Table Of ContentMichael Randle
Resistencia civil
La ciudadanía ante las
arbitrariedades de los gobiernos
PA ID Ó S
Barcelona• Buenos Aire•s México
Título original: Civil resistance
Publicado en inglés por Fontana, an imprint of Harper Collins Publishers, Londres
Traducción de Luis M. Romano Haces
Cubierta de Víctor Viano
A Anne Randle,
y a los hombres y mujeres componentes del jurado
de la sala primera del Oíd Bailey,
del 17 al 26 de junio de 1991,
sin cuya independencia y valor
este libro habría tardado en ser escrito
unos cuantos años.
Medición, 1998
Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del
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de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el
tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o
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© 1994 by Michael Randle
© de todas las ediciones en castellano,
Ediciones Paidós Ibérica, S.A.,
Mariano Cubí, 92 - 08021 Barcelona
y Editorial Paidós, SAICF,
Defensa, 599 - Buenos Aires
ISBN: 84-493-0503-9
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Impreso en A&M Grane, S.L., 08130 Sta. Perpetua de Mogoda (Barcelona)
Impreso en España - Printed in Spain -,-4
SUMARIO
Agradecimientos ............................................................................
Introducción ..................................................................................
1. Resistencia civil y Realpolitik ....................................................
2. Evolución de la resistencia pasiva ..............................................
3. Del satyagraha al poder del pueblo ............................................
4. Dinámica de la acción no violenta .............................................
5. ¿Una defensa alternativa? Nace un concepto .............................
6. Estrategia de la resistencia civil organizada ...............................
7. La capacitación del pueblo y los valores democráticos ...............
8. La resistencia civil en los años noventa ......................................
9. La resistencia civil en la era de la aldea global ...........................
Bibliografía ...................................................................................
índice analítico y de nombres ........................................................
AGRADECIMIENTOS
Deseo expresar mi gratitud muy en especial al Joseph Rowntree
Charitable Trust (un fondo de beneficencia) que me otorgó una subvención
para efectuar la investigación precisa para este libro. Debo dar las gracias
especialmente a lan Futen, editor que fue de Paladín Books, el primero en
sugerirme que escribiese este libro; al editor de la serie, Justin Wintle, por
sus sugerencias y correcciones; y a Anne Randle por su paciente ayuda en un
año excepcionalmente atareado. Le agradezco a la señora Paula Alderson,
viuda de Stanley Alderson, el haberme brindado el acceso al manuscrito no
publicado de su esposo Non-Violence andthe Citizen (La no violencia y el
ciudadano). Doy las gracias también a mis colegas del Social Defence
Working Group (Grupo de trabajo por la defensa social) —Howard Clark,
Christina Arber, Owen Greene, Bob Overy, Carol Rank, Andrew Rigby,
Walter Stein y Tim Wallis-Milne—, quienes a lo largo de muchas reuniones
y discusiones en estos últimos años, han contribuido y ayudado a aclarar mis
ideas sobre la resistencia civil.
Mi deuda intelectual con los pioneros de la teoría no violenta, espe-
cialmente los que escribieron en el período subsiguiente a la II Guerra
Mundial, se evidencia en el texto mismo. Destacan entre ellos Gene Sharp,
Adam Roberts, Theodor Ebert, April Cárter, George Lakey, Jac-ques
Semelin, Christian Mellon y Jean-Marie Muller. Ha influido en mí también
la aportación hecha al concepto de la defensa civil por Anders Boserup,
Andrew Mack, Gene Keyes, Lennart Bergfeldt y Alex Schmid, así como por
Steven Huxley, quien ha sometido la bibliografía de la resistencia no violenta
a una crítica valoración en su libro sobre la resistencia finlandesa a la
rusificación hacia comienzos de este siglo, Constitutional Imurgency in
Finland (Insurgencia constitucional en Finlandia). El capítulo 2 sobre todo le
debe mucho a la revisión del desarrollo de la resistencia pasiva hecha por S.
