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Humanidades
ang.man
Pocas áreas han sido tan descuidadas como LA FILOSOFIA DE LA BIOLOGIA,
pese a que tanto los biólogos como los filósofos ganarían mucho con el estudio de la
«tierra de nadie» que existe entre ambas disciplinas. Mientras los filósofos tienden a
ignorar los progresos recientes de las ciencias de la vida, los biólogos suelen mostrarse
indiferentes o incluso hostiles ante el trabajo de los filósofos modernos; con la negativa
consecuencia de que los filósofos construyen muchas veces castillos en el aire y los
biólogos se lanzan a batallas resueltas hace más de veinte años. Hasta fechas recientes,
los filósofos de la ciencia solían construir sus análisis sobre el modelo de las teorías
físicas más desarrolladas, como si la axio- matización de la mecánica newtoniana
tuviese alcance universal. Críticas como las expuestas por N. R. Hanson en «Patrones
de descubrimiento» (AU 177) han mostrado, sin embargo, las insuficiencias y
limitaciones de ese enfoque. Ahora bien, MICIIAEL RUSE piensa que los análisis
clásicos de la estructura de las teorías científicas pueden seguir aplicándose todavía en
considerable medida a la biología. Dado que la biología moderna surge con «El origen
de las especies», de Charles Darwin, la teoría evolucionista ocupa gran parte de la
atención del autor, si bien temas tales como la naturaleza de las leyes biológicas, la
genética mendeliana y de poblaciones, la embriología, las presuposiciones teóricas de
la taxonomía y los problemas filosóficos de la teleología en biología son también objeto
de detenido estudio. En esta misma colección: «Hacia una biología teórica» (AU 156),
de C. II. Waddington y otros; «Panoramas de la biología contemporánea» (AU 128),
de A. Lehninger y otros; «Los orígenes de la vida» (AU 138), de L. E. Orgel; «Biología
molecular» (AU 7) y «El problema de la vida» (AU 200), de C. U. M. Smith.
Alianza Editorial
Michael Ruse
La filosofía
de la
biología
Versión española de Ignacio
Cabrera Calvo-Sotelo
Alianza
Editorial
Título original;
The Pbilosopby of Biology —Esta obra ha sirio publicada por primera vez en inglés por
Hutchmson & Co, (Publishers) Ltd.p en 1973
Primera edicidón en “Alianza Universidad*: 1979
Primera reimpresión en “Alianza Universidad”: 1990
© Michad Rose, 1973
© £d. cast.: Alianza Editorial, S. A., Madrid, 1979, 1990
CaUe Milán, 38, 28043 Madrid; teléf. 2000045 ISBN:
84-206-2250-8 Depósito legal: M. 30,458-1990
Impreso en Lave!. Los Llanos, nave 6. Humanes (Madrid)
Prínted in Spain
INDICE
Agradecimiento ........... ..................................................................................... 9
1. Introducción ..................................................................................................... 10
2. Genética mendeliana ........................................................................................... 14
3. Genética de poblaciones ...................................................................................... 38
4. La teoría de la evolución. La Estructura ............................................................. 56
5. La teoría de la evolución. La Explicación ............................................. ...... . 83
6. La teoría de la evolución. Pruebas ...................................................................... 116
7. Taxonomía I. El enfoque evolucionista . . ................... .................................. 148
8. Taxonomía IL El desafío fenetísta .................................................................... 187
9. El problema de la teleología .............................................................................. 210
10. La biología v las ciencias físicas .................................................................... 237
Epílogo ........................................................................................................... 262
Bibliografía ...................................................................................................... 265
AGRADECIMIENTO
Quiero expresar mí agradecimiento a todos ios que me han
ayudado a producir este libro. En primer lugar a Stephan Kórner, quien
me pidió un volumen para esta serie y me animó constantemente
durante su redacción; en segundo lugar, a los filósofos y biólogos que
leyeron parcial o totalmente las primeras versiones de este trabajo y
aportaron detalladas críticas. Entre ellos, se encuentran Peter
Alexander, A. J. Cain, Donald Colless, David Hull, Hugh Lehman, Alex
Michalos y Roger Smook. Finalmente, agradezco a Kristína Casalini,
Judith Martin y Barbara Michalos por haber mecanografiado el
borrador de este libro y librado al lector de mi espantosa ortografía.
Agradezco a George Alíen y Unwin Ltd. el permiso para las citas
del libro de T. A. Goudge, The Ascent of Life [El ascenso de la vida], y
análogamente a W. H. Freeman y Compañía por el libro de R. R. Sokal
y P. H. A. Sneath, The Principies of Numérica/ Taxonomy [Los principios
de la Taxonomía numérica].
Capítulo 1
INTRODUCCION
El autor de un libro sobre Filosofía de la Bilogía no tiene que
disculparse por el tema que ha escogido, pues pocas áreas de la
Filosofía han sido tan descuidadas como ésta, en ios últimos cincuenta
años. ¡Verdadera lástima, porque tanto los biólogos como los filósofos
ganarían mucho con el estudio de esa «tierra de nadie» que existe entre
las dos disciplinas! En realidad, los filósofos tienden a ignorar casi
completamente los numerosos y sugestivos progresos recientes de la
Biología, mientras que los biólogos suelen ser hostiles o indiferentes
ante el trabajo de los filósofos modernos. Consecuentemente, los
filósofos construyen castillos sin base científica, mientras que los
biólogos luchan en batallas que los filósofos ganaron hace más de
veinte años. En este libro pretendo mostrar un gran número de
problemas que esperan ser estudiados por biólogos y filósofos;
consideraré que ha sido un éxito, si logro transmitir, aunque sólo sea a
unos pocos, mí entusiasmo por el tema.
