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EL SABER
Y LA CULTURA
Osvaldo
Silva
PREHISTORIA
DE AMÉRICA
TEMAS DE historia
EDITORIAL UNIVERSITARIA
PREHISTORIA
DE AMÉRICA
Colección
EL SABER
Y LA CULTURA
© 1971, OSVALDO SILVA
Inscripción N° 39.269, Santiago de Chile.
Derechos de edición reservados para todos los países por
© Editorial Universitaria, S.A.
María Luisa Santander 0447. Fax: 56-2-2099455
Santiago de Chile.
e mail: [email protected]
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puede ser reproducida, transmitida o almacenada, sea por
procedimientos mecánicos, ópticos, químicos o
electrónicos, incluidas las fotocopias,
sin permiso escrito del editor.
ISBN 956-11-1446-1
Texto compuesto en tipografía Baskerville 9/11
Se terminó de imprimir esta
DÉCIMO SEGUNDA EDICIÓN
de 1.000 ejemplares,
en los talleres de Impresos Universitaria,
Av. Las Parcelas 5588, Santiago de Chile,
en octubre de 1998.
CUBIERTA
Motivo decorativo de los tejidos de Paracas.
Necrópolis, Perú.
Ia edición, 1971.
11a edición, 1997.
IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE
Osvaldo
Silva
DE AMÉRICA
EDITORIAL UNIVERSITARIA
NOTA A LA PRESENTE EDICIÓN
La presente edición originalmente fue capítulo de un proyec
to global titulado Breve historia de América. Las partes de un
solo libro que entonces lo conformaron pretendieron abarcar
el desarrollo histórico del continente (norte, centro y sur) des
de su prehistoria hasta nuestros días.
Sin perjuicio de lo anterior, y por razones de conveniencia
académica y editoriales, se presentan finalmente separados,
pero constituyen una totalidad que el lector habrá de tener en
cuenta. Así, y bajo este mismo sello, ya se ha publicado Breve
historia de los Estados Unidos de América y Breve historia de la
Independencia Latinoamericana y se preparan las próximas edi
ciones de Breve historia de la Conquista y Colonia de América y
Breve historia de América Latina moderna.
vi
ÍNDICE GENERAL
Nota Preliminar
parte i
Introducción I
El desarrollo cultural (I). Los modelos ecológicos culturales (4).
Los modelos sistémicos (5). Períodos y etapas en la evolución
cultural (6). Difusión y contactos transpacíficos (9). El escenario
geográfico (12). Entran los actores (15). La etapa lítica (24). La eta
pa arcaica (32). La agricultura en América (36). Los sistemas agrí
colas prehispanos (41). La etapa formativa (46). La etapa clásica
(48). La etapa postclásica (50). Padrones de asentamiento (50).
PARTE II
Mesoamérica 54
El marco geográfico (54). Las secuencias culturales (57). El perío
do formativo (2300 a.C.-300 d.C.) (57). El formativo en las tierras
bajas (59). La civilización olmeca (60). Arte y estilo olmeca (68). El
formativo en las tierras altas (73). El período clásico (300 d.C.-900
d.C.) (80). La civilización de Monte Albán (81). La civilización de
Teotihuacán (86). La herencia artística de Teotihuacán (92). La
herencia religiosa de Teotihuacán (95). La civilización clásica de
Veracruz (96). El período postclásico (900-1520 d.C.) (103). La civi
lización tolteca (104). Leyenda y realidad en la caída de Tula (108).
La civilización mixteca (110). La civilización de Cholula (114). La
civilización de Cempoala (114). La civilización azteca (115). Estruc
turas sociales y políticas (121). Economía y comercio (123). Con
quista y Ejército (125). Religión (126). Logros científicos (129).
vii
La civilización maya 130
El marco geográfico (130). La ocupación del escenario maya (133).
El formativo en el área maya (133). El clásico maya (138). El clásico
en las Tierras Altas (144). El clásico en las Tierras Bajas (146). El
postclásico maya (159). Las estructuras sociales y políticas (165).
La religión (167). El comercio (171). El ejército (172). Los logros cien
tíficos (172). Arte y arquitectura (173). El ciclo vital (175).
PARTE III
Los Andes centrales 177
El marco geográfico (177). Secuencias culturales en los Andes Cen
trales (182). Los comienzos de la vida sedentaria (183). El período
formativo (2000? a.C.-lOO d.C.) (187). El Formativo Temprano
(20007-800 a.C.) (187). El Formativo Medio (800-400 a.C.) (188). El
formativo Tardío (400 a.C.-lOO d.C.) (198). El Período Clásico (100-
1200 d.C.) (201). El Clásico Temprano (100-800 d.C.) (202). La cul
tura Mochica (202). La cultura Gallinazo (207). La cultura Recuay
(208). La cultura Lima (208). La cultura Nazca (210). Culturas clá
sicas tempranas de la Sierra (212). La civilización de Tiahuanaco
(214). El Período Clásico Tardío (800-1200 d.C.) (221). El Horizonte
medio o Tiahuanaco-Huari (221). El período Postclásico (1200-
1533 d.C.) (226). El Postclásico Temprano (227). La civilización
Chimú (228). Señoríos costeros postclásicos (232). El »reino
Cuismancu« (232). El señorío Chincha (232). Señoríos altiplánicos
postclásicos (234). Los chancas (234). Los incas (234). Los lupacas
(235). El Postclásico Tardío (237). El Imperio Inca: Horizonte Tar
dío (237). Organización social y política (242). Comercio e indus
tria (246). Ciencia y tecnología (250). El ejército y la expansión
territorial (250). La religión (252).