Huxley en ese libro. Estoy agradecido a Gene Keyes, a Lennart Bergfeldt y a
Bob Overy por haberme enviado ejemplares de sus tesis doctorales, tituladas
respectivamente Strategic Non-violent Defense in Theory: Denmark in
Practice (La defensa estratégica no violenta en teoría: Dinamarca en la
práctica); Experiences of Civilian Resístame: The Case of Denmark 1940-
1945 (Experiencias de la resistencia civil: el caso de Dinamarca 1940-1945);
y Gandhi as an Organiser (Gandhi como organizador).
Corno es natural, me hago totalmente responsable de las opiniones expre -
sadas en este libro y de cualesquiera errores que pueda contener.
Doy las gracias por último a mis amigos y colegas del Departamento ¿e INTRODUCCIÓN
Estudios sobre la Paz de la Bradford University, de la Internacional de
Resistentes contra la guerra, y del extenso movimiento general por la paz y la
no violencia que han desempeñado un papel tan grande en la gesta ción de mis
ideas y convicciones.
Cuando decenas de miles de personas se lanzaron a las calles de Mani
la, en Filipinas, en febrero de 1986 y lograron derrocar la corrupta oligar
quía de Ferdinand Marcos, entró en el vocabulario del discurso político un
término nuevo: el poder del pueblo. ' , r¡
Lo que era propiamente nuevo era el término. La resistencia civil de las
masas enfocada hacia la consecución de una serie de objetivos políticos y
sociales se había convertido en una fuerza significativa durante el si glo XIX.
Desempeñó en algunos casos un papel crucial en las luchas contra el gobierno
colonial, la dictadura, el golpismo y la ocupación extranjera en el siglo
actual. Sin embargo, los acontecimientos de Manila captaron la imaginación
del público de un modo muy especial, debido tal vez a la dramática
confrontación que hubo entre el ejército, por un lado, que apo yaba la férula
dictatorial, y unos elementos civiles por el otro, empeñados en lograr un
cambio político democrático.
Nadie esperaba, ni habría podido predecir, en 1986, que en muy po cos
años el poder del pueblo llegara a ser la causa principal de la transfor mación
de la geografía política mundial y del cuadro de las relaciones
internacionales. Pero así fue. Los historiadores del futuro podrían incluir
muy bien las revoluciones de Europa Oriental en 1989 entre los puntos de
inflexión más importantes de la historia humana, comparables en impor -
tancia a la Revolución Rusa de 1917 y a la Revolución Francesa de 1789-No
sólo terminaron con el dominio soviético en esa región, eliminaron también
de una vez por todas los rodrigones políticos de la guerra fría.
Contribuyeron también en gran medida al hundimiento final del modelo
leninista del comunismo dentro de la Unión Soviética, y a la desintegra ción
del Estado Soviético.
Los acontecimientos evolutivos en el mundo soviético empezaron con
la llegada al poder de Mijaíl Gorbachov en 1985. El objetivo inicial de
Gorbachov fue hacer una reforma dentro de un orden político y social
marxista-leninista continuista. Es difícil restarle importancia como propi-
ciador del cambio, pero fueron el derrocamiento de los caducos regímenes
de la Europa Oriental y las presiones desencadenadas por el mismo den
tro de la Unión Soviética lo que convirtió un programa de reforma en una
revolución a fondo. .- ,. .
Es evidente que esos acontecimientos han tenido su lado negativo. nable, de un desarme nuclear global. Pero, aunque ha habido halagüeños
Como ocurre al derrumbarse cualquier imperio, la disolución del Estado y su acuerdos internacionales para reducir los efectivos tanto convencionales
esfera de influencia ha acarreado tensiones e inestabilidades nuevas. El como nucleares, sigue la competencia por vender armas estratégicas, in-
acontecimiento más trágico y amenazador lo constituye, por ahora, la atroz cluyendo a los regímenes despóticos del Próximo Oriente donde la guerra
guerra de la antigua Yugoslavia. Hay también actualmente una situación de constituye una amenaza constante. En el plano nuclear, aunque se convierta
guerra civil no declarada entre los estados limítrofes de Armenia y en realidad el nuevo acuerdo sobre reducciones de armas estratégicas, les
Azerbaiyán —además del «preludio» de Chechenia— con la amenaza de dejará a los Estados Unidos y a Rusia la capacidad de destruirse mutuamente
violencias ulteriores dentro de una serie de antiguas repúblicas y etnias varias veces —junto con gran parte del resto del mundo—. Existe hoy en día
soviéticas, y entre ellas. Algunas de las regiones autónomas existentes dentro una oportunidad real de convertir en realidad el sueño del desarme nuclear
de las repúblicas rusas y en otras partes han empezado también a exigir su global. Pero si no se lleva a cabo, parece inevitable la proliferación nuclear.
