Table Of ContentLEGIONARIO
PHILIP MATYSZAK
LEGIONARIO
El manual (no oficial)
del soldado romano
Con 92 ilustraciones, 31 de ellas a color
( i
akal
A John Radford, Gunther Maser
y el Grupo 5, Mrewa.
Philip Matyszak es doctor en I Iistoria romana por el St. John’s College, Oxford,
y es el autor de Chronicle of the Roman Republic, The Enemies of Rome, The Sons
of Caesar, Ancient Rome on Five Denarii a Day y Ancient Athens on Five Drachmas
a Day. Es profesor en un curso electrónico en Historia Antigua para el Institute
of Continuing Education de la Universidad de Cambridge.
CUBIERTA Legionarios de principios del s. I.
ANTEflTULO Daga y vaina de un legionario. Las dagas se utilizan para reparar
los vientos de la tienda, arreglar los clavos de las botas y otras labores de
mantenimiento y, por tanto, se emplean mucho más a menudo que la espada.
portada Trajano arenga a las tropas antes de la batalla. Un general
romano intentará estar tan cerca como pueda de la acción, para poder
observar personalmente a quienes cometan actos de especial heroísmo
(o a los que se escaqueen).
Reservados todos los derechos. De acuerdo a lo dispuesto en
el artículo 270 del Código Penal, podrán ser castigados con penas
de multa y privación de libertad quienes reproduzcan sin la preceptiva
autorización o plagien, en todo o en parte, una obra literaria,
artística o científica fijada en cualquier tipo de soporte.
Título original
Legionary. The roman soldier’s manual
Primera edición en rústica, 2011
© Publicado por acuerdo con Thames Hudson Ltd, Londres
©Thames & Hudson Ltd, Londres, 2009
© Ediciones Akal, S. A., 2010
para lengua española
Sector Foresta, 1
28760 Tres Cantos
Madrid - España
Tel.: 918 061 996
Fax: 918 044 028
www.akal.com
ISBN: 978-84-460-3385-1
Depósito legal: M. 6.775-2011
Impreso en Gráficas Rogar, S. A.
Navalcarnero (Madrid)
Contenidos
6
! Alistarse al ejército romano
II Guía de las legiones para
los aspirantes a recluta 16
III Carreras militares alternativas 33
IV El equipo del legionario 52
¥ Entrenamiento, disciplina y jerarquía 70
VI Gente que quiere matarte 94
VII La vida en el campamento 115
VIII En campaña 128
IX Cómo tomar una ciudad 149
X En batalla 165
XI Después de la batalla 183
+ * +
Mapa del Imperio Romano 198 Glosario 200
Agradecimientos 202 Lecturas adicionales 202
Créditos de las ilustraciones 203 índice 204
JCL
Alistarse al ejército romano
conscribe te militem in legionibus, pervagare orben terrarum, inveni ierras
externas, cognosce miros peregrinos, eviscera eos *
4 4* Jr
¡Roma te necesita!
Estamos en el año 100 d. C., uno de los primeros del reinado del emperador
Marco Ulpio Nerva Trajano (más tarde conocido sólo como Trajano), y el
Imperio romano no conoce límites. Nuestras fronteras se extienden desde los
desiertos más allá de la distante Palmira hasta la pantanosa y nebulosa Britania.
Pero en todas partes la seguridad de Roma está en peligro. Grupos políticos
insurgentes confabulan para fomentar la rebelión dentro de las fronteras del
Estado, salvajes tribus bárbaras lanzan constantes ataques contra las fronteras en
busca de puntos débiles y todo Oriente sufre la gran amenaza del celoso poder de
los partos. Ante estos peligros se alzan dos grandes baluartes: la sabiduría y el
vigor de nuestro emperador y el poder del ejército romano que, siempre vigi
lante, protege y sirve al pueblo de Roma.
Nunca se dieron mejores condiciones para alistarse al ejército romano. Desde su
profesionalización por parte del emperador Augusto, hace tres generaciones, el
sistema militar ha sido afinado hasta la creación de la fuerza de combate más sofisti
cada y letal que el mundo haya conocido jamás. Todo está organizado con precisión
romana, desde el alistamiento de los reclutas hasta la concesión de su pensión (o la
organización de un funeral decente). Tras 40 años de ser (desde el punto de vista
militar) uno de los lugares más interesantes del Imperio, la desafiante Britania ha
podido ser sometida, y las gloriosas campañas allí mantenidas, con los soldados
calados hasta los huesos, han llegado a su fin. La atención ahora se centra en el pro
blemático reino de Dacia, más allá del Danubio, tras lo que habrá que ajustar
definitivamente las cuentas con los partos en las desérticas arenas de Mesopotamia.
