El antiguo Madrid

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Ayuntamiento de Madrid
ANTIGUO I
PASEOS llISTliRICO-ANECDÜTlCOS
POK LAS GALLES Y CASAS DE ESTA VILLA.
D. RAMON DE MESONERO ROMANOS.
MADRID:
ESTABLECIJIIENTO TIPOGRAFICO BE DONF. DE P. -MELLADO,
calle (le Santa Teresa, número 8.
1861.
Ayuntamiento de Madrid
Ayuntamiento de Madrid
AL LECTOR.
Estos paseos por el antiguo Madrid, que hoy so ofrecen al púWíco m -
nidos en un volumen, no fueron escritos para ser publicados en
forma ni constituir una obra especia!, y mucho menos una historia de
esta villa. Algunos de ellos, borrajeados en distintos tiempos y oca­
siones, vieron ya la luz en las publicaciones periódicas; otr(». entra­
ron en las diversas obrillas, ya descriptivas, ya administrativas-
criticas ó morales, relativas á esta capital, que en el tran^urso de
treinta años han ejercitado mi escasa inteligencia y voluntaria tarca; y
otros, en fin. escritos expresamente y para colmarlas lagunas que
en aquellos quedaban, produjeron hoy esta narración seguida, esta
obra especial y diversa en su Indole y en su objeto de las que ante*
consagré á las cosas de esta villa.
Cuando por los aflos 1831 publiqué clJ/onaal descriptivo úe ella
((jue luego en ocasiones posteriores he tenido que reproducir d rehacer
del lodo con arreglo fi las radicales variaciones ocurridas), asi como
también en otros escritos sobre la administración económica ó refor­
ma materia! de esta población que trabajé en desempeño de los di­
versos caicos concejiles y honoríficos que me fueron impuestos, huhe
de ocuparme exclusivamente del Madridrmterial, describirle y consi­
derarle bajo sus diversos aspectos, estadístico, tópc^ráfico y adminis­
trativo.
En otra obrilla Üleraria bien conocida, que durante los die« aflo»
Ayuntamiento de Madrid
fie I8-J2 8 1843 lacilinciilc se deslizo de mi entóneos juvenil ¡ma-
ginacion á la festiva pluma, claro es que me propuse pintar á mis
paisanos en su vida activa, trazar ios caractéres, rasgos, y fisonomía
de su condición social, el cuadro, en fin, líioscífico en el fondo, aun.
que nsueno en la forma del Madrid moral.—Voto en las Escenas
vmnienses, asi como en el Manual descriptivo, siempre habia con-
si^derado á este pueblo desde el punto de vista moderno, tí contempo­
ráneo; para completar su estudio en sus diversas fases, fallábamn
contemplarle en su vida pasada, en la raarcba de su historia y de su
cultura. ■'
Aquí, (lo confieso francamente) lix^iocé con mavor diflcuilad
porque todo el entusiasmo, laboriosidad y diligencia q'ue pude apli­
car, no alcanzaron á dar á mi pluma el impulso y energía bastantes á
anarse en las altas regiones de la bistoria; mas no queriendo, ni es­
tando en mi carácter renunciar al proptísilo una vez formado, hube de
contentarme con ejercitar aquella dentro de los límites déla narración
anecdtítico-topográfiea, encarnándola, por decirlo asi, en la localidad
material; y de acjui resultó esta leyenda del Madrid antiguo ú histó­
rico. que con las anteriores del moderno, físico y social, forme bien
o mal ia trilogía que me propuse dedicar á mi patria con mas sana
intención que confianza en el acierto.
Conumdo en esui ocasión como en las anteriores con la benevolen­
cia de mis lectores, no intentaré aquí desarmar tí conjurar la crílifti
con defensas anticipadas. Creo sinceramente que en un libro de esta
Indole, obra masque de la Imaginación,de erudieiony de estudio, y
ocasionada por eonsecuenciaá muchas equivocaciones, se hallarán fá­
cilmente, á poco que se intente buscarlos, errores do apreciación y aun
do hcciio; redundancias, repeticiones, y basta contradicción entre
alguna de sus páginas, oscritas, como antes dije, A largas distancias, y
con diverso objcto'y estilo. Uiia cita equivocada, un error de fecha,
una impropiedad de expresión, podrá tai voz regocijar á quien baya de
juzgarle con acrimonia; ¡lero en mi descaigo solo ¡lodré decir que be
procurado sinceramente huir de estos escolios tan frecuentes cuando se
navega en el golfo de la historia, rodeado de libros de todos tiempos,
entre la balumba de manuscritos.)’ mamotretos de índole, forma y ob­
jeto diferentes, y la penosa tarea de prolijas y encontradas averigua­
ciones materiales. No me lisonjea la ¡dea de haberlo conseguido dcl
lodo; pero si habré de decir (aunque sea en perjuicio propio), que
tales como aparezcan, aciertos tí errores, son obra exclusivamente
personal, que no he contado con colaboración alguna para este pobre
trabajo, ni mas ayuda que el de mi propio criterio, escasa inloligim-
cia y tenaz laboriosidad.'Sobrc nadie, por lo tanto, ni corjioracion, ni
individuo, podré declinar aquellas fallas, porque á nadie he solicitado,
a nadie demandado fiyor.
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Kn cuanlo á prolcceion de otra especie, excusado es decir que ja­
más en mis humildes y gratuitas tareas ia he pretendido ni deseado, y
que nunca por consecuencia tuve merced que agradecer ni desaire
que deplorar. Ni tampoco juzgo como tal el desden de los editores, que
no juzgando de su interés mercantil acometer la impresión de este li­
bro, le han dejado arrumbado durante algunos años en el polvo de mi
escritorio, donde yacería aun con oíros (como acaso lo merezca), á no
ser por ia deferente amistad del señor Mellado, quien combinando su
desinterés con el mío, se brindd á hacer la edición, y lo que es mas,
la ha hecho con acierto, aseo, y aun lujo en impresión y láminas, que
realzan en alguna manera mi insignificante trabajo.
Tal cual es, sale, pues, á luz, sin otra pretensión, repito, de parte
de su autor, que la de rendir este nuevo tributo de adhesión á su pa­
tria; sin otro Mecenas que la simpatía y benevolencia de sus paisanos;
sin otra recomendación que la firma de un patricio sincero, de un buen
liijo de esta villa, que contento con el aprecio de sus convecinos, no
aspira á estender su fama literaria ni social mas allá de los limites
del arrab.ll de Chamberí.
Hamos de Mesoxero Romanos.
fM dibujos originales que se han tenido d la vista para ¡as Idini-
ms, son lodos del siglo X ^ll, y dignos de (é en su mayor parle. En
la ejecución del grabado en piedra ejecutado por el señor Krauss, creo
que el público hallará muchos motivos de elogio. Hubiera deseado que
á ellos acompañase la reducción fotográfica del gran Plano de íladrid
grabado en .Xmberes en que poseo, y que ha inspirado estos pa­
seos', pero su grabado exigía mucho tiempo, y he debido renunciar
por ahora d ello.
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