independencia, amenazando con una disgregación aún mayor de la antigua La resistencia civil efectuada por los movimientos pacifistas occidentales, y
URSS. El disparo de los precios, el desempleo, el aumento de la gente sin por los movimientos pro derechos humanos y pacifistas en el Este, ayudaron a
hogar, etc., son algunos de los problemas que tienen que afrontar los poner fin de una vez a la división de Europa y a la guerra fría. Podrá ser
antiguos estados comunistas, y hasta ahora no existe ningún consenso sobre necesario de nuevo ejercer presión sobre los gobiernos para que aprovechen
el tipo de sistema alternativo, social y político, que hace falta ahora. las oportunidades que existen actualmente.
Mucho menor impacto en cuanto a implicaciones políticas que el co- Algunos de sus partidarios consideran que la resistencia civil pro-
lapso del comunismo autocrático en la Unión Soviética y Europa Oriental ha porciona —al menos potencialmente— una alternativa a la guerra y a la
ejercido la desintegración del sistema de apartheid en Sudáfrica, con su defensa militar. Ha sido utilizada de forma creciente como un medio de luchar
perspectiva de un gobierno de la mayoría en un futuro cercano. Aunque no contra la injusticia, la opresión y el dominio extranjero en casos donde en el
se consiguió sin derramamiento de sangre (trágico sobre todo por los pasado se habría contemplado como única opción una guerra de liberación.
choques habidos entre el movimiento Inkatha, de base zulú, y los partidarios Respecto a ese aspecto por lo menos, se ha demostrado que puede constituir
del Congreso Nacional Africano), la resistencia civil, unida a la presión una «equivalente funcional de la guerra». Por otra parte, en Checoslovaquia
internacional, ocupó el centro de esa lucha. Las manifestaciones y tumultos en 1968, se utilizó la resistencia civil en masa —al menos con un éxito
en las barriadas negras amenazaron con un trastorno general, mientras las parcial— para hacer frente a la invasión de las fuerzas soviéticas y del Pacto
huelgas y las amenazas de huelga del COSATU (Congreso de los Sindicatos de Varsovia y exigir la restauración del gobierno legítimo.
Sudafricanos) recordaban a la población y al gobierno de los blancos su Hasta ahora ningún estado ha considerado cosa recomendable basar su
dependencia irremediable del trabajo de los negros. La oposición de las defensa sólo en la capacidad de los ciudadanos para resistir la invasión y la
iglesias al apartheid, y la activa implicación de eclesiásticos prominentes ocupación, o los golpes de estado, por medios no violentos. Sin embargo,
como Desmond Tutu y Alan Boesak aumentaron la estatura moral de la Suecia, tras efectuar estudios sucesivos, lo ha adoptado en 1986, como
campaña antiapartheid, ayudando a socavar los arraigados prejuicios de la estrategia complementaria. Otros países han tomado también muy en serio
mayoría de la población blanca. su capacidad en tal sentido, sobre todo últimamente las antiguas repúblicas
En todas partes del «Tercer Mundo» la resistencia civil ha contribuido soviéticas bálticas.
significativamente a la retirada de las dictaduras y los regímenes militares El potencial de la resistencia civil como forma de defensa alternativa
de derechas —en Chile, por ejemplo, y en gran parte de América Central y merece especial atención en un momento en el que la guerra internacional se
del Sur—, en las Filipinas, mencionadas ya, en Tailandia y en Corea del ha convertido en algo tan destructor, y cuando existe un debate en torno a la
Sur. Cierto es que ha habido también reveses y fracasos, sobre todo en reestructuración de la seguridad global en la era posterior a la guerra fría. El
China. Por ello tiene tanta importancia tratar de analizar las condiciones en desarme nuclear, y la reducción drástica de los niveles de armamento
las que la resistencia civil tiene probabilidades de éxito en cualquier convencional que se supone debe acompañarlo, exigirían también una
momento dado, y las tácticas y estrategias que podrían ayudar a hacerla más evaluación de los medios alternativos de prevención y solución de los
eficaz. conflictos —así como del modo de conducirlos, cuando son inevitables—.