Epílogo . 256
Bibliografía 260
✓
Indice de ilustraciones 272
viii
NOTA PRELIMINAR
Esta obra fue planeada como introducción a una Breve His
toria de América; debido a ello no se tocaron problemas que
debían ser tratados en conexión con los fenómenos de la
Conquista y épocas posteriores, en donde la masa indígena
jugo también importantísimo papel. Hemos intentado sub
sanar tal ausencia mediante un brevísimo epílogo en el que
esbozamos algunas ideas acerca de las consecuencias que
tuvo para el mundo nativo la irrupción de tradiciones
foráneas; ellas entrabaron el progreso cultural de la Améri
ca prehispánica, y, en muchos casos, ahogaron, en el fondo
de los piques mineros o en las agobiadoras tareas agrícolas,
a gran parte de una población que, gracias a su continuo
desarrollo tecnológico, había logrado un crecimiento demo
gráfico comparable al experimentado en el Viejo Mundo
luego del surgimiento de las civilizaciones.
Una obra de prehistoria no puede pretender ser definiti
va. Diariamente se producen nuevos descubrimientos y los
científicos unen sus esfuerzos en estudios multidisciplinarios,
contribuyendo al enriquecimiento y complementación de la
visión actual de ese fascinante pasado americano. Hemos in
tentado intercalar tales avances a fin de mantener la Prehisto
ria de América en un nivel cercano al corriente estado de las
investigaciones.
Sin embargo, nuestra intención primitiva se mantiene;
deseamos mostrar cómo el esplendor de Tenochtitlán o el
Cuzco, las orgullosas capitales de los imperios Azteca e Inca
descritas por los cronistas, tenían antecedentes lejanos y raí
ces que se hundían en los primeros pasos de aquellos caza
dores que hurgaron en la virgen superficie americana. Ellos
dieron forma a una tradición cultural avalada por los siglos
de ensayos en los que se gestaron y adecuaron múltiples
formas de adaptación al medio ambiente sin las cuales los
imperios no habrían existido.
ix
Nuestro objetivo es, pues, esencialmente, »la evolución de
las civilizaciones«, a partir del momento en que comenza
ron a delinearse las estructuras sociales y políticas causan
tes de todo cambio cultural. Los simples tipos de cerámica,
su decoración, las creencias religiosas o la arquitectura mo
numental, son el reflejo de un contexto sociopolítico y eco
nómico; en estos aspectos hemos acentuado el estudio del
proceso evolutivo.
En una obra de síntesis, necesariamente se debe proce
der con criterio selectivo. México y Perú -puntos nucleares
de América- constituyen los focos donde se generó gran
parte del progreso; en ambos se manifestaron todas las eta
pas del desarrollo que deseamos reseñar. Nos hemos limi
tados, por lo tanto, a esos centros, atendiendo en su estu
dio a las manifestaciones que asume el comportamiento hu
mano antes que a la descripción de los elementos arqueo
lógicos utilizados en la reconstrucción »antropológica« del
pasado.
En la bibliografía, salvo menciones expresas en el texto,
consignamos sólo obras aparecidas a partir del sexto dece
nio. Aellas remitimos al lector para una mayor abundancia
de fuentes y complementación del esquema a que obliga la
tarea de selección y síntesis.
Un estudio de esta naturaleza tiene que apoyarse en los
trabajos de muchos investigadores, cuyas conclusiones se
han utilizado en la tesis central que queremos sustentar. A
ellos y a nuestros colegas, amigos y alumnos que nos han
sugerido modificaciones y nos han mostrado errores de apre
ciación a través de la charla cordial, los más expresivos agra
decimientos.
O S G
svaldo ilva aldames
PARTE I
Introducción
El desarrollo cultural
El hombre, como ser orgánico, está sujeto a las mismas vicisi
tudes que afectan la vida de la flora o fauna. Lucha por sobrevi
vir y adaptarse a medios ambientes siempre cambiantes, compi
tiendo, así, en la continua lid que conforma la «trama de la vi-
da«. A través de ella se gesta la selección natural enunciada por
Darwin cuyo resultado, en el fondo, es la supervivencia del
más apto. Apto, en tal sentido, significa tener capacidad para
enfrentar satisfactoriamente nuevas condiciones. El triunfo
o fracaso de una especie ante el desafío vital, se mide por su
perduración y multiplicación a lo largo de las generaciones.
Desde este punto de vista la humanidad, sin duda, ha tenido
éxito; ha sabido afrontar diestramente los desafíos de su sis
tema ecológico gracias a que posee un factor extraorgánico,
la cultura, que le permite desarrollar una serie de mecanis
mos apropiados para responder ante circunstancias adver
sas, perfeccionarlos y transmitirlos mediante el lenguaje
y la educación.
La cultura, por definición, engloba todo el producto del que
hacer humano: refugio y abrigo contra las inclemencias del
tiempo; herramientas y medios para explotar la naturaleza en
su propio provecho; división de las tareas y especialización en
ciertas labores; formas de organización social y política;
normas que rigen la conducta o relaciones entre los miem
bros de una sociedad; medios de expresión; elaboraciones má
gico-religiosas y científicas o filosóficas, etc., conforman
expresiones culturales que han permitido el éxito adaptativo
del género humano.
El sistema ecológico, escenario sobre el cual se desenvuelve
la vida, está integrado por tres conjuntos de variables o sub
sistemas: físico, biótico y cultural o humano. Entre ellos hay
una interdependencia recíproca, lo cual significa que la altera
i