* Enrólate en las legiones, viaja a lugares lejanos, conoce gente exótica e interesante y
descuartízala. [Trad, de David Govantes con la colaboración de Violeta Moreno Megías. J
vi 4* 6
Marco Ulpio Nerva Trajano,
Imperator Optimus, señor de
Roma, amo dei mundo conocido
y tu comandante en jefe. Aquí lo
vemos vestido con armadura, con
su manto rojo de general recogido
sobre un brazo. Nacido en la
Bélica (España) en el 53 d. C.,
Trajano fue proclamado
emperador en el 98 d. C. ¡Que su
reinado sea largo y glorioso!
ALISTARSE AL E)ÉRCITO ROMANO
El ejército romano posee las armas y el equipamiento más modernos y poderosos
del mundo; su movilidad, su capacidad ofensiva y sus sistemas defensivos son ini
gualables. El hogar de un legionario puede encontrarse en un puesto militar en
cualquier punto del Imperio, donde vivirá y se preparará para el momento en que
el ejército entre en campaña. El ejército ofrece al recluta liderazgo, oportunidades
de ascenso y unos ingresos estables durante 25 años. Este manual servirá como
guía para esc periodo, desde dónde y cómo alistarte hasta los detalles del entrena
miento, el equipo y la instrucción. Te dará consejos sobre cómo sobrevivir en
batalla y te ofrecerá detalles sobre cómo es la vida en el campamento, guiándote
finalmente en tu pacífica y próspera jubilación cuando los días en campaña hayan
quedado atrás.
¿Quién puede alistarse?
Roma no podría existir sin su ejército. La carrera militar es una de las tradiciones
con más solera de la ciudad. La mayor parte de los emperadores romanos han sido
soldados, y en tiempos de la República pocos políticos podían presentarse ante los
votantes y ser elegidos para un cargo si previamente no se habían enfrentado a los
enemigos de Roma, obteniendo gloriosas victorias en el campo de batalla. Perso-
La Pax Romana. «La paz romana»
El mundo conocido se adentra en un periodo de paz y prosperidad sin prece
dentes que será conocido por generaciones posteriores como la Pax Romana.
Esta «paz» no implica que las legiones no vayan a emplear buena parte de su tiempo
matando y haciéndose matar por el enemigo más allá de las fronteras del Imperio,
pero en su interior Roma y sus súbditos llegarán a una entente con la que estos
últimos se comprometerán a no rebelarse a cambio de que los legionarios no
quemen sus ciudades y no crucifiquen a sus habitantes. Ésta es una buena política,
pero exige emperadores hábiles y competentes, como los que habrán de dirigirla
durante los próximos cien años. Incluso los emperadores más benévolos recorda
rán discretamente a los sujetos potencialmente más conflictivos que siempre hay
una o dos legiones a tiro de saqueo.
vin 4* 8
Un oficial romano de reclutamiento, como el representado en el extremo izquierdo (en la
columna de Trajano), sueña con colas como ésta, formada por aspirantes jóvenes y sanos
dispuestos a comprometerse a un cuarto de siglo de servicio en las legiones. Si algún
esclavo fugado o algún criminal buscado se mete en la cola, puede contar con que será
rechazado y castigado.
najes como Rómulo, Cincinato, Catón el Censor o Cicerón siguieron carreras
militares. Los hombres a los que dirigían eran ciudadanos romanos de buena
casta, porque las filas del ejército romano estaban -y siguen estando-vetadas para
los esclavos, los criminales y los vividores.
La mocedad nacida en este cieno no llenó el mar con sangre de Cartago, ni
venció a Pirro o Antíoco potentes ni la soberbia del terrible Aníbal: fue la
prole viril de agrestes milites, bien enseñada a remover la gleba con la azada
sabina, y, por arbitrio de una severa madre, a cortar leños.
HORACIO, ODAS 3, 6
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