El fin de la guerra fría ha abierto la posibilidad de grandes reducciones En los capítulos 5 y 6 se somete a estudio con algún detalle el potencial de la
de armamento y de la realización, dentro de un lapso de tiempo razo- «defensa mediante la resistencia civil» o «defensa civil».
Este libro sigue de cerca el proceso evolutivo de la resistencia civil, Capítulo 1 RESISTENCIA CIVIL Y
como idea y como fenómeno social, desde sus comienzos a principios del
siglo XIX hasta nuestros días. No se trata de una historia de la resistencia REALPOLITIK
civil como tal —ello escaparía al alcance de una obra de este volumen—;
aprovecha más bien esa historia para mostrar cómo se ha desarrollado la
resistencia civil, y para considerar el papel que podría desempeñar en el
futuro.
Aunque se enfoca principalmente hacia la resistencia civil en tanto
que se relaciona con la macropolítica y la estrategia, no deberíamos pasar «El poder», según la famosa máxima de Mao Tse-Tung, «sale del ca
por alto su contribución a la política de la vida cotidiana. Vemos, por ñón de un arma». En un tono muy parecido, dicen que cuando advirtieron
ejemplo, cómo desde el resurgimiento en la posguerra de la resistencia a Stalin de la fuerza del catolicismo en Europa Oriental, salió con aquello
civil en Europa Occidental y los Estados Unidos, un amplio abanico de de: «¿Cuántas divisiones tiene el Papa?». <'--,v •
grupos y campañas han recurrido a ella, desde la gente sin hogar que se ha Bresnev tuvo motivos para reflexionar con amargura sobre esas pa -
apropiado de casas vacías hasta las mujeres que han bloqueado arterias de
labras de su antecesor cuando se enfrentó al problema de Solidaridad en la
mucho tráfico en refuerzo de sus demandas de cruces peatonales. No exis te
católica Polonia en 1980-1981. Y tampoco desapareció aquel problema con
tampoco desde luego una nítida línea divisoria entre las luchas políticas y
la imposición de la ley marcial en diciembre de 1981 y la proscripción del
sociales de la vida cotidiana y las contiendas de mayor envergadura en pro
movimiento Solidaridad. Sin lugar a dudas, visto en retrospectiva, se nos
de la emancipación. A ambos niveles lo que se está jugando es cómo puede
evidencia que la aparición de aquel movimiento señaló el comienzo del fin
lograr la gente un mayor control sobre su vida. Desde luego es muy posible
del poder comunista, no sólo en Polonia, sino en toda Europa Oriental y por
que el resultado político final en Europa Oriental y en las repúbli cas ex
último, en la Unión Soviética misma. ' - '
soviéticas, y en otros países que han derrocado últimamente gobier nos
Es cierto sin embargo, que Stalin y Mao distaban de ser ingenuos. De
dictatoriales, dependa de la medida en que a los formalismos de la de -
haberse apoyado en la sola fuerza de las armas y no en todo un abanico de
mocracia parlamentaria corresponda un control democrático genuino por
estrategias persuasivas, manipulativas y coercitivas, ninguno de ellos hu -
parte de las bases. La resistencia civil no garantiza un control de ese tipo. Es
biese conseguido el puesto directivo supremo en sus respectivos partidos
un arma crucial en manos de quienes tratan de conseguirlo.
comunistas ni lo hubiesen conservado hasta convertirse en dos de los líde res
La resistencia civil constituye un asunto de enorme importancia social y
políticos más poderosos del siglo XX. Esto no equivale, por supuesto, a negar
política. Espero que este libro, al esbozar su proceso evolutivo y analizar
que la violencia, y la amenaza de la misma, desempeñan con fre cuencia un
algunos de los problemas que suscita, contribuya a un mejor entendi -
miento de su modo de funcionar y su potencial para dar forma a una socie dad papel neurálgico en la regulación de las relaciones de poder, en especial en
y un sistema internacional más libres y equitativos. las que hay entre el estado y el ciudadano, y entre un estado y otro.