No cabe apenas duda de que la moderna Bilogía data de 1859,
fecha en que Charles Darwin publica su obra El origen de las especies, en
la que lanzaba la teoría de que el mundo orgánico que vemos
actualmente a nuestro alrededor es esencialmente el resultado de un
lento y gradual proceso evolutivo, impulsado por lo que llamó
«selección natural». Casi toda la Biología
La filosofía de la biología 11
moderna tiene una gran deuda con Darwin; por esta razón, podría
pensarse que la mejor manera de comenzar es entrar directamente en
la exposición y análisis de la versión moderna de la teoría de la
evolución de Darwin, mejor conocida como teoría «sintética» de la
evolución. Una parte de mi plan incluye la exposición y análisis de la
teoría sintética, por razones que aparecerán más adelante, empezaré
considerando el legado de otro gigante de la Biología del siglo xix,
Gregorio Mendel. Una vez que haya analizado, en el capítulo 2, la teoría
mendeliana de la herencia (o más precisamente, la teoría
neomendeliana de la herencia), estaré más capacitado para considerar
la naturaleza de la selección natural y valorar su importancia para los
biólogos modernos.
Sin embargo, antes de comenzar el estudio de Mendel, debemos
discutir brevemente, en esta introducción, un asunto: no hay en la
actualidad «escuelas» rigurosas de pensamiento acerca de la naturaleza
filosófica de la Biología. No obstante, como la cabeza del Rey Carlos,
una cuestión aparece constantemente en las discusiones: si la Biología
es o no es una ciencia como la Física o la Química. Dado que en este
libro examinaremos esta cuestión desde varios ángulos, sería quizá útil
presentar aquí un breve esbozo de lo que, según mi opinión, es todavía
la postura filosófica dominante acerca de las teorías de la Física y la
Química. Se trata de la postura conocida comúnmente como
«empirismo lógico». Obviamente, no puede hacerse aquí una
exposición completa de esta postura y algunos de los puntos suscitados
en este lugar serán más adelante discutidos con mayor detalle. (Cf.
también Braithwaite, 1953; Nagel, 1961; Hempel, 1966). Quiero
plantear cuatro cuestiones acerca de los tipos de resultados a que llegan
las ciencias físicas.
1) Normalmente se piensa que el trabajo de los físicos se refiere a
entidades de dos tipos. Al primer tipo pertenecen las moléculas,
electrones, funciones de onda y cargas. Al segundo tipo, los péndulos,
prismas y planetas. A las del primer tipo se las denomina a veces
entidades «teóricas», «hipotéticas» o «no observables». A las del
segundo tipo se las llama entidades «observables», «realmente
existentes» o «no teóricas». Más tarde se analizará qué clase de
distinción cabría hacer entre los diferentes tipos de entidades. Lo
importante aquí es que casi todos los físicos creen que debería hacerse
tal distinción.
2) Se afirma que las teorías de la ciencia física contienen dos
12 Michael Ruse
tipos de enunciados: enunciados a-priori, necesariamente ciertos, como
los enunciados de la Lógica y las Matemáticas, y enunciados empíricos
verdaderos y universales. De estos últimos se piensa que son necesarios
en cierto sentido, aunque no lo sean lógica ni matemáticamente. A esta
necesidad empírica se la llama a menudo necesidad «nómica» y a los
enunciados se les denomina «leyes».
3) Comúnmente se supone que las teorías de la ciencia física son
sistemas esencialmente «axiomáticos» o «hipotétíco-deducti- vos». Esto
significa que se comienza con una serie de enunciados como premisas,
esto es, no probados dentro de un sistema, y de ellos se derivan todos
los demás enunciados del sistema. La mecánica newtoniana se
considera normalmente el ejemplo paradigmático de un sistema
científico: se utilizan como premisas los enunciados de las leyes del
movimiento de Newton y de ellas se deducen, en cierto sentido, los
enunciados de las leyes de Kepler. Es también corriente que las
premisas de los sistemas científicos físicos se refieran principal o
exclusivamente al tipo de entidades que hemos calificado de «teóricas»,
mientras que las entidades «no teóricas» sólo aparecen en algunos de
los enunciados derivados. Por consiguiente, una teoría física contiene
«principios-puente», que permiten pasar del discurso sobre las
entidades de un tipo al discurso sobre las entidades de otro tipo.
4) Intimamente relacionada con las afirmaciones acerca de la
naturaleza axiomática de las teorías, está la opinión de que las
explicaciones en las ciencias físicas son de un tipo particular. Sin entrar
aquí en detalles, parece que básicamente se afirmaría que una
explicación consiste en una derivación de un enunciado acerca de la
cosa que se está explicando, a partir de otros enunciados, de los cuales,
por lo menos uno, es una «ley». Las explicaciones de este tipo se llaman
comúnmente explicaciones basadas en «leyes cubrientes» y, como es
bien sabido, frecuentemente se afirma que estas explicaciones pueden
constituir una base para hacer predicciones.
Cualquiera que tenga un mínimo conocimiento de Filosofía de la
Ciencia, sabrá que estas cuatro afirmaciones, aun aplicadas a la Física,
están sujetas a muchas críticas (por ejemplo, Hanson, 1958; Achinstein,
1971). Dado que este libro no será un texto elemental general de la
Filosofía de la Ciencia, únicamente diferen- ciable por estar adornado
con unos cuantos ejemplos biológicos, se pasarán por alto muchas de
las críticas. Sin embargo, permítaseme