparación profesional de las nue-
vas generaciones ha sido severamente criticada; sobre todo sus objetivos han
sido puestos en duda como elementos constitutivos de un nuevo criterio
cultural acorde a los requerimientos del pais.
La revisión de las carreras facultativas y politécnicas se extendió a la
configuración y formulación de nuevos planes y programas de estudio; pero,
además, se ha parado mientes en la preparación de los jóvenes que llegan
a las escuelas profesionales.
Asi, al lado de la escuela secundaria (enseñanza media básica) se han
multiplicado las tecnológicas y al lado de nuestra tradicional escuela Prepa-
ratoria (enseñanza media superior) han aparecido los colegios de Ciencias
y Humanidades y los de Bachilleres que procuran mantener vivos en sus
egresados los hábitos cientificos y críticos.
La lógica no ha permanecido muda ante tales preocupaciones. En al-
gunos planes de estudio aparece como “filosofia de la ciencia”, lo cual,
aunque no es nuevo para los que desde siempre la han entendido en fun-
ción de sus crecientes resultados, si ha venido a subrayar ampliamente este
concepto.
En otros planes figura como “metodología de la ciencia”, y no obstante
que aparece indicada con sus finalidades propias, es una particularizacìón
del campo lógico; tanto más, si se circunscribe a la lógica proposicional.
En algunos casos más, se liga a una nueva signatura: “método cienti-
fico” que, en su estructura, es una ampliación del desarrollo teórico y una
aplicación técnica del proceso de la investigación, lo que hasta cierto punto
hace olvidar a la lógica como didáctica del conocimiento para situarla como
“creadora del conocimiento”.
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