Equivale en primer lugar a reconocer que la violencia no es el único tipo de
sanción coercitiva disponible y en segundo lugar que otros factores pueden
ser importantes, e incluso decisivos.
La cruda ecuación del poder y la violencia no sólo es incapaz de expli car
el derrocamiento, relativamente no violento, de los regímenes dictato riales
de izquierda o derecha en la última década más o menos, sino que ni siquiera
explica el éxito de otras revoluciones y luchas anticoloniales en las que la
fuerza armada desempeñó sin duda un papel fundamental. Porque si el poder
proviniese simplemente del cañón de un arma, la enorme dispa ridad
existente en nuestros días entre los medios de violencia de que dis ponen el
estado y la población civil, respectivamente, haría más que improbable el
éxito de una rebelión y convertiría el intento mismo de ella
en una aventura temeraria y descabellada. 1 Pero se producen rebeliones, y sura verbal, el ostracismo social, las penalizaciones económicas —en dos
tienen éxito. Por otra parte, demuestran ser a veces más vulnerables los palabras, ese sinnúmero de presiones rutinarias de la vida cotidiana ejerci das
regímenes represivos y autoritarios. ¿Cómo debemos explicárnoslo? en dirección a la conformidad del grupo— tienen en conjunto un peso mucho
La respuesta abreviada indica que el poder de un gobierno no va más mayor.
allá de su capacidad de suscitar la lealtad y obediencia de las instituciones Pero si la fuente de poder última es la actuación concertada del grupo,
neurálgicas del estado —el ejército, la policía, el funcionariado— y de las instituciones que coordinan y dirigen la actividad de ese grupo pueden
asegurarse además la colaboración o al menos la conformidad de la mayoría situar un poder inmenso en una estructura ejecutiva o de liderazgo. Esto
de la población. En igualdad de circunstancias, cuanto mayor sea el grado de ocurre incluso en muchas instituciones existentes dentro de la sociedad civil,
colaboración voluntaria de que disfrute un gobierno, más seguro estará. En como son los sindicatos, los partidos políticos y las iglesias. Se cumple ello de
cambio, un gobierno que descanse en gran medida en la violencia pura y dura un modo especial en los gobiernos, que tienen a su disposición las
para garantizar la obediencia de una población descontenta está instituciones coercitivas del estado moderno, y acceso a unos recursos
especialmente expuesto a un derrocamiento súbito, debido precisamente a la humanos y materiales sin paralelo en ningún otro grupo colectivo. Los go-
precariedad de su base de poder dentro de la sociedad. Incluso Maquiavelo, biernos, las corporaciones, las clases y los líderes individuales existentes
el padre por así decirlo de la Realpolitik, hizo hincapié en la debilidad dentro de los movimientos e instituciones son poderosos en la medida en
subyacente a los gobernantes que se basan únicamente en la coacción y la que cuentan con la lealtad de gran número de personas a las que pueden
violencia. inducir a que actúen en concertación a favor de un objetivo dado. La base
En su fundamental obra On Vióleme (Sobre la violencia), la politóloga del poder reside dentro de la sociedad, pero son los individuos y las orga-
estadounidense Hannah Arendt pone de relieve que el poder tiene sus raíces nizaciones quienes tienen la capacidad de esgrimir ese poder que normal-
en la colaboración voluntaria. Se debe, nos dice, «a la facultad humana no de mente nos parece tan poderoso.
actuar a secas, sino de hacerlo en forma concertada. El poder no es nunca Se puede dotar de poder a un elemento directivo de una manera níti-
propiedad de un individuo; pertenece a un grupo y conserva su existencia damente voluntaria, por ejemplo, cuando se elige a un individuo para que
sólo en tanto y cuanto ese grupo se mantiene unido».2 Esta capacidad de hable y actúe de un modo determinado en nombre, digamos, de una rama
«actuar de manera concertada» hace posible la civilización, y la sociedad sindical o de un movimiento político. Las líneas del poder en tal caso son
misma. abiertas y transparentes. Pero el poder puede asumir también la forma de un
La relación existente entre la violencia y el poder es compleja. Hannah dominio, es decir, de un poder ejercido sobre otros. Probablemente todos los
Arendt llega al extremo de afirmar que la violencia no sólo es diferente del gobiernos hasta cierto grado, y los dictatoriales en un grado extremo, ejercen
poder —en el sentido en que lo define ella—, sino su antítesis misma. Esto un poder de ese tipo. Es también un rasgo común de las instituciones
es exagerar un tanto ese enfoque. Incluso en las sociedades que no tienen jerárquicas existentes dentro de la sociedad, de la sociedad anónima a la
ningún tipo de autoridad central, las sanciones desempeñan un papel en el familia patriarcal. El dominio lleva consigo por definición una mani-
mantenimiento de la cohesión del grupo y el establecimiento de las normas pulación, y sanciones de distinto tipo. Sin embargo, incluso el gobierno más
del comportamiento social.3 Es cierto, sin embargo, que la violencia arbitrario requiere un mínimo de lealtad de grupo para mantener su puesto y
constituye una sanción extrema y excepcional, porque de no ser así, el grupo estar seguro de que sus órdenes se ponen en práctica.
se desintegraría pronto por sí mismo. Incentivos tales como la consecución Al ejercer un control sobre las instituciones del estado, o sobre el con-
de aquellas necesidades básicas, físicas y sociales, que exigen un trabajo de junto de la sociedad, los gobiernos dependen no sólo, por un lado, de san-
colaboración con otros y sanciones del tipo de la cen- ciones ejercidas y por el otro, de la colaboración brindada libremente por sus
partidarios comprometidos, sino además de otro elemento crucial dentro de
1. Observación muy bien expuesta por Hannah Arendt. Véase On Vtolence. Alien las relaciones del poder: la autoridad. La autoridad denota la capacidad de
Lañe, edición de 1970, págs. 47-50. exigir la obediencia de los demás, o la aceptación del juicio de alguien no ya
2. Arendt, opcit., pág. 44.
por miedo a las sanciones, sino debido a una posición o un estatus. Las
3. Véase, por ejemplo, Michael Taylor, Community. Anarcby and Liberty, Cambridge
normas y tradiciones culturales de una sociedad determinan, al menos
University Press, 1982: el capítulo titulado «Social Order without che State», especial -
mente las págs. 80-90. parcialmente, dónde reside la autoridad y hasta qué punto es absoluta. La
autoridad gubernamental depende críticamente de la fuerza de
su reivindicación de legitimidad a los ojos de la gente, y de su derecho mente sus eslogans en público, pero se burlará de ellos en la intimidad del
implícito a exigir obediencia dentro de los límites de un marco constitu cional hogar o en compañía de los amigos de confianza. El estancamiento de la
o tradicional dado. En un sistema parlamentario, el gobierno rei- ¡ vindica su vida económica y cultural y la corrupción endémica de la administración
legitimidad a partir del resultado de unas elecciones. Pero tam- •¡ bien puede son un resultado frecuente cuando un gobierno se apoya sobre todo en la
perder esa legitimidad cuando se considera que ha prevaricado i en sus violencia y el terror para mantenerse en el poder. Un desafío abierto puede
responsabilidades, o cuando actúa fuera de las reglas de la constitu- i ción, o resultar demasiado costoso, pero la población carece ya de voluntad para
utiliza su poder de un modo considerado ampliamente como ina ceptable.
hacer que las cosas funcionen. Se produce una auténtica disipación de
Los terceros pueden constituir un apoyo importante —o asimismo una poder en el sentido definido por H. Arendt. Uno de los incentivos en pro de
amenaza significativa— para el poder de los gobiernos o de diferentes la desestalinización que siguió a la muerte del dictador fue probable mente
t,grupos. En este sentido, un gobierno depende en mayor o menor grado no
la necesidad de poner de nuevo en movimiento la economía y la sociedad.
sólo de la colaboración de sus propios ciudadanos, sino de la de otros es tados
Desgraciadamente, las reformas emprendidas no fueron suficien temente lejos,
con los que tiene relaciones diplomáticas o comerciales, y cada vez más de
y terminaron por suspenderse, y dar marcha atrás en parte, cuando Bresnev
otras instituciones y asociaciones exteriores. Por lo tanto, en el caso de una
sustituyó a Krushóv como cabeza del mundo soviético.
confrontación importante con parte de la propia población, es probable que un
Cuando la desafección se ha extendido lo bastante entre la población, es
gobierno haga un gran consumo de energía tratando de convencer al mundo
fácil que se contagie al ejército, la policía y demás servidores públicos que no
exterior de la legitimidad de su caso. Sus opositores, Acuando sus recursos se
pueden estar del todo inmunizados contra la corriente de opinión y
lo permiten, tratarán de hacer otro tanto. De un modo similar, en el caso de
sentimientos del conjunto de la sociedad. Nos hallaremos entonces con una
disputas dentro de grupos de una misma socie dad, será importante para ambas
situación potencialmente revolucionaria. Disminuye la desigualdad^ de los
partes hacerse con apoyo público, y con servarlo.
medios de violencia de que disponen el gobierno y sus opositores, y el
La sensibilidad a las reacciones de terceros y a las de su propia base de
equilibrio del poder puede alterarse decisivamente a favor de estos últi mos. En
poder, pueden actuar como un freno en el empleo por parte de un gobier
algunos casos se producirá una revolución cruenta o una guerra J civil. En
no dictatorial de la extrema violencia en contra de sus propios subditos.
otros, derriba a la antigua directiva un golpe de estado obra de militares
Esto es una razón de por qué la publicidad puede convertirse en una cuer-
decepcionados que están más a tono con lo que ocurre en la so ciedad y con el
/ da salvavidas para aquellos que tratan de desafiar a un poder arbitrario. La
posible deseo de evitar un derramamiento de sangre de grandes proporciones
presión, tanto interna como internacional, por ejemplo, contribuyeron al
o tal vez de prevenir una revolución más radical. En ocasiones, el régimen o la
socavamiento gradual del régimen de apartheid de Sudáfrica y a la gra
policía en cuestión se desintegran totalmente al quedarse sin sus fuentes de
dual pérdida de autoridad del general Pinochet en Chile. A comienzos del
poder. Se dan también otros casos en los que un gobierno, dándose cuenta de
período de dominio de Pinochet, tras el golpe de estado de 1973, fue ca
que ha perdido, renuncia y negocia una transferencia pacífica del poder a sus
paz de acorralar y masacrar a sus opositores políticos por centenares, y
opositores. Hubo tal desintegración y/o transferencias de poder negociadas en
de encarcelar y torturar a muchos más. Pero cuando se vio obligado a re
la mayor parte de Europa Orien tal en 1989- Sólo en Rumania estuvo
nunciar a sus poderes dictatoriales, tales medios no constituían ya una
acompañado el cambio de una vio lencia organizada cuando las fuerzas de la
opción real. . -, • , , ,
:
Securitate, adictas al depuesto dictador, organizaron una última resistencia
Con frecuencia los dictadores se dan cuenta mejor que sus críticos
encarnizada contra el ejército. Y no es una coincidencia que la Securitate
mismos del hecho de que no pueden mandar a base de pura violencia y
estuviese constituida principal mente por elementos procedentes de orfelinatos
terror. Se demuestra claramente si observamos hasta dónde llegan con tal de
estatales, donde sus con tactos con la población civil en general habían sido
silenciar el disentimiento e imponer la uniformidad de pensamiento a la
reducidos deliberada mente al mínimo.
población mediante la propaganda y el adoctrinamiento. Esto no quiere decir
Ese tipo de progresión de la dictadura a la democracia no es, por
que debamos subestimar la eficacia del asalto verbal y la amenaza de
supuesto, inevitable. No obedece a una determinación histórica. El estali-
castigos terribles para reprimir a la oposición. Pero ocurre que tales mé -
nismo en su forma extrema prevaleció hasta la muerte misma del dictador, y
todos terminan por crear cinismo y estancamiento. La gente repetirá fiel-
no fue erradicado del todo hasta que se produjo el colapso del comunis mo en
la Unión Soviética en 1991- Hizo falta la muerte de Oliveira Sala-